Traducido por Den
Editado por Yonile
Cuando miré a Oscar con una expresión aterradora, sonrió nervioso y evitó mi mirada.
—Xavier, ¿podrías traerme el libro del chambelán que está afuera?
—Sí, Su Alteza.
Después de un rato, libros gruesos se amontonaron en la cama.
¿Tienes que leerlos todos?
Oscar tomó un libro y cuando sintió mi mirada, inclinó la cabeza hacia un lado.
—Oh, es una tarea.
¿No es demasiado…?
¿Eran libros igual de difíciles que el ensayo de la otra vez? Aunque quería averiguarlo, era imposible porque no podía leer las letras.
Dios es tan injusto. Si me dio la capacidad de comprender las palabras, también debería haberme dado la habilidad para leerlas.
Me incliné tranquila en sus brazos y miré el libro que leía. Pero había muchas imágenes en él.
—¿E’o? (¿Qué es esto?) —pregunté, señalando el libro con el dedo.
—Es un mapa continental.
—¡Wooa!
¡Interesante! Miré el libro con ojos brillantes, mas Oscar sacudió la cabeza con firmeza y cerró el libro de golpe.
—Esto no es divertido, así que hagamos algo que lo sea.
¡¿Qué?! ¿Estás ignorando mi pasión por aprender?
—Eow…
Oscar se quedó desconcertado cuando me quejé con ambos brazos extendidos hacia el libro.
—No, ¿la última vez no dijiste que el libro era aburrido?
Sí, es cierto. Pero fue porque no tengo ninguna curiosidad por los planteamientos de Algor Chekhov. Además, por sentido común era mejor conocer de antemano el mapa del continente.
Como no me di por vencida y agarré a Oscar, insistiéndole, abrió el libro a regañadientes.
—Sí, sí. Está bien. Es grande, ¿verdad? Aquí está Ermano, el imperio en el que vivimos. —Señaló el terreno más grande del este—. ¿No es inmenso? Han pasado quinientos años desde que tiene estas extensiones. El territorio se expandió gracias a la victoria de la guerra.
Era un territorio inmensamente vasto que ocupaba la mayor parte del continente.
—Wooa.
Cuando exclamé, me susurró si me gustaría aprender más al respecto, así que señalé el mapa con los dedos. Entonces, inmediatamente recibí una respuesta, como si fuera una máquina expendedora.
—Ese es el Sagrado Imperio Abelardo. He estado ahí antes… N-No. Olvida lo que acabo de decir. —Cuando apunté hacia otro lugar, dijo: —Ese es el Reino Persie —Y en el siguiente: —Y ese el Reino Barghata.
Aunque aún tiene seis años, ¿no es demasiado inteligente?
Cuando lo vi estudiando geografía universal, me sentí avergonzada. Mientras que un niño de seis años memoriza mapas, ¿qué hacía yo cuando tenía 20 años?
Una vez superé, a duras penas, ese sentimiento, señalé el segundo país más grande.
—¿Eo? (¿Y este?)
Entonces frunció el ceño.
Mmm… Esa no es una buena reacción.
—Ese es el Imperio Deblin.
¿Deblin? Si es Deblin…
Lo primero que me vino a la mente fueron los ojos rojos. Por añadidura, el cabello negro.
Solo lo he visto dos veces, pero el niño llamado Demonio de Deblin me impresionó profundamente.
¿Logró escapar?
En ese entonces, mi mente estaba tan agitada por el resfriado que no había escuchado nada sobre lo que había sucedido después. Toda la información que sabía sobre él era lo que había oído de la conversación entre el emperador y el sacerdote Montego el otro día.
—Siempre tenga cuidado, Su Majestad, porque recientemente los movimientos de Deblin son inusuales.
—¿De Deblin?
—Sí. Quizás sea para recuperar al rehén. Pero si no es así, puede que tenga otras intenciones. Está extendiendo su influencia en el Sagrado Imperio… Me temo que afectará al Imperio Ermano.
Cuando recordé la conversación, a Ermano y el Sagrado Imperio Abelardo no parecían gustarles mucho el Imperio Deblin.
