Prometida peligrosa – Capítulo 105

—Tienes una herida en la cara. ¿Estás bien en otras partes? Escuché que no sufriste mucho en comparación con la gravedad del accidente… ¿Aún te duele?

—Estoy bien. No tengo heridas importantes y las heridas están casi curadas. ¿Cómo estás, papi? No estás herido, ¿verdad? No te he visto en solo diez días, pero te ves muy demacrado. ¿No me dijiste intencionalmente que no estabas enfermo? ¿Hubo una amenaza o un asesinato? Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 105”

La Tierra está en línea – Capítulo 123: Reloj de Bolsillo de Improbabilidad Infinita de la Torre Negra

Era de noche y no había nadie en la silenciosa calle. El viento soplaba, haciendo rodar hojas y piedras finas, produciendo un crujido. Tang Mo se escondió junto al escaparate de una tienda de artículos para el hogar. Bajó la voz e intercambió información con Fu Wenduo, al otro lado del huevo de pavo. Seguí leyendo “La Tierra está en línea – Capítulo 123: Reloj de Bolsillo de Improbabilidad Infinita de la Torre Negra”

¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 45: Las buenas noticias llegan con la tormenta (1)

Aquella mañana, Cordelia se despertó más temprano que de costumbre. Pero ya era demasiado tarde para volver a dormir, así que decidió leer un libro hasta el desayuno y fue a la biblioteca.

Aunque era temprano para Cordelia, si miraba al jardín desde el pasillo, podía ver que ya había sirvientes trabajando. Aquellos que llevaban flores seguramente iban a decorar los jarrones de la mansión. Ella los observó, ansiosa por ver cómo quedarían. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 45: Las buenas noticias llegan con la tormenta (1)”

Dama celebridad

Autor: Go Eunchae

Ilustrador: Sonnet

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Estado: .

Sinopsis:

Una constitución robusta, un carácter tímido y una bondad sin remedio. Rubetria Diollus, la joven noble con sobrepeso y repudiada.

—Vaya, vaya, parece que cada vez que poso mis ojos en la señorita Rubetria, está en una pastelería. Con razón sigue acumulando kilos, atiborrándose de esas cosas empalagosas hasta que sus mejillas parecen a punto de estallar a la menor oportunidad.

La princesa Lilia, el «cisne» de la familia, siempre estaba rodeada de un séquito de amigas, mientras que Rubetria, el «patito feo» al que atormentaban, era una eterna excluida.

—¡Oye, idiota! Nuestra princesa está molesta, ¿no lo ves? Cómetelo. Ahora.

—¡Puajajaja…!

—¡Cielos! ¡De verdad se lo comió!

Rubetria comenzaba a hastiarse del acoso implacable, casi rutinario.

Entonces, un día, pidió un deseo:

«Aunque solo sea por un día, quiero vivir tan magníficamente como esa mujer».

Y así, sin más, experimentó una transformación de 180 grados.

♦ ♦ ♦

—Rubett, ¿has perdido el juicio? ¿Qué demonios te ocurre? ¿Acaso nos guardas algún tipo de vendetta?

Ante la voz de Lilia, cargada de un desconcierto que no intentaba disimular, solté una carcajada.

—¿Una vendetta? Por supuesto, son mis enemigos jurados. El solo pensamiento de todo lo que he soportado por su culpa es suficiente para hacerme despertar sobresaltada en la noche.

—E-entonces, ¿qué? ¿Estás diciendo que vas a vengarte, o algo parecido? Qué… infantil.

—¿Infantil, dices?

Ah, esto es verdaderamente gracioso.

—Oye.

En el instante en que borré la sonrisa de mi rostro, reemplazándola por una expresión pétrea, Lilia se quedó clavada en el sitio.

—Si pensabas que eso era infantil, de ahora en adelante, te haré probar un sufrimiento tan profundo que trascenderá con creces un simple juego de niños.

—¿Q-Qué?

—Y ni se te ocurra dormir tranquila pensando que Ricky será el único que pague las consecuencias. Tú eres la siguiente, Lilia.

A la completamente anonadada Lilia, inmóvil por el asombro, le ofrecí una sonrisa burlona.

—Esta que ves aquí… es una perra rabiosa.

♦ ♦ ♦

—Es una lástima, pero por hoy debemos separarnos. Vuelve a casa. Estoy seguro de que podremos vernos de nuevo.

—Oooh… Pero… dijiste que no podíamos vivir juntos…

—Vaya, ¿tanto te gusto?

