Bebé tirana – Capítulo 8: ¡Protejamos a Oscar!

Traducido por Den

Editado por Yonile


Si es el tío de Oscar, entonces debe ser el hermano menor o el hermano mayor de la duquesa Donovan.

De alguna manera, el ambiente se volvió incómodo.

Sir Donovan miró fijamente a Oscar con ojos fríos, preguntándose si hace un momento estaba sonriendo sutilmente por mí.

—¿Oscar, por qué estás aquí? ¿No deberías estar estudiando para ser emperador?

Incluso su voz cambió. Era tan fría que de repente sentí miedo.

Oscar, que era su compañero de conversación, bajó la cabeza completamente abatido.

—Estoy aquí porque terminé todo el trabajo que mi tío me ordenó que hiciera.

—Mira cómo saliste a jugar justo después de terminar el trabajo que te asigné. ¿Quién te vería como el heredero de un imperio? Qué decepcionante, Oscar Alle Ermano. ¿No te avergüenzas de ser llamado Ermano?

Oscar permaneció en silencio.

Tal vez Sir Donovan es su maestro.

Entonces, ¿él es la persona que le hizo leer: «Los problemas presentes en la ideología de Burdeos planteados por Algor Chekhov»? 

Oscar aun es joven. Por más que sea el próximo emperador, es demasiado pronto para que lea un libro tan difícil.

Tiene seis años, se encuentra en la primavera de su vida. Esa todavía es la edad para jugar. Si se trata de un libro, debería leer un cuento de hadas.

Por más que fuera su tío, consideraba que estaba demasiado enfadado con él.

Cuando levanté la mirada y vi de soslayo a la niñera, su expresión no tan alegre me decía que estaba pensando lo mismo yo.

¿Qué debería hacer? 

No había mucho que pudiera hacer, pero podía ayudarlo.

—No deshonres a la familia imperial y a la familia Donovan, Oscar. Si no tienes nada que hacer, será mejor que regreses a entrenar —Lo regañó con frialdad.

Aunque el emperador no es tan estricto con su hijo, ¿por qué su tío se enfada con él y lo regaña?

Oscar, que estaba completamente abatido, se dio la vuelta y caminó arrastrando los pies hacia la puerta.

Inexplicablemente me sentí molesta.

Ugh. No puedo evitarlo.

Respiré hondo y apreté mi puño firmemente. Y…

—¡Uaaang!

Lloré. Muy fuerte.

Los ojos de todas las personas dentro de la habitación se posaron sobre mí.

Lloré con más tristeza.

—¡Uaaang!

—Oh, cielos. ¿Por qué llora de repente…? Normalmente no lo hace.

La niñera comenzó a examinarme. Pero no sentía mojado el pañal ni tenía hambre.

Ni siquiera ella entendía por qué lloraba.

¡Estaba fingiendo llorar!

Extendí mi mano hacia Oscar, llorando amargamente.

Se acercó a mí y me apretó la mano con fuerza. Ya no había miedo por su tío, su rostro tenía una sonrisa amable.

—Mabel, está bien.

—Uaang.

—Está bien. Tranquila.

Me tranquilizó pacientemente. Estiré mis brazos hacia él. La niñera, que dudó por un momento, al final me entregó a Oscar.

—¿Estás bien, Mabel?

Me calmó en una postura muy familiar. Dejé de llorar y sollocé todavía aferrada a él.

Me sorprendió porque pensé que no se lo creería, ya que no sabía llorar muy bien.

¿En realidad soy la diosa de la actuación?

Cuando estaba dejando de llorar, una mano grande apareció de repente frente a mis ojos.

Cuando levanté la cabeza, vi que Sir Donovan me estaba tendiendo la mano.

—Oscar, la pequeña princesa está lastimada, dámela.

—¿Eh? Pero tío…

—Rápido. Se te puede caer la princesa —Lo regañó muy estrictamente a propósito, extendiendo la mano.

Lo miré, me aferré a Oscar y grité fuertemente.

—¡Ga!

—¿Ga?

—¡Gadido!

Sir Dovan pareció confundido por mi ataque de “Gadido”. Lo miré fijamente.

¡Vete, vil abusador de niños!

La niñera, que estaba observando la situación, sonrió nerviosa y se interpuso entre Oscar y él.

—Su Alteza la princesa debe estar asustada. Por el momento, creo que tendrá que permanecer fuera de la habitación y hacer guardia.

—Supongo que sí…

—Su Alteza el príncipe quiere mucho a Su Alteza la princesa, así que la visita todos los días. Si no viene, ella lo seguirá buscando.

Ninguna vez lo he buscado, pero esas mentiras eran bienvenidas en este momento.

Como era de esperar, la niñera es la mejor.

La mirada de Sir Donovan se dirigió hacia Oscar. Suspiró suavemente y acarició su cabello.

—Diviértete con la pequeña princesa.

—Sí, tío…

Sir Donovan me dirigió una mirada cariñosa y se marchó.

¡Lo hemos derrotado con éxito!

Oscar comprobó que la puerta estuviera cerrada y luego me miró con una sonrisa brillante.

—Está bien, Mabel. Mi tío se fue.

Sí, sí. Se fue porque lo intimidé.

—Pero, Mabel, ¿realmente me buscas todos los días?

Me reí desalentada mientras miraba su rostro brillante.

Piensa lo que quieras.

Uf, es difícil proteger a un niño.

♦ ♦ ♦

—Lis.

Lissandro dejó de caminar y miró hacia atrás cuando lo llamaron.

Era su hermana, la duquesa Pacifica Donovan, la cabeza de la familia ducal Donovan.

—¿Qué sucede, hermana?

—Escuché que te ofreciste para escoltar a la princesa.

—Porque no se presentó ninguna persona. Y ya sabes cuánto me gustan los bebés.

No sonrió ni siquiera un poco ante su broma.

—¿No te cansas de ser poco fidedigno[1], Lis?

—Como mi hermana es tan dura conmigo, no puedo dejar de serlo.

La duquesa chasqueó la lengua, sonriente.

—Entonces, ¿qué tal con la princesa que conociste en persona? —Preguntó.

La pregunta ablandó un poco la mirada de Lissandro.

—Ahh… Nunca he visto un bebé tan lindo y adorable en mi vida. Un cabello del color de las flores de cerezo, unos ojos azules claros… ¡Era realmente linda! ¡Debe ser un ángel!

Con solo recordarlo, esbozó una sonrisa.

Su pequeña mano, que se sacudía constantemente, era tan linda que quería sostenerla al menos una vez. Pero lo más adorable fueron sus magras[2] mejillas que no dejaban de ser sanas.

—Ya veo… —La duquesa asintió adustamente a pesar del alboroto de Lissandro.

Aunque su expresión no era tan alegre, Lissandro asintió como si lo supiera todo.

—No te preocupes, hermana. Ya sé que no te gustan mucho los bebés. Por eso eres tan estricta con Oscar, ¿no? Y por eso también soy estricto con él, pero…

En los viejos tiempos, solía jugar con Oscar como su tío.

Oscar, que vivía solo y separado de su madre en el castillo, parecía solitario.

Sianna, que se convirtió en la siguiente emperatriz, lo cuidó con mucho afecto. Pero él tenía el deber de cuidar de su sobrino porque era el hermano menor de su madre.

Sin embargo, su hermana siempre era dura con él. Aunque era un niño pequeño y encantador, le dijo que dejara de ser infantil.

No hace mucho tiempo, le pidió que desempeñara el papel de maestro académico y de esgrima de Oscar, comenzando con su educación para emperador, y le dijo que no fuera amable con él.

—¿Pero no es demasiado para él? Solo tiene seis años, hermana…

—Para —Lo interrumpió.

Le dirigió una mirada penetrante y luego se dio la vuelta sin vacilar.

—Basta de cháchara. Vuelve al trabajo, Lis.

Sin tener la intención de escuchar su respuesta, la duquesa se alejó y desapareció en la distancia.

Lo había llamado repentinamente en su descanso y ahora lo había dejado tirado sin ninguna razón. Lissandro se rascó la cabeza.

¿No tenías algo que decirme…?

Su hermana no era una persona que llamara sin un motivo. Más bien, cuando escuchó la historia de la princesa, su hermana se quedó helada.

