Traducido por Shisai
Editado por Sakuya
—Tú… —Iván miró a Tang Feng con asombro, como si no entendiera lo que este hombre estaba haciendo y por qué.
Tang Feng, quien puede ser basura a los ojos de Iván, puso la pistola contra su pecho, usando su propia vida para amenazar a Albert, algo que hizo que Iván se sintiera ridículo. Este hombre cooperó con ellos queriendo al actor como una de las condiciones, eso no significaba que Albert los dejaría ir por el bien de Tang Feng.
Ahora dependían de la decisión de Albert.
Tang Feng no se molestó en mirar a Charles o a Iván frente a él. Extendió la mano y se limitó a apartar a Iván para mirar a Albert.
—Estoy siendo serio. Déjalos ir, dales al menos media hora —dijo con una sonrisa.
—De lo contrario, ¿te suicidarás? —Albert mantuvo una sonrisa en su rostro, observando al actor lleno de creciente interés.
—Por el placer de molestarte, si.
Tang Feng estaba dispuesto a retrasar el tiempo por otros, pero no quería que otros lo hicieran perder el tiempo. Cuanto más se prolongase, más peligroso sería. Nadie sabía qué haría Albert a continuación. Apretó el arma con fuerza. Tang Feng agarró su pistola con más fuerza mientras consideraba cómo debía dispararse a sí mismo o caminar hacia el otro hombre y dispararle si alguien intentaba retenerlo.
Si muriera antes de que Charles y los demás se fueran, todos tendrían el mismo final.
Curiosamente, cuanto más tensa y crítica era la situación, más clara se volvía su mente.
—Albert, la Interpol no te dejará libre si haces esto. No es demasiado tarde para rendirte. Todavía somos aliados —Iván seguía molesto con el cambio de opinión del otro, sin saber si fue porque Albert lo estaba amenazando o si todo esto resultó como Charles le advirtió.
—Ja. —Charles ya no quería hablar, no estaba de humor para hacerlo.
¿Iván todavía tenía esperanzas de hacer cooperar a Albert? ¿Era porque se negaba a admitir su error o realmente creía que podría convencerlo? ¿No todas las personas orgullosas y paranoicas tienen ese problema?
—Puedes elegir salir o quedarte, tienen media hora.
Albert miró ligeramente a Iván y las últimas tres palabras fueron dirigidas a Tang Feng.
Tang Feng entendió que se trataba de un acuerdo entre él y Albert. Fue un éxito a medias, y no podía estar contento hasta que Charles y los demás lograran irse.
—Al final, fui rescatado por mi bebé —Charles sonrió suavemente, le dirigió una mirada profunda a Tang Feng antes de darse vuelta con resolución e irse con los gemelos Mike. Después de recibir las instrucciones de su jefe, la gente de Albert les cedió el paso.
—Media hora —recalcó Albert, sacando un reloj de bolsillo de su traje.
—No te quedes ahí parado, ¿o te vas a quedar aquí conmigo? Lo siento mucho, pero no me caes muy bien, especialmente porque solo querías usarme como una ficha de intercambio, así que no quiero verte ahora. Vete Iván, no sirve de nada que te quedes aquí, vuelve y haz tu trabajo de policía. —Tang Feng miró a Iván a su lado, no sabía que estaba pensando en este momento. ¿Todavía seguía luchando o estaba enojado?
—Charles enseguida te dejó, ¿no estás enojado? —preguntó el agente de Interpol.
La duda le resultó divertida al actor.
—Como ya he planeado dejarlo ir, cuanto antes se vaya, es lo mejor para mí. ¿Por qué debería estar enojado?
¿Es porque la muerte de dos personas juntas es un final más romántico? Vivo es mejor que nada.
Si has muerto una vez, entenderás que siempre hay esperanza en la vida, y que al morir no queda nada.
En lugar de que todos sean capturados por Albert, es mejor sacar a la mayor cantidad de personas posible, al menos con la esperanza de que aquellos que salgan regresen para salvarlo.
Tang Feng sabe que Charles entiende lo que quiere decir. No hay necesidad de explicarlo. Podían pretender estar enamorados, pero lucía algo superfluo y pretencioso. Aunque ese hombre generalmente habla bastante, eligió suspirar e irse. Charles le debía un favor, uno grande.
¿Cuánto tiempo llevará? Para algunas personas será toda una vida.
—Baja tu arma, hace que mi corazón lata más rápido y se sienta nervioso, lo que no es algo bueno. Podemos sentarnos, beber y conversar en esta media hora —la voz de Albert era suave y un poco baja, como si tuviera miedo de asustar de repente a Tang Feng.
Casi sin dudarlo, el actor dejó la pistola y la arrojó a un lado. Realmente no le gustaba la sensación de sostener el arma, especialmente cuando estaba apuntando la boca del cañón a su corazón.
