El plan de la villana Roxanne – Capítulo 4: El segundo hermano es demasiado tsundere

Escrito por Polly

Asesorado por Maru

Editado por Bonnie Lee


No sé qué está esperando de mí, pero no deja de mirarme… ¿Pensará en cómo matarme? Sería mucho menos incómodo para mí si al menos me insultara como siempre hace.

Hace quince minutos que George entró a mi habitación, después de que Katherine fuera por mi biberón, y desde entonces no ha dicho nada. Solo está allí parado junto a mi cuna mirándome fijamente con sus pequeñas manos agarradas de los barrotes de madera.

—Tú… no entiendo por qué tanto escándalo. Eres un bebé bastante feo, y no haces nada interesante.

¿En serio? ¿Quince minutos mirándome para llegar a esa conclusión? Si solo quieres insultarme puedes hacerlo cuando me veas en el pasillo, no tienes que venir a verme a habitación para hacerlo. 

—No puedo creer que mi hermano tenga tanto interés en ti. Mírate, tu cabeza es gigante y tus manitas pequeñas; pareces un monstruo.

Su dedo se pasa entonces por mi pequeña mano y aprovecho para agarrarlo. Quiero apretarlo lo más fuerte posible, pero no podría hacerle daño aunque quisiera, aun soy un bebé.

Su reacción fue más de lo que esperaba, el brillo que llenó esos ojos infantiles. Al verlo, se revela lo poco honesto que es mi querido hermano.

Puede decir lo que quiera pero está más interesado en mí de lo que quiere admitir.

—¿Qué haces? ¿Por qué me agarras así? Qué bebé tan tonta eres… pero ni modo, ya que quieres estar agarrada a mí, te haré el favor de llevarte un rato conmigo.

Si solo quiere llevarme con él debería decirlo.

Inclinó mi cuna con cuidado para poder llegar a cargarme, pero no debe ser fácil para un niño pequeño como él, además ya soy un poco más grande. Los bebés crecen bastante de un mes para otro, así que debo estar algo más pesada también, aun así no lo escucho quejarse mientras me sostiene en sus brazos.

Su infantil rostro está algo fruncido. Quizás está haciendo mucho esfuerzo en tenerme en sus delgados brazos, pero no se detiene, y poco a poco empieza a llevarme fuera de mi habitación.

Espera, tenemos que avisar a Katherine o se va a preocupar.

—Deod…Atein…

A pesar de que estuve intentando practicar mi forma de hablar todo el tiempo que estoy sola, las palabras aún se escuchan muy torpes cuando salen de mi boca.

Tengo que ponerle más empeño a mi práctica, necesito hablar bien rápido, también tengo que comenzar a escribir. Cuando pueda organizarme y anotar todo lo que recuerde de la novela será más fácil para mí poder armar mi plan de estrategias.

Ahora mismo apenas yo me entiendo, pero puedo captar la atención de George, que me mira con esos grandes ojos verdes. A pesar de como fuese en el libro, aquí aún era solo un niño, y sus ojos reflejaban inocencia.

—Tú… ¿Querías decir mi nombre? ¿Acaso eres tan tonta que no sabes decirlo bien?.

Está sonriendo. Después de tanto tiempo, George me muestra su sonrisa por primera vez, y es algo hermoso. Aunque es bastante fastidioso cuando abre la boca, sigue siendo un niño. Su rostro tiene ese brillo de inocencia infantil. Puede ser lindo cuando quiere.

Aceleró el paso por el pasillo, apretando sus delgados brazos alrededor de mi cuerpecito para no dejarme caer. No estoy segura de a dónde me está llevando, pero parece tener prisa por llegar. Solo espero que Katherine no se meta en problemas por esto, y que nos encuentre rápido.

Tengo hambre… Pienso en las veces que John me da de su avena o de su fruta del desayuno, pero quiero poder comer una deliciosa hamburguesa con papas fritas.

Mientras correteaba observe las ventanas del pasillo, la vista era impresionante desde el segundo piso, hasta podía ver el camino que llevaba a la ciudad, solo esperaba que pronto pudiera ir a verla.

—Tengo que estudiar, porque mi profesor dice que soy muy inteligente y que no tengo que aflojar mi paso, así que te haré el favor de dejarte ver cómo estudio para que puedas aprender algo y no seas tan tonta.

Cuando sus ojos verdes se encontraron con los míos noté su emoción al tenerme allí. Aunque diga que soy tonta o que no le gusto, es todo parte de esa fachada que tenía, en realidad estaba feliz de llevarme con él. Eso en parte es lindo, casi compensa su mala actitud.

 ♦ ♦ ♦

Me llevó hasta la biblioteca, hasta ahora no había estado aquí, pero es algo maravilloso. El cuarto era dos veces mi habitación, y no había paredes, solo había estantes con libros que llegaban hasta el techo, con unas impresionantes escaleras en espiral que daban acceso a todos aquellos que ningún humano alcanzaría. Además el enorme ventanal que daba al jardín dejaba entrar una impresionante luz natural sobre la mesa de madera acomodada en el centro, junto con cuatro sillas, sobre una alfombra de hilo rojo. Si me dejaran ir sola por la casa, seguramente estaría todo el día aquí metida para poder leer y disfrutar de la paz.

—Quédate ahí mientras traigo mi libro de historia.

