Rehabilitando a la villana – Capítulo 18: La villana no conoce la restricción

Traducido por Rencov

Editado por Herijo


La razón por la que Shael debía asistir al banquete en la torre se remontaba a un antiguo contrato entre la familia Azbel y la Torre de magos. Según este acuerdo, la Torre se comprometía a suministrar herramientas mágicas a la familia Azbel, y, a cambio, un miembro de la familia debía asistir al banquete anual. El propósito de este pacto era suprimir una maldición que pesaba sobre la Torre, aprovechando el poder mágico inherente a la línea de sangre de los Azbel, famosa por su dominio de la magia.

Por lo general, la supresión de la maldición ocurría durante el segundo día del banquete, lo que significaba que Shael tendría que permanecer en la Torre hasta entonces.

—¿Qué te gustaría hacer? —pregunté.

—Vamos a dar un paseo primero.

Shael parecía preocupada y comenzó a caminar sin rumbo fijo. Sin embargo, se detuvo de repente al divisar un imponente edificio: la biblioteca de la Torre. Su expresión se iluminó al contemplar el lugar.

—¿Te gustaría pasar un rato aquí? —ofrecí.

—Sí.

Sin titubear, Shael aceptó mi propuesta y se adentró en la biblioteca.

La biblioteca resultó ser más convencional de lo que esperaba. Era un espacio abierto incluso para los forasteros, y los libros sobre magia eran solo una parte de su colección. Había volúmenes de filosofía, novelas de entretenimiento y otros temas que parecían desentonar con la temática mágica de la torre.

Mientras yo pensaba que no había nada relevante para leer, Shael seleccionó un libro sin vacilar, como si ya supiera lo que buscaba. Lo abrió y comenzó a leer discretamente, cubriendo la portada con otro volumen. Su actitud me pareció sospechosa.

—¿Qué tipo de libro estás leyendo que necesitas ocultarlo así? —pregunté, intrigado.

—No seas tan curioso sin razón —replicó Shael.

¿No es natural que me intrigue aún más cuando respondes así?, pensé para mí.

Sospechaba que Shael pudiera estar maquinando algo inusual. Si se metía en problemas dentro de la torre, las consecuencias podrían ser graves.

No, estoy seguro de que se meterá en problemas graves.

¡Debo eliminar cualquier riesgo, por mínimo que parezca, para evitar que suceda algo así!

Decidí usar la Magia de visión para espiar el contenido del libro que leía.

En el espejo virtual que apareció, pude leer: “Toma mucha agua. Parece fácil, pero sorprendentemente es uno de los aspectos más difíciles. Es uno de los elementos esenciales para perder peso”..

Shael asintió levemente, como si comprendiera profundamente el mensaje. Me sorprendió descubrir el tipo de lectura en la que se había sumergido. Recordé haber mencionado su aumento de peso durante nuestras prácticas de baile. Esperaba que no estuviera leyendo eso por esa razón.

Shael cerró el libro y tomó otro: “100 Ejercicios para Desarrollar la Fuerza de los Dedos”. Inmediatamente entendí su motivación. Recordé el sonido nítido que hizo cuando le toqué la frente con mis dedos. Para Shael, aquello había sido una afrenta humillante, y ahora parecía estar preparándose para vengarse, observando el libro con ojos ardientes.

“Repite el apretón y estiramiento de tu mano 100 veces”, decía el libro que tenía entre manos.

Shael ocultó sus manos bajo el escritorio, intentando mantener sus acciones en secreto. Sin embargo, a través de la magia, pude observar claramente lo que hacía. Comenzó a mover sus manos de manera cómica, repitiendo el apretón y estiramiento de acuerdo con lo indicado en el libro. Aunque modificó la cantidad, ¡lo llevó a cabo diez veces más de lo recomendado, nada menos que mil veces!

Después de completar su tarea, recuperó el aliento lentamente, intentando no llamar la atención. Era evidente cuánto esfuerzo estaba invirtiendo en su plan de venganza.

—¿Qué estás haciendo? —pregunté.

—¿Por qué lo preguntas? Ya he terminado —respondió Shael, levantándose y sugiriendo que la siguiera. —Necesito beber agua.

Le ofrecí agua, y la bebió ávidamente. Shael siempre tendía a exagerar en todo lo que hacía. Incluso en sus ejercicios, había superado ampliamente las indicaciones del libro. La moderación no era precisamente una de sus virtudes. Por eso, me vi en la necesidad de advertirle:

— Beber demasiada agua puede tener efectos adversos en tu salud. Intentar perder peso de esta manera podría dañarte seriamente.

También dejé entender que había visto el contenido del libro que Shael estaba leyendo como un extra. Quería destacar mis palabras y enfatizar que “yo sabía” lo que estaba ocurriendo.

La reacción de Shael fue de sorpresa.

—¿En serio?

