Contrato con un vampiro – Capítulo 5: La chica llamada Azuza Saito

Traducido por Herijo

Editado por Ayanami


Su mentalidad es evitar los temas extremadamente complicados, lo cual, choca con su personalidad terca. No hay necesidad de decir que su personalidad y aspecto no concuerdan. Frecuentemente, le dicen que tiene una apariencia dócil. Si eso es algo bueno o malo aún no está definido. Su filosofía favorita es “Es más fácil buscar una solución que preocuparse por algo”.

Podrías alcanzar su puntaje promedio más rápido, incluso si empezaras desde el fondo, pero ella mantenía el primer lugar en deportes desde el día en que inició la escuela. Una vez entró al club de kendo en secundaria mejoró hasta el punto en que podía competir en las nacionales. Su excelente habilidad física, la mantenía en alta demanda como apoyo para todos los clubes deportivos del campus.

La cocina y la costura se convirtieron en parte de su rutina, desde el día en que perdió a su madre. Por lo tanto, sus calificaciones en economía doméstica estaban lejos de ser malas. Y su mayor habilidad son las finanzas. Es terrible en matemáticas, pero el cálculo de impuestos es su fuerte. Mantener su cuenta de las compras debajo de los 2000 yenes, sin usar una calculadora no es difícil para ella.

Una persona de fuerte voluntad, atlética, apegada a su familia y avara. Eso es lo que Ichy aprendió de Azuza Saito del reporte que había recibido. Masajeó el puente de su nariz antes de ponerlo a un lado.

 ♦ ♦ ♦

Ichy, últimamente, se encontraba perpleja. La situación que se desarrolla ante ella, la mantenía preguntándose la razón del trabajo que recibió hace tres días. Si no estaba equivocada, las órdenes eran las de observar y proteger a la chica llamada Azuza Saito. Cuidarla incluía apoyarla en su vida diaria y en cualquier otra necesidad que surgiera. —Eres libre de usar la fuerza si intenta escapar. Puedes ir tan lejos como remover sus piernas y brazos si es necesario, solo con que no la mates.

Esas palabras, poco menos que pacíficas, habían hecho a Ichy imaginarse atando a una chica llorando como si se tratara de un cerdo en el matadero, pero la realidad que se mostró era totalmente diferente a sus expectativas.

—Ichy, por favor, come antes de que se enfríe. Hoy intenté hacer un omelette de estilo japonés.

—Está bien —Es todo lo que Ichy pudo decir en respuesta, ante la comida que fue puesta frente a ella. Estaba consciente de su personalidad taciturna, pero su falta de palabras, en esta ocasión, se debía a otro motivo.

Azuza estaba en la cocina desde temprano en la mañana, preparando el desayuno mientras tarareaba.  Ichy se encontraba al final de su ingenio, ante este inesperado giro de acontecimientos.

Azuza, indudablemente, había sido alguien dócil durante su primer día. Sin lugar a dudas, era el típico ejemplo de la damisela capturada. El segundo día trajo una petición para salir a trotar al jardín. Ichy mantuvo su guardia alta ante la posibilidad de que intentara escapar, pero no hubo ni un indicio de que lo intentara. El día terminó con la petición de Azuza de preparar la cena. Y ahora estaba haciendo el almuerzo durante el tercer día.

Los sirvientes, quienes eran los responsables de preparar el almuerzo originalmente, miraron indefensos desde la esquina de la habitación. Desde el día en que se le asignó el trabajo, a Ichy se le había concedido el permiso de dejar que Azuza hiciera lo que quisiera, siempre que fuera dentro de la propiedad, pero parecía que estaba haciendo más con ese permiso de lo que habían anticipado.

—Por cierto, Azuza, esto ha estado en mi mente desde ayer, pero ¿por qué estás haciendo comida para mí?

— ¿Qué? ¿No te gustan los omelettes de estilo japonés?

—No es un problema con la comida, pero…

Sopa miso, arroz, pescado a la parrilla, omelettes y vegetales encurtidos se encontraban servidos en la mesa. Era el epítome del perfecto desayuno estilo japonés, visto en los programas de cocina.

—Los vampiros se alimentan igual que los humanos, ¿cierto?

—Lo hacemos. Depende de la persona, pero siempre que no haya circunstancias anormales, solo necesitamos beber sangre una vez cada dos o tres meses. El resto de los nutrientes y calorías los obtenemos de comidas normales.

Toda la cruza con humanos, le permitió a los vampiros reducir la necesidad de sangre, al poder recuperar su energía con comida normal. Entre más débil sea el vampiro, era menos frecuente que necesitara beber sangre. Los vampiros más poderosos podían durar un mes como máximo, antes de necesitar sangre.

