Cenicienta – Historia paralela 14: La canción de fantasía de Kalome

Cuando entré a Kalome, una voz me dio la bienvenida y, al mismo tiempo, escuché ajetreo en la parte trasera.

No era inusual, pero algo andaba mal. Hoy tenía una cita con el diseñador con el que trabajaba, sin embargo, no apareció. En cambio, el propietario me saludó sonriendo, pero tras el tono de voz tranquilo, había un atisbo de nerviosismo, que me molestaba. Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 14: La canción de fantasía de Kalome”

Cenicienta – Historia paralela 13: La perspectiva del rígido general

Para ser honesto, no era bueno saliendo con mujeres. Puede ser porque existían demasiadas mujeres astutas que juzgan a las personas por su apariencia, dinero y poder, y fingen ser débiles y lloran.

También he visto a hombres que estaban tan emocionados de estar con su novia que les compraban regalos caros. Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 13: La perspectiva del rígido general”

Cenicienta – Historia paralela 11: Los glotones se autodestruyen

Mis padres me enviaron una carta quejándose de que hacía tiempo que no los visitaba y pidiéndome que me pasara por ahí. También dijeron que habían conseguido unos dulces raros que querían darme. Así que estuve encantada de ir.

Cuando llegamos, nos condujeron al salón.

—Me pregunto por qué nos hace esperar. Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 11: Los glotones se autodestruyen”

Cenicienta – Historia paralela 10: Incluso cuando estás borracho…

No bebo mucho. La noche de la obra en el bar del teatro, al parecer me emborraché rápido debido a los nervios y la emoción. Por eso no he vuelto a beber mucho desde entonces.

A Volker le gustaba beber casi todas las noches, pero rara vez era más de una copa y nunca lo he visto borracho.

Hasta ahora… Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 10: Incluso cuando estás borracho…”

Cenicienta – Historia paralela 9: Marca de posesión

—Ah~ Ah~… ¿Fredericka? —llamé a mi esposa que se había desplomado en mis brazos. No reaccionó, por lo que comprobé su respiración y su pulso por costumbre. Su pulso era rápido por el ejercicio extenuante, pero pronto se ralentizaría.

Salí despacio de ella, con cuidado de no despertarla. Sin embargo, parecía que tardaría mucho en abandonar su cálida estrechez. Fruncí el ceño descontento. Al momento siguiente, Fredericka gimió y me apretó. Me sentía mal por haberle contagiado mi desagradable codicia, pero se me puso dura y quería volver a penetrarla, así que me apresuré a sacarla y recosté a Fredericka suavemente en la cama. Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 9: Marca de posesión”

Cenicienta – Historia paralela 8: Observaciones de un PNJ [1]

Tras la hora del té de la tarde, el ajetreo en la cafetería del hotel estaba disminuyendo. Dejé que el personal se tomara un descanso y, tratando de verme elegante, me dirigí al vestíbulo a comprobar cómo iban las cosas.

El atrio [2] del vestíbulo era tan hermoso que no podías evitar pararte a admirarlo. Me sentía afortunado de poder cumplir mi sueño de trabajar en este hotel histórico. Siempre que vengo al vestíbulo, tengo la necesidad de enderezarme el cuello de la camisa porque siento que me aprieta. Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 8: Observaciones de un PNJ [1]”

Cenicienta – Historia paralela 7: Reflexiones (2)

Suspiré mientras echaba agua caliente en la bañera. Me di palmadas en las mejillas hasta que sentí un hormigueo caliente.

Habían pasado algunos minutos desde que le dije a Volker, que se quedó sin palabras, que necesitaba prepararme, y me bañaba. Al quedarme sola, estaba un poco angustiada por la excentricidad de lo que intentábamos hacer.

Pero ¿para qué me estaba preparando? Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 7: Reflexiones (2)”

Cenicienta – Historia paralela 7: Reflexiones (1)

Cuando volví a casa, Xavier y todos los demás me dieron la bienvenida.

—¿Cómo fue la visita, señora? —preguntó Xavier mientras me servía el té en el salón—. ¿Sucedió alguna cosa interesante?

Este increíble mayordomo quería mucho a Volker, pero no era el único. Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 7: Reflexiones (1)”

Cenicienta – Historia paralela 5: ¡Al ataque! Visitando el lugar de trabajo de mi maridito (3)

Traducido por Den

Editado por Sakuya


Los chicos parecían estar muy emocionados con la comida. Se suspendió temporalmente el combate de práctica mientras los caballeros se reagrupaban.

—¿No es preferible comprar algo mejor que esto? —le dije a Marie, avergonzada y con un leve dolor de cabeza. Mientras tanto, miré de soslayo el cartel erigido en el campo. Con unas letras muy elegantes (lo cual era extraño, ya que lo habían hecho sobre la marcha) decía: Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 5: ¡Al ataque! Visitando el lugar de trabajo de mi maridito (3)”

Cenicienta – Historia paralela 5: ¡Al ataque! Visitando el lugar de trabajo de mi maridito (2)

Traducido por Den

Editado por Sakuya


—Me enteré de que la señora nos visitaba hoy, así que vine a darle la bienvenida. He organizado un entrenamiento conjunto con la Guardia Real y el Ejército Occidental.

¿Eh? Ladeé la cabeza, y mi cabello se movió hacia un lado con ese simplemente movimiento. Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 5: ¡Al ataque! Visitando el lugar de trabajo de mi maridito (2)”

Cenicienta – Historia paralela 5: ¡Al ataque! Visitando el lugar de trabajo de mi maridito (1)

Traducido por Den

Editado por Sakuya


—Señora Brennan.

Cuando estaba de compras con Marie y Sam, un escolta y sirviente del castillo de repente me abordaron por detrás. Al darme la vuelta me topé con la ancha espalda de Sam, que me impedía ver quién era.

—Disculpe las molestias, soy Samuel Mogg de la Segunda Orden de los caballeros reales. Escolté al príncipe heredero en la última fiesta de té que organizasteis. Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 5: ¡Al ataque! Visitando el lugar de trabajo de mi maridito (1)”

Cenicienta – Historia paralela 4: Diario de observación – Un diario de intercambio entre los extraños amigos de Julius

Traducido por Den

Editado por Sakuya


Día 1

Algunos le preguntamos al mayordomo por el trabajo en la mansión de la capital real. Sin embargo, de repente se mostró suspicaz y quiso saber por qué queríamos trabajar ahí. Seguí leyendo “Cenicienta – Historia paralela 4: Diario de observación – Un diario de intercambio entre los extraños amigos de Julius”

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