No es mi guardia sombra, es mi amante – Capítulo 5: Condición agravada

Traducido por Shisai

Editado por Shiro


Al día siguiente, la señora Ru se había enterado de lo que sucedió con su hijo. Yan Ru estaba muy ansiosa en este momento. Ella quería pensar en las contramedidas. No sabía sobre la situación de Xia Qian’an, pero si lo casaba, el problema podría salir a la luz y sucederían muchas cosas. El cálculo y los planes de ésta eran desconocidos para el involucrado.

Después de desayunar, Xia Qian’an le pidió a An Jiu que tomara el guqin, y fueron al pequeño bosque de bambú. Estaba de mal humor debido a los acontecimientos del día anterior. Como no había podido concentrarse en leer, simplemente fue al pequeño bosque de bambú.

Afortunadamente, la persona que lo tranquilizaba estaba a su lado. 

Es mucho mejor pensar esto, pensó Xia Qian’an.

En ese momento se detuvo, y se volvió para mirar al hombre sosteniendo el guqin detrás de él, con expresión gentil.

—¿Maestro? —An Jiu se detuvo y le echó un rápido vistazo a su amo. Estaba confundido.

—Estoy bien, ¡vamos! —sonrió, se dio la vuelta y siguió caminando.

La cabeza de An Jiu se inclinó ligeramente, nadie podía ver sus ojos con claridad, su boca estaba apretada en línea recta, pero aún se movía lentamente para no perder el paso.

Maestro…

⧫ ⧫ ⧫

La atmósfera en el palacio real se estaba volviendo cada vez más tensa. Los sirvientes que servían al príncipe no se atrevían a respirar. Temían que éste se enojara y por eso fueran castigados. Xia Qian’an también escuchó algunas noticias de Qiu Shui. No le importaba. De todos modos, no era asunto suyo.

Sin embargo, no sabía que cuanto menos le importaba, más probabilidades habría de que tuviera algo que ver con eso.

Un día, Xia Qian’an entró en el palacio imperial, pero no reaccionó.

Por la mañana, lo llevaron a su padre, y luego le dijeron muchas cosas que no entendió. Por fin, el príncipe perdió los estribos sin razón, y él se asustó. Luego lo llevaron a lavar y ponerse ropa, antes de ponerlo en una silla de manos y enviarlo al palacio imperial. Hasta este momento, no había registrado lo que estaba sucediendo.

—Señor Xia, se quedará en este patio por el momento.

—Mmm. —Xia Qian’an asintió inexpresivamente y los siguió.

Comparado con el diseño del palacio imperial, no era grande, pero era mucho más grande que el Patio de Bambú Verde. El ambiente también era muy bueno y había muchas flores y árboles en el lugar. Estas flores no coincidían mucho con el ambiente del palacio real. Eran elegantes y similares a Xia Qian’an.

Sólo había unas pocas criadas en el patio, y no estaban muy cerca de él; tampoco hablaban mucho.

Al observar el diseño y la disposición, entendió que la persona que lo invitó debía haber entendido claramente sus hábitos de vida. Finalmente, Xia Qian’an pudo descansar. Fue a su nueva habitación y su tensa mirada se relajó. Cuando se quedaba en un ambiente extraño, inconscientemente se ponía nervioso. Además, su mente era muy sensible.

—An Jiu —dijo en voz baja, quería pedirle que saliera con él ya que no le tenía tanto miedo.

Nadie respondió, y no vio la figura familiar del hombre. En ese momento sus pupilas se encogieron y su rostro se puso pálido. La mano sobre su rodilla se apretó lentamente, y su cuerpo se estremeció.

El hombre no estaba allí.

No lo siguió.

No estaba a su lado.

Los pensamientos de Xia Qian’an seguían circulando en su cerebro. Alcanzó sus rodillas y enterró su rostro en ellas mientras su cuerpo seguía temblando. La razón por la que había estado tranquilo hasta ese momento era porque pensaba que An Jiu estaba con él en las sombras, por lo que no tenía miedo.

Pero ahora descubrió que éste no estaba con él.

—An Jiu… tengo miedo…

¿Porque no estás aquí?

