Traducido por Herijo
Editado por Ayanami
Cierta tarde, Ichy y Azuza estaban disfrutando de la hora del té en una mesa colocada fuera de la mansión, mientras el viento del verano golpeaba sus mejillas y movía su cabello.
—Kyouya lo tiene difícil al ser convocado de nuevo —Remarcó Azusa, tomando un sorbo de su té de jazmín.
—Al parecer tiene que ir cada miércoles. Si mal no recuerdo, la última vez fue convocado un miércoles ¿no?
—Oh, tienes razón. Últimamente he perdido el sentido del tiempo. No tengo que asistir a la escuela, por lo que, ya nada me recuerda en qué día vivo —Azuza estiró sus brazos sobre su cabeza con su espalda curvándose.
Dos meses pasaron rápidamente desde su llegada a la mansión. Estaba perturbándose por la monotonía de cada día. Últimamente, el único cambio fue la participación de Kyouya en las fiestas de té.
Incluso Ichy, cuyas costumbres de odio hacia los hombres brotaron completamente por la presencia de Kyouya, se acostumbró con el paso de los días aceptándolo eventualmente. Sin embargo, sus comentarios sarcásticos hacia él nunca cambiaron.
Esos fueron los únicos cambios. Cada día, pasa siguiendo el mismo patrón. Francamente Azuza deseaba un cambio.
— ¿Quieres asistir a la escuela, Azuza?
—Supongo. Sería mentira si dijera que no.
Siendo sinceros, Azuza había abandonado la idea. Como alguien que no debe poner un pie fuera, la escuela no era más que un sueño dentro de un sueño. Una sonrisa incómoda apareció en su rostro.
—Lo siento —Ichy se disculpó al ver su sonrisa.
—Está bien…en serio. Además, no es culpa tuya, solo es una tontería mía.
—Azuza —Ichy fue interrumpida por el rápido golpeteo de una campana reverberando a través la mansión.
La campana anunciaba una crisis. Auza se dio cuenta rápidamente. La cabeza de Ichy se sacudió en respuesta al sonido. Con una fuerza increíble levantó a Azuza y saltó a la ventana del segundo piso de la mansión.
— ¡Por favor, no te muevas de este punto hasta que te indique lo contrario!
—Entendido.
Ichy atravesó la ventana y bajó a Azuza en la habitación, antes de salir corriendo hacia el tejado para obtener una mejor vista de lo que estaba sucediendo. En menos de un minuto, regresó con una apariencia preocupada.
— ¡Azuza, la asamblea Aoi nos está atacando con una legión de familiares! Necesitamos correr. ¡Sígueme por favor!
Azuza tomó la mano extendida hacia ella. Ichy la levantó de la misma forma que antes.
— ¡Ahhh!
—Va a ser un viaje un poco turbulento. Ten cuidado de no morder tu lengua.
Ichy saltó por la venta con un paso gigante. Aterrizó en la gruesa rama de un árbol a 20 metros de distancia para después saltar de una rama a otra, cubriendo una gran distancia en un corto periodo de tiempo.
— ¿No puedes volar?
— ¿Te refieres a lo que hace Kyouya? Necesitaría beber una gran cantidad de sangre de Tsubaru si quisiera usar una habilidad tan arriesgada y pelear al mismo tiempo.
— ¿Pelear?
—Necesitamos considerar esa po…si…bi…lidad —las palabras de Ichy se desvanecían gradualmente, como si estuviera perdiendo la conciencia. Azuza notó lo extraño de la situación, pero los movimientos sin fin de arriba hacia abajo como si se tratara de una montaña rusa y le obstaculizara decir algo sin el riesgo de morderse la lengua.
— ¡Ichy! ¡¿Estás bien?
—Sí. Sin problemas —respondió, sonando más rígida y robótica de lo normal.
♦ ♦ ♦
Continuaron viajando a largos saltos por alrededor de veinte minutos. Finalmente, se detuvieron en el medio de un denso bosque. Ichy puso abruptamente a Azuza en el suelo.
— ¿Dónde estamos?
Ichy permaneció casi muerta desde que bajó a Azuza. Sus ojos mirando vagamente a la distancia. Azuza tenía un terrible presentimiento.
— ¡Ichy! ¡¿Estás bien?! ¡Por favor, responde!
