Querida “amiga” – Capítulo 8: ¿Ni siquiera puedes verme junto a ella?

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


—Voy a hablar con mi Príncipe Heredero hoy —declaró Dorothea, mientras el carruaje nos lleva a nuestro destino.

—Buena suerte con eso —le dije rotundamente.

— ¿Eso es todo?

—No me estás pidiendo que sea tu guía de amor, ¿verdad? —Eso fue vergonzoso de una manera diferente. Incluso si no quisiera ver a Dorothea fallar, no había conocido a suficientes hombres para darle algún consejo.

Ah espera. Ahora sus ojos están llenos de lágrimas.

—No seas así. Por favor, ayúdame, Marie —rogó.

— ¿Cómo quieres que te ayude?

—Sabes cómo soy. Tímida y torpe. No importa qué, será incómodo para mí hablar con el Príncipe Heredero. ¿No puedes hablar con él primero?

Por Dios, lo único incómodo aquí es que Dorothea está haciendo que Mariestella haga todo el trabajo, para que luego ella se siente y coma la miel. Estalle en una risa silenciosa en mi cabeza. Oh, por supuesto, no sería difícil para mí hablar con el Príncipe Heredero. Incluso si ella fuera realmente mi verdadera amiga, con mucho gusto lo habría hecho. Sin embargo, no somos íntimas, por lo que, no se si con esto terminaré en el blanco de los problemas.

—Eso parece un poco difícil, Rothe. Sabes que no puedo hablar bien con alguien que no conozco.

— ¿Entonces, no puedes hacerlo?

—Bueno —comencé.

Al principio, la expresión de Dorothea se iluminó, pero su expresión se derrumbó un segundo después.

—No. No lo voy a hacer —le dije finalmente.

— ¡Marie! —Ella se quejó.

—Haces que me duelan los oídos, Rothe —me quejé.

—Eres tan mala. ¿No puedes hacer eso por una amiga?

— ¿Quieres que vaya a tu luna de miel cuando te cases?

Dorothea frunció el ceño ante el inesperado comentario.

— ¿De qué estás hablando?

—Bueno, dijiste que eras tímida. ¿Te dará vergüenza ir a tu luna de miel con tu marido? Creo que tendré que estar a tu lado para defenderte.

— ¡Marie! —Dorothea gritó con una voz aguda.

—Puedo escucharte incluso si no gritas, Rothe.

— ¿Cómo es eso lo mismo? ¡Se supone que solo los recién casados ​​deben ir de luna de miel! Sin ninguna incomodidad entre ellos.

—La primera noche juntos de los recién casados, necesitas estar preparada, ¿verdad? ¿Cómo puedo hacer algo tan vergonzoso como eso?

—Marie, eso es algo que necesito hacer, no tú. ¿Por qué te estás metiendo? ¿No puedes notar la diferencia entre una cosa y otra?

—Así es.

— ¿Qué?

Le respondí con una expresión tranquila.

—Tienes razón, Rothe. Del mismo modo, creo que es presuntuoso para mí involucrarme en tus asuntos amorosos. Me alegra que estés de acuerdo. Así que hazlo tú misma.

Dorothea me miró como si la hubiera abofeteado. Ignoré su mirada y miré por la ventana. Esperaba que soltara otra réplica, pero, por suerte o por desgracia, no abrió la boca. Me reí en mi cabeza y miré por la ventana en silencio hasta que llegamos al Palacio Imperial.

♦ ♦ ♦

El salón de banquetes estaba lujosamente decorado para la ocasión. Aunque la novela lo describió como extravagante y hermoso, verlo en vivo y en directo me impactó.

Salí del carruaje y caminé hacia la entrada del salón de banquetes, luego, mostré mi invitación al encargado de la puerta, quien lo confirmó y me saludó con una reverencia. También incliné mi cabeza ligeramente en respuesta, luego, entré en el salón. Una multitud de nobles se reunía, mucho más grande que en la fiesta del té en la mansión Trakos y, una vez más, me impresionó la vista. Me pregunto si es posible perderse aquí.

¿Mi familia vendrá?

La condesa Bellefleur y Martina saldrían después de mi, por lo que, es muy probable que aún no hayan llegado. Tal vez, encontraré a mi familia un poco más tarde. Más importante aún, hay algo más que debo hacer en esta fiesta.

No puedo dejar que Dorothea y el Príncipe Heredero se enamoren.

Ese sería el primer paso hacia el trágico final de Mariestella. La razón por la que murió en la novela fue porque Dorothea la acusó de todos los planes que había hecho como la amante del Príncipe Heredero. Por supuesto, dado que ahora soy Mariestella, nunca moriría por Dorothea, pero, quiero evitar un mal futuro por si acaso.

— ¡Marie!

La voz de Dorothea me interrumpió de mis pensamientos. Me volví hacia ella. — ¿Qué pasa?

—Si no quieres hablar con el Príncipe Heredero, ¿puedes quedarte a mi lado?

Si se tratara de otra persona que no sea Dorothea, sería un comentario muy romántico. Normalmente, me hubiera negado firmemente, pero es mejor para mí estar al lado de Dorothea en la fiesta de hoy. Entonces, podría interferir antes de que ella y el Príncipe Heredero Xavier se enamoren. La historia original, comenzó a cambiar desde el momento en que me convertí en Mariestella, y no sería demasiado difícil cambiar otro punto de la trama, siempre que me concentre en ello. Así que asentí en respuesta.