—Realmente me haces… apreciarte cada vez más.
La comisura de la boca de Albert reprimía una sonrisa.
Aunque este había fingido cooperar con Iván, no impidió que creyera en las palabras de Albert. Había pensado en el carácter de este hombre desde la primera vez que se conocieron.
¿Lo llamó Esmeralda? Bueno, quizás era “Esmeralda” a los ojos de Albert, pero ese tipo no elegirá engañarse a sí mismo.
Cuando se trata de lo que quiere, es muy probable que lo consiga. No es que sea particularmente bueno en lo que hace, sino que cuenta con gran persistencia y creencia en sí mismo. Algunas personas son malas por algún motivo, algunos lo hacen para distinguirse de los demás.
Después de todo, ¿no son todos tipos orgullosos? Cuanto más sincero se mostrase Tang Feng, más podría ganarse la buena voluntad y el aprecio de Albert. El significado oculto es que mientras le de su aprecio y estimulación, la otra parte cumplirá su promesa.
Charles y los demás tendrán media hora para huir. Tang Feng no tiene que preocuparse por lo que suceda en el camino. Si Albert hiciera un escándalo al respecto, no sería Albert en absoluto.
Nadie se negará a sí mismo, especialmente el hombre frente a él, que es narcisista hasta los huesos.
—¿Por qué romper el puente con Iván? Si uno de tus objetivos soy yo, entonces ya estoy a bordo. No necesitas enemistarte con la Interpol. Te odiarán.
Tang Feng se sentó mientras Albert tomó dos copas de vino y, por la forma en que se limpió la habitación, todo parecía normal. El enfrentamiento de hace un momento fue como ver la escena de una película.
—En realidad, Charles tiene razón, eh. —Albert sacudió el líquido dorado en el vaso suavemente, lo bebió con mucha elegancia y dijo lentamente—: La llamada justicia, realmente me hace sentir enfermo.
No tiene miedo de ofender a la Interpol, porque independientemente del delito, siempre seguirá entre las tres personas que más quieren arrestar.
Si realmente cooperan con Iván, sólo sería una degradación del gusto y la estatura de Albert.
♦ ♦ ♦
Abordó el helicóptero directamente en el barco, Charles sacó su celular y se preparó para hacer una llamada, pero la maldita señal en realidad estaba bloqueada. No era de extrañar que ninguno hubiera avisado previamente a pesar de estar rodeados.
—Este loco está muy bien preparado —Charles farfulló, sosteniendo el teléfono en la mano un poco enojado. Casi lo arrojó al mar, pero se abstuvo cuando recordó que todavía tenía el número de teléfono de ese hombre.
—Todavía está en manos de Albert, ¿y te vas a ir sin más? —Iván también estaba en el helicóptero, sentado en su asiento con las manos entrelazadas y no dejaba de mirar al otro—. Prefieres abandonar a otros, que poner en riesgo tus intereses, ¿no?
En respuesta, Iván recibió una bofetada.
Mirándolo con indiferencia, Charles lo agarró por el cuello de la camisa.
—¡A estas alturas, todavía tienes el tiempo libre para decir estas tonterías! Si Tang Feng no hubiese arriesgado su vida también por ti, ya te habría tirado al mar para alimentar a los peces. ¡Juro que incluso los tiburones no quieren comer tu carne apestosa!
—Tú…
—¿Qué me pasa? No creas que no me atrevo a golpearte. Aunque te hayas acostado conmigo en el pasado, tu estupidez hoy es suficiente para enojarme lo suficiente como para golpearte —exclamó, golpeándolo con fuerza en la cara—. ¡Este puñetazo es por Tang Feng!
—¡Charles! —gritó Iván, nunca había sido golpeado así.
—Escucha Iván, quiero que regreses vivo y les digas a tus jefes que yo, Charles, recordaré qué tipo de recompensa recibí hoy por la sinceridad que te di y prepárate para el gran regalo que les daré, te encantará. Por supuesto, si incluso un solo cabello de mi bebé resulta dañado, voy a duplicar ese regalo —acto seguido, Charles aflojó el agarre.
El joven oficial, con sangre brotando de la comisura de la boca, frunció el ceño y se quedó medio desplomado. Le tomó un tiempo decir: —¿Es ese hombre tan importante para ti?
—Él acaba de salvarte la vida, ¿y así es como le pagas? —le respondió con otra pregunta despectivamente.
Iván dejó de hablar.
—No es tan importante para mí… es extremadamente importante —Charles miró el mar en calma, notando como el barco lucía como un pequeño resplandor entre la oscuridad.
Su afecto por él comenzó hace medio año, y ahora, en lugar de reducirse o enfriarse, se calentaba cada vez más como un volcán en erupción.
¿Cómo puede no amar a un hombre así? Tan condenadamente bueno…