Mi hermana, la heroína – Capítulo 7

Traducido por Sharon

Editado por Narumi

Corregido por Maru

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En la mañana del día en que me dirigía al Palacio Real para participar en el Baile le hice una visita a la habitación de Mishuli.

Era algo común que fuera a su habitación, y nadie estaba alrededor del edificio en ese momento. Solíamos leer libros, y Mishuli realmente lo disfrutaba. Su cuarto estaba justo en frente de la habitación de los sirvientes.

Mientras entretenía a Mishuli, también planeaba aumentar mi fuerza al ver la sonrisa de mi hermana, para poder sobrevivir al Baile.

Ella miró repentinamente mi rostro.

—Hmm…

Observé los ojos de este lindo ángel, que me miraba desde abajo.

¿Qué sucede?, me pregunté mientras veía los ojos azules de la pequeña niña. Podría ser que se quedara mirando fijamente a algo que encontrase particularmente hermoso, pero Mishuli no parecía estar mirándome por esa razón.

—¿Qué sucede, Mishuli?

—Hey, ¿estás bien?

Ante esas palabras, repentinamente sentí ganas de llorar. Intenté sonreír, para no mostrarle que estaba inestable, pero mi boca estaba rígida.

—Bueno, no… No es nada, Mishuli.

—¿Hmm?

A pesar de que no estaba convencida por completo, no era lo suficientemente mayor para cuestionar mi respuesta y presionarme. Acaricié su cabeza por un tiempo. Mishuli estaba sonriendo felizmente, viéndose como un ángel.

Relajé mis mejillas y me las arregle para hacer una gran sonrisa; al mismo tiempo mi cuerpo se puso rígido debido al dolor atravesándolo.

—No es nada.

Inmediatamente levantó la cabeza. Era realmente sensible a los cambios en las personas a su alrededor.

Para poder vivir, tenías que saber cómo ser una señorita apropiada. Mishuli no era parte del escenario social, parte de la irracionalidad. Era inútil rechazarlo, completamente inútil, así que a partir de este día solo iba a tragarlo y a aprender cómo pretender elegantemente que nada sucedía.

Marywa lo había dicho. En el conocimiento de mi vida pasada, lo que recordaba de “Laberinto del Destino” era que Mishuli creció escondida. Para ocultar la verdad de que era la hija de la hermana del Rey, ella fue ubicada en la Familia Noir como una huérfana, una paria social.

Pero, pero…

La Mishuli en esa historia puede haber comenzado así, peor lentamente ganó atención mientras la historia avanzaba. Para el final ella finalmente se paró en el centro del escenario, se bañó en los reflectores.

En ese caso, quizás aunque pienso que es casi imposible…

Quizás soy yo, quien accidentalmente nació como una genia, un insecto, la persona que le está cerrando la puerta a Mishuli y evitando que obtenga la gloria. Quizás soy yo quien bloquea el brillante futuro que le prometieron y en su lugar la encerró en un laberinto sin lugar de escape.

Es irrazonable, y quizás lo estoy pensando demasiado, pero no puedo aceptarlo. La espina que permanece en mi garganta continuó perforando y destruyendo mi corazón.

—Hey, Mishuli

—¿Qué sucede, hermana~?

—Mishuli, ¿quieres ser feliz?

Ante mi pregunta repentina, Mishuli parpadeó. Era el rostro que hacía cuando no entendía algo.

Ver a Mishuli confundida me hizo sonreír. Nadie desea no ser feliz. Era una pregunta estúpida, para empezar. Pero no era tan importante. Quise cambiar el tema, pero Mishuli repentinamente respondió.

—Soy feliz, ¿no?

—¿Huh?

Mientras Mishuli hablaba, una suave sonrisa surgió en su rostro.

—Padre está aquí, tú estás aquí, y vivo en esta gran casa. Ahora mismo soy muy feliz, ¿sabes?

Sus palabras me iluminaron. Borraron todos mis pensamientos oscuros y desheredaron mis profundas esperanzas.

Es cierto. No permitiré que Mishuli se vuelva miserable. ¿A quién le importa el destino? Cualquiera que intente separarnos a Mishuli y a mí puede perderse en el laberinto. No necesitamos que venga.

Yo seré quien vuelva a Mishuli feliz.

Sin dudarlo, la abracé, creyendo en la felicidad actual desde el fondo de mi corazón.

—¡Eres realmente linda, Mishuli!

—¡Hey, TÚ eres la más linda del mundo!

Estas dos hermanas, lindas y geniales, pero tan fuertes cuando estaban juntas, se abrazaron por un tiempo. Estoy satisfecha de haber alcanzado el objetivo de ir a su cuarto.

Todo está bien. Me siento bien.