¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 23: La calma antes de la tormenta

Traducido por Ichigo

Editado por YukiroSaori


Tres días después de que comenzara el Festival de la Fundación.

En una mansión más tranquila, Cordelia comprobó brevemente el estado del invernadero, y luego iba y venía de su habitación a la biblioteca.

Lo primero que empezó a hacer, durante el Festival de la Fundación, fue calcular la cantidad de papel que compraría la escuela; había calculado la cantidad aproximada de papel que se necesitaba basándose en un informe que recibió. Luego, también estimó el costo de los lápices de Lara, a partir de su registro de producción, y también calculó el precio de las “gomas de borrar de pan”. Finalmente, escribió sus objetivos y el precio, y luego una frase pidiendo a los comerciantes y a Ronnie que le dieran sus presupuestos; Cordelia suspiró aliviada.

Por ahora, me pregunto si estas cosas serán suficientes para la escuela.

Los documentos eran para pedir el permiso de Elvis.

Ella ya le había dicho que pensaba mejorar los útiles de escritura, cuando estaba en la fase de fabricación de los lápices, así que probablemente podría obtener su permiso sin problemas. Si surgía algún problema, su plan sería tomar prestados los campos del feudo y abrir un jardín de hierbas medicinales. Tenía que terminar los documentos sobre su plan de cultivar hierbas en una zona donde el trigo no crecía bien, y cómo reunir el capital para ello, durante el resto del Festival de la Fundación para poder convencer a Elvis.

—¿Debo pedir prestado terreno y mano de obra para el jardín de hierbas? ¿O debo comprar plantas ya cultivadas…? Eso se está convirtiendo en un problema. Tengo documentos sobre la cosecha actual para poder calcular los ingresos, y tengo que escribir datos de comparación.

Cordelia, que había murmurado esas palabras espontáneamente, se dio cuenta de que había estado hablando mucho consigo misma. Por suerte, las vacaciones de Ronnie y Lara terminaban por la mañana, y su entorno probablemente volvería a animarse.

Creo que es la primera vez que Lara va al Festival de la Fundación, espero que se divierta.

Pensó mientras estiraba un poco la espalda. Su cuerpo se había vuelto realmente rígido, porque estaba trabajando mucho.

Voy a dar un pequeño paseo.

Si me esfuerzo demasiado, podría cometer un error en los cálculos. Pensó eso mientras salía de la habitación y se dirigía al jardín.

Cordelia rememoró los recuerdos de su infancia y recordó que la mansión Pameradia le había parecido imponente. Ahora seguía pareciendo imponente, pero también se sentía más luminosa. Cuando había visitado el feudo por primera vez a la edad de ocho años y había regresado a la Capital Real, Elvis le había dicho que podía cultivar sus plantas favoritas. Así, Cordelia ordenó a los jardineros las descripciones de las flores que quería que crecieran allí, y algunos de sus nombres. No solicitó plantar flores en el invernadero solo para apreciarlas, pero ella se sentía relajada con solo mirarlas, así que había muchas flores preciosas en el jardín. No todas tenían pétalos grandes, pero todas eran agradables a la vista.

Es impresionante.

Las flores brillaban intensamente, gracias a la habilidad de los jardineros. Y, la rosa, “Cordelia”, también estaba floreciendo en una sección del jardín. Todavía no tenía muchas existencias, pero cuando le dijo a Gille que Elvis le había dicho que podía plantar lo que quisiera en el jardín, le envió algunas flores para que las cultivara.

Una rosa con el mismo nombre que yo. Al fin y al cabo, resulta extraño.

Por un lado, se alegró porque era una flor preciosa y olía bien, pero se sintió extrañamente avergonzada cuando la vio delante de ella. Por supuesto, sabía que la flor no pensaba en ella, pero se sentía obligada a no perderla.

Entonces, Cordelia, que estaba holgazaneando en el jardín, sintió que se relajaba y decidió volver a su habitación. Sus ojos también se sentían un poco descansados por haberse tomado un pequeño descanso.

Poco después de entrar en la mansión, Cordelia vio a Emina y a Hans hablando. Al mismo tiempo, ambos notaron su presencia y la saludaron.

—Bienvenida, señora.

Cordelia sonrió con ironía.

—Ciertamente he vuelto ahora mismo… Pero tú también acabas de volver, ¿no es así Emina? ¿Has terminado los recados de la señorita Christina?

—Sí, señorita.

Emina había sido llamada a la mansión Alcott hoy para una reunión con Christina, a quien había prometido mostrarle la Capital Real después del Festival de la Fundación.

Es raro ver a Emina sin delantal, pensó Cordelia mientras le daba las gracias.

—Gracias.

—La señorita Christina ha dicho que quería visitar algunos sastres en la Capital Real.

—¿Quiere visitar a un sastre?

—Sí.

Cordelia se sorprendió un poco porque estaba segura de que Christina quería hacer turismo.