En segundo lugar, ¿hay muchas disputas porque el territorio es grande?
Miré fijamente a Oscar mientras mi dedo seguía apuntando hacia Deblin.
—Deblin es un imperio que no está en buenos términos con Ermano. Ha estado observando y esperando la oportunidad para invadir Ermano. El Sagrado Imperio Abelardo se encuentra en medio actuando como un mediador, pero históricamente han habido grandes guerras. De todos modos, hay una frontera en el norte —explicó el niño.
—Uung.
—Recientemente estalló una pequeña guerra en la frontera, y el ejército de Ermano fue aniquilado. Pero hay un rumor de que todo lo hizo una sola persona.
—¿Eung?
¿Es posible que una persona pueda aniquilar a un ejército? Creo que es una mentira…
Oscar, que había estado explicando con seriedad, de repente respiró hondo, como si hubiera vuelto en sí, y cerró el libro.
—¿Qué le estoy diciendo a una bebé…? De todos modos, ni siquiera lo entenderás. Eso es suficiente, Mabel. ¡Hagamos algo divertido en lugar de esto!
—¡Uang!
Se había levantado con tanta firmeza que volví a perder la oportunidad de insistirle.
Aunque tenía los labios ligeramente fruncidos, Oscar negó con la cabeza. Debido a su personalidad obstinada, no iba a ceder tan fácilmente.
—Ah, hagamos esto.
¿Eh?
Lo vi abrir y cerrar el puño. Luego, repetí su misma acción varias veces. Entonces él sonrió alegremente, regocijado.
—¡Muy bien, Mabel!
Sí, bueno… De todos modos, no serviría de nada conocer el estado del país cuando ha pasado menos de un año desde que nací.
Juguemos con Oscar.
Porque cuando tienes seis años estás en la primavera de la vida.
♦ ♦ ♦
Finalmente tengo 8 meses.
—Por su expresión, no creo que haya ningún problema… pero me preocupa que no camine.
La niñera se quejó al médico que venía regularmente a hacerme una revisión. La mirada de este, que me examinó minuciosamente, se posó en mí y me sonrió amablemente.
—Ciertamente es un poco lenta, pero logró darse la vuelta sin gran dificultad, así que no será un problema. Dicen que gatea de vez en cuando. Además, el resultado de hoy también fue bueno. Está muy sana.
—Me alegra oír eso…
Aunque el médico dijo que estaba saludable, la niñera no podía apartar su mirada intranquila porque estaba preocupada por mí.
He estado acostada en la cama demasiado. ¿Debería mostrarles cómo me doy la vuelta poco a poco?
Sin embargo, como no conocía el ritmo de crecimiento de otros bebés, para mí era difícil imitarlo.
Mientras estiraba mis brazos riendo, ella sonrió tristemente, como si estuviera preocupada por mí, y acarició mi mejilla.
Pasó el tiempo y llegó la noche. Cuando bostecé con los ojos cerrados, como si tuviera sueño, la niñera se acercó a la cama.
—¡Mire qué hora es! Buenas noches, Su Alteza.
—Uung…
Todos salieron… y escuché la puerta cerrándose.
Cuando abrí los ojos, me acogió el tenue resplandor de la luz de una vela encendida.
¡Entonces, ahora comencemos a ejercitarnos por nuestra cuenta!
Tenía que hacerlo en secreto y en silencio porque seguramente Lissandro estaba al otro lado de la puerta.
Empecé a moverme muy despacio.
Mientras tanto, me moví hacia la barandilla de la cama con mi habilidad y técnica de darme la vuelta que había perfeccionado esforzándome al máximo.
—Uff…
Es difícil hacer esto en silencio.
Después de secarme la frente con el dorso de la mano, me agarré a la barandilla de la cama. Luego, apliqué fuerza en mis brazos y piernas al mismo tiempo.
—¡Uep!
¡Vamos, Mabel! ¡Puedes ponerte de pie! ¡Puedes hacerlo! ¡Piensa en los recuerdos de tu vida anterior! ¡En el placer de caminar!
Me estaba quedando sin fuerzas gradualmente, pero no me rendí.
—¡Eubu!
Me sentí mejor y volví a aplicar fuerza. ¡Y finalmente…!
—¡Uaa! (¡Hurra!)
¡Me puse de pie!
Aunque tuve que agarrarme a la barandilla, ¡me levanté por mi cuenta! ¡Ahora finalmente podré caminar!
Me agarré a la barra y me regocijé por los logros que al fin había alcanzado.
No. Este no es el momento.
Tradicionalmente, si te pones de pie, debes andar. Sin embargo, aún no he dado mi primer paso como ser humano.
Di un paso con una expresión solemne. Estuve a punto de tropezar y caer, pero superé esa crisis fácilmente.
Y en el momento en que traté de dar dos pasos…
Oí algo girar…
Mi cabeza se volvió lentamente ante el sonido de la puerta.
Ahí estaba de pie el emperador con su ropa de dormir.
De repente, nuestras miradas se encontraron.
¡Ah!
M-Me descubrió.
♦ ♦ ♦
Me sorprendió tanto que mis manos cedieron. Literalmente me caí de culo. No me dolió porque estaba en la cama, pero no había tiempo para preocuparme por eso.
Fue un momento de asfixiante incomodidad.
El emperador rompió el silencio primero.
—¿Mabel…?
—Uung —respondí a sus palabras con un balbuceo mientras mi mente estaba ocupada pensando: ¿Cómo puedo salir de esta situación? ¿El bebé, que a lo sumo sabe gatear, de repente se agarra a la barandilla y comienza a caminar…? Sería sospechoso para cualquiera.
El emperador, que fijó su mirada en mí, me observó tan firmemente que supe que estaba pensando de esa manera.
¿Cómo puedo explicar esto? No traté de engañarte, ¿está bien? No dije nada a propósito porque temía sorprenderme.
Ah. ¡Cierto, no puedo hablar!
No se puede evitar. Sea cual sea tu reacción, la aceptaré.
Esperé humildemente sus palabras, pero…
—Eres increíble, Mabel…
¿Eh?
—Esa es mi hija.
U-Un momento… Esta no es la reacción que esperaba.
—Mi hija es una genio.
¿¿¿Eh???
—¡Sabe caminar sola!
No es eso. Cálmate un poco.
—¡Nwo…! (¡No…!)
Mi ansioso grito no alcanzó al emperador. Se me acercó sin vacilar, me levantó —ya que estaba sentada—, me abrazó sin dudarlo y me besó en la frente.
Wah, ¡qué diablos estás haciendo!
Por un momento, me abrumó la excesiva muestra de cariño.
—Te daré un regalo para celebrar tu éxito de dar tus primeros pasos, Mabel.
—¿Uung…?
—¿Qué debería regalarte? Sí. ¿Qué tal el Principado de Vistante? Es un destino vacacional muy fértil y perfecto.
¿Principado? ¿No quieres decir gomguk? [1]
Miré al emperador obviamente pensando que era una broma, pero…
—¿Te gusta? Sí, sí.
Esta vez también lo decía en serio…
♦ ♦ ♦
Hoy el ambiente de la Asamblea Nacional era tranquilo. Se debía a que el emperador se sentía bien. Por consiguiente, las expresiones de los súbditos, que se habían percatado, naturalmente se iluminaron.
¡Su Alteza la princesa debe haber hecho algo de nuevo!
Ahora podían saberlo sin verlo. También han tenido ocho meses para aprender a intuirlo.
La reunión continuó. Después de la aprobación de varios programas, prosiguieron a discutir sobre la batalla que se produjo recientemente en la frontera. Las discusiones estaban en pleno apogeo al respecto.
—Se rumorea que ha aparecido el “Demonio de Deblin”.
Ante las palabras de un sirviente, la armoniosa atmósfera se heló y Esteban frunció el ceño.
—Aunque lo atrapamos, fracasamos en retenerlo en el palacio imperial, por lo que sin duda debe haber vuelto.
En muchos sentidos, era una molestia.
—¿Cuál es la situación fronteriza?
—Está muy reñido. ¿Por qué no considera movilizar a un maestro espadachín?
—Tendré que hacerlo. Envía al segundo escuadrón.
—Sí, Su Majestad.
Una vez finalizada la discusión más importante, todo lo que quedaba eran cuestiones menores.
Cuando la atmósfera se volvió algo caótica, el marqués de Gardenia, que había estado observando la situación en silencio, dijo:
—En cualquier caso, ¿ha pasado algo? Su Majestad parece de buen humor.
Ante esa pregunta, Esteban recordó inmediatamente a Mabel.
Todavía recordaba el acontecimiento: caminó sola agarrada a la barandilla, pero cuando lo vio frente a ella, abrió de par a par sus redondos ojos y se cayó de culo.
Tuve suerte.
Pudo ver la preciosa escena gracias a que entró en silencio sin hacer ruido porque le preocupaba despertarla.
—Porque Mabel finalmente comenzó a caminar. ¿No es genial?
¿Oh? Todos los presentes abrieron bien los ojos.
¡Un bebé que tiene menos de un año está caminando!
—¡¿Su Alteza la princesa ya camina?!
—Sí. Estoy seguro de que mi hija es una genio. No falta mucho para que me llame papá. Para conmemorar sus primeros pasos, decidí regalarle a Mabel el Principado de Vistante.
No podían creer lo que acababan de oír.
¿Qué le regaló? ¿El Principado de Vistante?
El Principado de Vistante fue concedido a Esteban y gobernado por él cuando era el príncipe heredero. Actualmente era una zona clave del imperio geográfica, diplomática y políticamente importante, supervisada por un representante.
Algunos volvieron en sí en seguida.
Era ridículo darle el Principado a una princesa de solo ocho meses.
—Ja, ja, Su Majestad, debe estar bromeando.
—No estoy bromeando.
Intercambiaron miradas ante el semblante hosco y sombrío de Esteban.
Dice que no es una broma.
Vamos a aceptarlo.
Hagámoslo.
No había ninguna razón lógica para objetar el hecho de que el emperador estuviera otorgando en feudo su propiedad privada. [2]
—Bueno, en unos meses habrá pasado un año desde el nacimiento de Su Alteza la princesa Mabel.
—Sí. Tengo planeado celebrar a lo grande ese momento.
Los sirvientes temblaron de miedo cuando vieron a Esteban sonreír satisfecho, como si ya estuviera pensando en eso.
¡¿Qué diablos va a hacer y cuán grandioso será?!
El tamaño de la lista de las cosas que ya le había obsequiado no era una broma, por lo que quizás la celebración también será extraordinaria.
Aunque estaban temerosos, también sintieron curiosidad.
Dado que la princesa nunca ha aparecido en público, la cantidad de personas que la habían visto era muy limitada. Por esa razón, esperaban ansiosos el banquete de cumpleaños.
—Concluyamos con la Asamblea Nacional.
Terminada la reunión, Esteban fue el primero en levantarse de su asiento.
Sumamente emocionado ante la idea de ver a Mabel, el emperador se volvió rápidamente para marcharse.
El marqués Gardenia sonrió suavemente. Sin embargo, a diferencia de su sonrisa, la expresión en sus ojos era un tanto hostil.
—Su Majestad.
—¿Qué necesita, marqués?
—Déjeme ver a Su Alteza la princesa.
[1] El gomguk es tanto un tipo de sopa coreana elaborada cociendo varios cortes de ternera durante mucho tiempo, o bien con hueso de ternera, según el mismo método. El caldo tiende a tener un color lechoso y sabor rico e intenso. Mabel hace esa pregunta debido a que la palabra “principado” y “gomguk” se escriben casi igual (공국이요 = principado; 곰국이 = gomguk).
[2] Dar/entregar/otorgar en feudo es transferir, entregar o dar algún feudo, reino, territorio, etc, o alguna propiedad a alguien.