Campo de azucenas – Capítulo 8: Los sentimientos de la Mujer Caballero

Traducido por Sharon

Editado por Nemoné


Nota del Autor: Me gustan los puntos de vista del autor, ¿no les parece?

♦ ♦ ♦

[Rose]

Por generaciones, mi Casa fue de caballeros pobres.

Si sólo fuera eso, no sería diferente de otras, pero sólo las mujeres de la Casa nos convertimos en Caballeros.

Tanto mi madre como mi abuela y abuelo lo fueron, sin embargo, mi padre fue un comerciante. Éramos pobres, pero como una familia de Caballeros teníamos nuestro orgullo y confianza en nuestras habilidades.

Me gradué de la Escuela de Caballero a los dieciocho años. Como una mujer, podía estar orgullosa de completar este escenario.

Aunque sólo había un problema en mi vida. Me era imposible amar a un hombre porque sólo puedo ver a las mujeres como potenciales objetivos.

La primera persona que me gustó fue una amiga de la infancia que vivía en la aldea. Jugábamos juntas todos los días, nos quedábamos en la casa de la otra, nos bañábamos juntos y dormíamos en la misma cama.

Así que, antes de entrar a la Escuela de Caballeros, intenté transmitirle mis sentimientos, pero…

—Voy a convertirme en la concubina del jefe de la aldea pronto —Me dijo en su casa.

Desesperación. Si tuviera que expresarlo en una palabra, sería esa.

Ella era la hija de un granjero pobre, pero era hermosa. El hijo del Jefe de la aldea tenía quince años, y ya tenía una esposa, pero quería convertirla en su concubina.

No es inusual el matrimonio a esa edad. Normalmente, varias personas deciden su vida cuando alcanzan los quince años, ya sea casándose con alguien, entrando a la Escuela de Caballeros y convirtiéndose en soldados, o volviéndose pupilos de algún comerciante o artesano.

No era extraño que una mujer fuera independiente e intentara mantenerse sola, pero como se esperaba, esta era la minoría.

Incapaz de decirle algo, dejé el lugar. Entonces era tiempo de ir a la Escuela, y me fui a la Capital Real.

No volví a verla. Y no pude amar a nadie más.

Pensando que me entristeceria de nuevo si les contaba mis sentimientos, los oculté.

Mi abuela me dijo que cuando vaya a la Escuela de Caballeros, los hombres se me acercarían. Al parecer ella conoció a mi abuelo allí. Sin embargo, para empezar, no estoy interesada en los hombres…

Pensé que si los hombres se me proponían en el patio trasero del edificio comenzarían a gustarme. Pero mi sabor no cambió.

Hubo alguien que me sostuvo, pero mi primera experiencia fue la peor además de dolorosa.

Al principio, cuando me gradué de la Escuela de Caballeros, busqué un trabajo.

Mi familia estaba compuesta por Caballeros, pero no somos vasallos de un noble, sino independientes. Así que aproveché mi condición como mujer y me ofrecí como la guardia personal de un noble que tenía hijas. Pensé que aunque un Vizconde no lo aceptaría, estaría bien mientras me contratara un Barón o algo así.

Si no tenían por lo menos ese título, entonces no creía que pudieran permitirse contratarme. Aunque no lo dije, en ese tiempo pensaba que era imposible.

Entonces alguien inesperado me llamó.

Era el Conde Ainkfalts. El inversor de una Escuela nocturna decía que quería contratarme por todos los medios. Y tanto yo como mi familia estábamos encantados con el trabajo.

Por supuesto, ya había escuchado la historia.

Fui entrenada por dos años para servir a la señorita Anne Rose. La primera vez que la vi fue dos meses después de comenzar el trabajo.

Es probable que fuera amor a primera vista.

Hermoso cabello plateado casi transparente, piel blanca y un rostro bien proporcionado con una atmósfera rígida como su padre.

Un strike perfecto.

Además, no sólo es una belleza, pero tenía un corazón gentil que nos dio la bienvenida desde el fondo de su corazón.

¿No es una diosa reencarnada? Pensé seriamente.

Y tengo pruebas de ello. Al parecer, la señorita tiene ambos órganos sexuales. Seguramente tiene las mismas características que un dios por ser la reencarnación de uno.

Si una Diosa me lo pide, me entregaré por completo a servirle a esta familia.

Serviré a esta persona por el tiempo que me quede de vida.

♦ ♦ ♦

Y la parte inferior de esa señorita está desnudo y presionándose contra mí.

Un clítoris gordo y una raya abierta con cabello plateado fino creciendo.

Está goteando.

