El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 18: El encuentro de Hannah

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


Caminamos por las cafeterías y tiendas de dulces de la calle principal, fuimos rechazadas en la mayor parte de los mismos, pero luego encontramos una tienda que tomaría tres docenas de caramelos. La tercera tienda del dia que aceptaba los caramelos, era una pequeña pero elegante cafetería en la calle principal. La propietaria se llama Hilda y le gusto el sabor del caramelo, nos dijo que lo pondría experimentalmente en su menú.

— ¡Muchas gracias! —Dije —Confíe en su gusto; este dulce es muy popular en casa en el condado de Hermiata. 

—Eh… ¿en casa? — Hilda preguntó desconcertada.

Parecía que Hilda estaba confundida acerca de mi forma de hablar. Sería un poco problemático si existieran rumores de que una noble señorita se acercó al mercado para vender caramelos.

—Ah… esa es mi ciudad natal; Uchino. Señorita Hilda, estoy hambrienta. ¿Podríamos almorzar aquí?

—Por supuesto que puedes. ¿Tu hermana estará comiendo contigo? le recomiendo el almuerzo del dia, son unos bocadillos deliciosos —Hilda respondió riendo mientras se acariciaba su gran barriga.

—Oh, sí, por favor —dijo Hannah —estoy un poco temblorosa y me muero de hambre.

La cara de Hannah estaba pálida y parecía un poco sudorosa, apuesto a que debe estar agotada. En Hermiata, hay más vacas que humanos. Es la primera vez que estaba cerca de tantas personas a la vez, por lo que era comprensible que estuviera conmocionada. Decidí que lo mejor era movernos a la parte trasera de la cafetería, que estaba decorada con un estilo rústico, con sillas y mesas a juego. Había lindos jarrones con flores secas salpicadas por el lugar. Cuando nos sentamos, Hannah parecía sentirse aún peor. Se puso un pañuelo en la boca y su cara se veía un poco verde. Hilda la miró y gritó hacia la cocina.

— ¡Thomas! Trae un poco de agua con menta. La dama parece que se enfermó con la gente.

—Lamento mucho la molestias —dijo Hannah con el pañuelo sobre la boca.

—Lo siento. Hannah, debería haberme dado cuenta antes. ¿Estás bien? —dije en tono de disculpa mientras le frotaba la espalda. Soy realmente estúpida, me concentré demasiado en las tiendas y no noté la condición de Hannah. Apareció un hombre joven y colocó un vaso de agua con hojas de menta en nuestra mesa.

— ¿Estás bien? —preguntó con amable preocupación —Si no te importa, puedes  descansar aquí por un tiempo, la hora de comer ha terminado así que el flujo de personas es menor.

Era un joven alto, con cabello castaño oscuro y ojos marrones claros. Emitía un aura refrescante pero tranquila y madura. Me pregunto si él es el cocinero de un café. Tenía un delantal negro alrededor de su cintura. En el momento Hannah levantó la mirada para decir gracias. Podía sentir una carga diferente en la atmósfera al alrededor de ellos. Las mejillas de Hannah se ruborizaron y el joven también parecía nervioso al no poder mirar a Hannah a los ojos.

—Oh, gracias —dijo —pero mi Julia, no puedo dejar que vayas sola a las tiendas.

— ¿De qué estás hablando? Solo necesito visitar un par de tienda más; Estaré bien por mi cuenta. Volveré tan pronto como termine, así que no te preocupes por mí.

No podía parar ahora. Siempre estoy al cuidado de Hannah; Quería serle útil cuando me necesitaba.

Thomas se rió entre dientes y sonrió alentadoramente.

—Si tu hermana menor dice que está bien, ¿por qué no aprovechas el momento?

El rostro del chico también estaba un poco sonrosado. Hannah parece haberse enamorado de él también, cuando vio su humilde sonrisa, le agradeció con voz tímida.

—Gracias… um, soy Hannah. Eres Thomas, ¿verdad? Hilda te llamo de esa manera… hace un momento.

Mientras ella hablaba, sus miradas se encontraron; inmediatamente ambos se sonrojaron y apartaron la mirada. Eran tan fáciles de leer. Hilda los miraba desde lejos con ojos cálidos.

Rápidamente puse una porción de los sándwiches que Thomas hizo para nosotros en la canasta y salí de la cafetería. No quería interrumpir su amor en la cafetería. Mientras caminaba por una calle comercial junto al río, me encontré con alguien que no debería estar aquí. Intenté frotarme los ojos para asegurarme de que no estaba viendo cosas, pero no ahí estaba uno ojos negros penetrantes y cabello negro brillante, llevaba una camisa blanca sobre pantalones beige y botas negras. Parecía un hombre común en la ciudad, pero definitivamente era él, con la fachada de Marius. Estaba hablando estrechamente con el hombre que estaba a su lado, y se reía alegremente.

Así que él puede poner una cara así, a pesar de que siempre es tan hostil conmigo. Pero su cara sonriente es agradable… ¡Inútil! ¡Julia inútil! ¿Has olvidado lo que te hizo? Él es el chico más bajo con una cara bonita.

Fingí no fijarme en él y seguí mi camino. Me puse rígida cuando él pasó a mi lado. Parecía que no se había fijado en mí cuando pasaba junto a mi con su amigo.

¡Este hombre! Ni siquiera me notó. ¡Después de hacer todo eso conmigo! 

Mientras abrazaba el dolor que sentía, pensé mal del duque tanto como podía. No me hizo sentir mejor, así que lo olvidé y seguí con mis asuntos. No quería perder mi tiempo. Finalmente encontré una tienda donde podía vender el resto del caramelo.

¡Yay, victoria! Pero si vuelvo demasiado pronto, sería malo para Hannah, así que hagamos más visitas y regresemos. Después de que regrese a Hermiata, será muy difícil volver a la capital y visitar esta zona comercial.

Mi cesta estaba vacía, me sentí aliviada de que todo el caramelo se había ido. Caminé y encontré una tienda de moda con una cara feliz y eché un vistazo por la tienda. De hecho, es aquí en la sala central donde comienzan las tendencias de la moda. Había tantas cosas interesantes, y fue divertido verlas. Encontré una gancho de pelo con diseños de conejo en la tienda.

—Que lindo…

Es un adorno sencillo, no estaba hecha de materiales de alta calidad, obviamente no era algo que usaría una chica noble, pero el diseño era lindo y atractivo. Me pregunté por un momento si debía comprarlo o no, siendo una dama noble, no podre usarlo por su material demasiado barato. No sabía qué hacer, así que lo devolví. Salí de la tienda y caminé por la calle; Había muchos puestos y tiendas, así que me tome tiempo para mirarlos cuidadosamente.

— ¡¿Julia?! ¿Eres tú, Julia?

Alguien llamó mi nombre por detrás y puso una mano en mi hombro. Me di la vuelta para encontrar a una persona inesperada de pie detrás de mí. Nunca hubiera pensado que lo volvería a ver aquí de todos los lugares. Lo miré perpleja. No pude ocultar el aumento de la inquietud al verlo.

7 respuestas a “El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 18: El encuentro de Hannah”

    1. Pucha los capítulos los guarde hasta que no aguante y me los leí en un santiamén,y creo que siempre quedo con ese gustito a más,pero son maravillosos ustedes ,me encanta Julia tan decidida ,y ese hombre que ya cayó por ella me encanta cuando le dice te Odio ,jajaja qué idiota e iluso al no querer ver lo que hay al alcance de su mano ,gracias todo lo que hacen es bello .😍🥰😍🥰😍🥰😍

  1. Que genial, me encanto esta novela, la descubrí hace dos horas y ya me leí todo, esa Julia es lo mejor!! Espero que hayan mas capitulos 😆😆

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