Traducido por Herijo
Editado por Sakuya
Mientras estaba inmersa con Mefuri en los túneles subterráneos, la situación de combate, que había estado en un punto muerto durante ocho meses, cambió repentinamente. Casi al mismo tiempo que la huida de Mefuri de la mazmorra, el ejército de Densel inició un ataque masivo, desplegando a todas sus fuerzas desde su ciudad más grande, Eris. Su objetivo eran nuestras pequeñas bases defensivas que habíamos capturado previamente de ellos. Nuestras tropas en el fuerte más alejado de la línea del frente, denominado Fuerte Droyan y situado en una ladera, ya estaban enfrentándose a ellos.
De manera inesperada, el ejército de Arxia sufrió una emboscada a pesar de estar esperando el ataque del enemigo. En el segundo fuerte defensivo, Fuerte Droidas, ubicado en un afluente del río Tave, detectaron la llegada de un escuadrón de barcos enemigos desde la dirección del mar.
Las tropas navales del enemigo parecían estar bajo una cadena de mando diferente a la del ejército de Densel. Las tropas de Arxia estacionadas en el Fuerte Droyan fueron sorprendidas por un ataque en tenaza y fueron derrotadas. Ahora, ni siquiera tienen la opción de retirarse y abandonar su base, han quedado encerrados y actualmente están bajo asedio.
En el campo de batalla, enfrentamos a dos unidades del ejército enemigo, con las fuerzas estacionadas en el Fuerte Droyan que ahora están bajo asedio, así como las tropas de refuerzo del Fuerte Droidas y la tercera base defensiva, el Fuerte Droitros.
Nuestros equipos de exploración draconis pudieron detectar la marcha del ejército enemigo desde una gran distancia, por lo que cada base pudo prepararse adecuadamente para el combate y estar alerta para la batalla.
Sin embargo, las fuerzas principales del ejército de Arxia, el Ejército Real bajo el mando del Marqués Rolentsor, habían regresado al Fuerte Jugfena para descansar, y las nuevas tropas que Ergnade, líder de los caballeros, estaba trayendo aún estaban lejos cuando la batalla ya había comenzado. Las tropas restantes del Fuerte Droyan eran principalmente tropas de exploración y guerrilleras, por lo que solo podían concentrarse en defender su fortaleza. Mientras tanto, las tropas de refuerzo del Fuerte Droidas, que consistían principalmente en tropas de caballería, se estaban atascando al luchar contra las tropas navales del enemigo para intentar cruzar el río. Las fuerzas del Fuerte Jugfena tardarían al menos medio día en llegar al lugar de los combates, una situación extremadamente desventajosa para el comienzo de la batalla de Arxia.
—¿El enemigo descubrirá inmediatamente nuestras tropas reorganizándose y moviéndose?
Tras terminar de interrogar y lavar el cerebro… quiero decir, persuadir a Mefuri, me dirigí a reunirme con Wiegraf junto con uno de los oficiales superiores de mi ejército, así como con uno de los líderes de escuadrón de caballería, Agil, en lugar de la herida Claudia.
Incluso en una situación de combate, Wiegraf parecía tranquilo y compuesto, incluso trabajando en sus otras responsabilidades mientras me explicaba la situación de combate.
A primera vista, los documentos en los que trabajaba trataban sobre su decisión, como la persona con plena autoridad sobre el Fuerte Jugfena, de trasladar temporalmente la base más alejada de Arxia desde dicho fuerte y establecer una base de comunicaciones en las colinas ondulantes, mucho más cerca del área de combate.
La base de comunicaciones ocuparía por la fuerza uno de los pueblos rurales de Densel, acción que no ha sido permitida por la nobleza de Arxia que temía cualquier acto considerado invasivo. Sin embargo, teniendo en cuenta que la situación en el campo de batalla se ha vuelto bastante desfavorable, supongo que vamos a tener que ignorar que exista tal orden que nos restrinja hacerlo.
—No quiero contemplar la posibilidad de que haya espías entre nosotros, los arxianos, pero…
A pesar de estar revisando información sobre los algo más de dos mil caballeros y soldados estacionados en el Fuerte Jugfena, así como datos del Ejército Real aquí, que sumaba más de diez mil, Wiegraf parecía muy relajado. Me echó una mirada fugaz antes de volver inmediatamente su atención a los documentos ante él. Parecía confiar profundamente en mí.
—Ahh, más importante, tengo un mensaje para ti de Ergnade. “Tomó prestados a Elise, Gunther y Oscar de tu ejército.”
—¿Ergnade lo hizo?
Me sorprendió bastante el hecho de que tomara algunos de mis activos sin siquiera consultarme primero, y Wiegraf suspiró como si tuviera dolor de cabeza.
—En efecto. Dijo que se disculpa por ello, pero debido a la situación actual pidió a los tres que escoltaran a salvo a Eric de vuelta al dominio de Kaldia. Por supuesto, algunos de los soldados de Jugfena también están con ellos.
—Ahh.
Entonces, por eso incluso usó a Elise, quien en realidad era Ratoka, finalmente lo entendí. Incluso en nuestras circunstancias actuales, sería necesario dejar a algunas personas para trasladar a Eric y asegurar su seguridad. Dado que se refirió a Ratoka como “Elise”, significaba que Ratoka estaba actuando como “Eliza” mientras escoltaba a Eric de vuelta a la seguridad. Yo realmente no podría volver, ya que necesito quedarme aquí y comandar el ejército de Kaldia. No tengo ninguna razón para quejarme del juicio de Ergnade, ya que hizo lo que consideró era lo mejor durante una situación caótica.
Aunque no tengo ninguna queja… Ergnade no debería haber sabido sobre Ratoka. Las únicas personas aquí que conocen la existencia de Ratoka son Claudia, Gunther, Oscar y yo, a quienes Ergnade aprovechó.
¿Cuándo se dio cuenta? No importa cuánto se parezca Ratoka a mí, usarlo como mi sustituto no es una idea que una persona normal tendría.
Casi al mismo tiempo que surgía mi duda, sentí que obtenía la respuesta en la sonrisa de los ojos de Wiegraf.
—Es excelente que comprendas tan rápido. Ahora bien, ¿deberíamos también abandonar el Fuerte Jugfena? Necesitamos hacer los preparativos para la base de comunicaciones lo más pronto posible.