Ichy le explicó sobre los vampiros durante su primer día juntas. Ella recordaba lo inquisitiva que había sido Azuza acerca de cada pequeño detalle. Pensando en el curso de los acontecimientos desde entonces, su imagen de damisela en peligro se convirtió en poco menos que una fachada.

—Entonces, a comer —Sugirió Azuza.

¿A qué se refiere con a comer? Una persona normal, no le ofrecería comida a sus secuestradores. ¿Esta chica tiene nervios de acero o qué?

 —Por favor, come conmigo. Es aburrido hacerlo sola y papá no se encuentra aquí…

—Muy bien…gracias por la comida —Ichy se rindió y llevó la comida a su boca, mientras Azuza se sentaba frente a ella y comenzaba a comer su porción.

El hombre que había sido el padre de Azuza fue llevado por Tsubaru, justo después de su conversación durante el primer día. Ni Azuza ni Ichy lo habían visto desde entonces. Ichy asumió que estaba destinado a sufrir una investigación por parte del tribunal. Mientras que la asamblea Aoi continuó la investigación, arbitrariamente, en un rumbo diferente, el objetivo inicial de convertir a los vampiros en humanos era un proyecto conjunto entre las tres asambleas. Shingi había sacado su investigación al mundo exterior, por lo que, la asamblea Akai tenía todo el derecho de juzgarlo por sus crímenes.

Ichy simpatizaba con Azuza. El hombre que la había criado todos estos años resultó ser un completo extraño y le dijo que es una humana creada artificialmente, como resultado de un proyecto de investigación. Sin duda, ella lo hubiera despreciado si estuviera en el lugar de Azuza.

¿Pero qué piensa ella? La duda cruzó casualmente la mente de Ichy. Justo ahora, llamó papá a Shingi. ¿Es posible que ella piense diferente? Sin duda, ella estaría resentida. La respuesta debiera ser tan clara como el día, sin embargo…

— ¿Tienes algún resentimiento hacia Shingi, Azuza? —Ichy preguntó para despejar sus dudas.

— ¿Mi papá? —Azuza se congeló y sus ojos se abrieron en sorpresa— ¡Por supuesto que lo tengo!

Lo sabía pensó Ichy ante su declaración.

—Quiero decir, si tu hija te pregunta si alguna vez la consideraste como tal, deberías contestar de inmediato que sí y abrazarla. ¿No es eso lo que hace un padre? No debería pensar demasiado en las cosas complicadas como que tenemos ADN diferente o si es correcto que piense en mi como su hija o si en verdad tiene el derecho, simplemente, tenía que abrazarme. ¡Era lo único que tenía que hacer! Pienso reclamarle la próxima vez que lo vea. Siempre ha tenido el mal hábito de dejar que las cosas complicadas lo afecten. Planeo usar esta oportunidad para hacérselo notar —Dijo Azuza con sus mejillas infladas.

—Eso suena más como que estas enojada con él en lugar de resentida…

—Buen punto. ¡Pero es la verdad! ¿O hay algo más que pueda decir de él?

Su reacción es diferente de lo que hubiera imaginado. Ichy se rió, mientras veía la cara roja de coraje de Azuza.

—Y, a pesar de que le grité en un momento de confusión, soy consciente de que me ama como si fuera su hija, aunque no lo sea. Aunque, en primera instancia, pensé en eso hasta que mi cabeza dolió —Azuza sonrió tímidamente.

Ichy oía a Azuza en silencio con una expresión gentil.

—Contrario a su aspecto, papá odia a los perros. Pero se puso frente a mí para protegerme cuando fui atacada por uno, resultando en una herida que requirió más puntadas de las que puedo recordar. Después de que alejó al perro, me jaló en medio de sus ensangrentadas manos y se mantuvo preguntándome si estaba bien. Él era el que no lo estaba. Trató de que subiera en la ambulancia con él, pero fue detenido por el paramédico…cuando recuerdo así a mi papá, me siento como una idiota por preguntarle si me considera su hija. Debería disculparme apropiadamente por eso.

—Eres una chica interesante… —Ichy rió.

Azuza la miró con curiosidad, al no encontrar qué era tan divertido.

— ¿Eso crees?

—Lo hago. Me alegra que seas Azuza Saito.

—Si tengo que estar pegada a alguien, espero que sea alguien con quien pueda llevarme bien. No sé lo que pasará de ahora en adelante, pero sería terrible pasar todo el día con alguien que desprecio —pensó Ichy.

—También me alegra que tú seas mi guardaespaldas.

Ichy respondió con una débil sonrisa, antes de beber la sopa miso.

Fue una relajante mañana, impregnada por el ligero aroma del miso.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido