Traducido por Kiara Adsgar
Editado por Yusuke
—¿Qué? —dijo Janet desconcertada sin comprender exactamente lo que decía. Sin embargo, Alisa simplemente señaló a Lucio acostado en la cuna y repitió sus palabras.
—Dije que me gustaría llevar a este niño conmigo.
—Pero Su Majestad, este niño todavía está…
—Estaba pensando en adoptarlo cuando creciera de todos modos, pero he decidido llevarlo antes —dijo la reina.
—Todavía no ha sido destetado, Su Majestad.
—¿Lo estás amamantando? Una niñera también puede hacer eso, entonces, ¿qué importa?
Janet pensó que se volvería loca por la inquebrantable negativa de Alisa. Ella lo había pensado antes, que algo así podría suceder ya que la reina no tenía un hijo propio. Pero Lucio ni siquiera tenía un mes. Ni siquiera había pasado un mes desde que él estaba bajo su cuidado.
Janet trató de razonar con ella.
—Su Majestad, no estoy diciendo que no le entregaré a mi hijo. Pero al menos, permítame tenerlo por un año.
—¡¿Tu hijo?! Cuida tus palabras —escupió Alisa ferozmente—. ¿A quién llamas tu hijo?
—Su Majestad…
—Este niño será reconocido como mi hijo en los anales de historia. ¡Él no va a ser tu hijo!
La voz de Alisa se elevó a un grito febril, y Janet, sin darse cuenta, cerró la boca. Todos en el palacio sabían que Alisa era sensible con el tema. La reina recibió un examen de salud hace medio año, donde se concluyó que era infértil. El médico imperial fue asesinado por transmitir la noticia, y la reina Alisa fue considerada una tirana después de eso. El hecho de que ella nunca pudiera tener el hijo de su amado la volvía loca.
Si no podía tener un hijo ella misma, entonces se llevaría el de alguien más.
—Lleva a ese niño al Palacio de la Reina de inmediato —ordenó Alisa bruscamente a sus sirvientas.
—Sí, Su Majestad.
Janet cayó de rodillas.
—Su Majestad, por favor… por favor, no puede hacer esto —le rogó, pero Alisa la ignoró y salió de la habitación de Janet con Lucio.
Janet, ahora sola, lloró. Su oponente era la mujer más preciosa y noble del reino. No había nada que ella, una mera concubina, pudiera hacer.
♦ ♦ ♦
—Tú, niño sucio —murmuró fríamente Alisa mientras miraba al balbuceo de Lucio en la cuna—. Cómo has venido del linaje sucio de tu madre, no serás diferente.
Aunque ella se lo llevó, su estómago se retorció de asco al verlo. Justo cuando estaba a punto de dejar a un lado al bebé, una criada entró corriendo a la habitación.
—Su Majestad, Su Majestad el emperador está en camino hacia aquí —anunció la criada.
—¿Qué?
Ante las palabras de la sirvienta, la expresión fría en el rostro de Alisa cambió por completo. Ella ordenó a los sirvientes que la ayudaran a cambiar su vestido y arreglarse el cabello mientras rociaba un perfume de olor fuerte. Tanto el bebé como las criadas tosieron por el dominante olor, pero Alisa no le prestó atención y simplemente esperó atentamente al emperador.
—Su Majestad el emperador ha llegado.
Después del anuncio, las puertas se abrieron y entró el emperador con una expresión rígida. Alisa se levantó de su asiento, su corazón latía con fuerza. En ese momento, probablemente parecía una joven enamorada que estaba feliz de ver a su primer amor, pero para el emperador, que ya conocía su verdadera naturaleza, no se parecía en nada a eso.
Tan pronto como el emperador entró en la habitación, olió el potente perfume de la reina y contuvo el impulso de vomitar. Luego vio a su hijo en la esquina de la habitación y palideció.
—Reina —dijo en un tono sorprendido.
—Sí, Su Majestad —respondió Alisa.
—¿Ese es Lucio al que estoy viendo?
—Sí, Su Majestad. Estás en lo correcto.
—¿Estás loca? ¿Cómo puedes mantener al niño en medio de esta repugnante nube de perfume?
Ante el repentino reproche, Alisa se sorprendió y dudó antes de ordenar a una criada que sacará a Lucio de la habitación. Una sirvienta mayor obedeció sus órdenes y sacó al niño, dejando a Alisa y al emperador solos.
—Escuché que robaste al hijo de la baronesa Evezard —dijo secamente.
Había dos cosas que irritaban a la reina al escuchar esa breve frase.
La primera, el hecho de que esa humilde mujer recibió el título noble de “baronesa Evezard” porque le recordaba que era la concubina del emperador, la molestaba sin fin.
Y segundo, Alisa no robó a ese niño. Ese niño era suyo desde el principio. Cualquier hijo del emperador era hijo de su esposa, la reina. No importaba quien lo había dado a luz. Sin embargo, él afirmó que ella “¿lo robó?”
—Su Majestad, él es mi hijo —refutó Alisa de inmediato—. Solo estoy siguiendo lo que está escrito en las leyes de nuestro reino. Esa mujer no es más que una mera concubina. Todos los hijos de Su Majestad son, en extensión, mis hijos, porque yo soy su esposa. ¿Me equivoco?
—Entonces, ¿estás diciendo que lo vas a criar?
—¿Crees que soy incapaz de criarlo?
—Si soy sincero, sí —dijo el emperador.
—¡Su Majestad! —exclamó Alisa herida—. Tu falta de fe en mí me hiere.
—Es algo que puedo asumir en función de cómo sueles actuar.
—Estoy segura de que puedo criarlo bien, Su Majestad.
El emperador miró a la reina insatisfechos. Incluso si él fuera el emperador, no podría devolver a un hijo suyo a su madre biológica cuando ni siquiera había un precedente. Las palabras de Alisa eran innegablemente correctas.
Mientras Alisa lo quisiera, podría reclamar a Lucio como su hijo en cualquier momento. Sería diferente si tuviera un hijo biológico propio, pero lamentablemente era una mujer estéril.
El emperador soltó un suspiro.
—Tengo la intención de hacer de ese niño el príncipe heredero —dijo.
Al escuchar esas palabras, Alisa se dio cuenta de repente. Ella no podría dar a luz al príncipe heredero. Las lágrimas comenzaron a caer sin que ella pudiera notarlo, pero ella ni se inmutó.
—Voy a criar al niño, Su Majestad —dijo con determinación.
El emperador la miró fijamente antes de darse la vuelta y salir de la habitación sin mirar atrás. Fue igual que antes, el emperador no vino al palacio de la reina para verla. Para Alisa, esa verdad era mucho más dolorosa que el hecho de que era infértil. Ella era una reina que no podía ganarse el favor de su esposo ni tener a su hijo. Solo podía pensar miserablemente en su situación. Ella ahogó su rostro contra las sábanas blancas y comenzó a sollozar en voz alta.
♦ ♦ ♦
Algún tiempo después, Janet fue despojada de su noble título debido a un comportamiento insolente hacia la reina por algo completamente irrelevante. Aunque había numerosas pruebas que mostraban que este cargo estaba claramente fabricado, Janet sabía que no tenía sentido disputarlo y admitió todos los cargos. Alisa era una oponente demasiado espantosa para luchar contra ella.
Alisa les prohibió a Janet y Lucio encontrarse. Por lo tanto, Janet no había visto a Lucio desde que tenía un mes. Ella solo podía escuchar sobre él. Solo escuchó que Lucio se había convertido en el príncipe heredero a través de sus sirvientas.
Janet se convirtió en una sirvienta del Palacio Central una vez más, pero el favor del emperador no había cambiado. Eso le dio un poco de consuelo.
Como la reina le quitó a su hijo y lo convirtió en príncipe heredero, pensó que al menos podría intentar tener una hija, pero no pudo quedar embarazada después de dar a luz a Lucio.
Para empeorar las cosas, cuando el emperador salió del palacio para luchar en una guerra por la conquista del territorio, el tiempo que Janet tuvo que pasar sola incrementó. A medida que la soledad de su vida en el palacio comenzó a extenderse, lentamente comenzó a resentirse. Ella deseaba regresar a su ciudad natal. Vivir en el palacio vacío del hombre y el hijo que amaba era demasiado cruel.
Regresaré. Este lugar no me conviene.
Esto era algo estupido, porque se dio cuenta después de que habían pasado veinte años. Después de que el emperador regresó de la guerra, decidió regresar a su ciudad natal.
♦ ♦ ♦
Cuando la guerra llegó a su fin, se rumoreaba que el emperador volvería al palacio en aproximadamente una semana. Ella podría soportar una semana. Había soportado veinte años después de todo. Con ese pensamiento, se dirigió hacia la biblioteca.
—Mira, es Su Alteza el príncipe heredero.
Ante esas palabras, Janet se detuvo de inmediato. Su corazón latía con fuerza en su pecho, y reflexivamente giró su cabeza hacia la sirvienta que hablaba. La niña miraba hacia una dirección. Janet siguió su línea de visión y vio a un niño caminando.
Al instante, pudo ver que tenía un rostro apuesto. Lo primero que notó fue que tenía el pelo negro y ojos oscuros que eran la viva imagen de su padre. El uniforme digno que usaba le quedaba perfectamente, y no tenía una sonrisa en su rostro. Esta fue la primera vez que Janet pudo ver una imagen adulta de su hijo.
—¡Es mi hijo!
Su corazón se hinchó cuando las lágrimas se formaron en sus ojos. Ella se conmovió. Estaba tan agradecida de que él pudiera crecer para ser un joven tan bueno a pesar de haber sido quitado del abrazo de su madre a una edad temprana.
Fue entonces cuando Lucio casualmente encontró su mirada. En ese momento, sin que nadie le dijera que lo hiciera, Janet rápidamente apartó la mirada de Lucio y se alejó. Lucio inclinó la cabeza hacia un lado maravillado antes de perder rápidamente el interés y seguir su camino.
Janet solo dejó de caminar después de un largo tiempo y miró hacia atrás. Lucio ya se había ido y no se veía por ninguna parte. Pero eso no importó. Ella lo había visto, al menos una vez.
Gracias a Dios pude verlo una vez antes de irme, pensó Janet mientras continuaba su camino a un ritmo más lento.
♦ ♦ ♦
Una semana después, el emperador había regresado de la guerra. Estaba feliz de ver a Janet nuevamente, pero ella anunció que volvería a su ciudad natal. El emperador estaba muy sorprendido por su repentina confesión, pero no le preguntó por una razón. Actuó como si esperara que esto sucediera. Simplemente dijo que respetaba su decisión, aunque su rostro estaba lleno de dolor y arrepentimiento.
El emperador dijo que se aseguraría de que ella pudiera vivir bien en su ciudad natal y le pidió que, al menos, esperara hasta que él pudiera hacer esos arreglos. Janet estuvo de acuerdo, pensando que habría sido demasiado cruel con el emperador para negarse. Debido a eso, Janet terminó quedándose un mes más después de anunciar su intención de abandonar el palacio. Mientras contemplaba qué hacer durante ese tiempo, su hijo, a quien vio recientemente, repentinamente le vino a la mente.
Incluso si no podía transmitirlo a él en ese momento, quería darle un último regalo. A partir de ese día, Janet comenzó a hacer un conjunto de ropa. Ella no sabía cuál era el tamaño de Lucio, había pasado por alto su cuerpo cuando lo vio. Se quedó despierta incontables noches haciendo las prendas, esperando que algún día él pudiera usarlas cuando fuera adulto y el emperador de Mavinous.
La ropa estaba terminada exactamente el día antes de que ella se fuera del palacio. Aliviada de que pudo terminarlo a tiempo, dejó la ropa en manos de una sirvienta con la que era cercana. Ella le dijo a la niña que se lo diera a Lucio cuando Alisa hubiera muerto y que estaba bien revelar quién era su verdadera madre biológica.
Esa noche, cuando Janet se metió en la cama un poco antes de lo habitual, una ola de emociones mezcladas la invadió. Había usado esta cama durante más de veinte años. Esta era la habitación en la que había pasado sus días de joven adulta, y pasó la última noche recordando sus vida aquí.
Recordó la primera vez que conoció al emperador, su primera noche juntos, el día en que se dio cuenta de que estaba embarazada, el día en que dio a luz a Lucio… En algún momento sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
—Aún así, no me arrepiento.
Fue un momento terrible, pero no se arrepintió. No importa lo que alguien más dijera, su propio hijo se convertiría en el próximo emperador de Mavinous, y realmente amaba al emperador. Era solo que se había vuelto demasiado difícil para ella vivir en el palacio por más tiempo. Quería pasar el resto de su vida en silencio en su ciudad natal. Con una sonrisa tranquila, Janet cerró los ojos en silencio y se durmió.
Ese día fue el día anterior al decimoquinto cumpleaños de Lucio.
Creo que la historia de Janet es aún más cruel que la de Patrizia
Hubiese estado de acuerdo con la reina Alisa si Janet fuera como Rosemod pero ella ni siquiera hizo nada en su contra, además ella se casó sabiendo de la existencia de una concubina osea es relogico pensar que si esa concubina a estado 5 años con el que va ha ser tu marido es por algo, aunque igual ni así fuera justificable el abuso contra un niño que no tiene nada que ver
Todos odiando a la reina y yo al que odio es al rey, si tuviera web*s nada de esto hubiera pasado.
Alisa fue mala pero curisomente no puedo odiar a la reina y tampoco simpatizar con Janet.
Simplemente fue un mal giró del destino.
Todo tan triste….:C
Sintiéndolo mucho, me cae peor Janet que la reina
¿Por no arrepentirse?
Bueno… Ella también amaba al emperador pero su posición social era un impedimento para su amor. No puedo sentir más que lastima por ella, renunció a su amor y a su hijo a cambio de que esté último tuviera una mejor vida. Pienso que después de perder a su hijo y perder la oportunidad de tener a un segundo, la destrozó y pudo empatizar con la reina y así comprendió que para Lució era mejor seguir así. Claramente desconocía todo por lo que su hijo pasaba.
La reina enloqueció y se desquitó con un niño que claramente no conocía a su madre biológica y que si ella lo ordenara, jamás lo haría. En fin, el emperador no era muy buen esposo y padre que digamos…
La verdad que el padre de Lucio se re lavó las manos. Si desconfiaba de la reina, tendría que haberse ocupado de vigilarla para ver como lo criaba.
Realmente odio a la reina fue una mujer demasiado cruel
Ningún resentimiento ocasionado por la falta de amor y atención de tu matrimonio político justifican desquitarte con ningún niño inocente. Especialmente cuando Janet jamás hizo algo por ir en contra de la reina
… Esto rompe mi corazón y hace que odie a la reina ….
Ya se me cayeron mis lágrimas 😢
😢😢😢😢😢😭😭😭😭😭 noooooo
😮😥
Esto es demasiado saaaad :c chales, necesito pañuelos.