La villana vive dos veces – Capítulo 8

Traducido por Dea

Editado por Freyna


Cedric se cubrió la boca con su mano y tosió por un rato, haciendo una mueca de dolor. Se había quemado el interior de la boca con el té caliente.

—Oh, Dios mío. Nunca pensé que escucharía eso de una joven que acabo de conocer hoy.

Artisea le ofreció un pañuelo con la cara ruborizada.

Cedric lo tomó, y se limpió la boca y las manos.

Artisea no estaba hablando de una propuesta de matrimonio real.

Incluso si ella había cambiado, Cedric no lo sabía.

Así que pensó que al contarle la propuesta, lo tomaría como un plan. Nunca se imaginó que él lo interpretaría como un matrimonio real entre un hombre y una mujer.

Artisea admitió que había cometido un error. En ese momento, Cedric no solo no era consciente de que ella había cambiado, sino que ni siquiera la conocía. No era de extrañar que malinterpretara sus palabras.

Presionando sus mejillas sonrojadas con las manos cerradas, ella habló:

—No le estoy pidiendo que se case conmigo de verdad. Lo digo como una manera de resolver los problemas con los que Su Excelencia se ha estado enfrentando.

—¿De qué problemas estás hablando?

—No has entrado en la capital desde hace dos meses debido a la ceremonia de regreso triunfal, ¿verdad? Sé que Su Excelencia está preocupado de que los soldados no sean tratados como lo merecen, ya que esto podría llevar a la caída de no solo el Ejército del Oeste, sino también del Ejército del Sur.

El trato de la familia imperial hacia las tropas locales no era algo nuevo.

Sin embargo, el descontento que se había ido acumulando en el ejército iba estallando poco a poco porque no habían sido reconocidos a pesar de haber arriesgado sus vidas para servir al imperio.

Los soldados estaban empezando a desertar del Ejército del Sur y el Ejército Oriental. En cambio, el Ejército del Oeste no había tenido muchos problemas bajo el liderazgo de Cedric.

—Cuánto más persista Su Excelencia, menos dispuesto estará Su Majestad el emperador a reconocer el mérito militar del ejército. Odia perder ante otros y quedar mal más que cualquier cosa. ¿Será que Su Excelencia está aquí para pedirle al arzobispo que actúe como mediador?

—Sí.

—El emperador tiene un complejo de inferioridad respecto al arzobispo. Esa no es una elección muy sabia —continuó Artisea—. Si el arzobispo intercede, aunque consiga que la ceremonia se celebre, habrá represalias en el futuro. No solo es probable que bloquee cualquier posibilidad de que Su Excelencia se relacione con el Ejército del Oeste, sino que el personal clave de la milicia que lo está ayudando podría ser expulsado o castigado. Aun así, debería estar agradecido de que solo hay un retraso en la reposición de tropas y suministros.

Artisea dijo eso porque sabía perfectamente que había ocurrido en el futuro.

El Ejército del Oeste se volvió cada vez más débil. Y siete años después, cuando las oleadas de monstruos volvieron a aparecer, la región oeste del país se convirtió en un verdadero infierno

Debido a la pérdida de los campos de cereal, otras regiones sufrieron por la falta de comida.

El rostro de Cedric se oscureció. Él también lo sabía.

Pero, a pesar de eso, no podía inclinarse y ceder ante el emperador.

Los suministros no eran lo único que constituía un ejército. Si el orgullo y la disciplina militar desaparecía, entonces la organización que consiguió reconstruir se desintegraría.

—Su Majestad se preocupa por mi hermano Lawrence. Pero en la actualidad, él no tiene ningún apoyo militar. Está claro que eso se convertirá en una gran debilidad en el futuro para él, cuando la pelea por el trono comience. Su Majestad está preocupado por eso. —alegó y luego continuó hablando—. Aunque, por supuesto, no tiene intención de compartir su poder.

—Lo sé.

—Por eso Su Excelencia es la persona indicada. Estás en la línea de sucesión al trono. Puedes reforzar la legitimidad de mi hermano Lawrence y también darle el apoyo militar que él necesita —Artisea tomó un sorbo de té y añadió—: Si Su Excelencia deja abierta la posibilidad de apoyar a mi hermano Lawrence, Su Majestad el emperador estaría dispuesto a conceder los honores debidos al ejército y a organizar una ceremonia de regreso triunfal a la altura de los logros alcanzados.

—Entiendo a lo que se refiere, señorita. Pero es imposible que eso ocurra. No voy a colaborar con la marquesa Rosan, eso está completamente fuera de lugar. Y mucho menos casarme con su hija —declaró Cedric con firmeza—. Señorita, la única razón por la que la he escuchado hasta ahora es porque parece inteligente, pero aún eres joven. Además, probablemente debido a que no me conoces muy bien, cuando escuchaste a tu madre y hermano idear ese plan, pensaste que sería factible.

—Su Excelencia.

—No estoy enojado con usted, señorita. Espero que me disculpe por irme en medio de la conversación, pero no comparto tus pensamientos.

—No —Artisea lo tomó de la manga mientras él se levantaba— No he terminado de hablar. Y no estoy pidiéndote que realmente apoyes a mi hermano Lawrence.

Cedric bajó su mirada hacia ella. Artisea rápidamente dijo:

—Con mostrarle a Su Majestad el emperador la “posibilidad” es suficiente.

—Señorita.

—Su Excelencia puede o no apoyar a Lawrence, dejar esa incertidumbre permitirá que el Ejército del Oeste reciba el trato que merece. ¿Y aún así echará todo a perder debido a razones personales?

—No tengo intenciones de rogar por el reconocimiento que los soldados merecen por sus méritos militares.

—Entonces, ¿qué hay de la “Aldea de los Rebeldes” en el Gran Ducado de Evron?

Cedric frunció el ceño y miró a Artisea con ojos feroces.

—¿Intenta chantajearme, señorita?

—No, estoy ofreciendo mi consejo con toda sinceridad. El hecho de que yo sepa esto significa que otros podrían descubrirlo pronto, Su Excelencia.

—Deduzco que al menos la marquesa Rosan y Lawrence deben saberlo.

—Mi madre y mi hermano no son muy buenos en algo tan delicado. No necesitas preocuparte. Ahora mismo, soy la única que lo sabe.

—Ellos no son culpables.

—Yo también lo sé. Pero este es un problema que puede desencadenar una situación grave en cualquier momento.

Artisea ahora sabía que no podía irse.

Eso le permitió relajarse y servirse otra taza de té.

Estoy sedienta.

Cedric se sentó de nuevo cuando ella terminó de hablar. Luego le preguntó en voz baja:

—¿Qué es lo que quieres?

—Su Excelencia debería buscar un beneficio más práctico.

—¿Ese beneficio práctico consiste en unir fuerzas con los injustos para poder llevar a cabo la ceremonia de regreso triunfal del Ejército del Oeste?

—Su Excelencia, debes dejar de lado tu honor, para así poder ganar el honor del Ejército del Oeste y proteger el Gran Ducado de Evron —mencionó Artisea—. Ni mi madre ni mi hermano saben de esta reunión. No dañé el carruaje para que Su Excelencia pensara que nuestro encuentro había ocurrido por accidente. Lo hice para engañar a los demás.

Cedric no respondió.

—Es bastante común que luego de un encuentro accidental entre un hombre y una mujer ellos desarrollen sentimientos por el otro —habló Artisea con calma—. Entonces, anuncia que dejarás de pelear contra la voluntad del emperador y entra a la capital con la excusa de que te enamoraste de mí. Luego solo pídeme matrimonio. No habrá mucha gente que se lo cuestione.

Ella era hija de Miraila Rosan. La gente malinterpretaría toda la situación.

Excepto por Miraila y Lawrence, quienes sabrían que no se trata de un matrimonio político. Por lo tanto, no se establecería ninguna alianza matrimonial.

Luego de decir aquellas palabras, Artisea enderezó su espalda y miró directamente a Cedric.

—A simple vista, parecerá que Su Excelencia abandonó el honor del Ejército del Oeste por una mujer. Pero en realidad, Su Majestad el emperador calculará los beneficios que Lawrence podría obtener cuando me case con Su Excelencia. Y entonces, él permitirá que la ceremonia de regreso triunfal se lleve a cabo.

Cedric estaba en silencio.

—Además, también obtendrá el favor del gran duque Roygar, el mayor adversario de Lawrence. Su Excelencia puede beneficiarse de ambos lados.

Artisea vació el té frío que había en su taza y la volvió a llenar.

Finalmente, Cedric preguntó:

—Sé qué Lawrence tratará de hacer que esté de su lado. Pero el gran duque Roygar es su oponente, ¿qué quieres decir con que si me caso contigo, conseguiré su favor?

—Quieres casarte conmigo porque te enamoraste profundamente de mí, no para formar una alianza matrimonial con intención de apoyar a Lawrence. Hasta ahora, Su Excelencia, el gran duque Evron ha sido sensato y justo en todo lo que ha hecho. Pero ¿qué pensará el gran duque Roygar cuando se entere que has entrado a la capital, pero no para inclinarte a Su Majestad el emperador, sino por una mujer? Bueno, él puede que piense que renunciaste a tu orgullo para obtener algo de regreso, así que intentará persuadirte para que te pongas de su lado.

—Quieres decir que soy capaz de influenciar ambos lados.

—Sí.

Cedric nunca fue un hombre sin poder de influencia.

El Gran Ducado de Evron era el escudo del imperio en el norte.

Y Cedric era el hombre que había obtenido más méritos en el imperio.

También ayudó a reconstruir el Ejército del Oeste y detuvo las oleadas de monstruos.

Además, había mucha gente que lo admiraba en los Ejércitos Central, del Este y del Sur.

Al mismo tiempo, cimentó su reputación al no inclinarse ante nadie ni formar una facción partidista. Al final, eso fue lo que hizo que el emperador terminara odiándolo.

No tenía poder suficiente para amenazar al emperador, pero sí tenía la influencia necesaria para hacerlo sentir incómodo.

—Si te casas conmigo, el emperador no estará tan disgustado con tu presencia como antes.

Cedric permaneció en silencio.

—Lo que más detesta Su Majestad es que se ignore su poder. Y las batallas por la sucesión son las que más afectan a ese poder. Considera por qué no apoya a su hijo Lawrence unilateralmente, sino que también considera a su hermano, el gran duque Roygar.

—Entiendo lo que quieres decir. Su Majestad es un hombre precavido y está debilitando a propósito ambos lados al crear una lucha de facciones. Por lo tanto, incluso si alguien me decapitara, Su Majestad podría considerarlo como una simple disputa política y tratarlo como un asunto sin importancia.

Sumido en sus pensamientos, Cedric murmuró para sí mismo:

—¿Es así como pretende protegerme?

Artisea esperó en silencio a que él terminara de pensar.

Se quedó sin té, así que llamó a su sirvienta para que le trajera más agua caliente.

Cedric permaneció en silencio mientras Artisea servía el agua caliente en la tetera y dio vuelta el reloj de arena.

—Señorita, si no es para obligarme a ponerme de lado de Lawrence a través de una alianza matrimonial, ¿qué ganarías tú con este matrimonio?

No tenía más opción que mentirle al respecto; Cedric no tenía ningún motivo para confiar en ella todavía.

—Solo quiero heredar el Marquesado Rosan por completo y hacerme independiente.

—Señorita, usted lo heredará de todos modos.

—No puedo esperar hasta entonces.

Lo que Artisea dijo no era completamente mentira.

—Actualmente tengo 18 años. Solo podré heredar el título cuando cumpla los 20. Mi madre, quien es mi tutora, tiene durante los próximos dos años la potestad de disponer del patrimonio del Marquesado Rosan como mi tutora.

A pesar del hecho de que el Marquesado Rosan había perdido por completo su influencia política, aún tenía una gran fortuna.

El poder que Lawrence podía ejercer solo por esas razones era enorme.

Y no había mucho que Artisea podía hacer mientras estuviese bajo el control de Miraila.

Por ahora, su primera prioridad era distanciarse de ella del todo.

—Pero puedes casarte con el permiso de tu tutor. Y después de eso, serás reconocida como una adulta.

—Sí, pero el hecho de que elija a alguien no significa que mi madre me dejará ir. Incluso cuando me convierta en adulta seguirá siendo igual. Madre encontrará una forma de asesinar a mi futuro esposo antes de permitir que me case con él —replicó Artisea con calma—. En ese sentido, Su Excelencia, el gran duque, es el mejor candidato que puedo elegir. Estoy segura de que Su Majestad estará complacido con su propuesta de matrimonio, y mi hermano Lawrence no se opondrá.

—¿Estás pensando en traicionar a tu madre y a tu hermano?

—Solo soy una herramienta. Si una cae en las manos de otra persona, no puede ser considerado como traición —respondió amargamente.

Eso no significaba que ella no considerara a los demás como herramientas.

En eso, quizás era demasiado parecida a Miraila.

—Por favor, manténgase casado formalmente conmigo solo por dos años y protéjame, Su Excelencia. Si lo hace, entonces haré que Su Excelencia se convierta en emperador.

Los ojos de Cedric se agrandaron ante sus inesperadas palabras.

—Debes hacerlo si quieres que la gente del Imperio de Crates viva en paz. Lawrence es cruel y Roygar es codicioso. Si alguno de ellos asciende al trono, el imperio será un infierno —expresó con firmeza.

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