Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 131: Buscando refugio

Traducido por Herijo

Editado por Sakuya


Apreté los dientes y agarré la lanza que sobresalía de mi mano izquierda con mi mano derecha. Era difícil recuperar el aliento debido a todos los impactos que mi cuerpo acababa de recibir. Podía escuchar sonidos desagradables a medida que los dedos de mi mano izquierda comenzaban a tener calambres terribles.

Parece que al menos la hoja de la lanza evitó perforar mis huesos. Es afortunado. Si mis huesos también se hubieran roto, me sentiría aún más lenta y nauseabunda.

Intenté sacar la lanza de mí. Mi palma estaba resbaladiza por el sudor, y era difícil agarrarla bien. Debido a la proximidad del fuego, la impaciencia y la ansiedad se extendieron por todo mi cuerpo. Si no me apuro, me quemaré hasta la muerte… También hay varias personas caídas a mi alrededor.

Todavía podía ver signos de vida en el sacerdote en el suelo cerca de mí. Probablemente el Vizconde Rogshia también esté vivo. Es demasiado tarde para los demás. Parece que alguien ha clavado una hoja en el corazón del sacerdote juez sólo para asegurarse de que esté muerto, y ambos guardias tampoco muestran señales de vida..

Al menos, tengo que asegurarme de que este sacerdote viva. Si sale de esto con vida, puede enviar al Vizconde Ogren a ser ejecutado. Bueno, antes de todo eso, tengo que resolver primero mi situación.

Pero, no tengo la fuerza para quitar una pesada lanza metálica con una sola mano y la fuerza de un niño pequeño. Estoy ardiendo de impaciencia. Sólo pensar en la posibilidad de que las polillas de fuego se acerquen más aquí me hace estremecer de miedo. Debería estar intentando calmarme y recuperar el aliento, pero por el contrario, me estoy impacientando.

El olor a carne quemada me hizo recordar cosas desagradables, y me sentí asqueada. No necesito razones adicionales además del calor y el dolor para hacerme sudar ahora mismo.

Cálmate… Cálmate. ¿Qué tal si tomo medidas drásticas, e intento arrancar la lanza de mi carne, incluso si me arranca los dedos? En el peor de los casos, quizás no pueda usar mi dedo medio, anular y meñique por el resto de mi vida, pero eso probablemente sea mejor que morir aquí quemada viva. Además, mi mano izquierda ni siquiera es la dominante.

—¡Eliza!

Justo cuando estaba pensando en sacrificar algunos dedos, qué afortunado para mí, escuché una voz que me llamaba desde el cielo.

Fue tan inesperado para mí escuchar esta voz, que casi lo llamo por su nombre real, pero logré detenerme. No quiero entrar en otra discusión con él.

—Elise, ¡estoy aquí!

Las polillas de fuego se dispersaron. Cuando Rashiok aterrizó, un niño con un cabello negro y ojos escarlata notablemente similares a los míos, se apresuró a mi lado. Miró la lanza clavada en mi mano y su expresión se distorsionó, luego agarró el mango de la lanza con ambas manos y la sacó del suelo.

La sangre ahora está cayendo con un sonido de goteo. Un dolor intenso y adormecimiento está haciendo temblar mi muñeca. Rasgué mi capa en tiras con mi boca y mi mano derecha, e hice que Ratoka me ayudara a atarme las tiras de tela alrededor de la mano para detener el sangrado, luego también hice que Ratoka llevará al sacerdote a la espalda de Rashiok. Hice que Rashiok llevase al Vizconde Rogshia suavemente en su boca, mientras el resto de nosotros cabalgamos en su espalda mientras volaba por el aire.

Puedo escuchar los sonidos del viento soplando a nuestro alrededor. Aunque estamos volando directamente en medio de tantas polillas de fuego, ninguna de ellas puede acercarse a nosotros en absoluto, probablemente debido al hecho de que Rashiok puede controlar el viento con su magia.

Cuando miré hacia abajo, el centro de la capital real, estaba verdaderamente en un estado terrible. Había grupos de personas por todas partes, tratando de escapar de las polillas de fuego a través de estrechos callejones. Había fuego y humo negro por todas partes, y constantes gritos de desesperación y enojo.

—Tú, ¿cómo es que estás aquí?

—Rashiok de repente… me hizo subir a su espalda y despegó de tu residencia.

Así que es así, asentí. En realidad, Ratoka no sabía lo que estaba pasando. Fue Rashiok quien decidió moverse por su cuenta. Honestamente, habría preferido a Teo o Gunther a Ratoka, pero lo más probable es que en el momento en que Rashiok notó que algo estaba pasando, solo encontró a la persona más cercana y la trajo a mí, así que no puedo quejarme. Me sentí un poco aliviada y acaricié el cuello de Rashiok con la punta de mis dedos.

—Oye, no muevas tu mano herida.

—La hemorragia ha cesado. Estoy bien. No debería empeorar a menos que mueva mi palma.

Mi mano izquierda, bien envuelta, ya había dejado de sangrar. Expulsé el dolor palpitante de mi conciencia e instruí a Rashiok  aterrizar en el canal de agua. Dado que las polillas de fuego son débiles contra el agua, no deberían estar cerca del canal. Había muchos plebeyos que habían escapado de las polillas de fuego de pie en el agua, temblando de miedo.

—Ratoka, cuida a las personas heridas que trajimos. No dejes que mueran. Especialmente este sacerdote.

De repente le di una orden a Ratoka, y quité los restos de mi capa que estaban interfiriendo con mi movimiento, y los presioné en los brazos de Ratoka diciéndole que podía usarlos para vendajes. “Eh”, fue todo lo que Ratoka pudo decir, mientras lo dejaba en el terreno elevado junto con los dos hombres inconscientes.

—No te alejes del canal de agua. Las polillas de fuego no se acercarán aquí.

—¿¡A dónde vas, con esa herida!?

—El Vizconde Ogren escapó y se llevó a Feria Rogshia con él. Voy tras ellos.

—¡¿Qué?!

Pronto dejé atrás el grito de Ratoka, mientras ordenaba a Rashiok volar de nuevo. Una vez más sentí el rugido del viento, así como la sensación interna de mis órganos flotando.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido