¡Gong!
Un fuerte sonido y resonó y sentí como sacudió todo mi cuerpo. La campana en la torre central de esta fortaleza estaba siendo golpeada. Me levanté somnolientamente debido al sonido mientras bostezaba, ya que el objetivo de la campana era despertar a todos. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 40: La fortaleza de Hierro Negro (1)”
Mientras pasaba el tiempo charlando con Claudia, sin tener nada que hacer, después de un tiempo Ergnade nos invitó a cenar. Durante este tiempo, la llovizna fue cediendo gradualmente y por las ventanas del fuerte pude ver el sol de nuevo. Aunque en el dominio de Kaldia, debido a las Montañas Amon Nor bloqueando el sol, oscurece bastante temprano pero como al este del fuerte Jugfena hay llanuras abiertas , aquí todavía hay bastante luz incluso a la hora de la cena.
— ¿Está insatisfecha de alguna manera con su habitación, vizcondesa Kaldia? Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 39: Conde Einsbark”
Traducido por Kiara
Editado por Susibet
Ergnade nos guió a nuestras habitaciones, y tan pronto como cerró cuidadosamente la puerta detrás de él al salir, Claudia ya no pudo contener su emoción y saltó sobre la cama.
— ¡¿Wha?!
Ante la acción repentina y excéntrica de Claudia, las dos mujeres de la aldea de Cyril saltaron también. Fue demasiado repentino para ellas.
Claudia hundió la cara en las sábanas, rodó y arrugó las sábanas. Vas a hacer un lío con mi cama.
—Ahh, ¡Ser un caballero, es tan digno y hermoso!
Con su cara todavía enterrada en la cama, Claudia hizo ese comentario. Estaba asombrada y sin palabras, y solo miré a Claudia con una sensación extraña. A ella realmente le gusta la idea de ser caballero. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 38: Según los deseos de uno”
Traducido por Dragox
Editado por Susibet
Al día siguiente, desafortunadamente el clima empeoró y continuamos avanzando hacia el dominio real de Jugfena mientras lloviznaba. No podíamos determinar la hora del día porque no podíamos ver el sol y teníamos que avanzar con cuidado para no terminar desviándonos debido a la poca visibilidad.
Con los alrededores neblinosos, seguimos caminando por el camino correcto y llegamos frente a un bosque que era mucho más denso que cualquier bosque dentro de Kaldia. Se decía que un bosque primitivo alguna vez cubrió toda el área y que lo que queda de este es ahora conocido como “Bosque de Monstruos”. Pude oír lo que sonaba como sonidos de bestias e insectos proveniente del bosque junto con los sonidos de la lluvia cayendo.
—Este lugar da una mala vibra… Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 37: Fuerte Jugfena”
Traducido por Kiara
Editado por Susibet
— ¿Qué pasa? Para haber cometido tal falta de respeto hacia mí, debe haber sido porque tenías algo que suplicarme.
Me pregunto qué podría ser, ya que tuvieron que rogarme cuando ya han cometido un crimen contra mí antes. Al enfrentarme a la estupidez de los aldeanos frente a mí, mi mente se alejó de las dos mujeres arrodilladas frente a mí y de lo que tenían que hablar. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 36: A medio camino (4)”
Traducido por Kiara
Editado por Susibet
Movilicé a los soldados restantes para que despedazaran el cadáver del lagarto de hielo y lo quemaran a cierta distancia de la aldea. De acuerdo con el reporte, incluso sus huesos se derritieron y no dejó rastro.
Los soldados que habían peleado contra el lagarto de hielo sufrieron de congelación pero nada muy serio y fueron capaces de recuperarse después de aplicarse agua tibia. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 35: A medio camino (3)”
Traducido por Kiara
Editado por Ruby y Susibet
Me senté en la parte posterior de la tienda sobre un cojín y los soldados se reunieron a mi alrededor, sentandose en círculo con las piernas cruzadas al estilo occidental. Dejamos las solapas de la tienda medio abiertas, para que el aire no se volviera demasiado fuerte. Revolví la taza de agua que Claudia me había ofrecido.
Claudia, estaba sentada a mi lado, luego estaba Gunther y junto a él estaba el soldado llamado Agil, quienes tenían expresiones tensas en sus caras. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 34: A medio camino (2)”
Traducido por Kiara
Editado por Ruby y Susibet
Ya que el ejército privado del Conde Terejia estaba asignado a la defensa de la mansión, tuve que convocar a treinta soldados de la aldea en construcción para que regresaran y llevarme otros veinte soldados que permanecieron en los cuarteles. Con esto, tendré los cincuenta soldados que le prometí al caballero.
Junto con las órdenes de Gunther, los soldados marcharon a la par conmigo, observandolos mientras montaba mi caballo. Como hay soldados en entrenamiento, están tomando las riendas de mi caballo por mí, comparado con mi cumpleaños, es mucho más fácil.
—Pensé que no podías montar un caballo… —, murmuró Claudia, que estaba caminando a mi lado. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 33: A medio camino (1)”
Traducido por Kiara
Editado por Susibet
Los días fueron pasando de manera rutinaria, los informes sobre el exterminio de las polillas de fuego continuaron llegando, también los informes sobre el progreso de la construcción del pueblo en la parte oriental del dominio. Incluso hace unos días, se nos entregaron treinta caballos de guerra del dominio Ruktoferd, por lo que el establecimiento de la tan anhelada tropa de caballería por parte del Conde Terejia está cada vez más cerca de ser una realidad. Y salvo la última mención, no han habido muchos cambios.
Entonces un día tan tranquilo como cualquier otro, un mensajero del ejército de el dominio real de Jugfena llegó al nuestro. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 32: Orden para enviar tropas”
Traducido por Dragox
Editado por Ruby
Había personas atadas a estacas de madera, mientras el humo se alzaba a su alrededor y yo solo podía verlos, sin poder desviar la mirada. Bajo el fuerte sol de verano, con la paja ardiendo debajo de ellos, las personas que estaban muriendo, no podían hacer otra cosa que gritar y gritar.
Había otras más, que en serio, estaban disfrutando, de ver los últimos momentos de aquellos que, estaban atados a las estacas. A veces le añadían combustible al fuego o lo reducían con agua, con la intención, de prolongar el sufrimiento de las víctimas. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 31: Un Día a Mediados de Verano”
Traducido por Kiara
Editado por Ruby
El conde ha aprobado mi plan, para tratar con las polillas de fuego. Se comenzarán a vender tubos de madera con agua salada, y se establecerá una milicia civil.
Además, hubo que recurrir a la distribución de pipas de madera con venenos, a causa de que, no había suficiente agua salada para todos pero aun así, tienen la misma efectividad. También nos aseguramos, de agregar arena al agua salada, para evitar que los habitantes del pueblo, la ocupen para su uso personal. Y por si, fuera poco, descubrimos durante el experimento en el jardín, que los granos finos, solidifican las escamas de la polilla. Sin embargo, no encontramos algo, que replicara el efecto de agujerear sus alas, causado por la disolución de sales. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 30: Primer entrenamiento, con la instructora Claudia”
Traducido por Kiara y Dragox
Editado por Ruby
Por cuatro días, estuve aprendiendo tanto como pude, acerca de monstruos y sus contramedidas, abarrotando mi mente de tanta información, como me fue posible. Mientras el conde Terejia, colocaba anuncios dentro del dominio, acerca de las medidas que se emplearían a causa de las polillas de fuego.
Debido al reporte donde nos previnieron que las polillas de fuego, han entrado en su periodo de actividad, y junto con la llegada del otoño, que es la temporada de sequía, ha aumentado aún más, las probabilidades de que ocurra un incendio. A pesar de que este verano, sus números fueron en promedio “los usuales”, pero el invierno pasado, ocurrió algo singular. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 29: Defensas contra las polillas de fuego”
Traducido por Kiara
Editado por Ruby
En los sucesos más recientes, Kamil ha abandonado la mansión, y también lo ha hecho ese niño, que se alojaba en las zonas más recónditas de la residencia.
Mientras que yo, hablando sobre mi vida diaria. No sufrió grandes cambios. Ya que, bajo las instrucciones del conde Terejia, los ayudó a él y a Bellway con su trabajo. Además escuchó a Claudia contar historias, sobre su tiempo con los soldados, al tiempo que la manipuló cuidadosamente, para poder controlar el ejército. Haciendo mis días, más ocupados que antes. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 28: Bestias magicas”
Traducido por Kiara
Editado por Ruby
Toc toc toc… se escucho, cuando golpearon la puerta de madera.
—Soy Kamil
Al oír su voz amortiguada después del golpeteo, se me revolvió el estómago al instante. Sentí como si, se me quemara la garganta y no pude alzar la voz para responderle. Unos segundos más tarde, abrió la puerta cuidadosamente, tratando de no hacer ningún sonido. Al mismo tiempo, cerré mis ojos y me cubrí con mis cobijas por reflejo. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 27: En malas condiciones”
Traducido por Kiara
Editado por Ruby
—¿Quieres que Claudia se una a nuestro ejército?
—Sí, en lugar de ser siempre una invitada en la casa. Podríamos sumarla en el ejército, como una forma de pagar nuestro favor y de paso, se convertiría en mi guardaespaldas ¿Que le parece? Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 26: Un día lluvioso”