Tras atar los brazos y piernas de Mefuri, vendarle los ojos y amordazarla, finalmente nos alejamos del pasadizo subterráneo. Aún desconocíamos las condiciones precisas para activar su magia, por lo que solo podíamos basarnos en el ejemplo de Diferis, quien necesitaba gestos con los brazos y su voz para ejecutar su magia.
Respecto a las explosiones de Mefuri, aunque deduje que debían requerirse preparativos previos para que pudiera hacer explotar a los niños, todavía no conocía los detalles. Dado que había tocado accidentalmente a Mefuri, además de que debíamos mantener una prudente distancia con los niños restantes mientras regresábamos por el oscuro y estrecho túnel, Claudia, Rashiok y yo nos encontrábamos agotados al volver al fuerte. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 189: Pieza de ajedrez descartada”
A pesar de que pude usar mi abrigo para cubrirme y bloquear parte de los escombros de la explosión de carne, fui lanzada por los aires y rodé varias veces por el suelo del túnel. Parece que parte de mi cabello se chamuscó ya que podía oler un nauseabundo aroma a quemado.
Intenté recuperar el aliento y mi equilibrio, pero no pude evitar un ataque de tos y vomitar lo que tenía en el estómago. Mi vómito se esparció por todas partes, produciendo sonidos de salpicaduras. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 188: Submisión y extraño sentimiento”
Mu Yuesheng no sentía desprecio por la carrera de larga distancia, pero no tenía ninguna expectativa al respecto.
Ella solo quería terminar las cien vueltas rápido y continuar su Cogitación. Por ello, se esforzó al máximo desde el principio. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de terminar su primera ronda, vio a Shi Xiaobai, que todavía estaba de pie en la línea de salida. Seguí leyendo “Elección Absoluta – Capítulo 165: Se más rápido para Este Rey”
—Mediante una competición de resistencia de lo más sencilla y directa, eliminarán primero a un lote de personas de la peor calidad. No dará lugar a problemas duraderos, ni provocará un ambiente ardiente al principio. Entonces, ¿cuál crees que es la competición de resistencia más posible?
Después de que Yama Minamiya diera su análisis, les lanzó de manera descarada este pequeño problema. Seguí leyendo “Elección Absoluta – Capítulo 164: Vamos, tengamos una batalla”
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—Nos han rodeado —comenté, al oír el sonido de los caballeros gimiendo aquí y allá.
Siguiendo la sugerencia del señor Giss, invadimos por un camino estrecho y llegamos sin problemas a un lugar donde podíamos ver el palacio Della. Sin embargo, parecía que esto también formaba parte del plan del enemigo. Viendo cómo nos habían bloqueado rápidamente por delante y por detrás, estaba segura de ello.
Seguí leyendo “Emperatriz Abandonada – Capítulo 15: La villa real de verano (2)”
—¡Eres lo peor! —exclamó la villana entre dientes, claramente indignada, mientras sus ojos se posaban en el Orbe de la Serpiente que reposaba en mi mano.
—Jajaja, así es. Gracias.
—Perro… Seguí leyendo “Rehabilitando a la villana – Capítulo 10: La confusión de la villana”
—Oh, ¿Norwen?
Hoy, unos días después del incidente de Lavinia, vi a una persona que conocía de camino a la puerta del castillo y le llamé.
—Ah, Aria. ¡Hola!
Me miró un adolescente de esponjoso pelo castaño y ojos de jade. Era Norwen, un aprendiz de mago. Es discípulo de Famir, un mago real. Seguí leyendo “La propuesta del Héroe – Volumen 3 – Capítulo 3: Se producirá un evento cuando cambie la ubicación (1)”
Ishakan abrazó a Leah con más fuerza.
—¿Nunca te pareció extraño?
Sus ojos ardían de rabia y, al mirarlos, sintió una extraña oleada de confusión, disgusto y rechazo. Nada le parecía extraño. Tenía que dedicar todos sus esfuerzos a Estia. Por el bien del país, como su princesa, por supuesto que debería… Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 66: Haz que te extrañe”
—No pensé que comprarías algo con tantos aspectos inciertos… —comentó su alteza con una expresión confundida, después de que le contara sobre el hotel que compré recientemente—. ¿De verdad quieres acercarte a la hija del conde Aino?
Le entregué a su alteza los materiales que ella me dio.
—Me interesó la buena ubicación… Y estaba pensando en ir de vacaciones este fin de semana, así que, si te parece bien, ¿por qué no te unes a mí, su alteza? Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 96: Mi trabajo es mi pasatiempo”
Aunque estaba temporalmente vetado, no era como si no hubiera nada que hacer. Chen Ming Xu quería entrevistar a Tang Feng, así que lo invitó a una entrevista exclusiva, aunque el programa no se podría emitir hasta pasado un mes. No obstante, Chen Ming Xu extendió una invitación en nombre de la cadena de televisión, titulada «Mejor Actor de Venecia, Tang Feng».
Chen Ming Xu quería ayudarle de verdad y Tang Feng lo recordó en su corazón. Lo más raro entre amigos era echar una mano cuando uno estaba en apuros, sin importarle las molestias. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 41: Perro come perro”
Suspiré profundamente mientras abría el armario para vestirme. Dentro, solo había dos trajes de entrenamiento grises y gastados… Después de que dejé de crecer, nadie se molestó en darme más ropa. Además de eso, solo había viejos lazos de cuero para el cabello y ropa interior de algodón áspero
No puedo creer que esta sea toda mi ropa en una mansión tan lujosa. Ya lo sabía, pero la ira volvió a invadirme.
Originalmente acepté sin pensarlo mucho. Seguí leyendo “Dejaré de ser la rival del protagonista – Capítulo 2”
—¡Anabelle, ¿por qué sigues en la cama?! —Una voz fuerte retumbó en mis oídos. —¿Es esta la actitud que vas a mantener? ¡Debes levantarte temprano y entrenar!
Reid gritó mientras abría la puerta.
—¡Esta es nuestra última oportunidad! ¡Si vuelves a perder el primer lugar en la competencia de esgrima, no serás más que una hija ilegítima condenada al olvido! Seguí leyendo “Dejaré de ser la rival del protagonista – Capítulo 1”
De manera repentina, los temblorosos niños en el túnel comenzaron a gritar. Mefuri, que probablemente sabía que un ataque llegaría al mismo tiempo que su planeada fuga de prisión, era la única que observaba el techo con calma.
Su atención se había desviado de su entorno y su nivel de vigilancia se había reducido un poco; este era el momento perfecto para una emboscada.
—¡Ahora! Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 187: Campo minado de carne y sangre”
Era una visión tan repulsiva que me invadió el mareo. Para contrarrestar las arcadas, me agarré a la manga de Claudia, quien se agachó a mi lado.
Asemejándose a una depredadora en plena caza, Claudia mantenía una postura corporal baja, aparentemente lista para saltar en cualquier momento. Sus ojos azul celeste brillaban en la penumbra. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 186: La súplica de Vanita”
Rashiok se desplazaba a toda velocidad por los angostos pasadizos del fuerte. En nuestro camino, nos topamos con Claudia y la recogí. …O, más bien, como de costumbre, Claudia realizó algo tan incomprensible como saltar sobre la espalda de Rashiok por su cuenta mientras éste se movía a máxima velocidad.
—¿Qué buscas, Eliza? Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 185: Rastreando a los niños a través de los pasadizos”