—¡Sí!

Al ver a Rubett responder sin la menor vacilación, el muchacho titubeó un instante, antes de que una risa genuina se le escapara.

—Muy bien, entonces, hagamos esto.

»Cuando seas mayor, vendré a pedir formalmente tu mano en matrimonio.

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Matrimonio depredador – Capítulo 76: Condesa Melissa

El rey de Estia ordenó la expulsión de los kurkanos. Pero reconociendo que había habido negligencia mutua, no los expulsó de inmediato. Tenían un período de gracia de dos semanas.

Se decidió que después de que los kurkan se fueran, Leah dejaría el palacio para ir a la frontera, varias semanas antes de lo previsto. Pasó todos los días ocupada trabajando y delegando tareas antes de su partida. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 76: Condesa Melissa”

Elección Absoluta – Capítulo 198: Ya que los Cielos hicieron la Luna, ¿por qué hicieron también el Sol?

A Mu Yuesheng le pareció increíble mientras daba un profundo bramido y disparaba otro rayo de [Electro Cañón].

Esta vez, todos se centraron en Sunless. Por fin consiguieron ver su movimiento. No lanzó un tajo con su espada, sino que tembló con suavidad. Este suave temblor fue suficiente para Seguí leyendo “Elección Absoluta – Capítulo 198: Ya que los Cielos hicieron la Luna, ¿por qué hicieron también el Sol?”

El emperador y la mujer caballero – Capítulo 342

Pollyanna frunció el ceño. Las profundas arrugas de su frente la hacían lucir madura y regia. Anoche, no se durmió hasta temprano en la mañana. Como tenía la costumbre de levantarse temprano, Pollyanna terminó despertando sin dormir mucho. Lo que fuera que durmió no fue suficiente. Pollyanna se sintió horrible.

Estoy tan cansada. Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 342”

Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 2: Sé mi nuera

Ser capaz de luchar y ser instructor de artes marciales no es lo mismo. Por eso, cuando Tang Feng vio a Lu Tian Chen frente a él, se preocupó un poco. Pero después de que su jefe demostrara una hermosa y llamativa técnica de abanico, se dio cuenta de que lo había subestimado: Lu Tian Chen tenía mucho más talento del que había imaginado.

—Vaya, siempre pensé que los abanicos eran sólo objetos decorativos que gustaban a las mujeres. No sabía que pudieran ser tan elegantes y geniales —comentó el actor. En cierto modo, su forma de pensar seguía siendo como la de algunos occidentales, al menos en ámbitos desconocidos. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 2: Sé mi nuera”

Prometida peligrosa – Capítulo 103

Por supuesto, el objetivo de su mensaje era proteger, no dañar al emperador. Eckart se rió casualmente porque lo sabía todo.

—Gracias. Nunca olvidaré su ayuda. Que Dios la bendiga y proteja.

—Deseo que las bendiciones y la protección de Roshan permanezcan siempre con usted.

Helena levantó cortésmente las manos y dobló ligeramente las rodillas. Eckart la levantó y miró hacia adelante, buscando a alguien. Marianne, a quien Eckart estaba mirando, estaba con los sacerdotes siguiendo a la cardenal. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 103”

Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 249: Durante el alboroto

—¿Qué ocurre, Kaldia? ¿No te apetece comer?

Al voltearme para encarar la radiante sonrisa del Príncipe Heredero, quien se encontraba a mi derecha al final de una extensa mesa dispuesta para el uso exclusivo de Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 249: Durante el alboroto”

Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 9: Capítulo 6 (2)

Después de correr varios kilómetros, Zhao Lingfeng por fin dejó al doctor Bai, tomó una camioneta que aún funcionaba y condujo hacia la dirección opuesta de Suzhou.

Por la noche, los zombis estaban más activos que durante el día, eran más veloces y más fuertes. Con el doctor Bai a su lado, Zhao Lingfeng evitó viajar de noche y, al notar que estaba oscureciendo, paró al borde del camino. Mientras acababa con los zombis cercanos, se refugiaron en una juguetería. Seguí leyendo “Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 9: Capítulo 6 (2)”

Dejaré de ser la rival del protagonista – Capítulo 15

Aunque era espadachín, ver a Marilyn manejar el cuchillo con tanta destreza era aterrador.

—El resto se fabricará a medida y se entregará más tarde.

Marilyn dejó el cuchillo y delegó el trabajo a sus asistentes. Poco después, apareció un Seguí leyendo “Dejaré de ser la rival del protagonista – Capítulo 15”

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