Su asombro se debía a mi declaración sobre haber visto el contenido del libro.

— Es importante hacer ejercicio con moderación. El exceso puede ser perjudicial para tus articulaciones.

Mis palabras confirmaron sus sospechas en cierta medida.

Shael no respondió. Sorprendentemente, no mostró enojo. Probablemente estaba avergonzada. Después de todo, realizar esos ejercicios mil veces frente a otros habría sido bastante embarazoso. Su rostro se enrojeció mientras se alejaba en silencio.

♦ ♦ ♦

La Torre de magos tenía una configuración única y peligrosa durante la noche debido a una maldición demoníaca. Aquellos que no dominaban la magia especial de la torre o no eran lo suficientemente poderosos sufrirían la pérdida gradual de sus sentidos: vista, oído e incluso olfato. Si permanecían afectados por mucho tiempo, podrían perderlos permanentemente. Esta maldición era el resultado del rencor de los demonios hacia Aren Jaygers, el Señor de la Torre de magos, quienes habían maldecido el lugar a cambio de sus vidas.

Aunque parecía una configuración extravagante, era un recurso narrativo del autor de la novela para desarrollar la trama entre el Señor de la Torre y la protagonista.

Sin embargo, esta maldición era especialmente problemática para Shael. Como portadora del poder mágico de la familia Azbel, su presencia era necesaria para suprimirla. Esto explicaba por qué debía visitar la Torre. La pregunta obvia era: ¿por qué Aren Jaygers no trasladaba la Torre a otro lugar si estaba maldita?

La respuesta era simple: Aren Jaygers era un personaje extremadamente excéntrico, debido a la configuración de la historia. Esta situación obligaba a los forasteros a permanecer en las habitaciones designadas durante la noche.

Las habitaciones estaban protegidas con magia especial de la Torre para resguardar a los forasteros de la maldición que podía privarlos de sus sentidos.

Shael y yo fuimos conducidos a nuestra habitación por un guía.

— Aquí estamos. Si necesitan algo, pueden llamarme presionando este botón. Y, como saben, nunca deben salir durante la noche —advirtió el guía.

Esta precaución también estaba vinculada a la maldición. Shael y yo intentamos ingresar a la habitación, pero me detuve repentinamente. ¿Por qué nos habían guiado a ambos a la misma habitación?

—¿Se supone que debemos quedarnos en la misma habitación? —preguntó Shael, visiblemente sorprendida.

—Sí. Las asignaciones fueron hechas según las instrucciones del Señor de la Torre. ¿Hay algún problema? —respondió el guía, confundido por las palabras de Shael.

—Por favor, dame una habitación diferente. —insistió Shael.

—Lo siento, pero todas las habitaciones están ocupadas.

Shael murmuró con frustración: —La Torre de magos debería ser muy grande.

Esta situación era otra peculiaridad impuesta por el escritor de la maldita novela. Resultaba desconcertante que una torre tan grande no tuviera suficientes habitaciones. Quizás era parte de la trama en la que el Príncipe Heredero, disfrazado, enfrentaba dificultades similares.

—La maldición comenzará en cinco minutos. Sugiero que hagan uso de este lugar por ahora —intervino el guía.

—Entonces, retírate —respondió Shael con frialdad.

—Cabrón —masculló Shael, lanzando probablemente una maldición al Señor de la torre. No, estaba bastante seguro de que era así.

Fue la primera vez que la escuché usar ese lenguaje. Aparentemente, la villana había aprendido una nueva palabrota.

Shael abrió la puerta, la cerró de golpe y luego la abrió de nuevo.

—¿Por qué… solo hay una habitación?

Parecía que Shael comenzó a insultar al Señor de la Torre nuevamente.

El tiempo apremiaba, ya que la maldición comenzaría pronto. La habitación era espaciosa, aunque más pequeña que la de Shael, la cual era desmesuradamente grande.

El Señor de la Torre nos recibió mejor de lo esperado. La habitación estaba notablemente limpia y ordenada, lo cual contrastaba con la imagen previa que tenía de él, un individuo que había demostrado una personalidad agresiva, incluso intentando usar la magia contra Shael. ¿Sería posible que tuviera algo de sentido común?

Quizás su actitud se debía a la importancia de la ayuda que requeriría de la familia Azbel, específicamente de Shael, durante el banquete del día siguiente. Aunque, al reflexionar nuevamente, no parecía ser alguien que se preocupara por esas formalidades.

Ah, ¿será por la Píldora de las Mentiras? Quizás trató de asignar alguna habitación extraña y dijo lo contrario.

De cualquier manera, en la mesa había comida y en la estantería había libros para el entretenimiento. Incluso se encontraban herramientas mágicas disponibles para diversas comodidades.

Sin embargo, un incómodo silencio llenó la habitación.

¿Por qué, de todas las cosas, solo había una cama?

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