Su cabeza estaba enterrada en sus rodillas, su voz era ligera y un poco temblorosa, con una mezcla de pérdida y miedo. De este modo, Xia Qian’an permaneció allí durante mucho tiempo, respirando suavemente, como si durmiera.

—Es hora de cenar, joven maestro —La voz de una sirvienta se escuchó afuera de la puerta. Sin embargo, él seguía inmóvil, como si no hubiese escuchado. La criada, entonces, lo llamó varias veces, pero no hubo respuesta ni ningún sonido.

Después de mucho tiempo, él levantó lentamente la cabeza, su rostro inexpresivo, y sus ojos sin emoción.

—Es… es hora de comer —dijo, como si estuviera hablando solo, luego se levantó y salió de la habitación.

Si An Jiu lo viera, descubriría que su Maestro no era como su nuevo Maestro, el cual rechazaba el mundo exterior. Todo parecía volver a ser igual al original, la única diferencia era que Xia Qian’an ya no tenía An Jiu a su lado.

También había un pequeño estudio. Además de comer y dormir, pasaba tiempo en ese lugar. Los libros que allí se encontraban no los había leído aún. Había estado leyendo libros todo el tiempo, como si estuviera bien adaptado al nuevo entorno.

—An Jiu, ayuda… —comenzó a decir pero se detuvo, con los ojos muy abiertos en aturdimiento. Se había olvidado de nuevo, An Jiu no estaba cerca.

Xia Qian’an comió y durmió, pero su rostro se puso más pálido día a día, sus ojos estaban perdiendo su color y su espíritu era aún peor.

⧫ ⧫ ⧫

En el palacio oriental…

—¿Qué está haciendo Xia Qian’an ahora? —preguntó el príncipe Xia Hongxuan.

—Respondiendo al Maestro, el señor Xia está un poco deprimido —El eunuco se hizo a un lado e inclinó la cabeza respetuosamente.

—¿Oh? ¿No elegiste a alguien para cuidarlo bien?

—Maestro, el señor Xia come y duerme a tiempo, pero come muy poco en cada comida y se despierta varias veces cada noche.

Xia Hongxuan sonrió y no habló. Después de dejarlo ir, llamó a su guardia sombra.

—Sombra uno, dime.

—Respondiendo al Maestro, cada vez que sueña, el señor Xia llama a An Jiu —Sombra uno se arrodilló sobre una rodilla e inclinó la cabeza respetuosamente.

—¿Huh? ¿Un guardia sombra? —Xia Hongxuan preguntó con duda.

—Uno de los guardias sombra reales entrenado en el campo que le fue asignado.

⧫ ⧫ ⧫

En el patio…

Xia Qian’an caminó debajo del enorme árbol con el guqin en sus brazos. El área del césped era exuberante y verde. A continuación se sentó en el suelo, ajustó las cuerdas y tocó.

El sonido del instrumento se dispersó a la distancia con el viento. Ya no era tan rápido como antes y ahora estaba perdido. No sabía dónde estaba ni adónde iba.

Se trataba de ganancias y pérdidas, melancolía y tristeza, miedo y desesperación, hasta que todo desapareció gradualmente.

La habilidad con el guqin de Xia Qian’an había sido un regalo de Dios. Éste le había cerrado una puerta, pero en su lugar abrió una ventana para él.

Las personas que escucharon su música, imaginaron la situación que ésta representaba.

Xia Qian’an tocó el guqin sin expresión, y no había emoción en sus ojos. Sin embargo, había una ligera tristeza en los acordes del instrumento, y había desesperación y muerte en su corazón. Cuando él llegó a la antigüedad, su condición estaba en el punto crítico entre moderado y severo. Cuando estaba molesto, apareció An Jiu.

Para él, este hombre era muy extraño, lo que le trajo una sensación de seguridad inexplicable. Permaneciendo al lado de An Jiu, podía tolerar lentamente la proximidad de las personas a su alrededor. Con más de un año de llevarse bien, cada vez confiaba más en él, y gradualmente mostró sus verdaderos sentimientos frente a éste. Se podría decir que fue su medicina y su vida.

