Princesa Consorte Chu – Capítulo 24: El comienzo de la enfermedad de la segunda señorita

Traducido por Moux

Editado por Ayanami


El corazón de todos, se detuvo, Su Qing se volteó y corrió hasta la habitación mientras lloraba.

—Xue’er… ¿Qué pasó? —Dijo con una voz llena de aflicción— ¿Cómo puede mamá sobrevivir así?

Cuando las cortinas fueron abiertas, se pudo ver, como algunos sirvientes sostenían a Yun Ruo Xue. Su apariencia era muy diferente a la usual. Su cabello, el cual siempre está muy bien peinado, en este momento, está esparcido sobre sus hombros; sus mejillas, antes sonrosadas están pálidas y frías; incluso sus ojos, los cuales heredó de Su Qing, están inyectados de sangre y, al ver a Yun Qian Meng, los abrió por completo.

Sus manos, que eran detenidas por una sirvienta, se extendían con fuerza a un lado, apuntando con todos los dedos hacia Yun Qian Meng.

— ¡Fantasma! ¡Es una fantasma! —Gritó con pavor.

Luego de gritar, Yun Ruo Xue retrocedió aterrada y aplastó su cabello, mientras se arrastraba en la cama, temblando de la cabeza hasta los pies. Sus gritos incesantes, advertían al resto de acercársele.

Su Qing, lloriqueando, se lanzó hacia Yun Ruo Xue para abrazarla.

—Xue’er… —se lamentó —Despierta, por favor…si sigues así, mamá tampoco querrá vivir…mi pobre niña… ¿Qué persona sin corazón te haría esto?

Todos voltearon a ver a quien apuntaba Yun Ruo Xue y, uno tras otro, comenzaron a bajar sus cabezas atemorizados.

Yun Xuan Zhi vio el cambio en el estado de su hija, incluso él había tenido algunas experiencias como primer ministro, aun así se quedó en blanco por un momento, recuperando su espíritu de vez en cuando. Cuando observó el semblante de Yun Ruo Xue, sintió una ola de furia en su cabeza.

— ¿¡Están todos muertos!? —Les bramó a los sirvientes dentro de la habitación— ¡Apúrense y vayan a ver si el doctor llegó! ¡Una sola palabra de la condición de Xue‘er y este señor tomará sus vidas!

Todos los sirvientes se inclinaron en reverencia, ante la feroz y despiadada advertencia de su señor.

— ¡Sí! —Respondieron con cautela.

Entonces, Yun Xuan Zhi se volteó hacia Yun Qian Meng para ver que su hija mayor tenía una expresión calmada, sus ojos estaban despejados y tranquilos; las palabras que dijo Su Qing, resonaron como un eco en su corazón.

Era imposible decir que él no tenía ni la más mínima sospecha sobre la reciente transformación de Yun Qian Meng.

Sin embargo, Yun Xuan Zhi aún tenía dudas sobre la verdad en las palabras de Su Qing, acerca de que Yun Qian Meng había traído una maldición dentro de la casa. Después de todo, desde hace días que Yun Qian Meng ha estado, como siempre, dentro del patio Qi Luo todo el día, ella no hace nada que pudiese sobrepasar sus límites.

Aun así, sin una buena razón, su Ruo Xue no se volvería así, aun si ella apunta directamente a Yun Qian Meng gritándole que es una fantasma.

Yun Qian Meng solo dejó que Yun Xuan Zhi la observara y, después de echarle un vistazo a Liu yiniang quien esá parada al lado, desvió su mirada al cuerpo de Yun Ruo Xue.

Liu Han Yu había estado considerando todo mucho antes de ir junto a Yun Xuan Zhi. Sus ojos transmitían compasión, mientras la confortaba en un murmuro.

Moux
Ohhh! ¡Prepárense que se pondrá bueno 7v7! Creo que iré por mis palomitas y mi refresco grande...

—Amo, la señorita Xue‘er está algo inestable en estos momentos, tanto que está balbuceado cosas sin sentido cuando ve a las personas. No parece que tenga que ver con fantasmas. De cualquier manera, la señorita Xue‘er ha estado quedándose en su tocador durante estos días. Creo que sí debe castigar a alguien, debe ser a los sirvientes que le sirven por no haber estado atentos en ella…

Lamentablemente, Liu Han Yu ni siquiera pudo terminar el enunciado cuando Su Qing corrió hacia ella y levantó su mano para darle una bofetada en el rostro.

— ¡Liu Han Yu, tú, perra! ¿¡Qué quieres decir con que la señorita Xue‘er está inestable!? ¿¡La señorita es algo que puedas arreglar!? ¿Qué derecho tienes?

Después de enfrentarse con Liu Han Yu, el enojo de Su Qing se desvaneció y actuó como una niña desamparada lanzándose al pecho de Yun Xuan Zhi.

—Señor, he estado contigo por muchos años, ¿acaso esto sucedió antes? Pero, tan pronto como Liu yiniang tomó el mando de la casa, ¿no ve las dificultades por las que han pasado madre e hija? —Lloró fuertemente —Ni siquiera puedo ver su rostro en el día ¡e incluso me tomó tiempo notar la enfermedad de Xue’er! Si dice que no es por traernos mala suerte, entonces ¿qué llevó a que Xue’er se volviera así?

Al terminar, Su Qing enterró su cabeza en el pecho de él, mientras sus hombros temblaban incontrolablemente. Por como la consolaba al acariciarle la espalda, se podía ver como a Yun Xuan Zhi se le ablandaba el corazón.

Que Liu Han Yu fuera abofeteada sin razón, para luego ver la cercanía de unos amantes apasionados entre Yun Xuan Zhi y Su Qing, solo llenaba de rencor su corazón. Sus ojos llorosos,  poco a poco, se llenaron de amargura.

Mientras Yun Qian Meng observaba la hipocresía frente a ella, en silencio, se acercó a Liu Han Yu.

—Lamento haber arrastrado a yiniang en todo esto… —le susurró con suavidad, para que solo ella escuchara.

Luego, levantó la cabeza y habló con firmeza: —Padre, su hija entiende la angustia de Su yiniang acerca del problema de la hermana Xue‘er, pero Liu yiniang no ha hecho nada mal. Espero que Su yiniang le ponga más atención al manejo de las cosas en el futuro y no hable en nombre de mi hermana, solo para hacer un berrinche.

Cuando Yun Xuan Zhi y Su Qing la escucharon, se paralizaron.

Él no pudo evitar ver a Liu Han Yu. Aun después de ser golpeada por Su Qing, ella no hizo ningún ruido, solo se quedó quieta en su lugar. Aunque su rostro estaba agachado, una marca roja brillaba en una de sus mejillas blancas como la nieve.

Recordando que hoy Liu Han Yu había encontrado a unas cuantas jóvenes virtuosas con educación, apariencia suntuosa y antecedentes sociales honestos y puros, el corazón de Yun Xuan Zhi se llenó de una compasión entrañable por Liu Han Yu. De a poco, retiró la mano que abrazaba a Su Qing.

—Yu’er ¿estás bien? —Preguntó con culpa.

Liu Han Yu vio como Yun Qian Meng intercedió por ella y un sentimiento de agradecimiento creció en su corazón. Cuando escuchó la preocupación de Yun Xuan Zhi, por un momento, sus ojos se enrojecieron.

—Esta yatou se encuentra bien —respondió con delicadeza —Señor, aún debe ir a mirar a la señorita Xue‘er. Ahora, lo más importante es que la enfermedad de la señorita no es tratada debidamente.

Su Qing había levantado su cabeza del pecho de Yun Xuan Zhi, sus ojos se dirigían con evidente crueldad hacia Yun Qian Meng y Liu Han Yu. Mientras esperaba para hablar, desde el exterior, se escuchó un escándalo. Unos momentos después, un hombre viejo, con la apariencia de un doctor, era dirigido por una sirvienta mayor.

Cuando Yun Xuan Zhi vio que el doctor estaba por inclinarse, se sintió intranquilo y, con un ademán, apuró al doctor para que tratara a Yun Ruo Xue; las sirvientes del interior ya habían retirado las cortinas alrededor de la cama, esperando a que el doctor empezara con su diagnóstico.

—Doctor, ¿cómo se encuentra? —Preguntó Su Qing, apretando un pañuelo de seda con las manos, se veía tan nerviosa que parecía que se desmayaría en cualquier momento, además, su voz temblaba.

—Mi señor, sobre la enfermedad de la señorita, yo… —el doctor miró alrededor de la habitación para, al final, poner su mirada en Yun Xuan Zhi —soy incapaz de tratarla… —expresó atemorizado.

Yun Xuan Zhi notó que el doctor estaba ceñudo, como si tuviera algo más que decir.

—Además de Su yiniang, Liu yiniang y la señorita mayor, ¡los demás deben irse! —ordenó con firmeza.

Después de que todos se marcharán de la habitación, Yun Xuan Zhi fijó su mirada en el doctor.

— ¿Cuál es el problema exactamente? —Preguntó con seriedad.

El doctor murmuró algo para sí mismo, antes de comenzar a hablar.

—En respuesta mi señor, por lo que veo, la enfermedad de la señorita…temo que está aterrorizada por demonios y espíritus. Cuando revisaba el pulso de la señorita, noté que todo está normal, sin embargo, al escuchar sus gritos enloquecidos detrás de la cortina, mi conclusión es que temo que se trate de una enfermedad incurable.

A Su Qing se le debilitaron las piernas cuando escuchó las palabras del doctor. Si no fuera porque Yun Xuan Zhi la sostenía, se habría avergonzado frente a los demás; en cuanto a Yun Xuan Zhi quien, a pesar de verse firme y sereno, en realidad sus ojos temblaban por el desasosiego.

Liu yiniang palideció al oír las palabras del doctor. Incluso si no tenía que ver con ella, por la situación, es seguro que culparán a la primera señorita. Si ella caía, entonces…su suerte…

Al pensar en eso, Liu Han Yu miró a Yun Qian Meng, esperando que pidiera ayuda, sin embargo, vio lo tranquila que permanecía, además, sus ojos mostraban un destello de burla hacia Su Qing. Esto, permitió que Liu Han Yu organizara sus pensamientos y pensara con claridad, así fue como calmó sus nervios.

—Entonces, de acuerdo con el diagnóstico del doctor, ¿Cómo deberíamos salvar a mi hermanita?

Mientras todos en la habitación comenzaron a llorar o a quedarse en blanco, Yun Qian Meng nunca desvió la mirada del doctor, quien había bajado su cabeza.

El doctor se aterró al escuchar una voz fría y sin rastro de llanto, tanto, que su corazón latió con fuerza debido a los nervios que sentía.

Una respuesta en “Princesa Consorte Chu – Capítulo 24: El comienzo de la enfermedad de la segunda señorita”

  1. parece que la “Hermanita” se preparo mucho para ganar el oscar a la mejor actuacion de la era antigua pero se le va a caer el show

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