Vida en prisión de la villana – Capítulo 21: La noble dama profundiza su amistad con la joven dama

Traducido por Den

Editado por Sharon


Cuando Margaret llegó a la entrada de la mazmorra, el guardia de la prisión no estaba en su puesto de vigilancia.

—¿Señor guardia? ¡Señor!

Nadie respondió.

—¿Eh…?

Confirmó con otro guardia que no había nadie en el pasillo que conducía hasta y desde el lugar, y como Rachel era la única prisionera en el calabozo del Palacio Real, el guardia de la prisión sólo trabajaba allí a tiempo parcial. Al parecer sólo se acercaba en alguna patrulla ocasional.

—¿Es así~?

Dándole un cortés agradecimiento, Margaret se dirigió hacia la prisión.

—Hmm, no hay ninguna llave~.

Incluso sin ella, Margaret pudo reírse de la buena suerte de su éxito cuando la puerta de hierro se abrió después de empujarla.

—¡Ese estúpido guardia es muy listo! Dejar a la maldita mujer sin ser controlada significa que no podrá acosarlo todo lo que quiera.

Durante la primera visita, cuando recibió una paliza, el guardia de la prisión se molestó y, sin darse cuenta, desvió la mirada hacia el suelo… Eso significaba que era incapaz de difundir cualquier rumor ya que no vio nada.

—Pero bueno, me pregunto con qué frecuencia vienen Elliot o Sykes a la prisión. Odiaría que aparecieran por aquí.

La joven dama descendió alegremente hacia el calabozo.

Margaret era una mujer con agallas, y enviaría una respuesta apropiada sin falta.

♦ ♦ ♦

Después de haberse quedado despierta hasta tarde escribiendo la noche anterior, acabó durmiendo hasta tarde una vez más. Rachel desayunó tarde un potaje de patata con galletas y acababa de terminar su cóctel de frutas.

Al principio pensó que el visitante que venía a perder el tiempo y bajaba por los escalones era el guardia de la prisión, pero resultó ser el saco de arena que la había visitado el otro día. Como había querido volver a verla, Rachel estaba muy feliz con su visita.

—Bueno, bienvenida señorita saco de arena. ¡He estado esperando que viniera a verme!

—¡¿Huh?! Es bueno ser recibida… pero ¿quién es un saco de arena?

La joven pelirroja frunció el ceño y, sospechosa, miró detrás suyo para ver si había alguien más allí.

Al verla actuar y hablar como si la hubiera confundido con otra persona, Rachel inclinó la cabeza hacia un lado divertida.

—¿Eh? Tú eres el saco de arena.

—¡¿Huh?! ¡¿Lo soy?! ¡¿Qué clase de nombre es ese?!

—¿Eh? Es el tuyo. Cuando eres el dueño del cuerpo golpeable número uno en el mundo, cuando hablan tanto de ti como “el saco de arena más hermoso”, entonces queda bien que tu nombre sea saco de arena, ¿verdad?

—¡¿Qué pasa por tu cabeza?! ¡¿Has estado encerrada durante tanto tiempo que ya no puedes ver la línea entre la realidad y la fantasía?! ¡¿Qué demonios se supone que sea “el saco de arena más hermoso”?! —La joven dama de dos lindas coletas gritó vehemente, luciendo furiosa mientras señalaba violentamente con su dedo hacia Rachel—. ¡Recuérdame apropiadamente! ¡Soy Margaret Poisson, la primogénita de la baronía Poisson! Soy a quien seguiste hostigando y quien te robó el amor de Elliot, ¡la mujer que será la próxima reina! ¿Qué te parece? ¿Todo bien? ¿Entiendes tu posición? ¿Te arrepientes de cómo me hablaste? ¡Entonces muéstrame tu cara manchada de lágrimas mientras gimes como un perro!

Si Margaret se mirara a sí misma, vería la cara manchada de lágrimas que quería.

