Boda relámpago – Epílogo 1: He Zi

Traducido por Akatsuki

Editado por Ayanami

Corregido por Meli


Una llamada me despertó, me concentré en buscar el nombre del culpable: era He Zi.

—¡Guan Xiao Yan, vamos a beber juntas! —gritó en cuanto le contesté.

—He Zi. —Me dolía el oído—. ¡No pienses que por ser de una copa más grande puedes hacer lo que quieras! ¿Qué sucedió y por qué no estás en el trabajo?

—¿Trabajo? —se burló—. Debes estar bromeando, ¿qué trabajo?

—He Zi, ¿no tienes trabajo? —pregunté angustiada.

—¡Estoy desempleada y muy desilusionada! —Sonaba molesta.

Fui a su casa y la encontré tirada en el suelo rodeada de bocadillos como cacahuates y orejas de cerdo a la parrilla. Sobre la mesa había una caja de cerveza con dos botellas faltantes.

Dejé mi bolso, le quité la botella de cerveza de la mano y me senté junto a ella.

—Dime, ¿qué es lo que te sucedió?

—Es ridículo. —Me arrebató la cerveza y se rio—. No sabía lo que estaba pasando y por ignorante, caí en mi propia trampa.

La obligué a explicarme con detalles.

La noche anterior, en la casa de su novio se le ocurrió hacerle una broma que vio por televisión:  se quitó las bragas mientras su novio tomaba un baño y cuando este salió,  le dijo que las había encontrado debajo de la cama. Solo quería burlarse, pero él, en pánico, lo admitió.

—Dime… —Tomó un gran trago de la botella—. ¿Por qué a los hombres les gusta comer del tazón, mientras miran la olla? Si ya no le gustaba, debió decírmelo, así podríamos evitar estos sentimientos.

—Tal vez, él se preocupa demasiado por ti. —La consolé con una palmadita en el hombro.

—Hoy, vinieron a mi oficina. Y, frente a él, me abofeteó. —Se rio.

Toqué su rostro y sentí que su mejilla estaba un poco hinchada.

—¿La abofeteaste?

—Quería hacerlo, pero… ¿podrías adivinar qué sucedió? Ella comenzó a llorar y ese hombre la defendió como si fuera una madre gallina protegiendo a sus polluelos. Nosotros ni siquiera pudimos conversar.

—Esos adúlteros fueron demasiado lejos —dije entre dientes.

Ella se echó a reír y bebió otra vez.

Suspiré, era inevitable que rompieran luego de lo ocurrido. Puse mis brazos alrededor de sus hombros y dije con tristeza:

—Eres tan hermosa, por qué tuviste una vida miserable.

—¡Todavía no estoy muerta! —Me empujó.

—He Zi, dime la verdad, ¿quieres a ese chico?

—¿Querer? ¡Ahora quiero romperlo en pedazos y tirarlo al espacio como basura! Estaba ciega, muchos hombres me cortejaban, ¿por qué lo elegí? En ese momento, él era solo un empleado sin prospecto. Cuando los hombres consiguen dinero, se vuelven malos… No estoy hablando de tu Jiang Li…

—Está bien. Él ya era malo. —Le di una palmadita en el hombro—. Las ranas de tres patas no son fáciles de encontrar, pero los hombres de dos patas son abundantes. Solo cámbialo por otro. Tienes belleza y sabiduría, con solo un ligero movimiento de tus manos, un gran número de hombres vendrán en manada.

Sonrió, pero aún se veía resentida.

—Los hombres de dos piernas son abundantes, pero desafortunadamente, algunos se están extinguiendo.

—Tengo uno perfecto a la mano. —Me miró, sonreí y le pellizqué la mejilla—. Si te interesa, avísame. No seas tímida.

—No, no es eso. —Aún sostenía la botella—. Solo estoy pensando, el tono de tu voz, suena como el de un rufián.

Me quedé con He Zi dos días, hasta que sus emociones se normalizaron, aunque era alguien práctica ante los problemas, podía deprimirse por cosas como estas.

En la tercera noche, volví a casa. Tan pronto como crucé la puerta, me encontré con un abrazo familiar.

—¿Por qué me dejaste solo en casa?

—Lo siento. No pude cocinar para ti, debes estar muy hambriento.

—Sí… —Sonrió y me susurró al oído—: Muy hambriento.

Me sonrojé cuando me mordió con suavidad el lóbulo de la oreja.

Un momento después, estaba acostada sobre el pecho desnudo de Jiang Li, jadeando. Él levantó su mano, la puso en mi cintura, se movió lentamente hacia mi pecho y comenzó a acariciarme.

—Voy a tomar un baño. —Lo alejé.

—Iré contigo. —Me llevó en sus brazos al baño—. Desde hace un tiempo quiero tomar un dulce baño romántico.

Después de «destrozar» el baño con Jiang Li, sentí que era necesario decir algo para desviar su atención. Así que cuando volvimos a la cama le dije:

—Jiang Li, He Zi rompió con su novio.

—Ya me lo has dicho. —Me abrazó.

—Ese hombre es ciego. He Zi es tan buena y él la traicionó.

—¿Ella quiere venganza?

—¿Venganza? Ellos están tan tranquilos… pobre He Zi.

—Hay muchas formas de vengarse. La más simple, es poner su número en varias páginas de citas. Eso le daría cierta frustración por un tiempo.

—Eres despiadado~.

—Solo hay dos formas para hacer esto, atacar o hacerlos romper. Creo que «romper» sería más gratificante para He Zi. Instigar una lucha interna y causar una separación será suficiente.

—Jiang Li… eres demasiado malvado.

—En realidad. —Puso su barbilla sobre mi hombro—. Esto se hace en momentos de ira innecesaria. Una ruptura es una ruptura. Nadie le debe a nadie y ambos deciden ir por caminos separados.

—Si, ahora He Zi es más feliz. Pero estaba pensando en presentarle a alguien.

—¿Acaso a ella no le importa? —Me besó el cuello—. ¿Por qué te preocupas?

Quise darme la vuelta, pero me detuvo con fuerza, pegando mi espalda contra su pecho.

—¿A quién te gustaría presentarle?

—Estaba pensando, ¿por qué debería dejar a mi amiga en manos de algún extraño? Tu amigo, Han Xiao, aún está soltero ¿verdad?

—¿Por qué siempre piensas en él? —Me apretó la mano, lucía insatisfecho.

—¿Qué piensas de Han Xiao? Todavía está soltero, ¿verdad?

Jiang Li soltó mi mano y deslizó la suya bajo mi pijama, dejándola sobre mi cintura.

—Han Xiao no tiene novia. Puedes hacer lo que quieras con él.

—¿Me ayudarás a organizar una reunión con Han Xiao?

—¿Es para ayudar a He Zi?

—Sí. Entonces, ¿me ayudarás a reunirlos?

Jiang Li estuvo de acuerdo. Me sentí extremadamente feliz. La promesa que le hice a He Zi iba a ser cumplida. Así que lo alabé con sinceridad:

—Jiang Li, eres realmente bueno.

—¿En serio?

—Sí.

—Entonces dame un beso.

Me sonrojé, giré y le di un suave beso. Jiang Li me miró con ojos ardientes, luego con un ligero y rápido movimiento de sus manos, levantó mi barbilla y me besó. Su otra mano, muy hábilmente, comenzó a deshacer los botones de mi pijama… mi corazón derramó lágrimas en silencio.

He Zi, tu hermana ha comprado con su cuerpo un poco de suerte en el amor para ti…

♦ ♦ ♦

Acordamos una cita con Han Xiao y He Zi para cenar los cuatro juntos.

Sin embargo, He Zi, que siempre actuaba desenfrenada, se convertió en una persona tímida; Han Xiao como siempre, fue muy reservado y Jiang Li, nunca decía mucho, así que yo fui la única que habló durante toda la noche.

Al llegar a casa, le dije a Jiang Li lo que pensaba:

—No funcionará, ¿verdad? —Me sentía insatisfecha—. ¿Crees que mi He Zi no es adecuada para Han Xiao?

—No es así. En este tipo de cosas, la mujer siempre saldrá perdiendo.

