Traducido por Herijo
Editado por Ayanami
Azuza reflexionó sobre cómo romper el punto muerto entre ellos.
—Kyouya, ¿No caminarías conmigo?
—Estoy bien, no hay problema en hacerlo de esta forma.
Azuza no podía evitar suspirar. Planeó esta salida para conocerlo mejor y este era el resultado. Se encontraba sola en el centro del pueblo. O más precisamente era ella y un animal. Un gato negro se sentó a sus pies y le maulló de forma adorable.
Todo había procedido sin problemas hasta salir de los terrenos de la mansión. La mansión estaba en la cima de una colina, a una distancia considerable del pueblo y estaba rodeada de árboles frondosos, como si estuviera en el centro de un bosque. La distancia entre el pueblo y la mansión requería que utilizaran un auto.
Kyouya permaneció con Azuza hasta antes de salir del auto en la entrada del pueblo, entregándole un gato negro que sacó de quién sabe dónde.
—Atrapé a este chico ayer. Solo necesitas decirle si algo ocurre —Dijo Kyouya, mientras se alejaba, antes de que Azuza pudiera detenerlo.
Ahora estaba sola en un pueblo de vampiros con un gato negro acurrucándose en sus piernas.
— ¿Este gato es tu familiar o algo por el estilo? —Preguntó Azuza al gato.
—Algo así —Respondió una voz masculina y profunda que no concordaba en nada con la adorable boca del gato.
— ¿Dónde te encuentras en este momento?
—Estoy a menos de media milla de ti. Puedo llegar a tu lado en segundos a esta distancia. No tienes nada de qué preocuparte, estás segura.
Claramente, no tenía intención de unírsele.
Parece que, realmente, no tiene intención de caminar conmigo. Azuza colgó su cabeza. Viendo todo lo que había ocurrido entre ellos, no podía negar que le había causado muchos problemas.
Supongo que es inevitable que me odie. Parece que no me considera una mujer molesta sino más bien una mujer despreciable. Un suspiro escapó naturalmente cuando llegó a esa conclusión. Azuza levantó al gato y frotó su espalda contra su cara para aliviar el sentimiento de tristeza. El pelaje del gato olía como la luz del sol.
—Estás bloqueando mi visión
— ¡Cállate! ¡Me rindo! ¡¡Daré un paseo yo sola!! ¡Caminaré por los alrededores con el gatito en mis brazos!
—No me importa, pero ¿Por qué estas de mal humor?
—Por qué será.
— ¿Qué?
Azuza frunció sus labios y comenzó a explorar el lugar. En realidad, parecía un pueblo común y corriente, con un área residencial, tiendas que vendían carne y vegetales normales. En un principio, pensó que encontraría paquetes de sangre siendo vendidos, pero no había nada por el estilo. No había diferencia con un pueblo normal. Nadie creería que era un poblado de vampiros si visitara el lugar.
— ¿Es realmente un pueblo de vampiros? —Le preguntó a Kyouya a través del gato.
—Sí. Alrededor del ochenta por ciento de los habitantes son vampiros. El resto son niños humanos nacidos de parejas entre humanos y vampiros, esposas humanas, aliados humanos y similares.
— ¿Entonces hay niños nacidos de vampiros que no se convierten en vampiros?
—El término exacto es dhampiros. A pesar de que no son demasiado diferentes de los humanos, sus capacidades físicas son superiores.
—Ya veo. Todos parecen humanos normales.
—Nuestra apariencia exterior no es demasiado diferente, después de todo.
La conversación fluía sin problema entre ellos. Tal vez, debido a que estaban discutiendo un tema en específico sentía como si estuvieran manteniendo una conversación real por primera vez. Su mal humor se desvaneció gradualmente.
—Una persona normal no notaría nada raro si llegara a este lugar, ¿huh?
—La gente normal casi nunca entra en esta área. Este pueblo no se encuentra en ningún mapa. Nuestros cómplices infiltrados en los niveles superiores del gobierno y oficinas públicas alteraron la información concerniente a nuestra ubicación, registros familiares, y otros datos relacionados para mantenernos ocultos.
—Siento como si acabara de escuchar algo que haría a los aficionados de las teorías conspiratorias bailar de alegría —Estaba deprimida por las noticias. En otras palabras, estaba en una isla solitaria, aislada de la civilización humana. Quería preguntarle cómo comprar ropa, comida, muebles y otras necesidades básicas, pero tenía una idea general de lo que sería la respuesta.
—Un gran número de vampiros trabajan en ciudades humanas para apoyar al pueblo, ¿cierto?
—SÍ, no podríamos lograrlo sin ellos.
No sabía eso. Eso básicamente significa que la vieja del departamento contiguo o mi arrendadora malhablada podrían haber sido vampiros.
— ¿Qué planeas hacer hoy? —Preguntó Kyouya a través del gato.
—Ah, cierto, pensaba comprar fruta para hacer una tarta para mi papá que regresa hoy a casa.
— ¿No las conseguirían los sirvientes si se las pidieras?
— ¡La fruta es una de esas cosas que debes escoger por tu cuenta para encontrar la mejor!
Color, forma, tamaño y dulzura, todo varía incluso cuando estás eligiendo fruta del mismo tipo. Ella quería elegir su propia fruta si tenía la oportunidad.
Azuza miró el mapa que Ichy le había dibujado. Había hecho que le dijera por adelantado qué lugar vendía la mejor fruta.
—De acuerdo con este mapa, debería estar a un lado de la librería…espera, no hay librería.
—Creo que solía haber una librería en este lugar —Dijo el gato, mirando un sitio en construcción.
— ¡Bien hecho! Me pregunto si estarán construyendo un tipo diferente de tienda —Azuza dijo maravillada, mientras caminaba por el sitio de construcción. Un hombre que parecía humano pasó por un lado cargando una viga de acero en su hombro como si fuera nada.
—Realmente, es un pueblo de vampiros.
—Es lo que te he estado diciendo desde que llegamos.
—Es solo que, en este momento, se acaba de sentir real —Azuza se preguntaba si los vampiros tenían alguna necesidad de maquinaria pesada— ¡Oh, es aquí! ¡Es este lugar!
Una pequeña verdulería estaba ubicada al otro lado de la construcción. A pesar del tamaño, los estantes al frente estaban llenos de una surtida variedad de frutas.
Un anciano de aspecto jovial y gentil la llamó, mientras examinaba las frutas— ¡Bienvenida! ¿Oh? …Es la primera vez que te veo, ¿no es así?
— ¡Hola! Soy una humana que se está quedando con el señor Akashy —Respondió Azuza, recordando lo insistente que habían sido Tsubaru e Ichy acerca de no revelar sus circunstancias. Su respuesta fue la que habían preparado en caso de que alguien le preguntara.
— ¡Con que en el lugar del Maestro Akashy! Este es un buen pueblo. Disfruta tu tiempo aquí —Sonrió el dueño, mostrando sus colmillos aperlados. Su aspecto y actitud lo hacían verse como una buena persona.
—Muchas gracias
— ¿Qué puedo ofrecerte el día de hoy?
—Estaba pensando en hacer una tarta de frutas. ¿Tendrá algunas fresas? y algunos duraznos blancos. No me importa si son enlatados. Y algunas de esas naranjas.
— ¡Por supuesto! ¡Incluiré estas gratis también! —Dijo el dueño, poniendo un par de manzanas rojas en la bolsa de plástico junto al resto de las frutas.
— ¡Muchas gracias!
Azuza le mostró sonriendo alegremente las manzanas al gato — ¡Mira esto Kyouya, conseguí estas gratis! ¿No se parecen a tus ojos?
La cara del dueño se endureció ante el comentario — ¿Acaba de decir Kyouya? ¿Se refiere al gato? ¿Podría ser que el gato es el hijo del maestro Aka…
—Meow —Interrumpió el gato con un chillido adorable y saltando al suelo desde los brazos de Azuza para lamerse a sí mismo. El dueño soltó un suspiro de alivio.
—Como si eso fuera posible. Por favor, no me asuste de esa forma. Fue e hizo que creyera que un gato era el demonio rojo.
— ¿Demonio rojo?
—Sí, el segundo hijo del maestro Akashy. El vampiro de ojos rojos que no bebe sangre, es por eso por lo que lo llamamos Demonio rojo. ¿Sabe de los ogros que son vistos como el símbolo de la maldad en las leyendas japonesas? Él es infame en este pueblo. Es como una leyenda urbana de los alrededores. Se dice que nadie lo ha visto en el pueblo por más de veinte años —El dueño era conversador ahora que estaba calmado
—Había unos que lo llamaban el monstruo de ojos rojos. Algunos de los más jóvenes no saben de él, pero todos en mi generación le temían a muerte. ¡Quiero decir, hay rumores de que su fuerza está a la par con la del maestro Akashy! Si su poder hubiera estado acompañado de moral hubiera sido un excelente patriarca algún día. Que mal que sea alguien que mata a los de su propia especie. Eso es lo peor que puede ser.
— ¿Qué mata a los de su especie?
— ¡Ese monstruo mató a su hermano mayor! El maestro Akashy se apiadó de él y no le impuso ningún castigo. De hecho, el rumor es que ese monstruo fue encomendado para deshacerse de los F. El trabajo perfecto para ese desagradable monstruo que disfruta derramando la sangre de los de su especie —Declaró el dueño, pareciendo satisfecho con su chisme.
Azuza lo escuchó con el ceño fruncido, no siendo capaz de aceptar lo que le dijo.
—Disculpe, creo que al final no comprare esto —Dijo Azuza, empujando la bolsa abruptamente de vuelta al dueño.
— ¿Por qué no?
— ¡Cuidado abajo!
Azuza volteo ante la advertencia que venía de arriba. Su campo de visión de llenó con la gruesa viga de acero que se aproximaba. Junto a la viga, pudo observar el pálido rostro de un trabajador de la construcción. Probablemente, la había dejado caer por accidente. Azuza cerró sus ojos en el vigor del momento. Pero el impacto que estaba esperando nunca llegó
— ¿Te encuentras bien?
Cierto, él está conmigo. Azuza recordó su presencia cuando oyó su grave tono de voz. Abrió los ojos para ver a Kyouya parado detrás de ella, sosteniendo la viga de acero sobre sus cabezas. La fuerza del impacto dobló la viga del punto de donde Kyouya la había detenido con su mano.
— ¡Ahhhhhhhhhh! —El grito del dueño reverbero a través del pueblo en el instante que sus ojos notaron a Kyouya.