El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 26: La situación de Isabel

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


Hannah y yo salimos del café y tomamos el ómnibus de vuelta al pueblo donde habíamos dejado el carruaje. Regresamos a la mansión Bourbon antes del anochecer. Esa noche, no pude pensar en nada más que el Duque. Ni siquiera sé lo que comí en la cena. Me di un baño tibio porque la lluvia me había empapado y me fui a la cama, pero mi mente estaba alborotada y no podía dormir fácilmente.

Me pregunté qué actitud tomaría el Duque la próxima vez que me viera. No podía creer que volvería a su actitud fría después de que me dijera que me amaba tantas veces. Quiero decir, ¿por qué me compraría la horquilla si no le gusto? No puedo entender los motivos detrás del comportamiento del Duque.

Sostuve la pinza de pelo de conejo en mi mano mientras trataba de dormir.

La larga noche transcurrió, intentando cerrar los ojos.

Llegó la mañana, y me levanté de la cama con cansancio. No había dormido bien. Me lavé y Hanna me vistió elegantemente. Como no sabía que ahora estaba en una relación con el duque, estaba emocionada por la visita habitual de James. Me puso un vestido morado claro, aplicó un poco de maquillaje con cuidado y me arreglo el pelo.

Esta mañana, Hanna estaba particularmente de buen humor. Sabía por qué, pero era divertido burlarse de ella y preguntar,

—Thomas parece ser un buen tipo, y Hilda también es muy amable, ¿no crees, Hannah?

La mano de Hannah temblaba un poco mientras arreglaba mi cabello. Ella comenzó a hablar como si no le molestara, pero pude detectar un ligero nerviosismo en su voz.

—Ah, bueno, señorita, tiene razón es una persona muy agradable y es muy tranquilo e inteligente.

—Bueno, bueno, qué buen hombre. Tal vez en algún momento pronto, podamos volver al barrio central y visitar la cafetería para un descanso.

—Ah… pero… sí señorita.

Hannah respondió tímidamente en voz alta. Después de molestar a Hannah por un momento, volví a pensar en cómo persuadir a James para que me deje de visitar. No me gusta de esa manera y tampoco siente lo mismo por mí; Era molesto estar juntos de esta manera. No es que me importan las promesas que hice con el Duque, pero para conocer a otros hombres buenos, necesito rechazar a James.

Efectivamente, después del desayuno, el mayordomo apareció para anunciar la llegada de James. Esperaba en el salón como de costumbre.

Toco las barandillas pulidas con la punta de mis dedos mientras bajaba las escaleras densamente alfombradas paso a paso. Llegué a la planta baja y caminé por el pasillo bellamente decorado que conectaba a la habitación donde un criado sostenía abierta la pesada puerta.

Tan pronto como entré, James se levantó y se me acercó con una amplia sonrisa en su rostro.

—Oh, Julia, te ves hermosa como siempre, ¡quiero comerte!

Durante las últimas dos semanas, James apareció cada dos días justo después de que terminara mi desayuno. Lo saludé con una expresión brillante. Pero cuando entré en la habitación, me di cuenta de que había alguien más allí.

Este salón fue una de las muchas habitaciones lujosamente decoradas en la casa del Conde Bourbon. Los muebles fueron hechos por los artesanos más destacados del Reino. El sofá estaba hecho con el mejor material y una amortiguación tan fina que uno odiaba sentarse sobre él, pero una vez sentado, podría odiar tener que levantarse. Un gran ramo de flores estaba colocado en un fino jarrón y agregó un toque de color a la ya elegante habitación.

—Julia, vine con mi amigo. Tú también lo conoces, este es Henry, el Duque de Magnaria. Vino porque quería ver a la señorita Isabel.

—Henry Magnaria, a su servicio, señorita Julia, me siento honrado de volver a verla.

Henry se acercó y se inclinó sobre mi mano. Tenía una sonrisa en su rostro, su cabello dorado caía sobre su rostro y sus ojos azules brillaban como zafiros. Estaba estupefacta, mi corazón fue capturado.

¿Quién era este hombre refrescante y guapo?

