Dinero de consolación – Capítulo 61: Viaje en barco

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


Mi padre y hermano se opusieron rotundamente a mi decisión de viajar al reino vecino.

— ¡Julia! ¡¿Por qué tienes que ir personalmente?!

Mi padre me miraba con lágrimas en los ojos.

— ¿Es por Su Alteza? Bien, lo mataré.

Mi hermano estaba siendo muy ruidoso.

—Haz que Olga y Vargas se ocupen de ello.

—Nuestro mayordomo y el gerente de mi tienda no tienen tanto tiempo libre como para hacer eso.

Además, quería aprovechar esta oportunidad para comprar algo de joyería local.

—Los barcos están llenos de hombres y se mantienen en el mar durante días. ¡Algunos podrían comenzar a tener pensamientos impúdicos contigo!

—Padre, ¿no podrías cambiar la tripulación por una de sólo mujeres?

—Las mujeres no pueden trabajar en el mar.

Como se veían demasiado preocupados, les mostré una sonrisa a los dos.

—Su Alteza vendrá conmigo, así que estaré bien.

Lo dije para tranquilizarlos, pero ellos sólo suspiraron profundamente.

—Julia, ¿realmente crees que Su Alteza es tan inofensivo?

Al ver que ladeaba la cabeza ante las palabras de nuestro padre, mi hermano se ajustó los anteojos.

—Si Su Alteza se quedara tanto tiempo junto a nuestra linda Julia, podría terminar perdiendo la compostura y acorralándola.

Los dos hicieron sonidos de preocupación mientras sus rostros se tornaban pálidos.

—Estaré bien, no estoy ni cerca de ser tan linda como el joven Schnei o Mya. Si están tan preocupados, ¿por qué no llevo conmigo a mis escoltas, Richard y Bärg, conmigo? Incluso podrían ir travestidos. ¿Están preocupados porque el número de mujeres sigue siendo demasiado menor? Entonces, podríamos cambiar la cerradura de mi habitación por una hecha a pedido.

Finalmente fui capaz de persuadirlos de aceptar mi propuesta.

♦ ♦ ♦

El barco en el que íbamos a viajar era obviamente el del capitán Bähr. La nave del capitán era grandiosa porque era capaz de llegar hasta el reino vecino en sólo cuatro días en vez de los siete que tomaría normalmente. Todo porque el capitán Bähr poseía la rara magia de aire. Aunque esta no era inusual, sí lo era el poseer magia.

Por cierto, Su Alteza poseía varios tipos de magias. Que humano más útil. Se sentía extraño que una persona tan conveniente fuera mi prometido… Antes de que zarpáramos le pregunté a Su Alteza acerca de esto.

— ¿No podría también usar su magia de aire para impulsar el barco?

—Entiendo cómo te sientes, pero si el barco llegara a romperse sólo saldríamos perjudicados.

Que desafortunado, pensaba que podríamos llegar antes con su magia. Mientras pensaba en eso, el capitán Bähr caminó hasta nosotros con una sonrisa en su rostro.

—Si eso es lo que mi princesa desea, pondré todos mis esfuerzos en cumplirlo.

—Lo esperaré con ansias.

El capitán se acercó a mí con una sonrisa en su rostro.

—Si mi princesa fuera a darme uno de sus besos, quizás podría hacer que el barco viajara incluso más rápido de lo normal.

Sus palabras hicieron que mis dos escoltas espada en mano se interpusieron entre él y yo. Al verlos, el capitán Bähr se echó a reír.

—Parece ser que mi princesa triunfó en la vida para ser capaz de encontrar a dos guardaespaldas tan hermosas.

Mis caballeros escoltas, Richard y Bärg, se encontraban actualmente travestidos.

Richard llevaba puesto un vestido naranjo adornado con encaje, una larga peluca rubia y un maquillaje luminoso que lo hacía ver aún más joven.

Bärg vestía una blusa blanca, una falda larga y ajustada con un corte al lado para hacer más fácil el moverse y un maquillaje deslumbrante. Dado que su cabello natural ya era largo no había necesidad de añadir nada más.

Por cierto, yo fui quien los maquilló a ambos. Fue tan divertido que me gustaría volver a hacerlo en otra ocasión.

— ¡Las dos son muy hermosas! ¿Por qué no vamos por unas copas una vez que bajemos del barco?

Los dos caballeros lucían visiblemente disgustados.

—Soy bastante popular, ¿saben? Deberían tener más confianza en ustedes mismas.

Ambos parecían evitar hablar debido a sus notorias voces masculinas. Me sentía un poco culpable por haberlos metido en este problema debido a mi egoísmo.

—Capitán Bähr, por favor no le coquetee a mis escoltas.

—No, cómo podría. Es una descortesía no halagar a unas doncellas tan hermosas como ellas. ¿No piensa igual, príncipe?

Al ser nombrado, Su Alteza dirigió su mirada hacia la distancia y murmuró:

—Hacerlo también es un acto descortés.

Dado que mis caballeros habían sido designados por Su Alteza, él sabía que ambos eran hombres. Parecía bastante incómodo al mirarlos después de haber permitido que yo los vistiera de esa forma.

Era evidente la severidad con que lo miraban Richard y Bärg.

— ¡En todo caso, ya estamos listos para zarpar! El príncipe puede usar magia de aire, ¿verdad? Por favor, mandela a las velas para ayudarnos a navegar.

El capitán Bähr instó a Su Alteza a usar su magia.

—No, si llegara a romper el barco…

—Nuestro barco no es tan débil. La razón por la que nuestra nave es tan rápida es porque uso mi magia en ella. Además, si no se apresura en resolver el problema que tiene entre manos y la devuelve a casa, el joven amo podría terminar matándolo, ¿no? ¿Lo hará o no?

Su Alteza sonrió amargamente ante las palabras del capitán Bähr y se remangó las mangas.

—No me haré responsable si se rompe.

Gracias a los esfuerzos conjuntos de Su Alteza y del capitán Bähr, fuimos capaces de llegar al reino vecino en tan sólo dos días.


Kavaalin
¡¿Quién diablos es Vargas?! ¡¿Desde cuándo es el gerente de la tienda?! ¡¿La autora está haciendo cambios de último minuto?! O.o Y ese comentario del conde Knocker de que las mujeres no podían trabajar en el mar me dejó un mal sabor de boca, pero supongo que se corresponde con los pensamientos de la época. No todo puede ser perfecto. -.- (Y Bähr es simplemente Bähr.)

5 respuestas a “Dinero de consolación – Capítulo 61: Viaje en barco”

  1. Estoy bastante segura que nunca han dicho antes el nombre del mayordomo (solo que era asesino), mientras tamnto ya sabiamos que el gerente era olga.

    Gracias por la traducción.

  2. Durante mucho tiempo de la edad media y parte de la edad victoriana se creía que las mujeres traían mala suerte en los barcos. Además como usualmente trabajaban hombres ellas podían ser violadas.
    El embarazo durante el trayecto (que a veces duraba meses) también era impedimento para aque pudieran trabajar. Supongo que se refiere a eso. Y el nombre de Varhas. Estoy casi segura haberlo leído antes. Pero puede que me haya equivocado.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido