Vida en prisión de la villana – Capítulo 27: El hermano pequeño recuerda los viejos tiempos

Traducido por Den

Editado por Sharon


Mi hermana mayor es hermosa, pero por alguna razón, proyecta una fina sombra. Podría decirse que: “Es una hermosa mujer si te fijas bien.”

Si realmente la observas, puedes ver su belleza, pero es alguien que no entrará en tu campo de visión a menos que la estés mirando inconscientemente. Mientras todas las otras jóvenes que tenían como objetivo a Su Alteza y ese estatus de princesa seguían llamándola “Luna Diurna” como un insulto, sinceramente puedo decir que pensé que era un poco extraño.

Porque Su Alteza Elliot, a pesar de ser un hombre, realmente era increíblemente hermoso… significaba que mi hermana, a quien le gustaba permanecer al margen, realmente encajaba con el nombre de Luna Diurna. 

♦ ♦ ♦

—¿Oye, no es ese George?

George sonrió débilmente al escuchar la voz ligeramente impaciente y fuerte de Sykes.

—Ah, Sykes…

Él corrió hacia los escalones del jardín donde estaba sentado George.

—Me he estado preocupando ya que no has aparecido en casa de Su Alteza últimamente… ¡Te ves muy mal, ¿qué pasó?! ¿Es falta de sueño? ¿Estás comiendo lo suficiente?

—No, no es por eso… Solo estoy un poco cansado…

—En momentos así necesitas carne. Toda tu fatiga se recuperará con un poco de carne. Creo que para la mayoría de los cuerpos, comer alrededor de 500 unidades de carne roja cocida, mejorará la condición física.

—No, no, ese no es el problema… —George forzó una sonrisa mientras le explicaba a su amigo—. Alexandra regresó a casa de repente… Así que dijo que iba a darme un entrenamiento estricto para ser una hombre digno de ella, y he estado abarrotado de educación intensa en asuntos exteriores desde… Mi cabeza ya puede manejarlo y siento que está a punto de estallar.

—¡Ya veo! En momentos así… Sí, un filete. ¡come mucho, alrededor de cincuenta porciones, y tu fatiga mental desaparecerá antes de que te des cuenta!

—Sólo tú podrías resolver tus problemas así.

—Pero Alexandra… Ha pasado más de un año desde que se fue con sus padres al extranjero.

—Sí.

—¿Qué? ¿Se emocionaron en el momento en que se volvieron a encontrar y se besaron?

—¿Cómo es eso posible, idiota? No fue esa clase de situación.

No hay forma de que George pueda decir que se había estado escondiendo, luego de haberse arrastrado en la tierra ante su hermana mayor mientras le suplicaba que nunca revelara a su familia todo lo vergonzoso que había hecho.

—Desde entonces, no he podido mostrar mi rostro en la habitación de Su Alteza incluso cuando tenía tiempo…

—Ya veo~.

Sykes hizo una sonrisa de complicidad y golpeó ligeramente el hombro de George.

—Bueno, tú y Alexandra se llevan bien. Mientras tanto yo solo escolté a Margaret.

—Margaret es diferente de una prometida, una existencia más noble… Oye, antes de decir algo sobre mí Sykes, ¿no estás en la misma posición? ¿Martina sabe que has perdido la cabeza por Margaret?

Una sonrisa de villano apareció en el rostro de George.

—Martina te ama con tanta pasión. Comparado con Su Alteza y mi hermana, y Alexandra y yo, ¿no tienes tu propio molesto compromiso político? Bueno, de todas formas, nunca podrías casarte con Margaret ya que tiene a Su Alteza, pero ¿no sería malo si Martina te descubriera que te estás esforzando tanto para Margaret?

Aunque la prometida de Sykes era otro compromiso político, parece que ella ha estado enamorada de él desde que eran niños. Se había mudado de la capital, viviendo a lo largo de la frontera del país debido al nuevo trabajo de su padre, pero eso no significa que su eventual matrimonio con Sykes se haya disuelto. Antes de burlarse de otros, ¿no debería estar pensando en sí mismo? George miró a Sykes sintiendo la más mínima repulsión…

Sykes estaba temblando.

Su gran cuerpo estaba temblando con vibraciones hiperfinas como una especie de juguete. Mirando más de cerca, le caía una buena cantidad de sudor por la piel, tenía las manos rígidas, y los ojos estaban completamente vacíos.

—Lo siento… Nunca debería haber mencionado a Martina.

Den
Todos estos hombres le tienen miedo a sus prometidas...

Sykes finalmente se tranquilizó.

—Ese alboroto del pasado… Lo acabo de recordar —murmuró George.

—¿Qué demo…? ¿Estás recordando los viejos tiempos o algo así?

—Sí, supongo que podrías llamarlos recuerdos… Aunque son un poco extraños.

George recogió una piedra cerca de su pie y la lanzó. Planeó en el aire durante varios metros antes de clavarse en el césped como una estaca.

—Por alguna razón no puedo recordar qué pasó antes o después, solo esa escena.

♦ ♦ ♦

No podía entender si era algo que en realidad vio o si era algo que experimentó en un sueño una noche. Tal vez fue una alucinación de una escena que lo había conmocionado de un libro, o podría haber sido una escena completamente diferente que transmutó en algo más dentro de su cabeza.

—El clima era realmente bueno, el jardín se extendía bajo el cielo azul…

Quizás estaba recordando algo de una fiesta del jardín. Había niños en la visión de George. Sin embargo…

—El problema es que hay una desconexión y sólo veo la mitad de la escena.

Una niña de cabello castaño rojizo estaba de pie en la orilla de un puente en un gran jardín.

La niña vestía un vestido bonito y estuvo mirando la superficie del estanque durante mucho tiempo. En la mano tenía algunas piedras que ocasionalmente tiraba al estanque. Era algo que los niños pequeños hacían a menudo… Si no hubiera nadie allí.

Había un niño en el estanque, y se estaba ahogando lejos de la orilla. Estiraba la mano desesperadamente, pero el agua que se le metía por la boca le impedía que pudiera pedir ayuda. Luchaba desesperadamente por salir del agua, pero simplemente no podía llegar a la orilla… porque la niña le estaba arrojando esas malditas piedras.

Cada vez que el niño que se ahogaba intentaba llegar a la orilla, esa niña lo amenazaba con más piedras afiladas, para nada actuando como lo haría un niño. Cuando ella arrojaba una piedra, se podía escuchar al chico gritar.

—Tan extraño, la cara de esa niña…

Estaba haciendo que el niño se ahogara, pero estaba tan tranquila, sin ninguna emoción en su expresión.

No se estaba burlando del niño, mirándolo como un abusón, ni había rabia u odio en sus ojos. Solo indiferencia, como si se viera obligada a escuchar el sermón de sus padres.

Como si estuviera haciendo una tarea trivial en una oficina, una cara de negocios.

Luego, alrededor de la niña, había un grupo de niños cuya ropa se habían llenado de lodo. Todos estaban sentados, llorando.

Eran más grandes que la niña, pero gritaban con un rostro manchado de lágrimas.

Por favor, perdónalo ya. 

Se va a morir. Detente ya. 

Trataban de convencerla… pero ella los ignoró, sin dejar de mirar al chico que se ahogaba.

A veces, uno de los niños intentaba acercarse a la niña… pero era demasiado rápida y el niño siempre era repelido por otra piedra.

♦ ♦ ♦

—Eso es todo lo que puedo recordar. Nada antes o después. Solo esa escena está grabada en mi cerebro.

—¿Qué estás diciendo… ? Esa es una escena bastante surrealista.

—Sí. Es aún más surrealista que no pueda decir que es solo una pesadilla. Puede realmente haber sucedido, pero no entiendo lo que vi. Escuché de un erudito que podría ser una metáfora o algo así, pero simplemente no lo entiendo.

—Lo recordabas… jaja, quizás tenga algo que ver con estos sucesos recientes con tu hermana.

—Tal vez… —George agachó la cabeza, decaído—. Me di cuenta de mí mismo… Esto, mi corazón está siendo arrancado de la misma manera…

Esa visión no fue un sueño.

Esa fue la realidad.

—Ninguna parte de ese extraño recuerdo fue un sueño. Simplemente recordaba lo que había pasado ante mis ojos.

—¿Posiblemente tienes razón…?

—Sí… en una reunión, mi hermana castigó a un niño simplemente porque no le gustaba…

Ambos se quedaron callados, dejando que sólo se escuchara el graznido de una golondrina pasajera, intentando inducir una atmósfera más alegre.

Después de un rato, George levantó la cabeza.

—Por eso, cuando lo recordé, me di cuenta de algo.

—¿Qué…? Si es otra historia de miedo, ¿podrías ahorrármela?

—No puedes preguntar eso cuando ni siquiera lo entiendo… N-No soy bueno con Alexandra. Aunque es una amiga de la infancia, sinceramente no somos tan cercanos. Desde el principio fue cruel, abusiva y le encantaba gastar bromas. Siempre parecía que era difícil de tratar con ella y la recuerdo como una abusona. Como era de esperar, se calmó al crecer, pero incluso ahora tiene una actitud condescendiente y es verbalmente abusiva, por lo que cuando viajó con sus padres en una inspección en el extranjero, me sentí aliviado de no tener que verla durante un tiempo. Pero eso también fue parte de mi malentendido.

—¿Malentendido? Solo la conocí desde una cierta edad, ¿pero no ha sido siempre así?

—Sí. Pero cuando lo pienso y lo conecto con el recuerdo de antes… me doy cuenta de que confundí varios recuerdos entre sí.

La niña que le hizo cosas a George no estaba sola.

—Cuando pienso detenidamente en lo que me hicieron, me doy cuenta que no se trataba solo de una niña. No puedo recordar su rostro, pero hay momentos en que la chica que me hace cosas tiene el pelo rubio, y otros en que tiene el pelo castaño rojizo.

—Oye, eso es…

—Así es. Era la niña rubia que siempre abusaba verbalmente de mí. Mientras tanto, la niña de cabello castaño rojizo siempre hacía algo… bromas en silencio que llamaba experimentos. Sin embargo, Alexandra no era la única que hacía esos experimentos. Era mi hermana.

Sykes miró hacia el cielo. Hoy también estaba alto.

—Alexandra también es víctima de un malentendido…

—Así es como es. Le hice algo malo… el recuerdo número uno que me hizo odiarla ni siquiera era suyo.

—¿Qué sucedió…?

—Sólo puedo recordar una escena de este recuerdo…

♦ ♦ ♦

¿Cuántos años tenía? En el jardín, pasaba el tiempo buscando y jugando con algunos caracoles.

Luego, antes de darme cuenta de lo que estaba pasando, una niña se acercó a mí, me tomó la mano y me llevó detrás de la casa…

Esa niña con el cabello castaño rojizo me llevó a un lugar donde nadie la vería y de repente me bajó los pantalones.

—¡¿Q-Qué?!

—Sí, un poco… ¿Podrías prestarme tu trasero?

En la mano de la niña había una caja de petardos…

♦ ♦ ♦

—Espera, oye, eso es… ¡¿Qué pasó?! ¡¿Qué hizo?! Qué demonios… ¡No, cómo pensarías! ¡Tengo demasiado miedo de preguntar!

—¡Jajaja, no te preocupes! ¡Eso es todo lo que puedo recordar! No puedo recordar lo que me hizo mi hermana… No puedo recordar…

La extraña risa de ambos resonó en los jardines mientras una doncella que pasaba inclinó la cabeza hacia un lado, preguntándose qué demonios estaba pasando.

♦ ♦ ♦

Recientemente mi hermana se ha vuelto más hermosa.

Tal vez sea porque está viviendo como le gustaría o tal vez solo la estoy estereotipando y poniéndome en sus zapatos.

Pero lo cierto es que brilla de verdad, una persona que es radiantemente hermosa. Al menos tiene una belleza que no sería superada por Su Alteza.

Mi verdadera hermana, no es una Luna Diurna. 

Es una supernova cuyo poder explosivo está a punto de devorar el sol.


Den
Me ha gustado esa última frase. Representa claramente la situación actual, jajaja. Por otro lado, no me imagino la de cosas que le habrán hecho a George de niño…

Sharon
Santo Cielo… El chico está completamente traumatizado, no es de extrañar que no recordara lo mala que podía ser Rachel.

7 respuestas a “Vida en prisión de la villana – Capítulo 27: El hermano pequeño recuerda los viejos tiempos”

  1. Jajajaja me la pase riendo en este capítulo, pobre George, ahora entiendo por que no recordaba todo lo que hacía Rachel.. Aunque bueno, espero que ahora se de cuenta que Rachel no haría esas cosas de las que le acusaron. Sería muy molesto y aburrido para ella, si ella hubiera querido destruir a Margaret ni siquiera estaría viva posiblemente xD.

    1. Jajaja. Esperaba mucho más del hermano de una psicópata.
      Pensaría más que sería un tipo del tipo que su instinto estaría más afilado que un bisturí. Y evitaría hacer tonterías como ir directamente a hablarle los bigotes a un tigre

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