—Me preocupa que la pequeña princesa se gane su odio…

A medida que Mabel crezca, habrá muchas ocasiones en que se encontrará con su hermana, la duquesa, pero ¿qué pasará entonces?

Si tratas a Oscar de esa forma, lastimarás a la pequeña princesa.

Preocupado por los días venideros, Lissandro exhaló e inhaló hondo.

—Uf… Debería preocuparme por mí mismo —dijo, cubriéndose la cara con la mano.

Tengo que preocuparme por que no me odie la pequeña princesa.

♦ ♦ ♦

El tiempo transcurría muy lentamente.

Habría disfrutado más este momento si no recordara mi vida pasada, pero desafortunadamente lo recordaba todo.

Incluso en esta aburrida paz, hacía lo que podía.

¡Primero de todo, consigamos gatear a la perfección!

Ahora podía levantar el cuello cuando estaba tumbada boca abajo.

¡Pasemos a la siguiente etapa! 

Darme la vuelta y volver a estar boca arriba tomó algo de tiempo y todavía era difícil, pero fue posible.

Practicaba en secreto cuando nadie estaba cerca, por lo que nadie sabía que sabía cómo ponerme boca arriba.

Desde que pude hacerlo, no lo he hecho durante el día cuando la gente está cerca.

Por eso la niñera estaba muy preocupada.

—No se ha estado moviendo últimamente… ¿Está enferma?

Sentí un pinchazo de remordimiento, pero lo ignoré mientras comía la comida para bebés que me daba en una cuchara.

A veces como leche en polvo, pero ingerir comida para bebés me hizo darme cuenta de que me estaba convirtiendo en una persona dependiente de ella.

Quiero comer cuanto antes.

Ya que soy de la familia imperial, ¿por qué no comer muchas cosas deliciosas?

En mi vida pasada, no podía comer lo que quería.

No recuerdo cuántas veces pedí pollo frito para comer, pero ordenar otro tipo de comida era demasiado caro. En el mejor de los casos, comía el pollo frito de la tienda de conveniencia en la que trabajaba a tiempo parcial.

Dejemos de pensar en eso porque me deprimo.

Hice todo lo posible por ahuyentar los recuerdos de mi vida anterior.

—Hoy comió todo muy tranquila. Cielos, es tan linda.

La niñera me acarició la mejilla y me limpió la boca con el babero. Luego se llevó el cuenco.

Estaba tan llena que me estaba quedando dormida. Parpadeé somnolienta mientras miraba al techo. Pero pude sentir una mirada intensa desde algún lugar.

Me volví y me encontré con su mirada.

Ese hombre de pie junto a la puerta era Lissandro Donovan.

Era el tío de Oscar, su maestro de esgrima y el padrino que le impartía sus estudios académicos.

En definitiva, es su maestro.

Aunque en realidad, es un abusador de niños.

—Huh.

Resoplé mientras fulminaba con la mirada a Lissandro, quien me observaba con ojos tristes y fingía secarse las lágrimas.

Ahora se comporta como un tonto, pero su actitud cambia abruptamente cuando viene Oscar… No tenía más remedio que mantenerlo lejos de mí.

No obstante, después de saber que Oscar solo podía tomarse un respiro cuando él estaba aquí, decidí mantenerlo lo más cerca posible de mí.

—Pequeña princesa…

Normalmente cuando lo miraba así, desaparecía rápidamente, pero hoy era más persistente.

—¡Gadido! —Grité majestuosamente mientras golpeaba la cuma con la palma de mi mano.

Se debe completamente al concepto. De verdad.

—Ya me voy. Ya me voy.

Lissandro se escondió, pero escuché su voz de pesar.

Xavier, que observó toda la escena, sonrió incómodo y dijo:

—No puedo acostumbrarme a eso… Que Su Alteza odie a alguien así.

—Lo sé. Sería normal que te odiara más a ti que a Sir Dovan.

Cuando Lalima respondió desinteresada, Xavier esbozó una sonrisa llena de ira.

—¿Qué significa eso?

—Lo digo por la cara.

—¡Oye! ¡Lalima!

Comenzó otra persecución.

Estos chicos deben tener alguna problema porque pelean a todas horas.

No puedo esperar a que llegue la noche.

Me gustaría practicar el gateo.

