Traducido por Maru
Editado por Freyna
Ese día, cuando Pollyanna regresó a casa, encontró un regalo que le enviaron desde el castillo real. Era un gran carro lleno de cientos de flores. Parecía que todas las flores del invernadero fueron arrancadas y puestas dentro de este vagón.
El mayordomo y los sirvientes llevaron las flores a la casa con orgullo. Este regalo era una prueba de que su ama, la marquesa Winter, debía ser la persona más favorecida del emperador. El primer piso de la mansión de Pollyanna pronto se llenó de flores.
Estas no eran flores ordinarias. Las semillas provenían de todo el reino y los jardineros del castillo han trabajado incansablemente durante años para cultivarlas. Había flores de primavera, verano y otoño.
El salón principal estaba lleno del fuerte aroma de las flores, pero no era abrumador. Pollyanna, sin embargo, se sintió un poco mareada mientras miraba el regalo del emperador.
—Señora, ¿qué debemos hacer con todas estas flores?
—Umm… Ya que son de su alteza, debemos tratarlas con respeto.
—Entonces me ocuparé de ellas, señora. Seleccionaré la más fragante una vez para su baño y perfume. Las flores con los colores más vibrantes se secarán y se convertirán en popurrí. El resto se dividirá y colocará en varios jarrones y me aseguraré de que duren el mayor tiempo posible.
Pollyanna estaba agradecida de tener un mayordomo tan capaz. Cuando el mayordomo vio el ramo que sostenía Pollyanna, preguntó:
—¿Y qué es lo que sostiene, señora?
—Esto también es de su alteza.
—Ya veo. Parece que fueron arrancados con las manos porque sus tallos no están bien cortados. Puedo hacerlos limpiar para usted.
Las flores que fueron cortadas profesionalmente por los jardineros tenían los extremos limpios. El ramo de flores en la mano de Pollyanna, sin embargo, tenía tallos ásperos y desgarrados. Si estas flores no se recortaban correctamente, no iban a durar mucho tiempo. Pero Pollyanna respondió:
—No, yo… yo me ocuparé de esto yo misma.
Lucius I le regaló flores a Pollyanna muchas veces antes de incluir la guirnalda del campeón en el pasado. Recibir una flor del emperador era uno de los mayores honores, especialmente cuando se entregaban con amor.
Lamentablemente, Pollyanna no tenía idea de lo que sucedía con estas flores que le regaló el emperador. Todas estaban perdidas para ella.
Este ramo… Estas flores fueron las primeras que le dio el emperador después de confesar su amor. Tenían un significado profundo y Pollyanna se sintió un poco agobiada por ello. Pollyanna se sintió decidida a quedarse con este ramo para siempre. Ella no dejará que se perdiera esta vez. Iba a secarlo ella misma y ponerla cerca de su cama y para hacer esto, primero necesitaba recortar las puntas correctamente.
Antes de quitarse la cinta, Pollyanna puso su nariz en las flores e inhaló profundamente. El olor verde de las plantas era mucho más fuerte que el de las flores, y le recordó los ojos verdes claros que la miraban con tanta adoración.
Estoy sedienta.
Pollyanna de repente sintió mucha sed. Tomó un sorbo de agua, pero incluso después de beber toda la taza, su sed no desapareció. La sed que no se puede saciar ni siquiera con agua… Esta no era una sed cualquiera. Pollyanna, que decidió dejar de beber, consideró comprar una botella de vino, pero decidió no hacerlo. Sabía que ningún alcohol podía solucionar este problema.
Pollyanna se acostó en su cama y decidió admitir la verdad.
Echaba de menos a Lucius I. Ella quería verlo. Pollyanna aún no estaba segura de si lo que sentía era amor o lujuria. La extraña sensación de cosquilleo en el dorso de su mano y su corazón se convirtió en una sed voraz.
Ser amada por alguien se sentía tan extraño y desconocido… Pollyanna se sintió tímida y avergonzada, pero también orgullosa y arrogante. Ser perseguida por el hombre más grande del reino… Pollyanna se sintió especial. Quizás su confianza en sí misma necesitaba un impulso después de todo.
Lucius I la llamó cruel, pero Pollyanna sentía lo mismo por el emperador. Para ella, el emperador era el hombre más generoso y, sin embargo, el más cruel. En el pasado, nunca se inclinaba ante nadie, pero ahora, la forma en que actuaba a su alrededor hacía que Pollyanna se sintiera desconcertada e insegura. Él le devolvió la confianza en sí misma, pero su amor también la desconcertó.
Pollyanna suspiró, incapaz de conciliar el sueño.
♦ ♦ ♦
Esa misma noche, el emperador tampoco pudo conciliar el sueño. Lucius I y el maestro Chail charlaron en secreto.
—Chail, me temo que está desarrollando tolerancia a mi belleza.
—Su alteza, se esperaba. Es natural cansarse de lo mismo, incluso si es su belleza.
El maestro Chail era la persona que pasó más tiempo con el emperador. Lucius I se tambaleó un poco ante la declaración de Chail. El emperador estaba seguro de que nadie se cansaría jamás de su belleza.
—Chail… ¿Hablas en serio? ¿Es eso lo que sientes por mí también?
—Por supuesto que no, su alteza. Nunca me cansaría de su hermoso rostro. Todo lo que digo es que es posible que la marquesa Winter se sienta así.
Lucius I no estaba completamente convencido, pero decidió no interrogar más a Chail. El maestro Chail era una de las pocas personas en este mundo que el emperador podía discutir sobre un tema tan importante pero privado. Lucius I no quería perder a Chail por ser demasiado exigente. La mayor parte del tiempo, Chail solo escuchaba en silencio al emperador, pero esto era suficiente para Lucius I.
El emperador le dijo:
—Me di cuenta de algo mientras miraba a Inno. Aprendí que ganar la simpatía de una dama puede ser una táctica muy útil. Una dama a menudo se enamora cuando ve a un hombre débil e indefenso. Comienza como simpatía y lástima, y estos sentimientos se convierten en amor.
Chail sabía que definitivamente Pollyanna no era una de esas mujeres típicas. El maestro Chail ha visto a Pollyanna empujar a sus guardias contra una pared si los encuentra débiles. Pollyanna también trataba a sus colegas de esta manera si pensaba que estaban actuando de forma poco masculina. Cuando Chail señaló esto, Lucius I no estuvo de acuerdo.
—¡Esto es diferente! Seguiré mostrándole mi fuerza, pero también le mostraré mi lado más sensible. ¡Me encontrará fascinante y encantador!
Chail pensó en secreto:
Si lo sabe tan bien, ¿por qué no ha podido seducirla todavía, alteza?
Pero el maestro Chail también sabía que Pollyanna era una mujer difícil de seducir. De hecho, Chail creía que Pollyanna Winter podría ser la dama más difícil de amar. Pero… Lucius I era el emperador de Acreia. De todos los hombres de este reino, tenía que ser el único que podría tener una oportunidad.
El emperador fácilmente podría tener a cualquier otra mujer que quisiera, pero conociéndolo bien, el maestro Chail no se sorprendió de que Lucius I eligiera el camino más difícil para él.
El amor era algo gracioso. Muchos decían que el amor era un juego de hombres jóvenes, pero aunque él estaba en la treintena, parecía que el juego del amor del emperador aún no había terminado.
Ni siquiera cerca.