Azuza sacudía frenéticamente a Ichy, pero ella no respondía. Sudor frio recorría la espalda y manos de Azuza.
—Estás torturando a esa pobre criatura con todas esas sacudidas. Después de todo, mi veneno mantiene su conciencia atrapada en una prisión sin escape —intervino una fría voz.
Azuza volteó, cuidadosamente, en la dirección de la voz, para encontrar a un hombre alto con pelo largo parado en medio del bosque donde se encontraba. La mitad de su translucido pelo plateado estaba atado, pero aún mantenía una inquietante longitud, como para llegar a su pantorrilla. Un brillo azul provenía de sus estrechos ojos. Sin duda, es parte de la Asamblea Aoi.
— ¿Quién eres? —Cuestionó Azuza. El hombre hizo una reverencia con una formalidad aterradora.
—He venido a recuperarla, señorita Azuza. Entiende que acompañarme sin poner resistencia es su mejor opción, ¿no? —Canturreó, sosteniendo sus largos dedos para mostrar a las arañas y ciempiés caminando en ellos. Aparentemente, podía controlar a los insectos.
— ¿Qué le pasará a Ichy? ¿Retirarás el veneno de ella si te acompaño? —Preguntó Azua. Dijo que la había envenenado. Azuza estaba más preocupada por Ichy que por cualquier otra cosa.
El hombre sonrió respondiendo casualmente —No se preocupe por ella. El veneno dejará su sistema de forma natural dentro de dos días. No es una toxina que ponga en riesgo su vida en primer lugar. Después de todo, mi intención era controlar su psique.
— ¿Controlar su psique?
— ¿Por qué cree que la dejó completamente sola el día que terminó en el bosque?
—No me digas que tú…
Azuza recordó el día que salió de la puerta de la cocina y terminó en un bosque. Ella creía que había ganado la confianza de Ichy, pero, aparentemente, estaba equivocada. Una mariposa azul apareció justo antes de ese incidente…un insecto.
—En efecto. La envenene en ese entonces, pero no creí que tomara tanto tiempo ganar el control sobre su mente. ¿No fue gloriosa esa mariposa? Me atrevería a decir que es uno de mis mejores trabajos hasta ahora. Le di tres objetivos: envenenar a esta mujer, mostrarle una ilusión y usar su cuerpo para crear una puerta imbuida con magia de transferencia —Mostró un aspecto de felicidad pura en su rostro, mientras continuaba— ¿Adiviné qué? Ella es una de las que me dijeron que el Demonio rojo no estaría el día de hoy con ustedes.
—No es posible…
—Fue algo sencillo, crear el tiempo necesario para que perdiera su conciencia con lo profundo que el veneno ha invadido su sistema —Rió felizmente el hombre. Todo el pelo en el cuerpo de Azuza se puso de puntas. —Como ya habrá imaginado, soy hábil manipulando insectos y venenos. Controlar insectos me permite hacer cosas como ésta.
Tronó sus dedos. Dos pares de brillantes luces aparecieron a su alrededor. El par de luces rápidamente incrementaron en número, volviéndose incontables en menos de diez segundos. Las extrañas luces brillantes se acercaron, formando algo parecido a los ojos de un lobo. Una gran manada de pequeños perros salvajes le gruñeron a Azuza desde detrás del hombre. Casi cayó sobre sus rodillas gritando de miedo, pero resistió el impulso de hacerlo.
No es el momento para temblar de miedo. Kyouya debería ser capaz de encontrarme si alargo las cosas. Azuza se convenció a sí misma.
—Las moscas pueden usarse para hacer cosas como esta. ¿No es maravilloso?
Esto tiene que ser una parte de la legión de familiares que Ichy mencionó antes.
—Y la parte más entretenida de todo, es que le di una sola orden a un enjambre cientos de veces más grande que el que está detrás de mí. ¿Se imagina cuál podría ser?
—No tengo idea.
—Les ordene matar a Kyouya Doumeki. ¿No es fabuloso?
Los labios del hombre se curvaron en un arco y su larga lengua pasó sobre sus dientes en una sonrisa retorcida. La había ridiculizado con su expresión parecida a la de una serpiente.
—Es desafortunado. Pero su príncipe no vendrá a rescatarla sin importar cuanto tiempo espere.