— ¿De verdad? —Dijo Dorothea.

—Sí.

— ¡Estaba preocupada porque te has comportado extraña conmigo! No me dejes, ¿de acuerdo?

Realmente, no siento pena por ella, pero me reí por dentro sin decir nada. Entonces, escuché que alguien me llamaba.

¿Lady Mariestella?

Ah, esa es una voz familiar. Cuando me di vuelta, vi a una joven que solo había visto una vez. Sonreí torpemente y dije su nombre.

—Lady Odelette.

Espera, ¿no creo que esto fuera parte de la historia original…? Tenía una expresión perpleja en mi rostro. Odelette y Mariestella rara vez interactuaban en la novela original; tal vez, solo una o dos veces como máximo. Incluso entonces, eso fue solo después de que Dorothea se convirtiera en la amante del Príncipe Heredero.

Le di a Odelette una sonrisa amable.

—Hola, Lady Trakos. Es la primera vez que nos vemos desde la fiesta del té, ¿no?

—Sí. Te has vuelto más hermosa de la última vez que te vi —respondió Odelette. Te vuelves más bella desde la última vez que te vi parecía ser un saludo estándar en este mundo. Sonreí torpemente y ofrecí el mismo sentimiento.

—Gracias, Lady Odelette. Lo mismo va para usted.

—Me siento halagada. Estoy tan feliz de verte de nuevo. En realidad, quería hablar contigo en la última fiesta del té, pero, lamentablemente, no pude. ¡Estoy tan feliz de poder verte al comienzo del banquete de hoy!

Uh…espera, ¿desde cuándo Odelette tenía este tipo de personalidad? Me entró el pánico. La imagen de Odelette almacenada en mi cabeza de la novela era la de una mujer con una cabeza inteligente y una belleza fría. Si bien fue cortés y acogedora en la última fiesta del té, no estaba tan cerca de esta burbujeante y enérgica actitud. De alguna manera…ella me recordó a un perro grande que saludó a una persona después de una larga separación. Por supuesto, esa es una forma bastante grosera de describir a una persona.

—Gracias por darme la bienvenida, lady Odelette.

—Para nada, lady Mariestella. Tenía una buena sensación de tener suerte hoy —dijo con una sonrisa suave, luego, continuó con una voz emocionada. —Si no te importa, me gustaría hablar contigo.

Ah, esto es aún más inesperado. La miré con desconcierto. El plan original de hoy es seguir a Dorothea, la persona que odio tanto, para evitar que se enamore del Príncipe Heredero. Dudé y debatí si debía cambiar mi plan o no, cuando una voz aguda se alzó justo a mi lado.

— ¿Qué estás haciendo, lady Odelette? —Dorothea frunció el ceño. — ¿Ni siquiera puedes verme parada aquí?

—Ah

Odelette no estaba ciega, por supuesto, pero parpadeó sorprendida, como si acabara de notar la presencia de Dorothea a mi lado. Lo gracioso fue que pensé que Odelette se veía graciosa y linda, no falsa o hipócrita. Quizás, si mi lugar hubiera sido cambiado, hubiera pensado lo contrario. Ahora que lo pienso, también soy una una persona de doble cara, ¿no?

—Mis disculpas por ofenderte, lady Dorothea —dijo Odelette, con una voz que no tenía ni una pizca de arrepentimiento, casi me eché a reír —por favor, comprende —continuó Odelette, —tengo mala vista.

Fue una respuesta ridícula, pero la boca de Dorothea se abrió sin palabras. Un momento después, entrecerró los ojos.

—Lamento que no tengas buena vista. Tu padre parece tener buenos ojos —dijo Dorothea.

—Jaja —Odelette bromeó, pero sus ojos eran como el acero. Era obvio que estaba descontenta con este desarrollo infeliz —supongo que me parezco a mi madre. De todos modos, lady Mariestella, ¿por qué no vamos allí y hablamos a solas?

—Hola, lady Odelette. Marie ha estado conmigo todo este tiempo —interrumpió Dorothea —entonces, ella puede quedarse conmigo de ahora en adelante. ¿No es así, lady Mariestella?

—Lady Odelette, ¿qué le pasa? No parece haber aprendido los modales de una dama correctamente.

—Lady Dorothea, he sido educada adecuadamente como dama, así que le pido permiso a lady Mariestella. Hasta donde sé, su audición está bien, así que estoy segura de que me escuchó correctamente.

—No pediste mi permiso.

Odelette no dijo nada. Dorothea sonrió triunfante, como si hubiera ganado la discusión, pero lo vi de manera completamente diferente: Odelette guardó silencio por la sorpresa, no porque hubiera perdido la discusión.

—No creo que tenga nada más que decir, ¿podría irse? —Dijo Dorothea.

—No, no. Espere un momento, lady Dorothea —dijo Odelette, con un evidente desconcierto en su rostro. — ¿Sois dos hermanas? Escuché que Lady Mariestella tiene una hermana menor…

¡Qué palabras tan terribles, Odelette! ¿Cómo te atreves a comparar a Martina con Dorothea?

2 respuestas a “Querida “amiga” – Capítulo 8: ¿Ni siquiera puedes verme junto a ella?”

  1. No hay punto de comparación, la hermanita es sincera, honorable e inteligente, en cambio Dorothea es un mano de hipocresía, narcisista y mentirosa.
    Matiestella, a veces se tiene que actuar con oscuridad para sobrevivir.

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