Cuando le dije a la señorita que lamería ese lugar, casi lloré. Abrumada por la excitación, dije algo terrible.

¿No va a irse? Después de todo, aunque sea alguien tan amable, ella despreciará este comportamiento.

—Entonces, por favor…

Pero fue diferente. La señorita aceptó a alguien como yo. Puede parecer grosero, pero para ella lució natural.

Me excité cuando ella abrazó repentinamente el brazo del cochero y puso su pecho en su hombro. Aunque la señorita no lo note, todos los hombres sintieron sus pantalones apretados.

En la noche, sintiéndome mareada, escuché sonidos de crujidos y movimiento en el carruaje. Ella parece estar en esa edad, pero es un problema que se olvide cuando está tan cerca de la ventana. Aunque estoy interesada en estas cosas.

Entiendo que los hombres hayan tenido que ir a los arbustos para aliviarse. Es natural cuando una belleza sin igual está haciendo algo tan vulgar.

Por eso lo hice.

Y al día siguiente después de la cena, me pidió limpiar su cuerpo. Al principio estaba confundida, pero hice una pose de victoria en mi mente.

Todos me miraron con envidia, sin embargo no dejaré pasar esta oportunidad aunque muera.

El cuerpo desnudo de la señorita es increíblemente hermoso. No pude contener mi excitación cuando pensé en ella aliviándose en el carruaje. Anoche no pude dormir sabiendo que tenía un miembro.

¿Cómo lo hizo ayer? ¿Con su agujero femenino? ¿O-O-O… con su pene?

Sólo sentí dolor cuando un hombre me sostuvo, pero estoy segura que si fuera la señorita tanto mi cuerpo como mi corazón estarían satisfechos.

Mientras limpiaba su espalda, no pude contener mis impulsos y la toqué con la punta de la tela. No importa que se de cuenta, ella perdonará algo como esto.

Fue un momento sagrado… Pero se terminó antes de que me diera cuenta.

— ¡B-Bueno, entonces! ¡Discúlpeme por mi rudeza!

Aunque es lamentable, y sé que terminaré siendo odiada, no puedo separar mis ojos de su cuerpo.

Intenté escapar rápidamente.

—Por favor, espera.

Una voz me llamó desde atrás. Sólo hay una persona atrás mío.

—Me gustaría recoger algunas flores antes de dormir.

Mi entrepierna se mojó con sus palabras. Más tarde tendré que cambiarme de ropa interior.

La señorita usualmente usa una falda, pero ahora mismo está usando pantalones para poder moverse con facilidad. Ella se los sacó, y bajó sus bragas. Sólo puso una pierna afuera y la dejó a un lado.

La imagen es tanto hermosa como pervertida. Además, la señorita huele bien; la fragancia era ligeramente dulce, como una flor elegante.

Al principio pensé que era su perfume, pero es diferente. Provoca mi lujuria apasionadamente.

No, lo más probable es que no sea sólo yo.

Lo sé con ver a los otros Caballeros, el cochero, los sirvientes de la mansión y a la sirvienta personal de la señorita.

Ella se agachó, desplegando una dulce fragancia y sosteniendo mi mano.

—Nn… Fuaa…

Su pis salpicó, y ella sacó una dulce voz.

Pensé que por su posición social daría un sentimiento más elegante, pero la situación es más normal de lo que esperaba.

Por otro lado, esa brecha entre mi imaginación y la realidad hizo que mi excitación alcanzara su clímax.

El rostro de la señorita está rojo por la vergüenza, algo que nunca creí ver.

Entonces noté algo extraño. El pis de la señorita hizo dos caminos. Uno sale de ese lugar debajo de su clítoris, y el otro está formando una parábola.

Ese es el pene de la señorita…

Tan pronto como vi eso, mi útero y vagina comenzaron a pulsar. Además, su pis se está extendiendo por los alrededores, dando un olor más pesado de lo usual.

Al mismo tiempo, miel comenzó a salir de mi lugar secreto y un sentimiento placentero me recorrió la espalda.

¿Es por el olor?

No puedo creer que algo como esto haya pasado, a pesar de que mis pantalones están empapados.

—No hay nada para limpiar… —Escuché la voz impaciente de la señorita.

Al parecer no trajo ninguna tela para cuando hubiera terminado sus asuntos.

La señorita es descuidadamente linda.

Y yo, que no dejé de observarla, dije algo terrible.


Capítulo 9 ya disponible en la edición 27 de KT

Una respuesta en “Campo de azucenas – Capítulo 8: Los sentimientos de la Mujer Caballero”

Responder a Pervertis Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido