La consorte favorita del príncipe demonio – Capítulo 127.2: La lucha del dragón y el fénix (2)

Traducido por Selena

Editado por Meli


Feng Cang se quedó mucho tiempo en el estudio por el asunto de Guanghua gongzi. Cuando volvió al edificio Tingsong, ya era de noche. Murong Qi Qi ya estaba dormida. Al ver su rostro tranquilo bajo la luz de las velas, extendió la mano y acarició con suavidad sus cejas ligeramente fruncidas.

—Qing Qing, ¡no te dejaré ir! ¡Incluso si es necesario te llevaré al cielo o al mismo infierno! ¡No pienses en deshacerte de mí!

—¡Has vuelto! —dijo Murong Qi Qi entre un bostezo mientras abría un poco los ojos.

Su humor mejoró, y el cansancio se esfumó, solo porque ella lo había recibido como una esposa que espera a su marido.

—¡Ven, te ayudaré a quitarte la ropa! —La levantó, y como en los últimos días, le ayudó a lidiar con las engorrosas faldas que ella nunca podía arreglar.

Somnolienta, dejó que la desvistiera y la cubriera con una cálida manta. Luego se acercó a él.

—¡¿Por qué has vuelto solo ahora?! Te he esperado mucho tiempo… —se quejó, aún con los ojos cerrados.

—Había algunas cosas que debían ser tratadas. —La besó en la frente y la abrazó—. Por eso llegué tarde. ¡Sé buena y duerme! Estoy aquí junto a ti.

—¡S-Sí…! —Apoyó su rostro en el sólido hombro. Sus pequeñas manos tantearon el cuerpo de Feng Cang durante un rato—. Cang…

—¿Mm?

—Aunque luces bastante delgado, tu cuerpo tiene bastante sustancia, —Sus dedos vagaron por su abdomen—. Ocho paquetes, Cang, eres muy sexy, ¡oh!, un libro no debería ser juzgado por su portada…

Siguió explorando, ¿cómo iba a saber que su comportamiento provocaba a Feng Cang? Justo cuando su mano se deslizó hacia su bajo vientre, él se apartó.

—¿Cang? —Insatisfecha, abrió los ojos y lo miró.

—¡No quiero atraparte cuando estás aturdida! —La abrazó—. Debes estar muy cansada hoy después de entrar al palacio. En el futuro, ¡no vayamos más! Para que no te duela la cabeza después de ver a esa gente.

—¡Así es! —afirmó y continuó con la conversación—: En el futuro, aparte de visitar a la abuela, ¡no veremos a nadie más! Ese príncipe heredero es muy molesto. El segundo príncipe también es muy molesto. Kang es muy lamentable. Tenemos que preocuparnos más por él…

—¡Muy bien! —Se rió. Le acarició los labios, ella cerró los ojos. Luego de reflexionar sobre su conversación con Nalan Xin, preguntó—: Qing Qing, ¿Longze Jing Tian te llamó Xian Er? ¿Por qué…?

Era un poco vergonzoso aprovechar el estado de Murong Qi Qi, para que le contestara con honestidad, pero él quería saber la verdad, ¿ella lo consideraría despreciable?

¡Solo seamos desvergonzados! ¡Ella es la mujer que quiero, por la que daría todo! No es el momento de hablar de benevolencia y moralidad. Los lobos que la codician no son educados.

—¡Porque ese es otro de mis nombres!

La táctica había funcionado, aturdida por el sueño, ¡ella había respondido!

—Qing Qing, ¿eres la Du Xian Er de Moyu?

 —¡Sí! —Hizo un mohín y frunció el ceño—: ¿No lo parezco?

 —Te pareces…

—¡No, no me parezco, soy yo! —Bostezó y le rozó la cara con los labios—. Buenas noches, Cang. Tengo tanto sueño… Además, mi corazón solo te tiene a ti, no lo tiene a él…

La respiración de Murong Qi Qi era uniforme. Su boca estaba ligeramente abierta como pétalos.

Esa mujer no tenía ninguna guardia frente a él. Feng Cang le besó la frente.

Ahora, solo tenía un problema: ¿Guanghua gongzi se resistiría a dejar a su Qing Qing? ¿Por qué dijo que su corazón no lo tiene? ¿Se refería a Guanghua gongzi?

Feng Cang, no mucho después, se quedó dormido con sus brazos alrededor de Murong Qi Qi.

♦ ♦ ♦

Desde que Murong Qi Qi y Feng Cang compartían cama, la lista de cosas que Su Mei y Su Yue tenían que hacer se había reducido. Él se ocupaba de todos los asuntos, independientemente de su importancia.

Feng Cang asistía a la corte de la mañana todos los días. Se levantaba temprano y siempre se ponía la túnica oficial con mucho cuidado, sin hacer ruido. Y antes de irse, dejaba besos en las mejillas de Murong Qi Qi, en su frente y en sus labios. Ella dormía bastante durante el invierno, despertaba justo cuando él regresaba de la corte matutina.

Así, vestirla e incluso arreglar su cabello era algo de lo que él se encargaba.

El cabello de Murong Qi Qi era largo hasta los tobillos. Se deslizaba como el satén. A Feng Cang le gustaba mucho. Como no podía hacer peinados complicados, todos los días, ella paseaba por el wangfu con una pequeña coleta.

—Señorita, guye es un marido versátil. No solo es elegante en público, sino también bueno en la cocina[1] —dijeron Su Mei y Su Yue, una a cada lado, acompañaban a Murong Qi Qi.

Ellas desconocían la identidad de Feng Cang. Por eso, se asustaron al enterarse que él se quedaba en la cámara de Murong Qi Qi. Aunque había matrimonios entre hermanos, estos eran en su mayoría entre primos[2].

¿Por qué actuaban así a pesar de ser hermanos biológicos? ¡Eso era demasiado chocante!

Pero más tarde, cuando vieron que Feng Cang trataba a Murong Qi Qi con todo su corazón, lo aceptaron gradualmente.

Que los hermanos fueran amantes iba en contra de las relaciones humanas. No obstante, como a la señorita le gustaba de verdad, esperaban que fuera feliz. Sin embargo, aunque la apoyaban, temían que ese amor nunca pudiera salir a la luz.

—¡Ah Kang tampoco está mal, ah! —Se burló Murong Qi Qi de Su Mei—. Viene tanto al wangfu que parece querer mudarse aquí…

—¡Señorita! —Se sonrojó y dio un pisotón—. ¡Señorita, si sigue comportándose de esa manera, la ignoraré!

—¡Está bien, está bien, está bien! ¡No hablaré más! —No habló más, peros sus ojos brillaban de diversión.

—Su Yue, no te rías de mí. Vi que en cierto año, cierto mes, cierto día y cierta noche, tú y cierta persona estaban susurrando dulces palabras…

—¿Oh? ¿Su Yue también tiene aventuras amorosas? ¿Quién es? ¡Dime! —Murong Qi Qi se emocionó—, ¿Cuándo ocurrió? ¿Quién es el hombre que tenía tan buenos ojos? Y se encaprichó con nuestra Su Yue.

—¿Qué he hecho? —preguntó atónita—. Su Mei, no digas tonterías de mí, ¡ah! ¡Señorita, no la escuche!

—No, en absoluto. Fue en la noche de bodas de la señorita. Su Yue y Nalan Xin hablaron durante mucho tiempo bajo el edificio! Señorita, usted no lo sabe. Cuando Su Yue se fue, Nalan Xin se quedó mirando su espalda durante mucho tiempo y rio tontamente…

—¡Chica, de qué estás hablando! —Su Yue con la tranquilidad que la caracterizaba, explicó—: ¡Señorita, no es así! Esa noche, el profesor Nalan Xin parecía buscar a Wangye por algo. Lo detuve. Fue solo eso, ¡no hay nada más!

—¿De verdad? —Murong Qi Qi se tocó la barbilla y miró pensativa a Su Yue—. ¿Nalan Xin? ¡No es malo! Pertenece a la gente del príncipe. Puedo ayudarlos a ser compatibles…

Cuanto más hablaba Murong Qi Qi, más escandaloso se volvía el asunto. Su Yue estaba enfadada. Su pequeña cara estaba roja. Quería explicarse, pero no sabía cómo hacerlo. Ahora, Su Mei estaba feliz. Aplaudió a un lado.

—Señorita, por qué no invoca a Yue Lao[3] y tira de una cuerda roja para que se conviertan en una pareja. ¡Qué asombroso!

—¡Qué asombroso, idiota! —Su Yue explotó—. No dejaré a la señorita. ¡La serviré toda mi vida! Si todos nos vamos, ¿quién cuidará de ella?

Su Mei ya no siguió riéndose; cuando el señor Mozun falleció, les encomendó cuidar de Murong Qi Qi. Si se casaban, no quedaría gente cerca.


[1] Elegante en público pero también bueno en la cocina: buen marido/esposa tanto en lo doméstico como en lo social. Se suele utilizar para describir a la esposa.

[2] En China, los primos por línea paterna (primos con el mismo apellido) eran considerados hermanos. Por ejemplo, si el hermano de mi padre tenía un hijo/hija, se le llamaba hermano/hermana mayor. Si el hermano de mi padre tuvo un hijo/hija, se le llamará hermano/hermana segundo. Y si el hermano de mi padre volvió a tener un hijo/hija, el hijo se llamará entonces tercer hermano/hija. Por lo general, se omite el “primo” y solo tengo que utilizar “hermano/hermana” para dirigirme a ellos. Incluso si se sigue utilizando ‘primo’, lo que es muy raro, sería tang-ge (primo hermano mayor) y no el biao-ge (primo hermano mayor) de la línea materna. No estaba tan bien aceptado casarse con primos con el mismo apellido. Sin embargo, se aceptaba casarse con primos de la línea materna (primos con apellidos diferentes).

 [3] Yue Lao: el dios del matrimonio.

Selena

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