Cuando la gente se hace vestidos en este reino, suele llamar al sastre a su casa. Eso era lo mismo para las damas de la nobleza y para las damas de las familias ricas de comerciantes. Sin embargo, no es que no hubiera excepciones, algunas personas eran efectivamente celosas de la calidad del vestido, y sucedía en situaciones como: “Aunque quiero que el color de la tela sea la máxima prioridad. Quiero ver las ligeras diferencias de color con mis propios ojos”. O incluso situaciones como: “quiero encontrar un sastre que haga diseños diferentes al resto”. Además de eso, la gente podría pedir encargos con patrón, pero probablemente Christina no entraba en esas categorías.

—Nunca se ha hecho un vestido en la Capital Real, así que está interesada en ocho tiendas. Entre ellas hay tiendas que sus amigas han utilizado antes. También dijo que le gustaría visitar más tiendas si tenemos tiempo.

—¿Quiere ir a tantas tiendas? Está muy entusiasmada.

Cordelia estaba un poco sorprendida de que Christina quisiera visitar tantos lugares.

No le sorprendía especialmente que Christina no se hubiera hecho un vestido en la Capital Real antes, ya que vivía en su feudo, pero visitar al menos ocho tiendas… Cordelia estaba un poco preocupada por si Christina tendría tiempo de visitar tantas.

Pero ella vive en la parte del reino que produce la mejor seda. Seguro que es muy exigente.

Cordelia tampoco había visitado nunca un sastre, y quería ver cómo sería. Era imposible que no le interesaran las sastrerías, que tenían lo último en moda femenina.

Pero, ¿no es más fácil conseguir seda de mejor calidad en su feudo?

¿O quería ver muchos diseños de vestidos en la capital real? Cordelia inclinó la cabeza en señal de curiosidad y Emina continuó.

—Puede que se canse mientras visitamos las tiendas, así que también he buscado un lugar donde pueda comer cosas dulces. He pensado en una tienda a la que van muchas clientas antes de ir al teatro y abre a partir del mediodía.

—Vaya, eso suena divertido. Eso también es la experiencia de una mujer adulta, ¿no?

Cordelia lo dijo un poco en broma, y Emina sonrió con soltura.

Al mismo tiempo, Hans se adelantó y le entregó a Cordelia un montón de papeles.

—Entonces, hay algo que me gustaría informar a la señorita antes de que aprendas esa experiencia. Por favor, toma esto.

—Gracias. ¿Son las personas que quieren participar en el próximo experimento?

Los papeles que Hans le había dado eran una lista de personas que deseaban participar en el masaje de bálsamo, que Cordelia reclutaba regularmente. También invitaba a otros experimentos, pero no cabía duda de que este experimento era el que más popular de la mansión.

—Tienes una avalancha de solicitantes.

—Sí, gracias.

Cordelia se alegraba de que este experimento fuera aceptado en la mansión hasta el punto de que los solicitantes se apresuraran a entrar, pero también tenía sentimientos encontrados al respecto.

Se ha convertido en una especie de gran lotería… Pero me da pena la gente que quiere probarlo pero es rechazada.

Por supuesto, los participantes no se decidieron por sorteo. Ella decidió los participantes basándose en condiciones como la condición física, la fatiga, la transparencia y el estancamiento de la magia. No podía decir que el tamaño de la muestra era suficiente, ya que solo reclutó dentro de la mansión, Cordelia podía hacer predecir si un aroma sería o no del agrado de una persona en especifico, o si el efecto funcionaría en dicha persona, utilizando ligeramente su magia de análisis. Por alguna razón u otra… Eso era lo único que podía decir, pero era capaz de concluir si la magia de las plantas era compatible o no con una persona. Podría ser una intuición única relacionada con su magia, ya que Ronnie la desestimó cuando ella trató de explicárselo diciendo: “No sé de qué estás hablando”.

—Voy a reunirme con ellos uno por uno de nuevo, ¿podrías mostrarme su lista de asignaciones de trabajo? Quiero hablar con ellos a una hora razonable.

—Entendido.

Hans aceptó respetuosamente la palabra de Cordelia, y esta vez, Emina habló.

—Señorita, ¿tiene un poco de tiempo ahora?

—¿Sí?

—Quiero hablar con usted sobre la ropa para salir. Hay algunas opciones posibles… Si estás ocupada, entonces me gustaría tomar un poco de tu tiempo mañana.

Veo que no puedo salir con la ropa que uso para mis experimentos o la que uso para montar. Y, era probable que la ropa para salir que había dicho Emina, incluyera accesorios como sombrillas. Y yo nunca había preparado ropa para salir porque mis vestidos habituales son para interior.

Es probable que esto no se acabe en “un rato”.

Me llevó tiempo elegir los vestidos y probármelos. No recuerdo haber pedido mucho, pero mi armario está lleno de ropa que se hizo al principio de la temporada y de ropa que me regaló mi padre.

Pero es la primera vez que salgo con la señorita Christina. Sería una grosería si no me vistiera como ella.

Creo que todos los vestidos que tengo me sientan bien. Pero, si considero que voy a estar al lado de la señorita Christina, entonces habría demasiados para elegir.

—Lo haré hoy. Estoy segura de que me molestará si lo hago mañana y no podré concentrarme en nada más.

Cordelia dijo eso en broma y Emina y Hans sonrieron.

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