Ahora que el hombre no estaba cerca de él, su medicina se perdió y no tenía nada que lo salvara.

An Jiu… ¿No me quieres? ¿No quieres… estar con tu Maestro?

Si Xia Qian’an era un pez, entonces An Jiu era el agua. Un pez sin agua no podría vivir.

—Maestro…

El dedo de Xia Qian’an fue lastimado por la cuerda. No reaccionó. Y continuó tocando.

La cuerda se rompió. No reaccionó. Y continuó tocando.

No respondió a la voz familiar.

Era un sueño. Era un sueño. Si no respondía, no se despertaría. Entonces podría continuar escuchando la voz.

—… Maestro. —An Jiu miró al joven frente a él y sintió que estaba a punto de asfixiarse. Le dolía mucho el corazón y tenía los ojos amargos y astringentes. Sólo había pasado medio mes, y su Maestro se había vuelto así.

An Jiu se acercó, arrodillándose junto a él. Extendiendo sus brazos para sostener aquella mano llena de cicatrices y sangre.

—Maestro, An Jiu llega tarde…

Xia Qian’an estaba aturdido. Giró la cabeza para mirarlo, con cierta precaución en los ojos.

—No es un sueño… —murmuró, sus ojos no estaban rojos, pero las lágrimas cayeron sin previo aviso.

—Maestro… —La voz del hombre era ronca. En ese momento, los ojos del guardia sombra estaban rojos.

Xia Qian’an abrazó su cintura y enterró la cabeza en sus brazos. Cuanto más fuerte lo abrazaba, más miedo tenía de que la persona desapareciera.

—An Jiu… No me dejes atrás.

Porque moriré de desesperación. No… me dejes solo.

—Sí, señor.

Incluso si dejo de ser un guardia sombra, este subordinado estará con usted durante toda su vida. Maestro, lo siento. Llegué tarde. No me iré de nuevo.

An Jiu había vuelto.

Otros comenzaron a ver el cambio en Xia Qian’an.

Esa noche, después de bañarse, el joven se tumbó en la cama y palmeó la posición junto a él.

—An Jiu, duerme.

—Maestro, yo…

—No puedo dormir sin ti. Sueño contigo todas las noches, y luego me despierto y descubro que no estás… Entonces me quedo con los ojos abiertos hasta el amanecer.

El corazón del guardia tembló, y el dolor que allí sentía se extendió lentamente a todas las partes de su cuerpo; era un dolor que lo entumecía.

Después de que An Jiu se acostó en la cama, Xia Qian’an se aferró a él y lo abrazó por la cintura. Oliendo aquel aroma familiar, se sintió aliviado. Entonces frotó su cabeza contra el cuello del otro y cerró los ojos cuando encontró un lugar cómodo. Debido a que no había dormido bien durante mucho tiempo, se quedó dormido poco después de acomodarse.

An Jiu no se atrevió a moverse después de que su Maestro se durmió. Una de las manos del guardia sombra estaba siendo utilizada como almohada por el joven, mientras que la otra se extendió para tocar suavemente los ojos de su amo. Su mirada estaba llena de profundo amor cuando lo miraba.

Maestro, ¿puedo esperar que perdone a este subordinado…?

—An Jiu… no te vayas… —Xia Qian’an murmuró con los ojos cerrados. Su voz estaba llena de desesperación. Las lágrimas brotaron de las comisuras de sus ojos y rodaron por su cabello negro.

—Maestro, no me iré. —An Jiu abrazó al joven con fuerza, y gentil pero torpemente le dio unas palmaditas en la espalda con la otra mano.

Al sentir a la persona familiar, Xia Qian’an se calmó lentamente, no se despertó y continuó durmiendo. El hombre entonces cerró los ojos, sus movimientos pacíficos no se detuvieron para que su Maestro pudiera seguir durmiendo más.

En ese momento su corazón se calmó.

Finalmente había regresado al lado de su amo.

Una respuesta en “No es mi guardia sombra, es mi amante – Capítulo 5: Condición agravada”

  1. ¡¿Y por qué te fuiste?! >:( no dudes y acepta ese sentimiento!! Pobre Xia, debe ver que sus sentimientos también son más que especiales :/

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