Mi hermana, la heroína – Capítulo 65

Traducido por Sharon

Editado por Tanuki


De alguna forma, la historia de la reconciliación entre los prometidos se distorsionó. Por alguna razón, todos parecieron pensar que Su Alteza Endo me llamó a Palacio para arreglar la situación.

De acuerdo al rumor, Endo era el amable hermano mayor que se sintió preocupado por la situación de Charles con su prometida y trabajó personalmente para volvernos a juntar. Gracias a sus esfuerzos desmedidos, la hija del Duque, Christina Noir, y el Tercer Príncipe Charles Edward regresaron a su anterior relación cercana.

¿Cómo diablos terminó así la historia?

La única parte cierta es el resultado, lo demás son puras fantasías.

Aun así, ¿por qué le están dando el crédito a Su Idiota Alteza? Aunque lo entienda racionalmente, mi corazón no.

No, mejor dicho, este debe ser el trabajo de el Vizconde Igusa. Así debe ser como los ayudantes de Endo cubren su verdadera personalidad horrible. Al sobreescribir su comportamiento vergonzoso con una historia maravillosa.

Bueno, prefiero este tipo de rumor a los maliciosos.

Marywa seguramente me dirá que sonría y lo soporte. Especialmente porque está trabajando en nuestro favor, pero no puedo aceptar que él eleve su estima en la gente.

Mientras estaba en el medio de entender cuán extraño trabaja el mundo, la puerta se abrió.

—¡Hermana! ¡¿Estás aquí?!

—¿Mishuli?

Salté un poco ante la energía de Mishuli.

A diferencia de Padre, Mishuli es libre de venir a mi cuarto cada vez que quiera, pero usualmente por lo menos golpea.

—Estoy aquí, ¿puedo ayudarte con algo?

A pesar de que cuando éramos más jóvenes entendía todo de ella, ahora que estoy manteniendo mi distancia los momentos en los que no puedo leerla aumentaron. Cuando le pregunté el motivo de su visita, me mostró lo que sostenía con una expresión resplandeciente.

—¡Mira, hice guantes! Quiero dártelos. Ah, lo lamento, olvidé golpear.

—Ooh, así que es eso. No te preocupes por algo como eso, siempre estoy feliz cuando vienes a verme.

Probablemente quiso mostrármelo tan pronto como pudo.

Mientras extendía los guantes, finalmente me recuperé de la sorpresa y le sonreí a mi hermana menor.

Mishuli está entretenida con el bordado ahora. Aunque antes aprendió un poco de una sirvienta, últimamente se apasionó mucho con ello.

Para ser precisa, comenzó cuando volví a casa del Palacio.

Al parecer, le golpeó la inspiración cuando le estaba contando lo que sucedió con Charles.

Así que se pasó los últimos días concentrada en el bordado.

No es que yo no tenga interés en el tema. Es sólo que no estoy hecha para ese tipo de trabajos detallados. Una vez que aprendí las habilidades básicas, estuve feliz de no volver a bordar.

Aunque sigo realmente satisfecha que la habilidad de Mishuli sea tan excelente, aunque no sea un pasatiempo que compartamos.

—De cualquier forma, en verdad trabajaste duro. Tomó un montón de esfuerzo hacerlo, ¿verdad?

—¡Sí, realmente me esforcé!

Una hermana mayor siempre debe animar y elogiar a su hermanita, aunque no les importe el pasatiempo en sí.

Aunque uno siempre debe presumir de sus logros, no hay ninguna hermana que no elogiaría a su familiar por esforzarse. Aunque me distancié de ella, sigo siendo su hermana mayor.

Por eso voy a elogiarla. No hay razón para ser dura como Marywa.

No soy una hermana demonio.

—Hehe, Mishuli realmente es mi hermana menor. Tus esfuerzos siempre serán recompensados con resultados.

—Hehe, ¡soy tu hermana menor después de todo!

Aunque me estoy conteniendo, y no la abracé como solía hacerlo, Mishuli sigue pareciendo satisfecha con mis palabras.

—Hey, hermana. ¿Podrías usar esto por mí?

—Por supuesto.

—¡Sí! ¿Puedo tener tus manos entonces?

—Seguro.

No había razón para rechazar su linda petición, así que extendí las manos obedientemente.

Después de palmear el dorso de mi mano como si estuviera quitando con gentileza cualquier mancha, Mishuli finalmente me puso los guantes.

Como se esperaba de un accesorio hecho por una sirvienta. La seda suave me queda perfecta.

No hay forma en que alguien tan inexperimentada como Mishuli podría haber hecho un patrón tan complicado. Los guantes blancos están adornados con puntos en cruz en la muñeca y en el dedo índice había bordado un corazón ligeramente torcido.

Tan lindo.

Especialmente el corazón.

Puedo sentir el cariño que le puso a esto. Los pequeños errores sólo lo hacen ver más encantador, y cuando acerqué mi rostro, noté algo en el dorso.

—Mishuli, ¿qué es este patrón?

Esa parte fue hecha con un hilo igual al de los guantes, así que no lo había notado al principio.

No creo que lo haya visto antes. A diferencia de los otros diseños, parecía algún tipo de patrón geométrico. Nunca habría adivinado que un símbolo como este podría ser un pasatiempo de Mishuli.

Su sonrisa se agrandó ante mi pregunta.

—Es una maldic- Quiero decir, ¡un amuleto de buena suerte!

—¡Ya veo, un amuleto de buena suerte!

Sentí que mi humor aumentaba ante la energía pura en su voz.

Un amuleto. Eso tiene sentido. Es popular entre las chicas de la edad de Mishuli.

Asentí en comprensión mientras delineaba el hilo blanco. Se sentía como un reflejo del corazón de Mishuli.

—Por cierto, ¿tiene algún efecto específico?

—Umm, bueno, es un talismán para repeler a Charl-, Quiero decir, a los enemigos que se acerquen a mi hermana mayor. ¿Aleja a la maldad? O algo así.

—Oho, ¡qué efecto más prometedor!

Es perfecto para apoyar a una genio como yo. Aunque no sepa de dónde salió el amuleto, Mishuli lo bordó para mí. Esos sentimientos son los que importan.

Aunque los guantes no son apropiados para la alta sociedad, seguramente podré usarlos para ir por la casa, o con amigos cercanos.

Siempre y cuando los use, debería mantener a Su Alteza Endo lejos de mí. Qué momento perfecto para este regalo.

—Mishuli, siempre pareces saber lo que necesito.

—Ehehe.

Esta vez no sólo con palabras, sino que la elogié palmeando su cabeza suavemente. Mishuli entrecerró sus ojos como si sintiera cosquillas.

—… Creo que podría decir lo mismo de ti.

—¿Mm? ¿Qué sucede?

—Bueno, no es nada.

Mishuli sacudió su cabeza y sonrió, mientras murmuraba algo que no llegué a escuchar.

—Más importante, hermana. Me harás muy feliz si los usas cuando estás en casa, o… ¡Especialmente cuando salgas a encontrarte con tus amigos!

Mi hermana es una verdadera gema.

Accedí con una gran sonrisa. Por supuesto que voy a usarlo cada vez que pueda, es algo que mi preciosa Mishuli hizo.

—Seguro, definitivamente lo haré.

—¡Gracias, hermana!

De la mano, compartimos nuestro amor y eterno vínculo familiar.

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