Mientras miraba distraída por la ventana, la niñera se acercó a mí agarrando su bordado.

—Debe estar muy aburrida. ¿Su Alteza, vamos de paseo por el lago ya que hace calor?

—¿Ung?

¿Tan repentinamente?

—Si Su Alteza va al Bosque del Norte, es posible que pueda volver a ver al gatito que tanto le gusta.

—¿Gadido?

—Sí. ¿Le parece bien?

¿Cómo puedo corregir este malentendido?

Todos parecían pensar que realmente me gustaba mucho el gato porque repetía “gadido” muchas veces.

No es eso, solo me estoy aferrando al concepto.

Si pudiera hablar, definitivamente diría:

—¡No estoy tan obsesionada con el gato divino!

¡Por supuesto que me gustan los gatos, pero…!

—Sus ojos están brillando. ¿Está tan feliz?

Siguiendo así, nunca escaparé de este malentendido….

La niñera, que malinterpretó mi opinión, rápidamente terminó de prepararse para salir.

Después de mi primera salida, iba de paseo a menudo, por lo que ya no era tan emocionante como antes.

El cochecito era cómodo y, aunque no sabía si Lissandro nos seguía en secreto, estaba satisfecha porque no podía verlo.

Sin embargo, había un gran problema.

Hace demasiado calor… 

No sabía cuándo se activaba la magia que mantenía la temperatura del edificio, pero afuera claramente era verano.

—Huuuu.

La niñera extendió todo lo posible la visera del cochecito ante mi quejido. Aun así, todavía hacía calor.

—Esto es lo que llamamos verano, Su Alteza. Hace mucho más calor que cuando salió antes, ¿verdad?

¡¿Estás diciendo que no solo salí para jugar, sino también para hacerme sentir cómo es el verano…?!

Eso no se vale, niñera.

Lamentablemente no podía hacer una rabieta para ese propósito.

—Huuu…

Decidí soportarlo para aliviar su estrés por criar a un bebé.

Al pasar por el jardín, sentí el fuerte olor de las flores frescas. Me sentí como si estuviera en un jardín de flores.

Había de distintos colores floreciendo espléndidamente por todas partes.

Cuando las miré fijamente, la niñera se agachó y recogió una flor intacta. Luego la sacudió y  la puso en mi regazo.

—Esto es una flor. Es bonita, ¿verdad?

—Uh…

Levanté cuidadosamente la flor.

Aunque la punta estaba un poco marchita, todavía era una flor fresca y bonita.

Para mí, recibir flores era una extravagancia. Porque los ramos eran muy caros y solo se recibían en días especiales. Por ejemplo, en una ceremonia de entrada o una graduación… O tal vez cuando recibes un premio.

En mi vida anterior, nadie vino a mi ceremonia de entrada y graduación, por lo que nunca había recibido una flor.

En esos momentos, solo podía ver a otros niños tomándose fotos con sus padres mientras sostenían un ramo de flores…

—Ugh…

Sacudí la cabeza.

¿En qué estás pensando? Eso ya se terminó.

No obstante, me gustaban los pintorescos pétalos rojos de la flor, por lo que la volví a poner cuidadosamente en mi regazo.

—Al parecer le gustó la flor. ¡Qué linda! ¿Recogemos más flores?

Lalima se llevó las manos a las mejillas, desbordante de energía. Por alguna razón, la niñera asintió con una suave sonrisa.

—Entonces recoge unas cuantas para decorar el florero.

En un abrir y cerrar de ojos, llegamos al lago a la entrada del Bosque del Norte.


[1] Ser poco fidedigno es que habla o actúa sin sinceridad ni propósito definido.

[2] Magro/a es flaco/a, sin grasa.

Una respuesta en “Bebé tirana – Capítulo 8: ¡Protejamos a Oscar!”

  1. Mil gracias por traducir está linda novela! 🥰🤗

    Me encantó como protegió a su hermano! 🤭
    Espero que el amor del papá y del hermano puedan curar poco a poco sus heridas y al final puedan ser una verdadera familia feliz. ✨👨‍👧‍👦✨💖👑
    Por ahora disfrutaré más de sus “berrinches” jajaja me encantó como amenazó con su “Gadido” a Sir. Donovan. 🤭

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