—De acuerdo. Por el comportamiento de He Zi, creo que le gustó Han Xiao. Conmigo siempre es muy, feroz… pero, ¿qué opinas de Han Xiao? ¿Podría gustarle ellai?

—Los sentimientos pueden ser cultivados. Él se sacrificará cuando necesite sacrificarse.

—Jiang Li, eres tan desvergonzado.

Juntos creamos un plan: un viaje de fin de semana a un balneario con aguas termales en el que reservamos solo dos habitaciones.

Cuando les mencioné a He Zi y a Han Xiao que iban a quedarse en la misma habitación porque no disponían de más, ambos se quedaron sin habla.

—Guan Xiao Yan, ¿qué planeas? —He Zi me golpeó.

—Ehmm… —Han Xiao tosió avergonzado— El hermano Jiang y yo nos quedaremos en la misma habitación.

—¡Jiang Li es más peligroso que He Zi! —grité sin pensar y arrepentida de mis palabras agregué—: ¿Qué? ¡Quiero dormir con Jiang Li!

Con descaro, sujeté a Jiang Li por el cuello como si dijera: «Hombre o mujer, solo yo puedo acercarme a Jiang Li»

Han Xiao se sonrojó y sonrió avergonzado. Incluso He Zi se sorprendió por mis acciones. Jiang Li seguía ahí, rígido. Sabía que estaba enojado.

Después de la cena, dejé a He Zi con Han Xiao y seguí a Jiang Li a una pequeña fuente termal que estaba muy bien escondida. No sé cómo la encontró.

Sabía que su estado de ánimo no era bueno. Él quería deshacerse de su etiqueta de «gay» pero la había usado para burlarme, debió de ser muy doloroso.

Se sentó cerca de las aguas termales y vio cómo se elevaba el vapor.

Me acerqué a él y lo rodeé con mis brazos. Froté mi rostro contra su cuello y le susurré:

—Jiang Li, no te enojes, ¿De acuerdo? —Él no se movió—. Lo siento, no quise exponer tu orientación sexual, err… N-No, quiero decir, no quise reírme de tu orientación sexual… No… quiero decir, no lo hice, no quiero dudar de tu orientación sexual. Yo… —Ese asunto era demasiado complejo, cuanto más decía, más complicado se volvía.

—Guan… Xiao… Yan…

Miré sus ojos, esos fríos ojos que congelarían a cualquiera. Y me vi obligada a usar mi carta.

Me puse frente a él, coloqué mis brazos alrededor de su cuello y lo besé. Al principio, estaba muy rígido, pero rápidamente contraatacó: con una mano alrededor de mi cintura y la otra en mi nuca, su beso se volvió cada vez más fuerte, haciendo que mis piernas se debilitaran.

Se quitó la bata, me sujetó por la cintura y nos adentramos en las aguas termales. No eran tan profundas, apenas cubrían mi pecho.

—Guan Xiao Yan, no soy gay… nunca lo fui.

—Lo siento, Jiang Li.

—No eres sincera. —Lo miré desconcertada, y él me besó suavemente en los labios. Sonrió, sus ojos brillaban como el cielo nocturno—.  Guan Xiao Yan, muéstrame tu sinceridad.

Me sonrojé.

¿Qué puedo hacer? ¿En qué me equivoqué?

Apreté los dientes y endurecí mi corazón. Comencé a imitar lo que había aprendido de él. Me acerqué a su rostro y lo besé y lamí con cuidado, bajé por su cuello hasta la manzana de Adán, se la mordí al igual que la clavícula.

Las manos de Jiang Li se volvieron puños y comenzaron a calentarse.

Continúe moviéndome hacia abajo y besé su amplio pecho y succioné con delicadeza sus pequeñas frutas…

Gimió y me preocupó haberlo herido.

—¿Duele? —pregunté, él tenía los ojos cerrados.

—No, no duele… Me gusta.

Me animé y fui hacia el otro lado e hice lo mismo. Bueno, sabía bastante bien.

Su pecho se movía de arriba a abajo muy rápido, su respiración se volvía cada vez más pesada.

—Ah… Guan Xiao Yan… Te amo.

—Yo también te amo.

Jiang Li me ayudó a cambiarme. Luego me recosté al costado de las aguas termales, todo mí cuerpo estaba pesado y adolorido, no tenía ganas de moverme. Él se recostó a mí lado y me dio un abrazo. Entonces recordé un asunto importante.

—Jiang Li, no usaste condón.

—Guan Xiao Yan… —Se apoyó en el suelo con la mano—. Vamos a tener un hijo.

Me quedé muda, él me acarició la cabeza y continuó con voz baja, como si quisiera desaparecer junto con su esperanza.

—Está bien. Si no quieres, entonces no tendremos uno.

—Jiang Li, no es que no quiera, pero ¿podrías darme algo de tiempo para prepararme?

¡Dar a luz a un niño es aterrador!

—¿Cuánto tardarás en prepararte?

—No lo sé. Solo tengo un poco de miedo.

—Entonces, no te fuerces. —Suspiró.

♦ ♦ ♦

Hoy visite a mí madre.

—Mamá, ¿por qué me diste a luz?

—¿Quieres que te empuje de vuelta? —Su expresión era indescifrable.

—Quiero decir… —Sudé—. ¿Por qué decidiste quedarte embarazada de mí?

—Dar a luz es un privilegio otorgado a la mujer —dijo con orgullo—. Si no lo hiciese, sentiría pena por mí estómago.

Me quedé callada.

Dios mío, no había manera de tener una conversación normal con mi madre. Así, no podría aliviar mí miedo al embarazo.

—Chica tonta. —Me dio unas palmaditas en la cabeza—. ¿Quieres tener hijos?

—Uh, Jiang Li… Quiere… —Me sonrojé.

—Si quieren tener hijos pues hazlo. ¿Por qué dudas? ¿Dónde está mi chica de piel gruesa?

—Mamá, tengo miedo~.

—Eso es extraño. ¿Por qué tienes miedo? No estás haciendo que las personas se maten entre sí. Tampoco tienes que asumir una responsabilidad legal.

—Pero mamá, cuidarlos es agotador y son muy molestos.

—Chica, ahora finalmente entiendes lo difícil que fue criarte. —Se rio.

—Es por eso que no me atrevo a tener uno.

—Chica tonta, puede ser difícil, pero la felicidad que obtienes es otra cuestión. ¿Alguna vez te has preguntado por qué los padres están dispuestos a darlo todo por sus hijos? Porque eso los hace felices.

—¿Felicidad?

—Incluso si logro explicarme, no lo entenderías. Pero si tienes un hijo, recordarás lo que te dije… Ambos deberían hacer un mayor esfuerzo para que pueda cargar a mi nieto.

La miré preocupada, siempre pensé que ella no era confiable.

—No me crees, ¿verdad? Bueno, incluso si no me crees, ¿vale la pena dar a luz un bebé? Está pregunta solo puede ser contestada por aquellas mujeres que dieron a luz. Ve y pregúntales. Escucha lo que te dicen. ¿No crees en tu madre? Sabes que puedes herir mí corazón…

La miré a los ojos y vi que estaban rojos. Entre en pánico.

—Está bien, te creo.

Al anochecer, navegué por internet y me encontré con un foro de mujeres que estuvieron embarazadas. Pensé que por haber tenido una gran barriga se quejarían de lo cansado e incómodo que era, pero no fue así. Ellas estaban y se veían muy felices,.

Mientras leía varias publicaciones, me encontré con una que siempre recordaré: una mujer a la que no le gustaban los niños, lloró cuando escuchó por primera vez el latido de su bebé. Sus latidos eran incomparables, y el sentimiento que ella tenía, era diferente de cualquier otro.

Me quedé mirando la publicación, en trance.


Meli
No sé qué piensen ustedes, pero a mí me molestó bastante que él simplemente decidiera no usar condón sin antes consultarlo. Siento que la presiona demasiado

2 respuestas a “Boda relámpago – Epílogo 1: He Zi”

  1. No seas indecisa xiao yang (espero a ver escrito bien el nombre) antes estaba dispuesta a tener un hijo y ahora duda. Espero que al ver el post se decida. (≧▽≦)/

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