Traducido por Herijo
Editado por Raon Miru
Puesto que el hombro de Kamil me estaba protegiendo, no tenía idea de lo que sucedía.
Oí el golpe de la puerta al cerrarse y del otro lado, una especie de estridente risa proveniente del monstruo babuino.
Él saltó a la siguiente habitación conmigo en brazos. De manera apresurada me lanzó a la cama donde mi rostro aterrizó primero sobre las sábanas. Inmediatamente me levanté y pude observarlo apilar los muebles frente a la puerta. El peinador, la silla, el ropero, el baúl, sin decir nada rápidamente los amontonaba uno encima del otro. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 55: La conclusión de la batalla defensiva en el Fuerte Jugfena”
Traducido por Herijo
Editado por Raon Miru
A pesar de que no me puso en el suelo, por lo menos me acercó a la ventana.
Del otro lado se podía observar la puerta del castillo destruida y olas de gente entrando como inundación. Cuando vi a los soldados portando la insignia del ejército de Densel, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
Sin embargo, conduciéndolos como a ovejas, se encontraba el primer pelotón de caballería vistiendo nuestras túnicas negras. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? -Capítulo 54: Batalla defensiva en el Fuerte Jugfena (12)”
Traducido por Herijo
Editado por Raon Miru
Cualquiera sea el caso, creer que los monstruos babuinos aparecerían en el fuerte Jugfena. Estoy segura de que cuando pasamos por el tercer piso la primera vez, esos monstruos no estaban ahí.
El momento y el hecho de que estuvieran en el fuerte, todo le salió bien a Densel.
De pronto, se me ocurrió algo. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 53: Batalla defensiva en el Fuerte Jugfena (11)”
Traducido por Herijo
Editado por Raon Miru
Los caballeros que cargaban al conde Einsbark y a su hijo atravesaron el edificio de nobles y se dirigieron directamente al pasaje secreto que conducía a la cueva. Probablemente no hay otro lugar que pueda servir como refugio para ellos.
Puesto que está claro que el enemigo ha tomado control del fuerte Jugfena, sin siquiera conocer su número total o la ruta que siguieron, ir al pasaje del cual no tienen conocimiento es probablemente el mejor rumbo de acción.
Mezclándonos junto a los caballeros, Kamil y yo huimos también. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 52: Batalla defensiva en el Fuerte Jugfena (10)”
Traducido por Herijo
Editado por Raon Miru
No podía hacer sonar mi voz. Pero al final, eso jugó a mi favor ya que me permitió mantener mi boca cerrada.
Alguien me atrapó por el estómago, y sentí como si mis órganos internos fueran a salirse. Mi visión se volvió temblorosa, mientras sentía algo de dolor. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 51: Batalla defensiva en el Fuerte Jugfena (9)”
Traducido por Herijo
Editado por Raon Miru
No tengo el tiempo actualmente para distraerme con las vividas memorias de mi padre y su loca sonrisa.
Fuimos atacados de repente. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 50: Batalla defensiva en el Fuerte Jugfena (8)”
Traducido por Herijo
Editado por Bonnie Lee
El edificio de los nobles del Fuerte Jugfena se encuentra un poco más al norte que el edificio de los caballeros en el que me encontraba, es donde el Conde Einsbark y su familia viven normalmente, y había cuartos extra en caso de que algún otro noble decidiera visitarlos. Cuando el conde y sus hijos me invitaron a un banquete de bienvenida, el comedor también se encontraba dentro de este edificio. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 49: Batalla defensiva en el Fuerte Jugfena (7)”
Traducido por Herijo
Editado por Bonnie Lee
Los miembros de la exhausta tribu Shiru eran alrededor de 100, y cada uno de ellos estaba haciendo su mejor esfuerzo para ir lo más rápido posible a pesar del estado en el que se encontraban. Aquellos que ya no podían mantener el paso, cambiaban lugar con los que iban a caballo, se prestaban el hombro uno al otro como apoyo y, con el tercer pelotón de caballería liderando, nos apresuramos de vuelta al fuerte Jugfena. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 48: La batalla defensiva en el Fuerte Jugfena (6)”
Traducido por Dragox
Editado por Susibet
Tal vez porque Paulo sabía lo malhumorada que estaba por teniendo que lidiar con el vice capitán, habló por mí y le dijo al capitán:
—Creo que ya puede regresar.
—Hay un mensaje del señor Ergnade para usted: Los caballeros se harán cargo de explorar el campamento enemigo y el resto del ejército debe de permanecer en espera. Todavía vamos a encontrarnos con la tribu Shiru y asegurarnos de protegerlos pero como no sabemos cuando los encontraremos, debemos permanecer en guardia. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 47: Batalla por la defensa del Fuerta Jufegna (5)”
Traducido por Kiara
Editado por Susibet
—No puedo leer bien las intenciones del enemigo. Creo que el ejército Denzel debe haberse dado cuenta de que dejamos el Fuerte Jugfena…Pero en cuanto a dónde fueron después de salir de su campamento y dejar atrás un señuelo de espantapajaro…
—Ciertamente, parece que están tramando algo.
De hecho, no puedo pensar que podría ser otra cosa que una especie de trampa. Charlamos mientras intentábamos echar un vistazo a las Grandes Llanuras donde estaba su campamento, y Ergnade estuvo de acuerdo conmigo en que podría ser una especie de trampa. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 46: Batalla por la defensa del Fuerte Jufegna (4)”
Traducido por Dragox
Editado por Susibet
Gunther finalmente consiguió aclarar la garganta y decir:
—Si tienes tiempo de subestimar la situación, entonces apúrate y reporta a tu capitán de una buena vez.
Fácilmente me di cuenta de que estaba completamente exasperado y muy enojado con el vice capitán.
El vice capitán de barba blanca sólo inclinó la cabeza ligeramente y, sin decir nada, dirigió su caballo de regreso a su escuadrón sin prisa alguna. Aunque se paró junto al capitán de escuadrón para decir algo, a juzgar por su comportamiento parece que no va a obedecer mis órdenes. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 45: Batalla por la defensa del Fuerte Jufegna (3)”
Traducido por Kiara
Editado por Susibet
Al igual que los países vecinos, Arxia utiliza un sistema de reclutamiento para reclutar soldados, puesto que la mayoría de los combatientes originalmente son agricultores que solo han utilizado azadas y arados para cultivar la tierra. En verdad, el ejército de Kaldia, se compone de cultivadores, al grado que incluso los soldados alistados tendrán un mes libre cada año para regresar a su ciudad natal y así ayudar con la agricultura o la cosecha, también son los encargados de cultivar trigo.
Por eso, no se considera inusual que más de la mitad de mis soldados nunca hayan experimentado una batalla real.
Negué con la cabeza un poco para disipar la ansiedad que amenaza con invadir mi cuerpo. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 44: Batalla por la defensa del Fuerte Jufegna (2)”
Traducido por Dragox, Kiara
Editado por Susibet
Los soldados formados frente a los muros del fuerte revisan su armamento en silencio. En medio de una sensación de gran tensión, mantuve la mirada fija en el mapa en mis manos del territorio circundante.
El rol dado al ejército de Kaldia en la batalla próxima en las planicies fue la de defender el flanco izquierdo de la formación y guiar a la tribu Shiru de regreso al fuerte a salvo antes de que los perseguidores llegaran. El flanco izquierdo consistió principalmente en una densa formación de lanceros y su rol fue el de emboscar a los perseguidores de la tribu Shiru. Adicionalmente, una unidad de caballería se dirigiría al este por las montañas Amon Nor hacia la meseta Bandishia. Esto era para ayudar y guiar a la tribu Shiru. Ellos fueron incluídos en los refugiados que habíamos decidido aceptar. Por esa razón, tuvimos que tomar el trabajo de guiarlos. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 43: Batalla por la defensa del Fuerte Jufegna (1)”
Traducido por Kiara
Editado por Susibet
Una mañana, no escuché el sonido familiar de la campana. En esta ocasión fue muy diferente, un sonido más agudo, parecido al golpear el metal, y el sonido fue aumentando gradualmente en volumen. Fue un sonido desalentador que aumenta la tensión, es lo que pensé. Debe ser un tipo de advertencia para informarnos sobre algo que se aproxima.
Cuando abrí los ojos, todavía estaba oscuro dentro de mi habitación. Fuera de la ventana, seguía siendo un cielo azul oscuro. Es antes del amanecer. El sonido metálico aumentaba en impulso, en lugar de detenerse. Me levanté de la cama con un zumbido dentro de mí. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 42: Batalla defensiva por el Fuerte Jufegna (Inicio)”
Traducido por Dragox
Editado por Susibet
Después de descansar un poco y almorzar, Ergnade me preguntó si quería ir a ver los campos de entrenamiento. Fue entonces que recordé su comentario de la mañana. Ahora que lo pienso, parece que el conde Einsbark me había dado permiso para observar su entrenamiento.
Actualmente, los soldados del dominio de Kaldia también están recibiendo entrenamiento de los soldados del fuerte Jugfena. Esto es para que el conde Einsbark, Gunther, los soldados y yo podamos trabajar mejor juntos y todos estamos recibiendo tanto entrenamiento como nos sea posible antes de que los soldados de Densel se acerquen.
En el extremo sur del fuerte Jugfena, había una edificación que era similar a una caja gigante la cual era el campo de entrenamiento de los soldados. Como había estado recibiendo mi entrenamiento en los terrenos abiertos, no había estado aquí antes. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 41: La fortaleza de Hierro Negro (2)”