Traducido por Herijo
Editado por Lucy
Azuza y Kyouya tomaron un desvío de su ruta normal hacia la escuela para caminar por un parque solitario. Siempre salían temprano porque a él le disgustaba estar en el ojo público. Hoy salieron treinta minutos antes de su hora habitual, lo que llevó a la preocupación de que las puertas de la escuela ni siquiera estuvieran abiertas si se dirigían allí directo; de ahí el desvío.
Kyouya divagaba sobre algo durante su caminata, pero para ella le entraba por un oído y le salía por el otro, lo que la hizo suspirar al mirar su rostro.
Al observar más de cerca, era, en realidad, sin siquiera necesitar mirarlo de cerca, muy guapo y elegante.
Me pregunto por qué no me di cuenta hasta ahora…
—Por eso debes tener cuidado con las personas de la orden Roja y Azul. ¿Siquiera me estás escuchando?
—Perdón.
—Pensé que estábamos teniendo una conversación importante. ¿Me equivoqué? —suspiró al darse cuenta de que no le estaba prestando atención. No estaba enojado, pero su exasperación provocó una disculpa apresurada por parte de ella.
—¡Lo siento mucho! ¡Está bien! Estaba escuchando un poco. Estábamos discutiendo cómo los nobles de la orden Roja son sospechosos, ¿verdad?
—Sí. En esencia esto. De todos modos, ¿estás bien? ¿Estás segura de que no estás enferma?
—¡Estoy bien! ¡Estoy súper bien! —se ruborizó y lo evadió cuando se acercó para ver mejor su rostro. Se abanicó rápido la cara con la mano para bajar el calor. Su comportamiento desconcertó a Kyouya, pero continuó en su tono habitual.
—A partir de ahora, incluso si muestras algún cambio nuevo, no planeo informar más de lo necesario para evitar sospechas. Pretendo seguir haciéndolo hasta que descubramos quién es la tercera parte que mencionó Sukiharu.
—¿Qué? ¿Entonces tampoco informarás más al Sr. Akashi?
—Sí. No tengo intenciones de informar al Patriarca más de lo que es necesario para evitar despertar su sospecha.
Sorprendida, Azuza se volvió para mirarlo. Sabía muy bien que Kyouya informaba sobre su estado de forma semanal. Pero se quedó sin palabras cuando se enteró de que él sentía que ni siquiera Akashi, su propio padre, era digno de confianza.
—Por ahora, solo confía en nosotros y duda de todos los demás. Incluido el Patriarca.
—¿Está bien hacer esto? ¿No dirán algo o los castigarán más tarde por ello?
—Esto es solo hasta que descubramos quién es el tercer enemigo. Una vez que lo sepamos, recopilaré toda la información que retuve en un informe y lo presentaré. Desde el principio, la única razón por la que pensamos que los Azules te atacaron fue por órdenes firmes desde los altos mandos que así lo declaraban. Además, la información sobre tu secuestro también provino de los nobles de rango superior. Ellos no tenían información sobre ti antes, pero de repente supieron de tu secuestro. ¿No es natural dudar de ellos?
—Pero no tienes que llegar al extremo de dudar de tu padre. ¿No son las opiniones y órdenes del Patriarca la ley en esta ciudad? ¿Estarás bien? ¿Y qué pasa con tu posición?
—No estoy diciendo que el Patriarca esté detrás de esto. Solo estoy manteniendo un control estricto sobre la información porque no sabemos por dónde podría filtrarse. En cuanto a la última parte, ya no estoy en una posición en la que deba preocuparme. Soy el hijo del Patriarca y alguien con suficiente habilidad como para ser obligado a encargarse de eliminar a los Fs. No habrá mucho problema si me voy —dijo con su habitual indiferencia.
Azuza se quedó sin palabras. Apretó los puños ante la forma en que él parecía no sentir nada al respecto.
—¡Perdóname, Kyouya! —dijo, siguiendo el comentario con una bofetada en su mejilla. Un sonido sordo resonó en el tranquilo parque—. Lo he pensado durante mucho tiempo, ¡pero te menosprecias demasiado, Kyouya! ¿No dije antes que no quiero que mueras? Tampoco quiero que desaparezcas. ¡Tampoco quiero que te sientas triste o te lastimes por nada! ¡Y sin embargo, nunca te preocupas por ti mismo! ¡Por favor, piensa un poco en las personas que se preocupan por ti! —exclamó respirando con dificultad por haberlo dicho todo de una sola vez.
Pasaron unos segundos antes de que ella volviera a la realidad y el color abandonó su rostro. Miró con timidez hacia arriba y vio los ojos de Kyouya tan abiertos como platos, con pura asombro.
—¡Waaaaaaaaaaaah! ¡Lo siento muchísimo! ¿Te dolió?
—No, estoy bien. Yo soy el culpable aquí.
—¡Pero! ¡Pero aún así! ¡Te golpeé!
—Tsubaru a menudo me dice que no diga este tipo de cosas también. Es mi culpa por no tener más cuidado con mis palabras. Debe haber sido incómodo para ti —dijo, forzando una sonrisa. Azuza agarró su camisa y tiró hacia ella.
—¡Ese no es el problema aquí! ¡Tienes una idea equivocada! Ninguno de los dos está diciendo que no queremos escuchar eso porque nos hace sentir incómodos. No queremos que pienses de esa manera. Queremos que pienses más en ti mismo. Entonces… um… ya sabes…
Kyouya la miró mientras ella luchaba por encontrar qué decir a continuación, y sonrió. Su gran mano se posó en su cabeza.
—Gracias.
Azuza levantó la vista. Sus ojos se encontraron con los de él. Su visión se llenó de una expresión preocupada pero feliz, y su rostro se puso rojo brillante. Soltó su agarre en su camisa e intentó dar un paso atrás, pero su mano se movió de acariciar su cabeza a envolverla detrás para detenerla de alejarse.
—Azu…
—Azuza.
Alguien llamó desde detrás de ellos, interrumpiendo lo que Kyouya iba a decir. Él la soltó y dio un paso atrás para poner un poco de distancia entre ellos. Miraron en dirección a la voz y vieron a dos chicas corriendo hacia ellos con sus uniformes escolares.
—Oh, sabía que eras tú, Azuza. ¿Por qué estás tan temprano?
—¡Yuu! ¡Kii! ¿Están de guardia hoy?
—Sí. Tenemos que hacer un experimento en la primera clase hoy, todos los días, ¿sabes? Así que pensé que debería preparar el equipo.
—Solo estoy acompañando a Yuu. Nuestras casas están bastante cerca, después de todo. No podía dejarla ir sola.
—Ustedes dos tienen un día difícil hoy.
Kyouya les dio la espalda a las tres chicas.
—Kou…
—Continúa el resto del camino con tus compañeras. Deberías estar segura tan cerca de la escuela. No te preocupes, vendré corriendo a tu lado si pasa algo —dijo, poniendo su dedo índice en sus labios para evitar que dijera su nombre.
Le acarició la cabeza varias veces con su otra mano. Las chicas no habían reconocido que el hombre junto a ella era el Akaoni. Azuza podía ver con facilidad su aprehensión por el alboroto innecesario si lo reconocieran.
Pero, pensó ¿por qué es él el único que tiene que soportar todo el tiempo todo? ¿Por qué debe vivir oculto? Nadie le dijo a Kyouya que debía vivir así. Él eligió este camino. Pero sus circunstancias lo obligaron a tomar esta ruta. Estoy de acuerdo en que es una mala idea asustarlos sin razón. Entiendo lo que intenta hacer, pero es otra historia pedirme que lo ignore.
Azuza casi se lanzó al brazo de Kyouya para agarrarlo antes de que pudiera irse y se volvió para encararlo.
—Um, permíteme presentarles. ¡Este es Kyouya, la persona que hizo el contrato conmigo!
—¡Hola!
—¿Qué? —dijeron las chicas al unísono.
—¡Él me acompaña todos los días de ida y vuelta a la escuela por preocupación! ¡Es una persona muy amable!
Azuza apretó aún más su brazo alrededor de Kyouya y lo arrastró con ella hacia sus compañeras de clase, que estaban paralizadas de miedo.