Rachel cerró los ojos, y comenzó a pensar. Poco después, volvió a abrirlos, y se rió ante la irritada joven pelirroja.

—Bueno, dejando de lado todas esas cosas buenas, ¿qué tal si me das un solo intento?

—¡¿No es bueno?! ¡¿Mi nombre?! ¡¿Mi compromiso con el príncipe?!

Cuando la chica comenzó a pisotear con frustración el suelo, Rachel dudó sobre cuál sería la mejor manera de explicarlo. Y entonces decidió sólo decírselo directamente.

—No estoy particularmente interesada.

—¿Interesada…? ¡¿Qué pasa con esta maldita noble?! ¡Por eso odio a las personas que crecieron siendo ricas!

—Más importante aún, tengo más curiosidad acerca de cómo se sentiría mi palma abierta contra tu suave piel. Un buen golpe en tu mandíbula, y tu cuello probablemente se girará con una gran cantidad de impulso, o también están los sonidos que harías si te diera un golpe en el estómago, ¡ya tengo un gran interés en ti!

—¡Si ese es el caso, ¿entonces por qué no puedes recordar mi nombre?!

Con la sangre subiendo a su cabeza, Margaret dio un paso adelante hacia Rachel… pero saltó a un lado al momento siguiente. Escapando por los pelos, donde el pie de Margaret había estado hace un segundo, un lazo que había sido colocado en el suelo regresó a la celda de la prisión.

—¡Tch!

—¡Casi! Esta bastarda… ¡pusiste trampas para atraparme!

—Solo un poco más y te habría atrapado… Tu intuición es sorprendentemente buena.

Era una contradicción que un prisionero intentara atrapar a un forastero.

Habiendo rebotado en el suelo por el impulso de su caída, Margaret se levantó lentamente, sacudiéndose el polvo de las rodillas.

—Jejejejejeje… Es cierto. Parezco fácil para ti… Intentabas atraparme y retenerme como rehén fingiendo ser una mujer idiota y sádica, ¿verdad?

—No. Más que golpearte, quería atraparte y hacerte hacer buenos sonidos.

Una ráfaga de viento sopló a través de la ventana de ventilación y pasó entre las dos personas que estaban en silencio. Permaneciendo callada, Margaret intentó encogerse de hombros en un fútil intento por reír.

—Como dije, estabas tratando de tomarme como rehén y, luego, en los términos del intercambio, intentarías hacer que Elliot te liberara o quizás incluso restablecer el compromiso, ¿verdad? Sé que es verdad.

—No, me gusta vivir en la prisión, y volver a estar comprometida con Su Alteza sería una pesadilla, así que me gustaría evitar eso. Pero… tienes razón, los términos del intercambio habrían sido tú misma.

—¿Eh? ¿Ehhh?

Un gran signo de interrogación apareció sobre la cabeza de Margaret mientras Rachel movía sus manos hacia sus mejillas haciendo una expresión coqueta.

—Porque si logro meterte en esta celda y está bien que haga lo que quiera, te dejaría ir al instante.

—Espera un momento… No entiendo tu razonamiento.

Como lo que dijo estaba preocupando a Margaret, Rachel dejó escapar un suspiro detrás de los barrotes de hierro.

—Bueno, no puedo negociar contigo ya que en primer lugar fallé al capturarte.

—¡Sí…! Así es, ¡para empezar no me atrapaste! ¡Aaaaaah, qué impaciente!

Margaret estaba comenzando a sentirse aliviada por un momento cuando al siguiente volaba por los aires, rodando contra el suelo de adoquín. Mientras tanto, un lazo atrapó en vano el aire donde Margaret había estado.

—¡Tch!

—¡Tuuuuuu! ¡Actúa apropiadamente!

♦ ♦ ♦

Rachel comenzó a balbucear.

—¿El saco de arena tiene algo que hacer? Yo también estoy bastante ocupada, pero no tanto como para no poder hacerle compañía.

—¡Salí volando por tu culpa! ¡No tuve tiempo para decir algo! Y, ¡¿cómo exactamente estás ocupada en prisión?! ¿Aplastando piojos[1]? ¿Atrapando ratones? ¿No debería la hija de una casa ducal estar molesta por los insectos y los roedores…? Jajaja, ¡me rio! También he sufrido de forma horrible, ¡pero que también le pase a una chica noble adinerada es demasiado bueno!

Como una ex-plebeya, más bien, como una persona originalmente indigente hasta que fue adoptada por un barón, la idea que alguien de tan alta clase como la hija de un duque cayera en la ruina era algo que Margaret encontraba divertido. Se agarraba de la barriga y se estaba riendo tanto que Rachel puso una expresión indiferente.

—¿Eh? Pero aquí no hay insectos o ratones.

—¿Huh…?

—Podría ser porque en el equipaje que traje conmigo tengo repelente de insectos.

—¿No hay…? ¿En este tipo de lugar?

Rachel miró a Margaret como si estuviera mirando a una cosa lamentable.

—En la casa del barón Poisson… ¿Hay?

—¡No me mires con esos ojos! ¡Esa es una historia de hace mucho tiempo! ¡Esa ya no es mi casa ahora! ¡Ahora solo los veo de vez en cuando! —Los gritos confusos de Margaret continuaron hasta que, después de un breve jadeo, se dio cuenta de algo importante—. ¡Tú…! ¡¿No acabas de recordar mi nombre justo ahora?! ¡Te estás burlando de mí!

—Bueno por supuesto que lo recordaba ya que lo acabo de escuchar —dijo de forma tímida, con una sonrisa sincera en el rostro—. Pero sabes, realmente no tenía una mala intención. Mira, ¿no llamas a un amigo cercano por un apodo…?

—Tú…

Margaret se inclinó y recogió la silla donde el guardia de la prisión normalmente se sienta… Y se la arrojó a Rachel con todas sus fuerzas. Por supuesto, fue detenida por los barrotes de hierro y cayó inútilmente al suelo.

La hija de la baronía Poisson gritó al cielo.

—¡¿Cómo es que no hay una mala intención en un apodo como saco de arena!?

—¡Bueno! Es una pena que mi sinceridad no se pueda ver a través de eso…

—Intenta lavarte el cerebro una vez, ¡luego haz que un médico repare las partes rotas!

—Tengo una idea diferente: siente un poco de dolor. Después de un examen cuidadoso, prometo cuidar bien de ti.

—No estás pensando en curarte la cabeza en absoluto, ¡¿verdad?!

♦ ♦ ♦

Justo cuando estaba a punto comenzar una pelea, Margaret recordó el propósito por el que estaba aquí por el peso de la bolsa que cargaba.

—¡Así es! Gracias a ti casi olvido la razón por la que me molesté en venir a un lugar como este. —Su linda cara se deformó petulantemente mientras soltaba la bolsa que cargaba—. Ufufufugu, hoy… debido a tus pobres y patéticos hábitos alimenticios, como has estado encerrada, vine para darte algo agradable~.

Margaret sacó una toalla y una bolsa con aroma a menta de la bolsa en el suelo, colocando a ambos en la parte inferior de su cara. Con voz apagada, comenzó a reírse de Rachel.

—Recibí algo de dinero de Elliot, así que compré unas frutas frescas del mercado. Son muy nutritivas y buenas para tu salud.

Usando unos guantes gruesos y una máscara improvisada, sacó un objeto sellado con fuerza y de forma irregular de su bolsa.

—Elegí uno que estuviera particularmente maduro. Ciertamente hará maravillas a tu cuerpo que sólo come comida enlatada en una prisión donde no brilla el sol~.

Margaret sacó un cuchillo y abrió el envase, sacando su contenido. El intenso olor a podrido se extendió rápidamente por la habitación. Junto con el olor, apareció un objeto espinoso de color gris amarillento.

—Es una fruta de un país del sur llamado durian. El olor es un poco fuerte, pero es la prueba de su madurez. Ufufu, las frutas frescas tienen un sabor tan completo ¿verdad?

Margaret llevó el durian[2] y lo colocó cerca de la celda, fuera del alcance de Rachel.

—Como está envuelto en una cáscara tan dura, ¿crees que el señor guardia de la prisión pueda abrirlo? No sé a dónde se fue, así que solo lo dejaré aquí hasta que vuelva —dijo, miró a Rachel y soltó una carcajada desagradable.

Elliot intentó hacerla ceder, pero carecía de nivel de severidad.

Ella era terrible con el acoso. No importaba si Rachel se disculpaba.

Todo está bien mientras esta mujer sufra. Si atacas sin pensar, es posible que no se rinda.

Mientras tanto, la hija del duque miró al durian con calma, y cierta emoción en sus ojos.

—Uwaa, qué nostálgico. Hace mucho tiempo, vi uno de esos cuando fui a una inspección en el extranjero.

Miraba la fruta que apestaba a muerte como si fuera algo realmente interesante sin haber retrocedido en absoluto.

—¿Estás bien con el olor…?

—Es un olor parecido a una cebolla que se ha podrido. Bueno, aparentemente esto es bastante delicioso para los lugareños.

Rachel, en su momento de necesidad, ya había creado una resistencia.

Mientras Margaret rechinaba los dientes furiosa bajo su máscara, Rachel abrió una caja de madera en el fondo de su celda y comenzó a hurgar en su contenido.

—Hmmm, está por alguna parte… Aquí está.

Pronto regresó con una lata grande.

—Señorita Poisson le daré esto como agradecimiento.

—¿Huh? ¿Qué es esto?

La lata que Rachel le ofrecía parecía hecha en el extranjero.

—Cuando Su Alteza Elliot y yo fuimos al extranjero juntos, estuvo muy contento con esto. Bueno, no puedes verlo ya que está dentro de la lata. Pero como tengo un poco, te lo daré.

—¿Es algo inusual?

—Es algo que rara vez se ve en este país.

—Eh…

Parecía algo increíble y valioso. Además, era una de las comidas favoritas de Elliot que no se podía conseguir en el país.

Lo sintió pesado cuando lo tomó.

—¡Haré que la abra de inmediato!

—Me alegro de que estés satisfecha.

♦ ♦ ♦

Margaret se fue como el viento, y Rachel se quedó sola.

—Creí que la había visto antes en alguna parte… ¿Así que era ese pez lechón que estaba pegado a Su Alteza durante la fiesta?

Porque Rachel solo se había estado preocupando por la transición después de la separación y no tenía ningún interés en Elliot, no había confirmado quién sería su nueva pareja.

Ahora que lo pensaba, fue un error inesperadamente básico.

Francamente, con la historia de que Rachel fue encarcelada después de que Elliot anunciara la cancelación de su compromiso… Todos los demás eran solo personajes de relleno.

—La señorita Margaret de la casa del barón Poisson… Solo hemos hablado dos veces, pero parece ser una chica carnívora que cambia de actitud sea si está tratando con un hombre o una mujer. La clase de persona que piensa en términos simples cada vez que se emociona. Recibirá regalos incluso de su objetivo y los aceptará sin pensarlo. —Rachel se llevó la mano a la barbilla y asintió con la cabeza mientras susurraba—: En resumen, es una niña que solo puede pensar en el nivel de un idiota superficial.

Rachel estaba sola pensando en una prisión que acababa de comenzar a oscurecerse cuando una luz temblorosa surgió y el guardia de la prisión se mostró.

—¡¿Qué?! Oiga, señorita, ¿está despierta? ¡¿Qué es este horrible olor?!

Ante el tono amistoso del guardia de la prisión, Rachel se rió un poco y pareció aliviada.

—Una señorita vino a visitarme y trajo un regalo, parece que ya está podrido…

El guardia se acercó y, al ver la causa del problema, hizo una mueca de disgusto.

—Esa chica no tiene remedio… ¡¿No notarías algo así antes de traerlo?! Qué bastarda tan estúpida.

—Fue el saco de arena, el visitante del otro día.

—Ah, ella…

Él hizo una mueca como si estuviera extrañamente convencido de algo, y se fue con el durian (probablemente) podrido envuelto en unos harapos.

Despidiéndose de él, Rachel buscó el tablón más grande que pudo encontrar y buscó la máscara que usó cuando estaba pintando. Entonces se puso a trabajar haciendo lo que podía para ventilar la habitación.

Rachel había recibido una educación vigorosa cuando iba a ser la próxima reina. El resultado de esa educación era una cara de poker de primera clase.

♦ ♦ ♦

Margaret entró corriendo en la oficina del príncipe llevando una lata grande mientras él y su séquito estaban tomando el té.

—Elliot te conseguí esto. ¿Te gustaría abrirlo?

—¡Margaret! ¿Eh? ¿Qué es?

Elliot se levantó con una sonrisa en su rostro ante la visita de su amada hasta que el extraño objeto en sus manos le llamó la atención.

—Me dijeron que cuando viajaste al extranjero, esta fue una de tus comidas favoritas.

—¿Algo que comí en el extranjero? Hmm, ¿qué…?

Había estado en el extranjero muchas veces, pero ¿hubo tal cosa que le dejó una impresión duradera?

George cogió la lata y leyó la etiqueta.

—Veamos… ¿Señor Straming? ¿Streaming? Parece que es un plato de pescado por lo que puedo ver en la imagen… [3]

Era imposible entenderlo solo por la descripción. Sykes tomó la lata de George y golpeó suavemente la superficie algo abultada.

—He visto comida enlatada antes, pero nunca algo que haga que la lata abulte tanto.

Ninguno de ellos tenía conocimientos sobre la fermentación.

—Su Alteza, ¿qué clase de comida es?

—Eso… No lo recuerdo en absoluto… Para empezar, es la primera vez que veo comida enlatada. ¿Qué es?

Elliot y George inclinaron la cabeza curiosos cuando Sykes comenzó a reírse.

—¿No entenderemos qué es tan pronto como la abramos? Si es así, solo abriré la tapa con mi cuchillo.

—Ya veo. Bien, vamos a abrirla.

Elliot, Margaret y George vieron cómo Sykes sostenía la lata con la mano izquierda y sacaba el cuchillo con la derecha.

De repente, algo comenzó a molestarle a Elliot. Miró a Margaret y le hizo una pregunta mientras vigilaba la lata con el rabillo del ojo.

—¿De dónde conseguiste esto?

—De Rachel.

—¡Sykes! ¡Espera…!

Justo cuando Elliot comenzó a gritar, el cuchillo de Sykes se incrustó profundamente en la lata.


[1] Este es un juego de palabras. En japonés dice “shiramitsubushi” que significa aplastar piojos en Katakana, pero significa “buscar contrabando” en Hiragana. Ambas frases son igual de aptas aquí.

[2] Es una especie de árbol originario del sudeste de Asia. Se trata de una especie altamente conocida por el valor alimenticio de sus frutos, caracterizados por su mal olor, similar al de la cebolla podrida: en muchos hoteles del sudeste asiático tienen prohibido su consumo en las habitaciones, dado que el olor se impregna en ellas y tarda horas en retirarse del todo. También está prohibido viajar con él en avión así como introducirlo en aeropuertos. Sin embargo su pulpa es una crema exquisita, por lo que es conocido como el mejor fruto del mundo

[3] El surströmming es una especialidad de la gastronomía sueca que consiste en arenque del Mar Báltico fermentado. El surströmming se vende en latas, que al ser abiertas sueltan un olor fuerte y fétido.

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