Traducido por Den
Editado por Sakuya
—No, no lo es…
Intenté voltearme a mirarlo cuando lo escuché reír, pero no pude.
—Y aquí también… ¿Está bien?
Sacó un poco su miembro frotando mi sensible pared interior con la cabeza bulbosa.
Su voz calmada y las oleadas de placer que brotaban en mi interior nublaban mi visión y adormecían mi cerebro.
Caí sobre las sábanas y mi trasero se elevó más. Era una posición poco digna, sin embargo, ya no podía preocuparme por eso.
A diferencia de mí, que estaba a punto de perder la razón, Volker empujaba con suavidad sus caderas, entrando y saliendo superficialmente. Cuando parecía que estaba a punto de sacarla, la volvía a meter.
Sentía cómo me ardían las mejillas y las orejas mientras comenzaba a disfrutar de los movimientos, tanto que mi cuerpo empezó a tensarse alrededor de él.
¿Era tan pervertida?
Mi vagina apretaba el miembro viril de Volker con mucha fuerza, como si estuviera complacida, aunque no lo hacía conscientemente.
Pude oír los gemidos de Volker.
—Oh, Fredericka…
¡Él también se sentía bien! Lo miré, enterrada entre las sábanas. Tenía los ojos cerrados y fruncía el entrecejo, pero exudaba cierta sensualidad lujuriosa que alimentaba aún más mi excitación.
—Volker, se siente tan bien~
Arañé las sábanas tratando de liberar el placer. Sin embargo, no pude hacer suficiente fuerza, por lo que sonó como un chirrido, como si un gatito arañara una pared con sus suaves garras.
Gritaba y babeaba sin cesar, pero no podía pensar en limpiarme. Lo único que ocupaba mi mente era que me gustaba. Me gustaba y se sentía bien.
No podía parar de pensar esto: Me gusta. Amo a Volker.
Parecía desbordar amor.
Como un grifo roto, seguí diciendo.
—Me gusta, Volker. Te quiero.
Ya ni siquiera podía distinguir lo que decía. Es cierto que el amor atonta a las personas.
Seguía hablando por impulso.
—Me gusta. Ah~ Ah~
Cuando sentí que el placer interno en mi coño de repente aumentó, Volker, que acariciaba la zona cerca de la entrada, me penetró enseguida. Sus muslos y su ingle arremetieron contra mi trasero.
Esta vez no dolió. Estaba muy dentro de mí, estimulando todos los puntos sensibles que me hacían ver estrellitas.
—Ah~ Ah~ —grité.
Sentí que mi cerebro se evaporaba con un chisporroteo. No, estoy segura de ello. Pero me sentía muy bien.
Mi cuerpo se estremeció y apreté a Volker por reflejo. Le oí gemir y de repente su calor me llenó. Siguió penetrándome, intentando verter el semen en lo más profundo, pero pude sentir que se deslizaba por mi muslo hasta las sábanas.
Volker, que había sido muy paciente, por fin se corrió.
Me sentí aliviada.
Una sensación de realización me invadió. También estaba fatigada por esta larga sesión de sexo, pero me sentía orgullosa de que se viniera.
Ahora sí, a dormir mientras me sostiene en sus fuertes brazos.
Estaba tan cansada que sin duda dormiría bien.
Entonces ocurrió algo increíble.
Volker, que aún no había salido, volvió a estar duro y comenzó a llenarme de nuevo.
¿Eh? ¿¿¿Eh???
Levantó la cabeza y se limpió el sudor con los brazos. Reguló su respiración.
Increíble. Ya te has recuperado, ¿verdad?
Espera… ¡No! ¡No lo es!
Lo acabas de soltar todo, ¿no? Has terminado, ¿no…? Persististe hasta ahora, ¿cierto? Y vertiste mucho en mi interior, ¿no es así?
Volker sonrió ante mi cara de sueño arrugada y comenzó a mover despacio las caderas.
—Esta vez, te tocaré en un lugar diferente…
Me agarró de la cintura y se sentó con destreza con las piernas cruzadas mientras seguíamos conectados, antes de dejarme caer sobre él por completo.