Me coloco sobre la mesa como si yo fuera el libro, pero rápido empezó a correr hacia uno de los primeros estantes del lado derecho. Supongo que de tal palo tal astilla, por que al igual que el Duque, este niño no pensaba que yo podría llegar a caerme de la mesa y lastimarme.

 ♦ ♦ ♦

Me alegra saber que aunque no puedo hablar muy bien aún, si puedo leer tan bien como antes, y mejor que George, es posible que también pueda escribir.

No creo que nadie aquí esté dispuesto a darme un lápiz y papel hasta que aprenda a pedirlos.

—Este es nuestro escudo familiar.

George estiró su libro sobre la mesa para enseñármelo. En la hoja había una imponente águila negra que desplegaba sus alas de manera majestuosa, con una cruz roja tras de ella y una brillante corona por encima de su cabeza.

—Te diré lo que dice, para que estés agradecida conmigo… Ahí dice que…el… el águila negra esta repr…tando.

Creo que solo quiere lucir inteligente frente a mí. Aunque lo dice manera algo grosera, pero sigue siendo lindo ver como se fuerza para poder leer. Yo en cambio puedo leer perfectamente lo que dice allí, aunque aún no puedo controlar bien el lenguaje.

— …liquesa… de da… la.

Estaba intentando leer en voz alta, al igual que George, y aunque se lo que dice es tan difícil poder decirlo.

Maldita R, no puedo ni siquiera decir bien “riqueza”.

El mensaje se envió de igual manera, porque los ojos verdes llenos de sorpresa, de George, se quedaron clavados en mí mientras su mandíbula parecía que estaba por caerse.

—Pudiste leer… tú… leíste… ¡Te acabo de enseñar a leer! ¡Es increíble!

Después de lo que acabo de hacer, consiguió atribuírsele a sí mismo. Pero quizás sea algo bueno, tampoco debo llamar tanto la atención empezando a leer de la nada.

Si quiere creer que acaba de enseñarme a leer, espero que los demás piensen lo mismo o será muy difícil que pueda explicarlo…

Si es que hacen que una bebé como yo lo pueda explicar.

En el momento que George me tomó fuera de la mesa para sostenerme sobre sus pequeñas piernas en la silla, la puerta de la biblioteca se abrió de un golpe que resonó en toda la habitación. Por un momento sentí mi corazón detenerse por el terror, pero ver al ver entrar al duque, con su rostro desencajado.

Efectivamente, hizo que mi corazón se detuviera y que mi piel se pusiera pálida como una hoja de papel.

—Padre…

El agarre de George se tensó, y sus manos temblaron suavemente. También estaba aterrado por la forma que se había presentado. Ese hombre parecía que iba a golpearlo, no estoy segura de que lo había alterado así pero no podía dejar que lastimara a mi hermano, es solo un niño. Lo que haya hecho seguramente fue un accidente.

—¡Papi!.

Grité con todas mis fuerzas al mismo tiempo que soltaba una carcajada y estire mis brazos hacia el cuerpo de mi padre. Pareciera que mi intervención funcionó, porque su rostro se aflojo y lo vi soltar un suspiro antes de que me cargara en sus brazos. Sus ojos me revisaron de pies a cabeza con preocupación. Esa extraño, pero en verdad se veía aliviado mientras su enorme mano se posaba sobre mi pequeña espalda.

—¿Qué pensaste cuando tomaste a Roxanne de su habitación sin un permiso?.

¿Era eso? ¿Estaba molesto por que George me sacó de mi habitación?

—Padre… es que yo… no quería desobedecer… le estaba enseñando a leer.

—¿Le enseñabas a leer? Ni siquiera puede hablar de manera clara.

—Pero pude enseñarle padre, juro que si pude… Roxanne, lee esto.

Me acerco de nuevo el libro abriéndolo en otra página esta vez, se trataba de la imagen de un león color sangre rugiendo a la luna mientras estaba parado sobre sus patas traseras sobre una rosa.

Tenía dos opciones: Leer y llamar la atención de manera que podría meterme en problemas, o solo fingir que no entiendo a qué se refiere, lo que haría que quede como una tonta y George como un mentiroso.

…Muy bien…

— ¡E…d teon…!

(¡El león!)

Padre e hijo tienen la misma mirada cuando se sorprenden, era algo gracioso. Parece que esto de leer me gano atención de mi padre y del hermano que, según él, no me quiere.

Muy bien, creo que tendré que ser una bebé genio… o algo así.

— ¡I! Deeo! ¡Deod enteno deed!

(¡Sí leo! ¡George me enseñó a leer!)


Holis, para notificarles que pueden encontrar el capítulo 4.5 en la edición 38 de Kovel Times |┐∵|┘

5 respuestas a “El plan de la villana Roxanne – Capítulo 4: El segundo hermano es demasiado tsundere”

  1. SE ME DERRITIO EL CORAZON, JAJAJA. Primero que nada, George es un niño pequeño que no hace más que corear lo que escucha de su padre, y si a su padre no le gustan las niñas, a él tampoco, es lo natural. Pero ver que a su hermano le gusta, le hizo llegar a una encrucijada, y acaba de cruzar al buen camino. Y en el final, el Duque estaba preocupado, una muy buena señal. Menos mal Roxanne eligió no dejarlo como mentiroso, o sí la odiaría.

    Está genial <3

Responder a Tarsis Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido