Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 05: El problema de ser revelado (9)

Traducido por Lucy

Editado por Meli


Caí en una crisis mental ¿él solo buscaba una excusa para matarme? ¿Por qué me pedía que lo golpeara?

—Papi, ¿cómo me atrevería…?

—¿Quieres que te ejecuten?

Tenía miedo, sentenciar a muerte a una mujer era algo común y el rey estaba acostumbrado a ello.

El hombre dobló un poco las rodillas.

—Aquí, —señaló su pecho— golpea aquí.

Quería hacerlo, ¿cuándo tendría otra vez la oportunidad de golpearlo? Sin embargo, si solo se trataba de una treta, podría terminar con mi vida.

—¿Cómo podría atreverme a hacerle algo tan irrespetuoso a mi papi? No, nunca haría.

Decidí tomar una posición segura, algo que había aprendido durante estos años en este mundo. Era peligroso, pero no había opción.

—Solo mátame. Prefiero morir.

El rey frunció el ceño, se veía impaciente.

—No te mataré. No lo haré. Solo pégame.

—Prefiero morir que hacer daño a mi papi.

Por supuesto, mis palabras no coincidían con mis pensamientos. No deseaba morir y menos por una situación tan absurda, eso sería muy injusto.

El rostro del rey se transformó, quizás herí su orgullo con mis palabras. Se puso serio y declaró:

—Soy muy fuerte, aun sin maná, mi cuerpo está en forma.

No, no importa lo desarrolla que estén sus músculos, el área del abdomen y el pecho es vital. Sin maná, estoy segura que le dolerá y yo seré castigada. Frustrada, mis lágrimas comenzaron a correr, esta vez no fingía, lloraba de verdad.

—Bueno, entonces, yo…

—¡Hazlo! —gritó, impaciente—. Es una orden real.

♦️ ♦️ ♦️

Kim Hoonsang llamó a su segundo hijo, Kim Hwanseok.

—Dime padre.

—¿Sabes cuál es la habilidad de Kim Sanghee?

—No estoy seguro.

Kim Hoonsang asintió. Él y el príncipe habían permitido que los golpeara, eso era algo que se castigaba con la pena de muerte, pero ninguno tenía la intención de ejecutar a la princesa.

—No podemos decir que es una gran capacidad.

—Sí, se nota solo si eres sensible al control del maná.

—No tardaremos en saberlo.

Era difícil determinar si Kim Sanghee poseía aptitudes que contribuyeran al reino. No obstante, había algo en ella que debían analizar.

—¿Dices que Freesia, sexta princesa del Imperio, tuvo su primer despertar a los quince años?

Solo había dos mujeres que podían manejar maná: Freesia y la gemela de la Dinastía Goryeo, Kim Sangah.

—Si, así es.

—Entonces Kim Sanghee también pudo despertar. Por eso no lo habíamos notado antes.

Kim Hoonsang, terminó de hablar con Kim Hwanseok y llamó a los estudiosos, les explicó la capacidad de Kim Sanghee y les ordenó que averiguaras si había algún caso similar en el pasado.

Cuando todos los eruditos se fueron, Alex se quedó.

—¿Qué pasa?

—¿Recuerda cuando propuse registrar la palabra «hija de papi»?

—Sí.

—Todavía hay mucha resistencia por parte de los académicos…

Kim Hoonsang sonrió.

—Ponlo.

—Gracias.

Y así, se puso fin al acalorado debate entre los académicos. «Hija de papi», quedó registrada en el diccionario.

♦️ ♦️ ♦️

Por favor, no la arrojes, fue lo único en que pensé. Ya tenía doce años y dentro de tres años tendría mi ceremonia de mayoría de edad, por qué el patrón de mi niñez no se rompía.

—Hermano, aquí tienes. —Le entregué la muñeca de trapo.

—Sí, buen trabajo. —Kim Hwansung me acarició la cabeza como si fuera su mascota.

Tengo más de treinta años, ¡no debería hacer eso!

—Soy tan feliz cuando me acaricias.

—Como se esperaba, ¿verdad? —Guardó silencio un momento antes de decir—: Prepárate.

—¿Qué?

—Saldrás en tres días.

Quizás era una recompensa por mi salida que se vio interrumpida por el nacimiento de mis hermanos.

—Sí, pero tienes que conseguir permiso…

—¿Permiso? Lo tengo.

♦️ ♦️ ♦️

Hace unas horas.

—Padre, ¿puede salir Kim Sanghee?

—No.

—¿Por qué? Ella lo hizo antes.

Kim Hoonsang se quedó momentáneamente sin palabras. Si lo pensaba, no había razón para no hacerlo.

—Bueno, es cierto.

Consintió, pero se sintió extraño, por alguna razón, no quería dejarla ir.

—Yo la acompañaré —declaró el príncipe y el rey se sintió un poco aliviado.

No había motivos para preocuparse, Kim Hwansung era el comandante del Séptimo Batallón de la Noche. Uno de los diez genios de la Guardia de la Noche.

♦️ ♦️ ♦️

Tres días después.

—Soy Kim Yushin. Espero su amable cooperación.

—Estoy muy feliz de tener un caballero tan confiable y maravilloso como usted —Kim Sanghee hizo una reverencia.

Kim Yushin inclinó la cabeza, su rostro no mostraba expresión alguna.

Kim Sanghee se sintió cómoda a su lado, él no era como el resto de los caballeros que solían ignorar a las princesas que, aunque les hablaban de manera formal, no las respetaban.

¿Será que es una persona brusca…?, pensó Kim Yushin.

Las princesas ordinarias se encogían ante la presencia de un caballero de la Noche; sin embargo, Kim Sanghee lo había recibido con una sonrisa.

No lo puedo creer ¿enviaste al maestro Kim Yushin? Eso… ¿te da calma?, Alex estaba tan sorprendido, que se golpeó ligeramente la frente.

♦️ ♦️ ♦️

—¿Tú asignaste al maestro Kim Yushin? —le preguntó Alex al rey.

—¿Hay algún problema?

Los hay. Y muchos. No te das cuenta, ¿por qué la proteges tanto cuando se aleja de tu lado?

—La repentina salida de la princesa Kim Sanghee al exterior…

—Hwansung me lo pidió.

—Ah… Ya veo.

Así que Kim Hwansung quería salir con la princesa. Claro, él no fue con ella en su salida anterior. Y ahora, el rey finge que otorgó el permiso a petición del príncipe y no porque quiere complacer a Kim Sanghee. Sin embargo, enviar al maestro Kim Yushin, tal vez sea demasiado…

♦️ ♦️ ♦️

Kim Hwansung, sacudió los hombros. Entendí lo que quería decir: apóyate en mí. No podía ceder tan fácilmente, en las relaciones humanas es necesaria la comunicación y él debe aprender a pedir las cosas.

—No me atrevería a tocar a mi hermano.

Él frunció el ceño y sin darme oportunidad de decir nada más, usó su maná para obligarme a inclinar la cabeza hacia él.

—¡Aaaah…! —grité de dolor.

Oh no. Eso que crujió, ¿fue mi cuello? Él no es tan bueno como Ganapán para controlar su fuerza y estuvo a punto de matarme.

Estaba herida, pero al idiota no parecía importarle, incluso sonreía, orgulloso de su acción. Quería quejarme y hacerle ver su error, pero con el caballero de la Noche presente, no me atreví a ser irrespetuosa.

—Gracias, los hombros de mi hermano son un gran apoyo. Es un honor para mí.

Mis palabras me avergonzaron tanto, que me reprendí mentalmente por ser tan cursi.

Seguimos nuestro camino hacia el Pozo Sagrado. Era el lugar donde el primer rey de Goryeo celebró la conmemoración del país.

El agua de allí podía revitalizar el maná, por lo tanto, era visitado por un número considerable de hombres y eso lo hacía un peligro para alguien como yo.

El rey era apuesto y sus esposas eran hermosas; entonces, en mi genética solo había belleza. Las mujeres en este mundo son solo codiciadas por su apariencia. Una princesa bonita, con la tez clara, debido a que no me exponía al sol; era un problema en un sitio como el en que nos encontrábamos.

Por supuesto, no tenía mucho de qué preocuparme, con el tercer príncipe y caballero de la Noche acompañándome.

—Ahora mismo voy —dijo Kim Yushin.

—¿Es esto un pozo sagrado…? —pregunté, la escena ante mí era incomprensible para el sentido común.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido