¡Cuidado con esos hermanos! – Capítulo 7: Una primavera con el obituario

Traducido por Dimah

Editado por Freyna


—¡Oooh, soy más veloz que Penny!

Ladridos.

Cuando escuché un sonido a lo lejos, me di cuenta de que era Kabel corriendo y chasqueé mi lengua.

Si. Es arduo jugar con él. ¡Alejémonos el mayor tiempo posible!

No obstante, ya que mis brazos son cortos, al lanzar la pelota, esta forma una parábola y cayó más cerca que antes.

—¡Buen trabajo!

Ladridos.

Oh, pero esta vez, la mano de Kabel rozó primero la pelota golpeando su dedo, lo que la hizo rebotar y no pudo atraparla.

Ladridos.

—¡Penny, bien hecho! ¡Buena chica, linda!

La pelota, que rebotó sobre la hierba, fue atrapada por Penny.  La elogié mientras le acariciaba descuidadamente su hermoso pelaje dorado.

—Sí. ¡Esta vez podría realmente ganar!

Segundo hermano, no importa cuánto te esfuerces. ¡Tendremos el juego final!

—¡Lanza uno más!

—Kabel, ya lo has hecho diez veces.

—¡No, no han sido diez veces aún!

—¿Eres consciente que lo lancé cinco veces más porque empezaste a gritar?

—¡Oh, no lo sé, no lo sé, no lo sé, ah!

Kabel trató de hacer una pataleta.

¡No otra vez! Ya eres lo suficientemente mayor, pero estás tirado en el suelo, lloriqueando y suplicando juguetes a tu madre. ¡No te das cuenta de que nos están mirando!

—¡No, aún no son diez, compadécete de mí!

Ladridos.

Kabel pensó que era un nuevo juego. Sentí que las personas alrededor estaban enfocadas en nosotros.

¡Uf, qué demonios, esto es tan vergonzoso!

—¿Recuerdas lo que te dije que pasaría si mi hermano continuaba llorando tanto? —Le susurré a los dos perros tumbados en la hierba.

Kabel, que hasta ese momento estaba luchando, se rascó y después de un rato, se puso de pie en silencio.

—¡Bien! Está bien, ahora no estoy llorando. ¡Así que no puedes decir que no seguirás jugando conmigo!

—¿Por qué diría eso? ¡La estoy pasando muy bien jugando con el hermano Kabel!

—¡Si, estuve increíble!

Le hice un cumplido no sincero, pero mi segundo hermano lo aceptó bien.

Le acaricié la cabeza como lo hice con Penny, luego, fingí no ser la hermana menor y sacudí la cabeza.

Je, je, je. Kabel. ¿Anhelabas ser elogiado? Está bien, si sigues escuchándome así, te acariciaré la cabeza como lo hago con Penny.

Cuando noté que lo estaba poniendo de mi lado, decidí hacer un cambio significativo en el último año.

Por eso debo ensalzarlo más.

—Guau. ¿Qué clase de hermano es el que no molesta a su hermana y la escucha? ¿Ese tipo de hermano no es realmente maravilloso?

—Así es.

—¡Kabel es el hermano más genial que conozco!

—¡Si, si, soy más genial que es Johannes!

No. No lo eres.  No importa que tan bueno seas, Johannes seguirá siendo mejor que tú.

Pero decidí no romper su ilusión.

—Penny ¿Qué estas haciendo en el suelo?

Cuando estaba enseñando a Kabel, escuché la voz de Erich a lo lejos.

—Quiero ponerme de pie. Ayúdame. —dijo Kabel quien todavía se encontraba en el suelo.

El tercer hermano, jadeando y corriendo hacia Penny, nos miraba.

La perrita al verlo se despertó inmediatamente, menando su cola se le acercó. Pude notar el gran amor de Penny por Erich.

Es más, igualmente se puede percibir el verdadero amor de Erich por Penny, cuando la vio, se agachó a su altura en el suelo y la abrazó sin dudarlo.

Con cautela y como si Kabel y yo nos hubiéramos robado a Penny, dijo:

—Es hora de darle la comida a Penny, voy a hacerlo.

Oh, Erich, ya quiero que terminemos de jugar, no es necesario que escondas a la cachorra en tus brazos. Mi muñeca se haría más pequeña si continuamos con el juego de pelota.

—Chicos, vengan a almorzar. —dijo Eugene, quien vino a buscarnos junto con Erich.

—¡Oh, estoy hambriento!

Tan pronto como lo escuchó, Kabel saltó emocionado. Nos dirigimos hacia el lugar donde nos esperaba la pareja Ernst.

♦ ♦ ♦

Actualmente nos encontrábamos en el campo escénico de La Sousse, es el lugar donde se lleva a cabo el Festival Anual de las Flores.

La familia Ernst decidió que todos asistiéramos juntos.

En Arlanta, este es un festival de flores grandioso, motivo por el cual, hay muchos turistas.

Golpe.

Quejido. Estaba aterrorizada por los choques con las personas alrededor. Sólo fue un golpe en mi hombro, sin embargo…

—¿Estas bien?

—Hay demasiada gente.

Acostumbraba a jugar aquí, antes no había tanta gente. Es tan diferente del lugar bajo los árboles en flor.

—¿Sí?

Pero, repentinamente, percibí calidez en mi mano. Al bajar la mirada, encontré la mano de Eugene sosteniendo la mía. Poco después, me sentí un poco avergonzada.

—Erich, dame a Penny, la llevaré.  Kabel, ya que no hay mucha gente, dale la mano a Erich y ven a este lado, toma la otra mano de Hari y no la sueltes hasta que lleguemos.

—¡Muy bien!

Así es como lo hicimos. Eugene iba primero como guía, luego estaba yo, después Kabel y finalmente Erich. De esa manera, caminamos juntos tomados de la mano.

Entonces, ¿Por qué me siento tímida?

A los demás hermanos no parece molestarles, sin embargo, ¿Por qué me encuentro así en este momento?

—¿Por qué te ves inquieta? ¿No te gusta ir así?  Solo sopórtalo por un momento.

Como me sentí incómoda, sacudí mi mano, Eugene me dijo en voz baja.

—Si se pierden será difícil encontrarlos, así que, aunque se sientan incómodos, solo tengan un poco de paciencia.

Lo miré con una expresión extraña mientras tomaba mi mano.

♦ ♦ ♦

Pasé otro invierno con la familia Ernst, el sol cambió de repete y ha llegado la primavera.

Actualmente tengo 9 años, Eugene 14, Kabel 11 y Erich mi misma edad. Juntos cumplimos 9 años.

Eugene, quien, en un invierno, cuando yo tenía 7 años, me había dejado en una calle fría, se inclinó hacía mí.

Pero su imagen desapareció para ser reemplazada por los pétalos de rosa que se extendían frente a mis ojos.

—Ya casi llegamos.

Miré al lado, hacia Eugene, quien sostenía a Penny en un brazo; luego, bajé mi cabeza y vi nuestras manos entrelazadas. Después de un corto momento, apretó mi mano muy delicadamente.

Esta persona ha crecido así.

—Oigan, ¿Les preocupaba llegar demasiado tarde?

De ahora en adelante, debemos asegurarnos de no alejarnos.

Después de caminar un poco más, pudimos encontrar nuestro destino, no fue demasiado difícil.

La pareja Ernst se encontraba sentada bajo los árboles en flor, al vernos, nos dieron la bienvenida.

Degustamos un almuerzo de 7 niveles que había sido preparada con anticipación y al final, tomamos limonada como postre.

♦ ♦ ♦

—Sé honesto. ¿Tú también lo querías?

—Ja, no me hagas reír. Sigues molestándome con lo mismo, por eso es que ahora me aferro.

Después de un tiempo, Erich y yo estábamos compartiendo los globos que le compramos a los comerciantes.

Se trataba de un globo con poder mágico, el cual sorprendentemente, flotaba solo en el cielo, lo que lo diferenciaba de los globos que normalmente requieren aire.

Debía sujetar firmemente al globo con un hilo por su entrada.  Al ser un globo muy caro, si tiraba de la cuerda hacia abajo, éste brillaba intensamente, motivo por el cual, todos los niños que acudieron al festival de las flores no podían apartar su mirada del vendedor de tan mágico producto.

—No puedo creer que seas tan infantil, ahora tienes 9 años y todavía te gustan cosas como estas.

Ja. Finge no estar interesado. Este niño.

—Mira el fuego que sale de mis astas de venado.

Por supuesto que es divertido ser así a esta edad, pero… ¿Qué se supone que debo hacer?

Ah, en realidad, cuando era niña anhelaba tener este globo.  Se siente bien poder cumplir ese sueño de la infancia después de chuparme el dedo cada vez.

—¡Pruébalo tú también! Quiero ver cómo se ilumina la nariz de tu oso.

Entonces Erich haló un par de veces el hilo que tenía en su mano mientras su expresión parecía decir: Esta cosa infantil no es de mi gusto, pero no puedo evitarlo porque no quiero que me molestes.

Destello.

Expresión de asombro.

En ese momento, el globo de Erich en forma de oso pardo que flotaba en el cielo mientras estaba conectado al hilo, brilló en su nariz.  Después de eso, el hilo en mi mano fue tirado hacia abajo,

Mi globo era largo, por lo que tenía forma de un venado triste; pero sus astas comenzaron a brillar.

¡Genial! ¡Es emocionante que llegue el día en el que tengo un globo mágico como este!

Tal vez porque me encontraba absorta en la luz del globo. En algún momento las astas de mi venado dejaron de brillar-

—¡Eh!

—No han pasado ni treinta minutos, pero ya se acabó toda la energía de tu globo. ¿eres estúpida?

¿Ya se acabó toda la potencia?

Por otro lado, Erich se burlaba de mí, que me sentía frustrada.

De hecho, como dijo, parece que mi globo consume poder mágico a un ritmo vertiginoso y ya no brillaba.

Ew, sólo puedo mantener la calma antes que su globo caiga después de que su energía se agote por completo.

—¿Por qué me estas mirando así?

Comencé a codiciar el globo de Erich. Por supuesto, no valía nada, pero se trata de un globo mágico. Es fue lo que despertó mi avaricia de esa manera.

—¿No dijiste que no te gusta ese globo?

El tercer hermano comenzó a evitarme cautelosamente al notar la codicia en mis ojos.

—¡No!

El duque Ernst nos escuchó y mientras nos miraba cálida y cortésmente dijo:

—¿Te gustaría comprar uno más?

Escuché que eran bastante caros, por lo que comprar otro era un desperdicio.

—No necesito otro venado.

—Entonces, ¿qué tal un conejo o un gato?

—No necesito ningún otro animal.

Cuando miré al cielo y dije con firmeza que no podía traicionar a mi venado, el duque Ernst sólo pudo observarme.  Mientras me ponía de pie, sacudí mi trasero junto con Erich quien acababa de alejarse de mí.

—Hari, ¿Te gustaría pudín también?

—Oh, ¿Tú también comiste pudín?

La Señora Ernst saco algo de la canasta, ¡era pudín! Respondí a la llamada de Eugene y me acerqué a él.

—¿Qué sabor quieres Hari?

La señora Ernst me sonrió.

—¡El sabor a uva es mío!

—Kabel, hay otro sabor a uva, así que no tienes que apresurarte así.

Erich, quien estaba en guardia por mí, se acercó a comer pudín.

—Hari, toma este que tiene sabor a naranja.

—Pero, a mi hermano también le gusta el sabor a naranja.

Ante mis palabras, Eugene abrió los ojos un poco y me miró. No, ¿Por qué estas tan sorprendido?

Sabes que me gusta el sabor a naranja y me lo das en su lugar.

—Sólo cómetelo.

Al nacer Eugene como hijo mayor, estaba acostumbrado a hacer concesiones, el budín con sabor a naranja finalmente llegó a mis manos.

Lo miré con un pequeño puchero. En ese momento, la duquesa Ernst, sentada frente a Eugene, sonrió suavemente y cambió su propio pudín.

—A mamá le gustan ambos sabores.

Miré a Eugene y pronto levanté ligeramente la comisura de mi boca, sin saber estaba mostrando una leve sonrisa.

—Estoy bien.

—Eso está bien.

El rostro de Eugene expresó vergüenza por primera vez. Por supuesto, desapareció rápidamente, pero me sentí un poco más emocionada que antes.

Originalmente, la pareja Ernst debió haber muerto en un accidente hace medio año y los días pacíficos no hubieran llegado después de eso.

En el otoño cuando tenía ocho años, se fueron de viaje por carretera para encontrarse con un pariente, el marqués Leonard, y tuvieron un accidente.

De repente, trataron de esquivar a un niño que se subió a un vagón y eso motivó el accidente, esa fue la información que nos dieron los familiares de Ernst cuando nos contactaron.

Ugh, entonces, ¿sabías que hice una rabieta el año pasado para evitar ese infortunio?

Recordé la fecha de esa desgracia, así que hice un gran esfuerzo para evitar que los dos salieran ese día.

Hice a un lado mi orgullo y traté de imitar a Kabel lo mejor que pude. Los señores Ernst se dieron por vencidos después de verme caer al suelo como una loca.

Pero ¿Qué podía hacer? ¡Incluso si pongo todo tipo de excusas, aún deben ir al marquesado de Leonard!

Sin embargo, cuando lloré y tuve convulsiones, me alegré de que la pareja Ernst, quienes estaban sorprendidos, finalmente no viajaran.

Eso sí, ese día llamaron al médico de la casa ducal. Es vergonzoso recordarlo.

De todas maneras, logré evitar la muerte de la pareja Ernst.

Era algo de lo que nadie se enteraría, estaba orgullosa, pero, de hecho, actualmente no todo fluye de acuerdo a mi memoria, así que incluso si no hubiera podido detener a los Ernst ese día, una tragedia como esa podría no haber pasado de nuevo.

♦ ♦ ♦

—Por cierto, el clima es muy bueno, así que no me preocuparé por el evento al aire libre mañana.

—Kabel, vete a dormir más temprano, mantén la calma y no te preocupes por el día de mañana o iré en tu lugar.

—Siempre he estado calmado.

La inocente respuesta de Kabel hizo que la pareja Ernst permaneciera en silencio por un rato.

Al día siguiente era el cumpleaños del príncipe heredero, la familia imperial organizó un evento al aire libre.

Como era un acontecimiento importante, al que asistían casi todos los aristócratas, no tenía sentido que Ernst, el aliado de la familia imperial, no asistiera.

Kabel iría al evento en lugar de Eugene.

Estuvo revoloteando durante todo el mes diciendo que quería asistir y finalmente consiguió la aprobación de sus padres, con la condición de que no se metería en ningún problema.

Al escuchar que había competencia de caza programada en el calendario de eventos al aire libre, estaba muy emocionado.

Al parecer, desde la visita de los Bastier, se interesó en la caza.

Originalmente, se suponía que Eugene, quien había regresado de la escuela para el fin de semana, asistiría a la celebración; pero estaba dispuesto a cederle la oportunidad a Kabel.

Bueno, en palabras de Eugene, dijo que era una condición ganar-ganar ya que a él no le gustaba mucho la caza.

—Las flores son tan bonitas.  —Dijo la señora Ernst.

Miré hacia arriba. Las flores de color rosa brillante que volaban en el cielo, eran preciosas y deslumbrantes.

—¿Caminamos juntas?

—Hagámoslo.

Oh, es tan tranquilo. Pensé, mientras miraba el paisaje primaveral en plena floración.

♦ ♦ ♦

—Oh, bebé

Esa noche salí de la habitación para beber agua y me encontré con la señora Ernst.

—Cariño, ¿a dónde vas?

Sentí que se veía un poco diferente a lo habitual.

Al acercarse, percibí olor a alcohol emanando de ella, me di cuenta de que estaba borracha.

Sonriendo, se acercó un poco más:

—¿Has venido a ver a tu madre?

La duquesa parecía estar muy feliz. Era la primera vez que la veía borracha, pero la sonrisa en sus labios me gustó más que la que le conocía.

Mientras me miraba a los ojos sin obtener respuesta, la señora Ernst me miró desconcertada.

Su rostro estaba tan reluciente que no quería decir esto, pero impulsivamente, abrí la boca y dije:

—No soy Arina.

Inmediatamente después de decirlo me arrepentí sin saberlo, pero, de hecho, como la señora Ernst estaba borracha ni siquiera sabía si recordaría mis palabras.

Después de un rato, una voz tranquila escapó de su boca.

—Oh, lo siento Hari.

Pero de nuevo, la cálida voz que brotó desde su garganta me cubrió de nuevo.

—Sin embargo, Hari también es nuestra bebé. Nuestra hermosa niña. —Susurró y me abrazó con fuerza.

La persona que me acarició la cabeza y la espalda era tan dulce que se sintió raro.

Estaba un poco avergonzada por mi reacción infantil de hace un momento, en ese instante me sentía celosa de Arina.

—¿Mamá?

En ese momento, Erich, quien acababa de terminar su baño, nos vio y se acercó. Todavía se sentía celoso hacia su madre.

O eso parecía, pero a diferencia de hace un año, no reveló abiertamente su odio ni trató de separarnos.

—¡Erich! Ven aquí. Erich también es nuestro niño bonito.

—¡Eh! ¿Mamá?

La señora Ernst le sonrió ampliamente a Erich y lo abrazó.  Se avergonzó por el repentino ataque de afecto, pero no quería escapar de los brazos de la duquesa.

—Madre ¿Qué bebiste para ponerte así?

Eugene salió de su habitación después de escuchar las voces en el pasillo.

—Hoy me siento bien, así que tomé un trago sin pensar.

La señora Ernst respondió con una carcajada, tenía una expresión agradablemente borracha. En el momento en el que dirigió su mirada hacia Eugene, sus ojos temblaron.

—Eugene, aún sigues siendo un niño pequeño a quien debemos cuidar…

«Lo siento, supongo que estoy borracha. Sigo mirándolos…

La mano de la duquesa Ernst acarició el rostro de Eugene, éste se veía nervioso y tímido por ser tratado como un niño.

Tenía curiosidad por su expresión. Es la primera vez que veía ese gesto en su rostro.

—No, Melisa. ¿Te embriagaste?

—Padre, estás aquí.

El duque Ernst estuvo fuera por un tiempo debido a la excursión de primavera, tan pronto como terminó, regresó a casa.

En ese momento se sentía un ambiente tenso en el pasillo.

Eh, ¿cuándo nos reunimos así?

—¿Por qué bebiste hasta alcanzar ese estado? Mañana debemos salir ¿y si te enfermas?

—En este momento me encuentro bien.

—Siendo ese el caso, entonces vamos a la habitación.

—¡Vaya! ¿Qué están haciendo todos sin mí?

Si, lo siento Kabel, llegas tarde. Justo estaba pensando que eras el único que faltaba.

—Hermano Kabel, ¡espera! ¿No es ese mi juguete?

—¡Vaya!

Cuando Erich miró a Kabel con ojos de halcón, este escondió sus manos detrás. Eso hizo enojar al tercer hermano.

—Kabel, si aún quieres asistir al evento de mañana, deberías irte a dormir temprano. Si te quedas dormido, nos iremos sin ti.

—¡Ay! ¡Nunca duermo hasta tarde!

—Por el bien del evento del día siguiente, Kabel rápidamente obedeció al duque Ernst, sabía que no podía dormir hasta tarde.

—Nos retiramos primero así que vayan a sus habitaciones y descansen.

—Si, lo haremos.

—Todos, ¿Pueden dejar que los bese?

La señora Ernst parece que se sentiría mal si, cuando está ebria, no expresa todo el afecto que tiene en su corazón.

Contrario a otros que su personalidad se deteriora cuando se emborrachan. Puede decirse que ella tiene un buen efecto cuando bebe.

Nos turnamos para besar la mejilla de la señora Ernst.  El duque, quien estaba a un lado dijo: —Yo también…

Escuché un gruñido y todos lo ignoramos.

—Que todos tengan un buen sueño.

Me sentí un poco avergonzada cuando escuché su gracioso saludo.

Otro día agradable terminó y el sol rojo se está poniendo en todo el mundo.

♦ ♦ ♦

A última hora de la tarde del día siguiente, cuando el cielo se tiñó de un siniestro color, llegó la noticia a la casa Ernst.

Mencionaron que, en los terrenos de caza del evento al aire libre organizado por la familia imperial, hubo un asalto inesperado.

Se nos informó que la pareja Ernst había fallecido y Kabel se encontraba en estado crítico.

—Mienten.

Me negué absolutamente a creer en esa noticia, así que murmuré incrédula.

Erich tenía una mirada inexpresiva, parece que no estaba escuchando y el libro en la mano de Eugene cayó al suelo en ese instante.

Fue la última primavera para todos nosotros juntos.

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