—Hn oh~
A diferencia de Volker, que podía moverse a un rendimiento óptimo sin apenas gastar energía y tras unas cuantas exhalaciones, yo tenía una fuente de energía normal. Pero aquí estábamos, aumentando el índice de detección de placer de mi vagina justo cuando pensé que ya había alcanzado mi límite.
—Ah~ Ah~
Mis gemidos resonaban en nuestro dormitorio sin importar mi intención. Mi cuerpo se sacudía con violencia, al vaivén de sus embestidas. Era como una hoja que se zarandeaba en una tormenta.
Se disparó una alarma en mi cabeza mientras mi campo de visión se estrechaba.
¡Esto es malo! Dije que ya no más.
Quería decir eso, pero no pude reunir las fuerzas suficientes para gritarlo. Además, mi cuerpo estaba devorando cada vez más a Volker.
¿Qué me pasaba? Era como si mi cabeza y mi cuerpo fueran dos entidades distintas.
Volker, que seguía penetrando en mi intimidad, me mordió la nuca mientras agarraba los pechos con ambas manos para sostenerme.
—Parece que no fui el único que lo pasó mal por no poder tenerte en los últimos tres días. Me estás envolviendo por completo… —comentó mientras me besaba a lo largo de la columna.
Sus besos eran calientes. Sentía un hormigueo en la nuca y no podía pensar bien.
¿Qué dices? No te entiendo… Volker, eres demasiado intenso. Se siente tan bien. Quizás se siente demasiado bien.
Caí hacia adelante, levantando las caderas. Sorprendido de que me hubiera movido, Volker se detuvo y me sujetó la cintura. Se oyó un extraño sonido y el pene grande de Volker se deslizó fuera de mí.
—¿Fredericka?
Me llevé las manos hacia atrás mientras me apoyaba en la cama, con la cara enterrada por completo. Me toqué las nalgas y las separé.
—Ah, Volker, aquí… Se está ensanchando…
No podía hablar bien porque estaba demasiado cansada. Parecía que la apretada cavidad trasera se había relajado un poco. Tal como Volker había dicho, cuando me siento bien, mi culo…
—Mira…
No podía verlo por mí misma, así que se lo enseñé a Volker.
No puedo aguantar mucho…, así que date prisa…
No obtenía respuesta por su parte, por lo que giré la cabeza y entonces vi una cara que nunca había visto…
Sus ojos estaban muy abiertos y respiraba con fuerza. N-No sé cómo describirlo…
—¿Volker…?
Cuando lo llamé ansiosa, sacudió la cabeza y se acercó.
—Ah, sí. Te sientes bien, por lo que se está relajando… ¿Puedo tocarte?
Cuando asentí, Volker se lamió el dedo, cubriéndolo de saliva antes de acariciar suavemente la entrada de la cavidad posterior con la yema del dedo.
—¡Hyan!
Una sensación de cosquilleo, que nunca antes había experimentado, me recorrió la espalda. Intenté fortalecer mis caderas para que pudiéramos hacerlo juntos, pero Volker prosiguió. Me masajeó la entrada para que se relajara más y luego metió el dedo mientras yo tomaba aire.
—Fredericka, avísame de inmediato si te duele o te sientes incómoda —pidió.
—Hmm~
Una vez dentro, comenzó a trazar la cavidad con el dedo. Pero entonces sentí un tirón. No estaba mojada como la parte frontal. Se lo dije y pronto nos rodeó el suave aroma de las flores. Debió usar el aceite perfumado.
Metió y sacó el dedo muchas veces… ¿Era el índice o el dedo corazón? No lo sé, pero podía sentir que lo empujaba hasta el fondo y salía con suavidad.
Si te tomas tu tiempo y no te apresuras, irá bien… Aunque no era agradable… tampoco es desagradable.
Volker introdujo su dedo en lo más profundo y frotó la parte ventral con un poco más de fuerza.
—¿Hnn~?
Una sensación parecida a la de un placer frustrante invadió mi coño.
Mientras estaba confundida y no entendía por qué, Volker siguió frotando una y otra vez.
—¿Te duele? Si no, ¿puedo meterla?
—Hmm. —Asentí y me pregunté dónde la metería.
Oye, aún no es posible ahí. ¡Solo has metido un dedo!
Estaba a punto de negarme, pero Volker me la metió en la vagina.
—¡Hmm~! Ah, un dedo… —gemí mientras mi tarro de miel engullía el miembro de Volker una vez más.
Volker frotó la parte frustrante con su glande mientras me estimulaba por detrás con el dedo.
—Hhn~ oh~ Aah~ Aaah~
El mismo lugar era estimulado por delante y por detrás, los músculos interiores se contrajeron como un pez atrapado.
Ay, cielos. ¿Qué es esto?
—No tengas miedo, solo disfrútalo…
Aunque podía decir lo que quisiera, ¿por qué era tan increíble?
Solté gemidos confusos. Volker estaba muy excitado; podía oír sus gemidos mientras parecía decir que me amaba.
Lo siento… No puedo entenderte en este momento…
Um~ Sí~ Ahí~ Me gusta~, pensé mientras Volker, que había crecido mucho en mi interior, me penetraba en mi parte más íntima. Cada vez que estaba a merced de sus feroces envestidas, gemía.
Observé de reojo cómo mi cabello revoloteaba sobre las sábanas.
Para ser sincera, era molesto. Me pregunté si debería recogerme el cabello cuando se volviera demasiado intenso.
Podía sentir cómo el néctar del amor fluía por mis piernas y manchaba las sábanas. No podía hacer nada al respecto. Recordaba vagamente que alguien me había dicho que mandara las sábanas a lavar rápido, pero tal vez me lo estaba imaginando.
A lo lejos, pude oír cómo llamaba mi nombre muchas veces en susurros de amor.
Por favor, detente. Siento que voy a enloquecer.
Me gusta… Oh~ Te amo, Volker.
Espera~ No~ ah~ ah~ ah~
Me derretí, probablemente contagiada por el espíritu de Volker. Y me desmayé.
♦ ♦ ♦
Me desperté con una sensación de asfixia.
Unos brazos me retenían con más fuerza de lo habitual. Miré a mi alrededor para ver qué pasaba. Volker me abrazaba con una sonrisa en el rostro; debe estar teniendo un buen sueño.
Aunque no quería despertarlo, estaba en un pequeño aprieto. Cuando me relajé, Volker me abrazó más fuerte.
—¡Nnu!
Volker, duele.
Mientras me retorcía en su agarre, oí una risita por encima de mi cabeza.
—Si te abrazo muy fuerte, despiértame.
Levanté la mirada y descubrí que tenía un ojo abierto. El otro estaba enterrado en la almohada.
Me besó los párpados.
¡Qué maravilla!
—¿Te duele el cuerpo? —preguntó en voz baja y con dulzura. Me alegro de que se preocupe por mí, pero era vergonzoso.
Me estiré tímidamente y le besé la mejilla.
—Buenos días… ¿Oh?
Pude sentir que algo cálido brotaba entre mis piernas; me encogí de hombros. Las suaves sábanas no tardaron en humedecerse y resultar desagradables.
Intenté evitarlo, pero ya era demasiado tarde. Volker debió haberme limpiado ahí abajo y cambiado las sábadas. Sin embargo, volví a ensuciarlas.
—Ah, ¿se derramó? Me vine mucho ayer.
Volker salió de la cama, me cargó envuelta en una sábana y me llevó al baño.
—P-Puedo caminar por mi cuenta.
Podía bañarme sola… Y quería limpiarme yo misma…
—Igualmente entraríamos juntos… Además, ya estamos aquí.
Abrió la puerta con destreza y entró al baño. Por lo general, llevaba la ropa interior, pero esta mañana estaba completamente desnudo.
¿Estás listo de nuevo?
♦ ♦ ♦
La pareja se bañó junta…