Ya no te amo – Capítulo 55

Traducido por Melin Ithil

Editado por Sakuya


Abrazó a Isolda y la bañó con su afecto por un largo tiempo, luego, cuando se quedó sin aliento, se rio. Todavía desconocía mucho sobre Niveia.

—¿Realmente hay que pensarlo tanto? Arendt trabajó bastante duro, las personas a su alrededor tienden a ser perfectas para complacerlo.

—Humm, cierto. Eso es todo. No, tenía curiosidad, así que lo investigué.

—Quiero que me ayudes con mi trabajo. ¿Hiciste alguna investigación sobre ese lado?

—Ojalá hubiera cumplido con mi cuota.

—¡Tu marido tiene mucho trabajo que hacer!

—¡Está bien, porque te cuidaré más tarde! —Se rio y colocó un trozo de papel frente a él—. De todos modos, señor marido con enfermedad de los huesos, mira esto, ¿qué está haciendo su majestad en Thierry?

—¿Hay un aumento repentino de la inversión en la industria minera?

—¿No tienes una corazonada?

Reiner miró el periódico y abrió la boca tras un momento de silencio.

—… ¿Cuál era el primer nombre de esa chica?

—Solen, Niveia Solen, ¿no recuerdas nada de lo que te dije?

—Amas a tu idiota

—Si no fueras tú, te patearía.

—Lo sé, también te amo.

Se rio ante la respuesta juguetona de su marido y se inclinó hacia él. Gracias a ello, los dos pudieron mirar el papel al mismo nivel de vista. La pareja unió sus cabezas y aunque nadie más estaba escuchando, continuaron su conversación en susurros.

—Mi hermano menor no es el tipo de persona que hace las cosas públicamente, nadie más debe haberse dado cuenta de que estaba presionando a Solen de esa manera.

—Es bastante caótico, Solen debe tenerla difícil.

—Es cierto, puede ser un lío, pero ¿por qué Arendt hace eso? Solen es el padre de la joven.

—Bueno, eso… —hizo una pausa antes de sonreír y responder—. Es un secreto entre la gente de Thierry.

—¿De mí también?

—Tu atractivo no funcionará.

—¿Estás segura? —mostró una expresión lastimera, como un cachorro bajo la lluvia.

Ella le sonrió como si estuviera poseída por un momento.

—¡Para! Este es un verdadero secreto.

La besó, pero ella mantuvo su boca cerrada hasta el final.

Él no era del tipo de persona que se mostraba terco con las cosas que no le gustaban a su esposa.

—Quiero que llegue pronto, tengo un montón de preguntas.

—También desearía que Arendt volviera pronto. —Estaba agotado por el papeleo que no se ajustaba a sus aptitudes. Se dejó caer en los brazos de su esposa.

Ella acarició su cabello mientras le dirigía una mirada triste y malvada.

—Si mi corazonada es correcta, probablemente tendrás que trabajar un poco más después de que su majestad regrese.

—¿Qué? ¡No! ¿Por qué?

—Bueno… —Le dio unas palmaditas a su marido que gritaba y sonrió en complicidad.

Parecía que el emperador estaría distraído en otra parte por un tiempo. Era un secreto que no quería decirle a su esposo o se convertiría en un mar de lágrimas.

♦ ♦ ♦

Ya era de noche cuando por fin pudo bajarse del vagón. Había podido hablar con Arendt un poco sobre Vinfriet y se habían quedado dormidos uno al lado del otro.

Se escuchó un golpe en la puerta, proveniente del exterior, él se encontraba tan dormido que no había notado la pausa en el viaje.

—Sal. ¡La comida está lista!

Cuando vio que quien abrió no era otra que Niveia, no pudo evitar sorprenderse.

—¿Dónde ha puesto mi amo sus manos que deja que una dama abra la puerta?

En lugar de una respuesta, ella le señaló al hombre dormido a su espalda.

Rudiger entrecerró los ojos, como si lo hubiera resentido.

—Oh, se quedó dormido. En momentos como esos tiene que golpearlo. Hay momentos en los que duerme como si se hubiera desmayado y si no lo sumerge de pies a cabeza no despertara, ¿por qué no lo considera?

—No creo que sea un trato justo…

—No sé lo que eso signifique, pero si es injusto, nuestra majestad será golpeada injustamente nuevamente. Vamos, sujétese y salgamos. Originalmente esperaba que mi maestro la escoltara, pero es mejor no despertarlo ahora.

—En esa parte sí estoy de acuerdo.

Incluso sin preguntar, sabía que Arendt había estado trabajando demasiado los últimos días. Lo miró dormido y tomó la mano extendida del caballero para bajar del carruaje. Pisar el suelo era una sensación refrescante a su manera.

Afuera ya estaban listos con el campamento y le llegó un aroma delicioso, tal como le habían notificado, la comida estaba lista, sin embargo, tan solo era una sopa de carne espesa, disuelta en agua, papas horneadas, pan y fruta que traían consigo.

—Yo comeré después de cuidar a los caballos, tengo que sacar algo del vagón.

—¿El caballero no vino a caballo?

—Es una escolta, vengo cuidando el carruaje junto a mí. Gracias a usted, ahora sé que está interesada en el “philonel”. —Lo dijo con indiferencia.

Sin embargo, para ella fue una sorpresa.

Philonel era la palabra para telaraña, sin embargo, no hacía referencia a una telaraña hecha por una araña, sino a un collar tejido como una telaraña. A diferencia del atuendo en Thierry que exponía completamente el cuello, los hombros y la parte superior del pecho, no había decoración más adecuada que el philonel que se usaba alrededor del cuello en los atuendos de Vinfriedt, cubría los hombros y el cuello, dejando al descubierto la parte superior del pecho. En su país natal no había necesidad de usar el mismo, pero en la nación a la que se dirigían, si, por lo que había sido una conversación que había tenido con Arendt.

—Parece que no hay insonorización.

—Tengo oídos espectaculares. —Sonrió al ver la sonrisa desconcertada de la joven. Si su maestro lo hubiera escuchado le habría ordenado dar diez vueltas al campo de entrenamiento, pero se alegraba de que ella tuviera solo una risa generosa. De hecho, no tenía ningún sentimiento negativo por ella—. Es algo bueno que la persona que se convertirá en la propietaria de Vinfriedt esté muy interesada en el imperio, no se enfade.

—Bueno, eso es verdad. —Sin embargo, aún era algo vergonzoso que escuchara lo que habían platicado.

Rudiger aplaudió al verla intentar enfriar sus mejillas calientes con el dorso de su mano.

—Bueno, es suficiente, ¿no está hambrienta? Aunque no hay gente preciosa, la comida no está mal, vaya ahí.

Mientras él la empujaba de un lado al otro, dio un paso atrás. No es que la estuviera intimidando, pero sus ojos parpadearon levemente.

¿Por qué está actuando tan inocente de repente?

Su mirada pasó por encima del hombro contrario, tenía una pequeña joroba.

Tal vez no.

♦ ♦ ♦

—¿Lo escuchaste? Parece que el duque de Wistash estará involucrado como enviado de Thierry, se dice que estará a cargo de negociar la mina Gauren.

—¿Hay alguien entre los caballeros que no conozca el rumor? Escuché de varios que ya le han dado la mano.

—Tus pies son rápidos, ¿no iras?

—No importa lo bueno que sea, es de Thierry, ¿por qué lo haría?

Al escuchar las conversaciones de los caballeros que comían la sopa, pudo adivinar la razón por la que Valor había ido con ellos.

Pensé que no volvería a saber de él.

Pero por un momento pasó por alto el hecho de que él era el favorito y único duque de Thierry. Era un hecho abierto al público que Vetrlang tenía grandes expectativas en el joven y talentoso Valor, ya que los otros sirvientes del viejo emperador estaban muertos o habían sido purgados. Además, había escuchado como era elogiado como modelo para los caballeros, incluso en lugares fuera de Thierry, todo debido a la gran reputación que tenía en el campo de batalla.

Siempre circulaban rumores sobre los vientos sangrientos del duque Wistash, vestido con una armadura negra de la cabeza a los pies, junto al caballo negro que montaba. Pero no eran solo esos rumores lo que hizo que ella se sintiera aturdida cuando vio un caballo negro.

Era solo que… ¿Cómo debería decirlo? Era un sentimiento pasado, de cuando le gustaba Valor. Por lo general, los animales domésticos estaban destinados a parecerse a sus dueños. Ojos negros, pelaje oscuro. Tales características destacan a donde quiera que fuera, pero fue la primera vez que incluso los ojos del caballo lucían arrogantes. Además, el distintivo color negro tenía cierto parecido a su dueño.

Se preguntó si todavía sería así. Desde el momento en el que vio al caballo, tuvo una intuición, pero escuchar que estaba ahí, no le hizo muy feliz, pero era inevitable. Tenía una reputación y un estatus dignos de ser enviados a Vinfriedt y probablemente no había muchos sirvientes en los que Vetrlang confiara.

Mordió un trozo de manzana, las manzanas estaban blancas, probablemente porque no tenían un alto contenido en azúcar para el almacenamiento a largo plazo.

Regresaba al vagón mientras masticaba mecánicamente su manzana, pensando en que no sabía por qué Rudiger había sobre reaccionado.

Incluso si viene a Vinfriedt, no tiene nada que ver conmigo.

Sabía que no era nada bueno que una emperatriz fuera vista con su ex prometido, pero ¿era algo que debían evitar con tanto recelo? ¿O era ella quien estaba siendo demasiado sensible al respecto?

Al inclinar la cabeza tras abrir la puerta del carruaje, escuchó una voz baja, pero familiar.

—¿No puedo ir ni un momento? ¡Tendré cuidado!

Esa voz infantil era una de las pocas que aún residían en su memoria, pero era una que no debería estar ahí.

Entonces…

—… ¿Rubiel?

Una respuesta en “Ya no te amo – Capítulo 55”

  1. Ah su hermanita se vino escondida con ella? Me alegra, pueden ser bastante unidas y la prota además de su esposo que está embobado con ella tendría un cariño bastante sincero, uno cariño que siempre ha querido, gracias por el capítulo 😁🍻

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