Traducido por Maru
Editado por Freyna
Todos dieron la bienvenida a la unión de Pollyanna y el emperador. Algunos creían que era realmente un matrimonio por amor, mientras que otros creían que era un matrimonio político. Lo principal era que nadie estaba en contra de la idea. Todos estaban dispuestos a aceptar a la emperatriz Pollyanna Clair.
Pollyanna se volvió un poco amargada y solitaria. La gente le decía que su esfuerzo finalmente estaba dando sus frutos. Le dijeron que finalmente iba a ser reconocida por su arduo trabajo.
Pero… Esto no era para lo que trabajaba. Esto no era lo que ella quería.
Pero supongo que ya no importa en este momento.
La bruja que sedujo al emperador…
Solía ser llamada con muchos nombres desagradables durante la guerra, pero ahora nadie decía nada malo de ella. Todas las críticas cada vez que lograba algo se detenían. Cuando se convirtió en caballero y marquesa, títulos que sabía que realmente se merecía, muchos nobles se opusieron a la idea. Pero parecía que estos mismos hombres estaban perfectamente bien aceptándola como su emperatriz.
Curiosamente, Pollyanna ahora extrañaba sus críticas. Se sentía tan extraño que la aceptaran de todo corazón.
Pollyanna recordó lo que le dijo una vez su hermano adoptivo Donau. Le preguntó qué iba a hacer si se acostumbraba tanto a las críticas y los insultos. Parecía que Sir Donau sabía desde hace mucho tiempo que podría suceder algo así.
Pollyanna estaba haciendo algo que estos nobles habrían y deberían haber estado en desacuerdo en el pasado. Entonces, ¿por qué no decían una palabra? ¿Por qué estaban tan callados? Ella se sintió extraña. El mundo entero estaba siendo amable con ella. Todo el reino la animaba a ella y al amor del emperador.
Sin embargo, a pesar de todo, se mantuvo ocupada preparándose para su boda. Pollyanna no pudo evitar sentirse emocionada como cuando estaba planeando su boda con Frau en el pasado.
Pollyanna se reía más hoy en día. Aunque sentía una emoción similar a la de antes, sus emociones actuales eran más estables. Era porque sabía que Lucius I la amaba de verdad y le confesó sus sentimientos.
El emperador era mucho más rico y poderoso que Pollyanna, lo que significaba que no se casaba con ella por su dinero. No había forma de que el emperador la engañara. Además de eso, ya tenían un hijo juntos, lo que significaba que ella no tenía que sentirse presionada para producir un heredero real.
¿Ha habido días como estos en los que Pollyanna se sintió tan feliz y segura? La felicidad y la emoción la llenaban todos los días. Se sintió como si estuviera soñando hasta que llegaron las cartas del sur.
—Mmm.
Pollyanna puso las cartas sobre la mesa. En cuanto a las fechas en que se enviaron estas cartas, lo más probable era que fueran escritas antes de que la noticia de su boda llegara al sur. Entonces, las personas que escribieron estas cartas probablemente solo sabían cómo Pollyanna cometió un gran error al quedar embarazada, huir y tener a su hijo en secreto. Obviamente, no se enteraron de cómo Pollyanna se iba a casar con el emperador.
Cuando Pollyanna gimió, una criada cercana preguntó con curiosidad:
—Oh, ¿qué pasa? —Normalmente, a Pollyanna le encantaba abrir la carta del sur. Así que no era de extrañar que a la criada le pareciera extraño que Pollyanna estuviera mirando los mensajes sin siquiera abrir los sobres.
Pollyanna volvió a gemir antes de abrir finalmente la primera carta. Ser una mujer adulta no significaba que disfrutara que la reprendieran. Ella deseó en silencio:
Solo espero que Donau haya explicado la situación de la mejor manera posible.
Su hermano adoptivo era el único en quien podía confiar en este momento.
¡Por favor! ¡Por favor, Donau!
Había varias cartas del sur y Pollyanna decidió abrir las que sabía que iban a ser más amables.
Como era de esperar, las gemelas estaban de su lado. Al igual que cuando estaba a punto de casarse con Frau, Vaxi y Vanessa escribieron que apoyarían cualquier decisión que tomara Pollyanna. También escribieron que lloraron cuando escucharon que Pollyanna dio a luz a su bebé sola. Sir Howe no le escribió una carta a Pollyanna, pero su esposa Vaxi le escribió que estaba listo para viajar a Jaffa si Pollyanna lo necesitaba. Pollyanna sonrió. ¿Por qué lo necesitaría ella?
Ahora quedaban tres cartas.
¿Tres?
Confundida, Pollyanna comprobó los nombres. Había una del virrey Bika y otro de Sir Baufallo. La última, sin embargo, no era en realidad una carta personal, sino un documento oficial que fue enviado por el gobierno local desde el sur a la marquesa Winter.
—¿Qué es esto?
Cuando abrió el sobre, Pollyanna se sorprendió al ver otra carta dentro. Esta carta tenía su nombre escrito en el exterior con una letra que era querida por Pollyanna. La letra de una persona que Pollyanna extrañaba desesperadamente.
Si no se equivocaba, esta carta era de Rebecca. Este tenía que ser su último mensaje a Pollyanna.
♦ ♦ ♦
—Yo también tengo una.
—Yo también.
Las tres mujeres se reunieron. Pollyanna era una futura esposa y, por lo tanto, estaba muy ocupada. Stra y Tory también estaban ocupadas debido a sus trabajos. Entonces, ¿por qué se juntaron estas tres mujeres tan ocupadas? Solo puede haber una razón. Fue porque solían ser un grupo de cuatro mujeres hace unos años.
Al igual que Pollyanna, Stra y Tory también recibieron cartas de Rebecca. Todos creían que Rebecca dejó solo un testamento, que era una última carta para el emperador, por lo que este era un giro impactante para las tres mujeres.
La razón por la que estas cartas no se entregaron a los destinatarios correctos fue todo por culpa de la duquesa Nani. Rebecca guardó estas cartas a salvo en su caja fuerte por si acaso, y parecía que su madre, la duquesa, se llevó la caja fuerte con ella cuando dejó Jaffa. Había una pequeña nota del gobierno del sur que explicaba esta situación.
Tory tembló enojada.
—¡La duquesa Nani se habría enterado de estas cartas unos días después del funeral de Rebecca! ¿Cómo podría no habernos enviado antes?
Stra, recordando a Rebecca, comenzó a llorar en silencio. Las dos damas ya leyeron sus cartas, lo que significaba que solo quedaba por abrir la de Pollyanna.
Pollyanna preguntó si podía averiguar qué les dijo Rebecca a Tory y Stra. Los mensajes para las dos mujeres fueron similares. Rebecca les dijo que estaba feliz de haberlas conocido y que esperaba que cuidaran de su hija. También esperaba que Tory y Stra encontraran la felicidad en sus vidas.
Stra, secándose las lágrimas con un pañuelo, murmuró:
—Rebecca, protegeremos a la princesa Luminae, así que descansa en paz.
Tory adivinó:
—Solo podría haber una razón por la que la región sur nos envió estas cartas. Ahora que tú y el emperador se van a casar, probablemente te estén diciendo, marquesa, que no te olvides de ellos.
Pollyanna negó con la cabeza.
—No, eso no puede ser. El sur aún no sabe nada de la boda. Probablemente se olvidaron de estas cartas hasta ahora. Solo una casualidad que llegaron antes de mi boda. Además, la duquesa Nani perdió a su hija…
Pollyanna trató de pensar en positivo. Aunque la duquesa Nani y Rebecca no parecían cercanas, las cartas estaban en excelentes condiciones, considerando que tenían muchos años. El sur era húmedo y cálido, lo que significaba que los papeles a menudo se desgastaban y se destruían fácilmente. El hecho de que estas cartas parecieran nuevas significaba que debían haberse guardado en un lugar fresco y oscuro de forma segura.
Era muy posible que la duquesa Nani no abriera la caja fuerte de Rebecca hasta hace poco. Después de todo, no podría haber sido fácil pasar por las cosas de su hija que murió al dar a luz en un país extranjero.
Con cuidado, Pollyanna abrió la carta que Rebecca le envió.