—Esto es malo.
Fueron las palabras que Satsuki dijo en el momento en que entramos en la montaña.
Había escuchado que sus amigos estaban heridos, así que esperaba que un número bastante grande estuviera herido. Sin embargo, no esperaba que fueran tantos.
Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 61: El vampiro que debo recordar”
— … Uhm.
Bueno, intenté dar el primer paso, pero me pregunto cómo debo hacerlo. Si me muevo mal y me considera hostil, Hakuen se apresurara en atacar.
Justo ahora, el otro lado está agudizando la vigilancia porque di un paso adelante. Con un erizado pelaje de un blanco puro y una postura contraída.
Puedes fácilmente imaginar que si el resto de nosotros da un solo paso, el cuerpo encogido volaría como un resorte al que le quitan el seguro.
— … ¿Tienes una lesión?
Hay un ligero atisbo de color rojizo-oscuro en el blanco pelaje que está impregnado de hostilidad.
El rojo estancado que parece un punto no es un patrón. Es una mancha hecha por la sangre. Lo sé por el olor. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 60: La razón del Hakune para bloquear la vía fluvial”
—Esto es malo —dijo Satsuki-san en tono ligero.
De hecho, la vista ante mí era horrible. El canal de madera estaba completamente seco, es cierto que las aguas termales estaban marchitas como decían en la posada. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 59: Canales secos”
—Pero, bueno, esto fue un desastre. Aunque vine hasta aquí para disfrutar de un baño con chicas lindas, pensar que algo así pasó, las aguas termales secas. Tu joven maestra debe de sentir lo mismo. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 58: La portadora del ataúd, Satsuki-chan”
— ¿Sakura…?
Las palabras que dije casi inconscientemente, eran dirigidas a los pétalos de flor en el aire. Hay una gran cantidad de espectaculares pétalos de flor de cerezo en mi vista desde la espalda de Neguseo. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 56: La ciudad rodeada de flores”
— ¡¡Lo arreglé!!
Escucho su animada voz, lo que me despertó. Con mi vista todavía borrosa por el sueño, veo a Kuzuha-chan saltando por el campo con mi ropa de criada. Está feliz. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 55: El deseo de la loli zorro”
—…
La cuerda que nos estaba atando a los tres desapareció de repente. La cadena roja que envolvía todo mi cuerpo hasta el punto que era imposible escapar, se dispersó. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 54: Bandidos que no aprendieron su lección”
—Fu, aaa …
Bostezando, expongo mis colmillos de vampiro al cielo, no necesito esconderlos porque ellos ya lo saben. Es agradable respirar aire fresco, pero también es un aliado para una siesta. Quiero tomar una siesta pronto. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 53: Revancha, Trío de bandidos Terrier”
—Por favor esperan, vosotros tres.
Cuchillos, cadenas y bombas. Eché agua sobre los tres que había sacado sus armas. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 52: Sombra en la oscuridad”
—Oi, levántate rápido.
Junto con esas duras palabras, fui despertada con una patada. Aunque dije una patada, no es que fuera pateada, pero sentí que mi espalda era agitada con su pie. Naturalmente, eso no me hizo querer levantarme. Miré a Terrier-chan mientras me cubría con el futón. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 51: Avanzar en la noche”
El lugar tras el estrecho agujero era sorprendentemente amplio.
Los ojos de vampiro pueden ver sin problema en la oscuridad. Con unos ojos tan convenientes, miré a mis alrededores. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 50: Escondite”
Alcanzamos la montaña Mariot tarde en la noche, decidimos cruzar la montaña tal cual. Oswald-kun dijo que ya que parecen haber algunos guardias fronterizos, es mejor dejar el reino secretamente aprovechando la oscuridad. Afortunadamente, todos incluida yo somos buenos en la noche. Incluso de noche no hay inconvenientes para ver. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 47: Un mundo estrecho, una montaña ancha”