El Duque que conocí siempre estaba enfadado, es flagrante, frío… o excitado. No pude ocultar la sorpresa que sentí ante esta versión de él que nunca antes había visto. Esta debe ser la razón por la que se dice que es el más apuesto del Reino. ¡Qué poder destructivo! ¡Temí que mi corazón de doncella cayera a sus pies!

—Duque Magnaria, soy Julia Hermiata. Me siento honrada de conocerte.

Lo saludé de la forma más encantadora posible. Nuestros ojos se encontraron y de repente recordé su versión de Marius con su camisa mojada abierta sobre la cama. Me avergoncé y desvié mis ojos.

—Henry, ella es mi ángel, no uses ese atractivo sexual tuyo de cualquier manera. Estás avergonzando a Julia. Julia es mía, así que no la toques.

James dijo poniendo sus manos en mi cintura y halandome hacia su cuerpo para alejarme de Henry. Henry miró sus manos en mi cintura, y una extraordinaria intención asesina llenó la habitación.

¿Podría ser que el Duque este celoso de James? No me sentía mal, pero no podía contarle a James sobre los acontecimientos de la tarde de ayer. Henry realmente necesitaba controlarse, o James se dará cuenta de que hay algo entre nosotros. Tenía muy buena intuición. Traté de hacer insinuaciones a Henry con mis ojos, pero él no se dio cuenta. Su instinto asesino aumentó gradualmente. No tenía idea de qué hacer en esta situación. No podía moverme porque James me estaba abrazando con fuerza.

Justo cuando estaba pensando que tendría que darle un codazo a James en la entrepierna para apaciguar al Duque, una voz aguda resonó en el salón.

— ¡Su Gracia! ¡Viniste a verme, estoy muy honrada con su visita!

Isabel sonrió mientras corría hacia el Duque y lo abrazaba. Me pregunto si el Duque había venido con la intención de visitarla. Isabel llevaba un vestido de seda bermellón que mostraba la riqueza de su familia. Su cabello había sido cepillado hasta que brillaba como un pedazo de sol, su piel de porcelana se veía exquisita contra el color vibrante de su vestido. A raíz de su llegada, un perfume de rosas fragantes le siguió.

Isabel tenía un cuerpo sensual junto con un rostro de muñeca. Cualquier hombre se sentiría atraído por ella y se enamoraría a primera vista.

Isabel saltó hacia arriba y hacia abajo para enfatizar la tentación de sus grandes pechos cuando dijo con voz dulce.

—Había estado esperando que vinieras a verme. Estaba segura de que te separarías de Helmina y Muriel porque la primera vez que bailamos me dijiste que era la mujer más atractiva del mundo.

Eso era verdad, ella muy bien podría ser la mujer más atractiva del mundo. Pero, esas no eran palabras que me importaban. Le había dicho a Isabel tales halagos sin siquiera parpadear. Fue realmente un mujeriego. Después de todo, sus palabras de amor eran una mentira.

Mientras observaba al Duque divertirse con Isabel, James se acercó más, colocó su barbilla en mi hombro y sopló aire en mi oído. Salté e hice un extraño sonido.

— Hmm, ¿nos vamos? estamos en medio — Me dijo suavemente, y luego al Duque — Henry, deja que la señorita Isabel te muestre el jardín. La rosas que hay en el jardín del conde son famosas por su calidad y belleza.

— ¿A dónde debemos ir, Julia? No me importa el lugar mientras esté contigo —expresó James y me dio un fuerte beso en la mejilla. Sentí que eso era intencional. Por el rabillo del ojo, vi al Duque temblar.


Tanuki
Hay gente que solo quiere ver el mundo arder y luego está James

7 respuestas a “El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 26: La situación de Isabel”

  1. Jajaja James es un loquillo, quiere que se lo muelan a palos o qué. XD En serio me pregunto si le gusta el Duque o qué tiene en la cabeza 😹😹😹🤷🏻‍♀️

  2. Jajajaja. Amé lo de… “y luego está James” jajaja. Nada más cercano a la.realidad, pero qué bien me cae!!!
    Anda James, haz lo tuyo para que ese Duque no crea que la tiene fácil.

  3. Ay gente q solo quiere ver el mundo arder😗
    y luego esta James q le prende fuego y le rosea la gasolina 😂😂😂x si las dudas de q no arda rapido😂😂😂

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