Traducido por Ichigo
Editado por YukiroSaori
Ronnie explicó brevemente la situación a un caballero que acababa de llegar. Tal como él había previsto, les indicaron que se dirigieran al castillo.
Antes de partir hacia el castillo, Cordelia advirtió a uno de los caballeros que el Conde Zakharov podría estar buscándolos y le solicitó que lo localizara.
Justo cuando se disponían a ir al castillo, Shelley se despertó. La idea de poder entrar al castillo la llenó de una emoción tal que ni siquiera llegó a comprender completamente su propia situación.
Por lo tanto, experimentó una excitación incluso mayor que la que sentía en el circo durante el viaje y mientras aguardaban la entrevista.
—¡Vaya, estoy en un castillo de verdad! Siempre he querido venir aquí. Me pregunto si podré conocer al príncipe por casualidad. Me pregunto si podré verle si salgo al pasillo.
Cordelia sintió el impulso de suspirar profundamente ante la evidente emoción de Shelley, pero se contuvo.
Me alegro de que no estés traumatizada por el secuestro, pero quiero que pienses por qué ha ocurrido. Si vuelve a ocurrir, ¿qué harás?
Ronnie estaba siendo entrevistado en primer lugar, así que solo Cordelia y Shelley permanecían allí.
—Shelley, por favor deja de seguir a gente que no conoces de ahora en adelante.
—¡Argh, lo sé!
No, esa es la típica respuesta de alguien que no entiende. De hecho, no estás reflexionando en absoluto ya que agregaste en secreto: “Por fin me estoy divirtiendo”.
Me pregunto si esta niña no escuchará a nadie a menos que sea al príncipe a quien admira.
Pero si Shelley conocía a Sylvester, su excitación aumentaría aún más, hasta el punto de no poder articular palabra.
Y había otra cosa. Shelley era muy prepotente, y daba la impresión de ser la “Cordelia” del juego en lugar de la “Heroína”. No escuchaba a nadie, poseía una confianza absoluta en sí misma y su apego al príncipe era notable.
En cuanto Cordelia comenzó a considerar estos aspectos, todo pareció superponerse en su mente, y sacudió ligeramente la cabeza. Existían numerosos problemas con el comportamiento y la forma de hablar de Shelley, pero si era hija de un noble, cabía la posibilidad de que recibiera una educación adecuada y que su comportamiento y dicción mejoraran. Sin embargo, cambiar sus pensamientos fundamentales podría resultar una tarea ardua.
—¿Oh? Shelley, ¿se te cayó esto?
Cordelia vio una pequeña bolsa tirada a los pies de Shelley, así que se levantó y la tomó. La bolsita tenía un tamaño similar a las bolsitas aromáticas que Cordelia había confeccionado para los niños de la aldea Oulu, y el cordel que permitía colgarla del cuello de Shelley se había desprendido. Además, la tela mostraba signos de desgaste por el uso prolongado.
Shelley pareció sorprendida y le arrebató la bolsa a Cordelia.
—¡Oh, gracias! No puedo perder esto.
—¿Eh? Me alegro de haberlo visto entonces.
Cordelia abrió los ojos porque era la primera vez que Shelley le daba las gracias.
—¿Puedo preguntar qué es?
—Puedes. Es un recuerdo que me dio mi madre. Dijo que sería feliz si tuviera esto —dijo mientras volvía a atar la parte desatada del cordón, luego se lo puso en el cuello y lo escondió bajo la ropa. Parece ser un amuleto que siempre lleva consigo.
Tal vez…
Cordelia tragó saliva y se quedó mirando la bolsa.
—¿Qué hay dentro del amuleto?
—No quiero enseñártelo, pero… es un pequeño anillo. Tú lo recogiste por mí, así que te lo enseñaré.
Shelley estaba de buen humor, lo que sacó de la bolsita, no era un anillo sino un pequeño pendiente. La superficie estaba un poco sucia, pero había un pequeño dibujo de un pájaro grabado en él.
—¡Esto es…!
—¿Eh? ¿Conoces este pájaro?
—Sí. Dime, ¿alguna vez has mostrado esto a los sacerdotes?
—No. Los sacerdotes me dijeron que los amuletos no deben abrirse.
Ya veo, así que por eso no han podido identificarla hasta ahora.
Cordelia exhaló despacio y luego miró con atención a Shelley.
—Éste es el escudo de la casa Clydereine.
—¿Cly… derine? ¿Qué es eso?
—La casa del conde Clydereine. No sé por qué tu madre tenía algo así, pero quizá el conde Clydereine lo sepa.
Cordelia explicó ya que parecía que Shelley no lo entendía, y Shelley dio un respingo.
—¡¿Qué?! ¡¿Es el escudo de un conde?! Solo conozco el nombre del conde Zakharov.
—El escudo del conde Zakharov también es un ave, pero, si no me equivoco, es un ave marina. Es una paloma. Hay ramas de olivo en el brazalete de la oreja, así que de seguro tenga razón.
Cordelia eligió cuidadosamente sus palabras frente a la desconcertada Shelley. No podía afirmar que fueran padre e hija solo porque Shelley llevara un pendiente costoso y de diseño elaborado, pero era evidente que existía algún tipo de conexión entre ellos.
—No sé por qué tu madre tenía eso, pero quizá pueda averiguarlo. ¿Quieres saberlo?
—Tengo curiosidad… Pero, ¿pertenece esto de verdad a ese… cómo se llame, conde?
—Nadie haría una falsificación con el escudo de un noble. Falsear el estatus social es un delito.
Shelley se quedó mirando el pendiente al oír lo que Cordelia había dicho. Pero su confusión se desvaneció poco a poco y sus ojos empezaron a brillar.
—Oye, si esto pertenece a ese conde, entonces me familiarizaré con él, y podré mostrarles a los Condes mi poder, ¿verdad? ¡Si eso sucede, entonces de seguro me dará la oportunidad de acercarme al Príncipe! El Conde Zakharov no hará publicidad de mis poderes, ¡pero el otro Conde sí!
Aunque había insinuado que podría conocer al conde Clydereine, aún no parecía darse cuenta de que podría ser su padre.
Mi hermano Isma me ha dicho que el conde Clydereine y mi padre no se llevan bien, pero me ha dicho que pueden hablar, así que no debería ser imposible contactar con él.
Si puedo decirle que hay una joven con un pendiente que tiene el escudo de Clydereine, entonces puedo dejarle la toma de decisiones a él. Dudo que el conde olvide a quién le dio él una joya como esa.
—Shelley, ¿puedes mantener esto en secreto? Necesitamos investigar esto, pero la investigación no avanzará si hay confusión.
—¿En serio? Pues entonces, investiga rápido.
Shelley pareció mostrar un ligero descontento, pero la oportunidad que se presentaba era demasiado tentadora como para dejarla pasar, así que no le dijo nada más a Cordelia, solo que se apresurara. Además, su expresión de infelicidad se había transformado rápidamente en una alegre.
Pero el problema es ¿cuánto tiempo puede guardar silencio? Tengo que darme prisa.
Al menos, Cordelia esperaba que Shelley se callara hasta mañana, ya que eso la preocupaba. En cualquier caso, tenía que darse prisa. En ese instante, la llamaron de otra habitación.
Cuando Cordelia entró en la sala de entrevistas, dos caballeros estaban allí, y uno era su hermano, Isma.
—No pensé que hablaríamos aquí.. pero me enteré de lo que pasó por Ronnie. Fue un desastre.
Isma parecía un poco preocupado mientras se reía. De seguro estaba mostrando consideración.
—Pero tengo que asegurarme de que los detalles coinciden. ¿Puedes hablar de ello?
—Sí.
Primero, relató su visita a la iglesia y cómo el Conde Zakharov las invitó a ella y a Shelley al circo. Luego, mientras Shelley y Cordelia conversaban en la plaza, un hombre sospechoso se acercó e intentó llevarse a Shelley, por lo que las siguió. Isma y el otro caballero tomaron nota de su relato.
—¿Notaste algo más?
—Pensé que no era algo tan sencillo, ya que la había secuestrado delante de todos. Al principio la atrajo con mercancías, pero después actuó con demasiada prepotencia. No creo que se hubiera dirigido a ella si solo quisiera secuestrar a alguien.
—Entonces, ¿crees que ella era el objetivo?
—No, creo que fue demasiado antinatural. Ella acababa de decidir que saldría. La única persona que sabía que estaría en el circo era la persona que la invitó, el conde Zakharov, pero también me invitó a mí, a Ronnie y a Clarice Keighely, una caballero.
—¿Él invitó a la señorita Keighley?
—La invitó. Yo no creo que invitara a un caballero y a un mago de la casa Pameradia si planeaba secuestrarla.
—Gracias. Lo usaré como referencia —dijo Isma y luego susurró—: Es lo mismo que ha dicho Ronnie
—Y, esto no está relacionado con el disturbio, pero ¿por qué estabas en el circo? Aunque te hubieran invitado, podrías haberte negado ya que fue una invitación repentina.
—Esa chica se llama Shelley, y es una chica muy hiperactiva. Me preocupaba que se perdiera si solo iban ella y el conde.
—Ya veo, no podías ignorar ese hecho. Pero no fue secuestrada gracias a eso. Esa niña tuvo suerte.
Cordelia pensó que con esa explicación podría haberle ocultado la verdad sobre Ghost, pero ahora se enfrentaba a otra cuestión. Deseaba hablar con su hermano sobre Shelley, pero no quería que los demás la escucharan. Que una joven poseyera el escudo de la casa Clydereine era un asunto muy delicado. Por eso le había pedido a Shelley que no se lo contara a nadie.
—Ah, es verdad. Me enteré del escondite de los matones, pero olvidé preguntarles de dónde son. El mapa de la plaza… no es muy detallado. Iré a buscar otro.
—Entonces, iré a buscarlo, así que por favor espera con tu hermanita.
—Lo siento, gracias.
Isma dio las gracias al caballero que salía de la habitación y suspiró en cuanto se cerró la puerta.
—Ahora, solo quedamos nosotros dos. Escucharé lo que tengas que decir, ahora.
—Lo siento.
Por lo que Isma había dicho, había despejado la habitación para que estuvieran a solas. Cordelia se sintió mal por ocupar más tiempo, pero agradeció que él intuyera que tenía algo más que decir.
—No, está bien. Entonces, ¿qué querías decir?
—Acabo de enterarme, pero Shelley tiene un pendiente con el escudo de los Clydereine. ¿Puedes decirle esto al conde Clydereine?
—¿Algo relacionado con su escudo…?
—Sí. Es un recuerdo de su madre, pero no sabe cómo lo obtuvo.
—Entiendo. La condesa Clydereine pudo haber encargado algunos pendientes, lo cual no sería extraño… aun así, sigue siendo un regalo muy personal.
Isma también sintió con fuerza que Shelley estaba relacionada con el conde Clydereine de alguna manera.
—Pero, si lo es, entonces está en una posición bastante complicada. ¿La chica que intentaban secuestrar es la Chica Soñadora y, además, está conectada de alguna manera con el conde Clydereine? Me alegraré si los secuestradores confiesan todo rápido. Por cierto, ¿qué opinas de la Chica Soñadora, Cordelia?
—¿Qué quieres decir?
—Tu impresión de ella. ¿Qué piensas de ella como persona?
—Parece adorar al Príncipe desde el fondo de su corazón. No sé si esos sentimientos son amor o admiración. También tiene mucha confianza en sí misma y no escucha a los demás cuando la reprenden.
—Entonces, es una niña que hace cosas que necesitan una reprimenda.
Cordelia sonrió de manera irónica cuando Isma puso cara de “has hecho un gran trabajo”. Le entristeció no poder negarlo, pero no tenía sentido ocultarle las cosas a su hermano.
—Se lo diré al conde Clydereine. También informaré a padre, pero de seguro sea mejor que yo medie en este asunto. Si se entera por padre, el conde se pondrá demasiado en guardia.
La sonrisa irónica de Isma daba a entender lo mala que era la relación entre Elvis y el conde Clydereine. A Isma se le daban mejor esas cosas, ya que era afable.
—Muchas gracias, hermano.
—No me importa. Puede que no esté relacionada de manera directa con el secuestro, pero si ella no tiene nada que ver con el conde Clydereine entonces solo lo ignoraría, y si está relacionada con él, entonces puede que me deba una.
Con una sonrisa, Isma no ocultó sus verdaderos sentimientos, y Cordelia sonrió un poco.
—Ya es hora de que vuelva mi colega. ¿Tienes algo más que quieras contarme en secreto?
—No, ya te he dicho todo lo que puedo por ahora.
—De acuerdo. Entonces, tendrás que ocuparte de padre cuando llegues a casa.
Cuando Isma dio eso, sonó un golpe en la puerta. Cordelia tragó saliva porque apenas habían terminado de hablar a tiempo, pero Isma siguió sonriendo.
Mi hermano es tan increíble.
Era la primera vez que lo veía trabajar, pero no pudo evitar pensar que vivía en el mundo de los adultos, igual que Elvis y Cyrus.
