Traducido por Herijo
Editado por Sakuya
Al este de las vastas llanuras de Jugfena se encuentra una llanura salpicada de pequeñas colinas, las cuales, desde la distancia, parecen islas flotantes. En estas colinas se erigen castillos, establecidos como bastiones defensivos. Tras sufrir varias derrotas, el ejército de Rindarl abandonó estas bases y durante poco más de ocho meses, hemos estado ocupando estas fortificaciones como nuestra posición avanzada. Actualmente, el otoño se cierne sobre nosotros.
El Marqués Rolentsor confió la defensa de estas bases a Ergnade y a las tropas del Fuerte Jugfena que lo acompañaban, mientras él retornaba a la fortaleza con los soldados del ejército real que las habían custodiado hasta entonces. Nos encontramos ante la realidad de que no podemos simplemente dejar nuestra posición más avanzada desprotegida. Sin embargo, en el estado actual, Eric no sería de mucha ayuda para alentar a los soldados, y podría ser contraproducente que los soldados del ejército real continúen con esa tarea con su moral decayendo después de tanto tiempo apostados ahí.
—Los costos de mantener nuestras líneas del frente se están volviendo absurdos. Si continúan incrementándose, podríamos simplemente anexar todo Densel y convertirlo en nuestro estado vasallo —se quejaba el Marqués Rolentsor a su regreso del frente, visiblemente insatisfecho. La frustración de no comprender qué está pensando Rindarl y mantener un estado de guerra constante debe estar exacerbando su cansancio por tener que reunirse con nosotros inmediatamente después de su retorno.
Parece que durante los considerables ocho meses transcurridos, los soldados del ejército real añadieron diversas modificaciones y trazaron caminos para facilitar la vida en las bases. Han invertido tanto en ello que sería casi imposible aceptar devolver estas bases a Rindarl en cualquier acuerdo de paz y definición de fronteras con ellos. Sería trágico tener que desarrollar la infraestructura del país enemigo para luego cedérsela. Por tanto, aunque no era la intención original de Arxia, podríamos terminar teniendo que expandirnos.
—Los beneficios económicos derivados de investigar las nuevas armas que hemos capturado deberían compensar más que nuestros gastos —expresé.
—Esa es simplemente la perspectiva de un oficial militar sin ciudadanos, Wiegraf. Aunque incrementemos el número de nuevas armas, eso no aumentará la cantidad de alimentos. Como los nobles del interior no pueden ver la guerra por sí mismos, no estarán dispuestos a aumentar nuestros fondos.
Tomé el tubo metálico frente a mí que medía aproximadamente cuatro pies de largo(121 cms). Se trataba de un arma de fuego, una de las que descubrimos abandonadas en las bases que capturamos.
Estas armas difieren notablemente de las que capturé en la batalla donde fui promovida a conde. Las armas que mi ejército había capturado anteriormente eran cilindros metálicos delgados de seis pies de largo con lo que parecían ser escaleras anexas, pero estas se asemejan mucho más a las armas que recuerdo. El enemigo ha conseguido reducir significativamente el tamaño del arma, lo cual me hizo tener la escalofriante reflexión de que ahora es mucho más fácil de manejar.
—Bueno, no tenemos derecho a hablar sobre lo que está en el interés nacional de Arxia, así que tendremos que dejar estas negociaciones al comandante general. En cualquier caso, comparado con la última batalla que libramos en las Grandes Llanuras, parece que han realizado mejoras adicionales a esta nueva arma suya.
La última batalla, para mí, fue cuando estaba defendiendo la Meseta de Ritox. Los soldados enemigos ahí solo poseían armas convencionales, pero parece que las armas de fuego reaparecieron en las Grandes Llanuras durante ese mismo período.
—Parece que utilizan estas piedras.
Una piedra blanca, tallada en forma de pilar hexagonal, estaba adosada al costado del tubo, extendiéndose también dentro del cilindro. El mecanismo parece contar con una función similar a un gatillo de arma, y cuando desabrochas su clip, la piedra se retrae con fuerza hacia su interior.
—Mm. Parece ser un dispositivo para generar chispas para la pólvora. Es muy similar a las lámparas luminiscentes hechas con polvo de polilla de fuego…
—Las lámparas de polvo de polilla de fuego sólo pueden producir luz, nada más. No tienen la capacidad de iniciar fuegos.
El comentario de Wiegraf hizo que tanto el comandante general como yo negáramos con la cabeza.
—Probablemente esto es por lo que pudimos capturar un almacén de estas con tanta facilidad. Es probable que este mecanismo ya sea bastante eficiente, pero no podemos hacer uso de el, porque no entendemos los principios.
—En otras palabras, no podremos utilizar esta flecha de fuego de tubo corto a menos que construyamos otro mecanismo para evitar incendios. Aunque, hablando de mecanismos, podríamos usar la otra versión más grande de esto como referencia.
Al parecer, en Arxia ahora se le llama a esta arma “flecha de fuego de tubo corto”, aunque yo la conozco como un tipo de arma de fuego. Parece que hace varios cientos de años, existía un arma simple parecida a un cañón que disparaba piedras grandes y otras municiones similares, que simplemente se llamaba “tubo grande” en aquel entonces, de donde las armas de fuego obtuvieron este tipo de nombre.
Ahora, la tecnología sobre cómo construir el cañón se ha perdido, y creo que la mayoría de la gente probablemente olvidó su existencia, hasta la aparición de estas flechas de fuego de tubo corto.
—Bueno, ahora no nos queda más remedio que investigarla.
—Estoy de acuerdo, Conde Kaldia. Dependiendo de cómo la usemos, podría ser un arma maravillosa. Quiero difundirla en el ejército real lo más rápido posible.
Desvié la mirada del Marqués Rolentsor, que dijo eso con un brillo en sus ojos. Debe ser su interés personal, como militar de una familia obsesionada con todo lo relacionado con las artes marciales, las armas y las estrategias de combate.
—Más importante aún, lo más crítico ahora es obtener el permiso del Barón Dovadain.
Aunque su principal propósito aquí es dar inspiración y aliento a los soldados en un discurso formal, también es el representante del rey y puede autorizarnos a tomar la iniciativa y librar la batalla. Aunque lo llamo algo formal, realmente no es algo tan grandioso.
Sin embargo, el problema radica en Eric.