Para ayudarte a entender – Capítulo 9

Traducido por Kiara Adsgar

Editado por Yusuke


Violet, aun agachada en el armario, abrió lentamente los ojos. 

Al parecer perdió el conocimiento mientras gritaba y empujaba para poder abrir la puerta. Por suerte, la puerta del armario se abrió cuando la empujó una vez más.

Había empezado a oscurecer antes de que se diera cuenta.

No tenía energía para salir, apoyada en el armario pudo ver una pequeña rosa en el jarrón. Eran las flores que Winter había comprado para ella, se habían marchitado pero una pequeña rosa nueva había brotado. Las conservaba porque quería recordar que él le había regalado flores todos los días.

Las flores le recordaban a él.

No te odio.

Ella repitió las palabras de Winter en su mente, en aquel momento, pensó que eran solo mentiras, pero ahora las necesitaba.

Después de que intercambiaron cuerpos, Winter fue más consciente de ella y de la fragilidad de su cuerpo. Ahora que se sentía mejor, quería contarle más sobre ella y el dolor en su corazón.

Decidida a encontrarlo, salió con dificultad.

Afortunadamente, Winter estaba hablando con algunas de las personas que vinieron a la fiesta, había venido a la mansión para que les ayudará con un negocio.

Se sentó con las piernas cruzadas en el sofá. Estaba fumando mientras hablaba de negocios, en un momento se enojó por algo y maldijo con fuerza.

Para ser honestos, ella también quería maldecir, maldecirlo a él.

Si hubiera buscado a su esposa tan pronto como llegó a casa, habría sido bueno  que hubiera ido a saludarla. Si lo hubiera hecho, la habría encontrado en el armario, y se daría cuenta de su realidad, si lo hubiera hecho ella no se habría sentido tan triste.

Reuniendo el suficiente coraje, Violet comenzó a caminar hacia él. Voy a pedirle que se quede conmigo.

Se las arregló para caminar hacia él con una expresión calmada. A pesar del fuerte dolor en su pecho, saludos a los invitados, asintiendo suavemente con la cabeza.

—Es un honor que nos acompañen el día de hoy, por favor siéntase como en casa y disfruten.

Todos se levantaron de sus asientos para saludarla. Violet, que terminó de saludar, se dirigió cuidadosamente hacia su esposo.

—Winter, necesito hablar contigo.

Ante su solicitud, Winter la miro.

—Estamos hablando de algo importante, Violet —respondió en voz baja.

—Es importante para mí también. De verdad es muy… muy importante.

—Ve al dormitorio. Estaré allí enseguida.

Winter trató de hablar en voz baja por los invitados, pero poco a poco se sintió molesto por su insistencia. Sin embargo, ella tiró de su mano en lugar de retirarse.

—Escúchame ahora por favor.

—Estaré ahí enseguida —dijo Winter y retiró su mano. 

Violet miró la palma de su mano durante un rato sin bajarla. Había sido así desde la boda. Él siempre estaba ocupado alejándose de ella y de sus intentos por ser más cercana a él. A pesar de que reunía tanto valor como podía él siempre la apartaba haciéndola sentir miserable.

Violet se dio vuelta lentamente, pensando que nunca podría volver a tomar su mano. 

Dejó la mansión sin mirar atrás.

Tenía que asistir a la fiesta de cumpleaños del duque, que continuaría durante el resto de la noche. Imagino que él no se daría cuenta que ella no estaba y mucho menos que Ash o Katherinne le gritarían por no asistir a la celebración. En este momento ella no podría resistir una crítica más.

Sus pasos la guiaron directamente al establo. En ese momento, escucho el susurro de uno de los sirvientes, debió sorprenderse por verla allí, si se suponía que debía estar encerrada en un armario.

—¡Joven señora! ¿Qué está haciendo?

Cuando Violet guiaba al caballo fuera del establo, lo vio, era Flip uno de los sirvientes que cuidaba el establo. Se quedó mirándolo como si estuviera a punto de desaparecer y sonrió levemente.

—Quiero ver el mar.

—¿El mar?

—Sí. He oído que hay una villa de playa al final del territorio. No he estado allí en tres años. Ni siquiera había pensado en eso.

—¡Espere un momento, joven señora! ¡Le traeré un té caliente, así que por favor venga conmigo!

Sus palabras de preocupación, llenaron los ojos apagados y tristes de Violet con un ligero brillo.

—Gracias. Eres la primera persona en este lugar que se preocupa por mí.

—No diga eso, joven señora.

—Realmente quiero ver el mar. Es tarde, así que ve a casa y descansa.

Sus palabras obligaron al sirviente a retirarse.

Violet, que aprendió a montar a caballo desde temprana edad, se subió al animal con absoluta facilidad. Contrariamente a la agilidad de sus movimientos, sus piernas quedaron al descubierto porque su vestimenta no era adecuada para montar. Flip se sobresaltó y giró la cabeza rápidamente.

—Joven señora ¿de verdad tienes que ir?

—Por supuesto. No hay nada más que pueda hacer.

Violeta habló amargamente y empezó a correr.

La villa en el mar estaba muy lejos. Después de montar a caballo durante una hora, finalmente comenzó a ver el mar.

—Oh, Dios mío… 

Violet bajó del caballo y miró el mar con admiración. El oscuro atardecer reflejándose en el agua del mar que permanecía en calma,  era un espectáculo para la vista, el suave golpe de las olas la llenó de una paz indescriptible. 

Una anciana, la encargada de cuidar la villa, se sorprendió al verla.

—¿Joven Señora? ¿Qué hace aquí a estas horas?

—He venido a ver el mar, así que no se preocupe y vuelva a entrar.

—¿Cómo podría hacer eso? La joven señora está aquí? Le conseguiré un carruaje de inmediato.

—No es necesario, solo me quedaré un momento y luego me retiraré.

Después de escuchar las palabras de Violet, la encargada de la villa regresó a su habitación ya que no había nada que pudiera hacer. 

Violet entró en el almacén donde el vigilante guardaba las armas para proteger el lugar, tomó una pequeña pistola y entró en una habitación con vista al mar. 

La brillante brisa marina le sacudió su brillante cabello. Sintió que su mente por fin podía relajarse.

—Oh… debería haber venido aquí antes.

Siempre había mantenido la esperanza, al final ella podría ser amada.

Así que se había aferrado tontamente, fingió no escuchar nada que no le gustara, sonrió, y preparó fiestas de cumpleaños para otros sin recibir nunca un regalo en el suyo. Había pasado tres años viviendo de esa manera.

Violet miró el mar desde la villa en silencio.

Pensó que tal vez su cuerpo cambiaría como la última vez, pero honestamente lo que realmente quería era que su vida terminara. Cargó el arma. Luego se la llevó al cuello y apretó el gatillo.

♦ ♦ ♦

Winter se levantó de su asiento poco después de que Violet lo molestara.

Su esposa odiaba estos grandes eventos. Su madre también le dijo que ella intentaba escapar cada vez que realizaban uno y varias veces Violet le rogó que la llevara a la capital con él.

Sobre todo, la historia del divorcio era aterradora y no quería volver a hablar de eso con ella.

El ritmo de Winter se aceleró cuando inconscientemente miró la mano que Violet había sostenido, tenía una mancha de sangre, suspiró con fuerza.

—Maldición —dijo. 

¿Estaba herida? ¿Fue por eso que vino a mí, porque no sabía qué hacer? Pensó.

En cuanto analizó la situación, su corazón se sintió pesado. 

Corrió al dormitorio de Violet.

Cuando llegó a su habitación, la puerta estaba entreabierta. Winter levantó las cejas y abrió la puerta, y la habitación estaba vacía.

—¿Adónde se fue? dije que hablariamos enseguida —murmuró. 

Mientras observaba la habitación vacía, encontró las rosas marchitas que le había regalado. Una de ellas estaba floreciendo. 

—Supongo que realmente te gustan las flores —expresó, mirando la pequeña flor con indiferencia.

Afortunadamente, era un tema del que podían hablar.

Después de mirar las flores por un rato, se dio vuelta no podía perder el tiempo de esta manera. Se apresuró a preguntarle a la doncella que estaba preparando la cama de los invitados.

—¿Dónde está Violet?

—¿Qué? ¿No está en el dormitorio, señor? —respondió la criada.  

—¡Si les estoy preguntando, es porque ella no está ahí!

Tan pronto como Winter se enfadó, la criada sacudió la cabeza y salió corriendo, diciendo: 

—No lo sé, señor.

Violet no sólo no estaba en el dormitorio, tampoco estaba en el salón o el jardín. Winter empezó a correr buscando a Violet, sintiendo que perdía el aliento a cada paso. 

Parecía que no estaba en ningún lugar en la mansión.

Sentía que su sangre se estaba secando. Ahora estaba loco por saber lo que ella quería decirle.

Finalmente, Winter fue directo a la mansión de la pareja Blooming.  

Camino directamente hacia Hael, que estaba esperando un invitado por orden de Winter.

—¿Qué pasa, señor? —preguntó Hael.

—Violet, ¿está aquí? —Winter le respondió con otra pregunta.

—No la he visto señor.

—La capital. ¿Hay algún carruaje que haya ido a la capital? —sugirió Winter claramente desesperado.

—Todavía no ha salido ningún carruaje señor, tómelo con calma. Debe estar en algún lugar.

—¡¿Cómo puedo calmarme cuando mi esposa no está…?!

En el momento en que gritó, súbitamente se sintió muy mareada y débil, dejó de moverse buscando la estabilidad.

—¿Está bien, señor? —preguntó Hael sorprendido por el cambio de actitud.

Winter, se recompuso inmediatamente, respondió con una voz extrañamente tranquila.

—Todo está bien.

—Haré que todos los sirvientes investiguen dónde está la joven señora.

—No es necesario, ahora que lo pienso mejor ella dijo que iría a la casa de la playa.

—¿De verdad? Bueno pero por favor no se altere, señor, por un segundo pensé que se estaba desmayando —expresó Hael preocupado.

—No, todo está bien.

Dejándolo atrás, Winter entró en la residencia del duque y la duquesa Blooming.

Tenía algo que decirles.

Sus pasos se detuvieron frente a Ash Lawrence. Como tenía intereses en común y demasiados beneficios en juego, Ash, que era muy amigo de Winter, lo saludó en cuanto lo vio.

—Cuánto tiempo sin verte, Winter.

—Escuché que encerraste a mi esposa en un armario. Con la ayuda de mi madre.

La expresión de Ash se endureció un poco por su repentino comentario. Sin embargo, respondió con una expresión más indiferente de lo que esperaba.

—Es un castigo familiar y ligero para un aristócrata promedio. Es sólo porque no la conoces.

—Eso suena como un castigo severo, que has dado a una persona enferma, sin importarle que esa persona es tu propio familiar.

Normalmente, los aristócratas solían molestarse cuando alguien se inminiscuía en las decisiones que tomaban con respecto a la familia y Ash no era la excepción, pero prefirió evadir sus comentario. Las personas decían que las parejas se parecían, pero ahora la mirada y la forma de hablar de Winter se parecía demasiado a la de Violet.

—¿Sabes que Violet quiere divorciarse de ti? No se puede permitir que haga lo que ella quiere, además está pidiendo el divorcio, no imaginas lo malo que lo tomó la duquesa Katherinne cuando lo supo, incluso derramó lágrimas —respondió Ash un poco nervioso.

—Eso solo nos concierne a nosotros, está vez lo dejaré pasar porque ya sucedió, pero no será igual si vuelve a  ocurrir.

—¿Vas a sentarte a esperar el divorcio? —preguntó Ash en un tono burlón.

—Ya te lo he dicho. Es nuestro matrimonio y nuestra decisión. Deja que me ocupe de mis asuntos y problemas por mi mismo.

Se dio la vuelta, en todo momento había hablado con en un tono calmado, muy diferente de su actitud habitual. Luego, debido a la oscuridad de la noche se vio reflejado en uno de los cristales de la pared, extendió su mano hacia su reflejo por instinto.

Ash también era alto, pero comparado con él, que era mucho más alto que las personas promedio y tenía hombros anchos, se veía más bien pequeño.

Volvió a mirar a Ash, analizándolo.

—Por cierto, me siento muy varonil contigo a mi lado. 

—¿Qué?

Ash pensó por un momento que quería decir y su expresión cambió, claramente estaba molesto, pero Winter ya estaba dejando la sala del banquete cuando Ash lo entendió.

Winter abandonó inmediatamente la finca en un carruaje privado que había llamado para los invitados de hoy.

♦ ♦ ♦

Mientras le gritaba a Hael que su esposa había desaparecido, de repente se sintió mareada y su visión cambió. Winter, que apenas recuperó el sentido, apoyó su frente en la mesa, luchando con un intenso dolor de cabeza que volvió a aparecer.

—¿Por qué demonios está ocurriendo esto otra vez?

Estaba en la villa con vista al océano. Winter, que se las arregló para superar el dolor, se levantó, observando a su alrededor.

—No pude encontrarla porque estaba en un lugar como este —dijo molesto. 

Sentía un terrible dolor, pero se sintió aliviado de haber encontrado un lugar donde estaba su esposa.

Entonces, la encargada de la villa, llegó corriendo a la habitación.

—¡Joven señora! ¿No escuchó el disparo? —expresó entre jadeos, era una señora mayor así que cualquier mínimo esfuerzo podía agotarla.

—¿Disparo?

—¡Oh, Dios mío! ¿Por qué está eso aquí?

La encargada de la villa se asustó cuando vio la pistola que estaba en el suelo y la recogió de inmediato.

A Winter no le importaba la razón por la que estaba en este lugar, lo que deseaba saber era porque Violet estaba ahí y que era lo que ella quería decirle. Salió corriendo de la villa para volver a la mansión. Pero no había ningún carruaje y sólo un caballo que permanecía atado.

Incapaz de montar un caballo, se puso de pie, maldiciendo vagamente su suerte, llamó a la encargada de la villa.

—¡Abuela! ¡Llama un carruaje ahora!

—¡Sí, sí! ¡como usted ordene, joven señora!

Sorprendida por el rugido, la encargada corrió a llamar al carruaje por telégrafo. Mientras tanto, Winter se sentó en el sofá del salón del primer piso.

Independientemente de si Violet sabía montar a carruaje o no, estaba demasiado alejada de la mansión.Mi esposa, ha tomado mi cuerpo de nuevo, pensó él.

2 respuestas a “Para ayudarte a entender – Capítulo 9”

  1. Dios que miedo, yo dije “hasta aquí llego”, pero después de todo lo que pasó, de buenas que sigue viva. Creo que cuando el cuerpo se ve en peligro cambia el cuerpo para sobrevivir o algo.

    Muchas gracias por el capítulo

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