Traducido por Herijo
Editado por Dea
—Padre, ¿puedo pasar?
—Cosette, entra.
Decidí venir a visitar su oficina, por supuesto que para hablar de las recientes acciones del maestro Alfred y tratar de obtener una respuesta satisfactoria.
—Verás, hubo un duelo en la academia y…
Cuando terminé de contarle lo ocurrido, asintió, comprendiendo la situación.
—Cosette, ¿sabías que el maestro Alfred es también un marqués?
—Sí.
Además de ser un maestro en la academia, la relación que tenía con el manejo de la institución era profunda.
Por tal motivo, no estaba a cargo de ninguna clase y nadie sabía exactamente sus funciones como profesor.
Tenía la reputación de ser alguien elegante y refinado que, en ocasiones, instruía a los alumnos en baile y etiqueta, pero no siempre estaba presente en la academia.
Tampoco tenía mucho tiempo de haber reemplazado a su predecesor, por lo que era bastante joven. Pero se decía que era brillante, capaz de hablar con valentía de lo concerniente al estado, incluso al primer ministro.
—Las acciones del marqués Granshiel son, sin duda alguna, un intento de alejar del puesto de reina a la señorita Remy… y a ti.
Mis ojos se abrieron completamente ante las palabras de mi padre.
¡¿Por qué mi nombre salió a colación en esta conversación?
No tenía ni la más mínima intención de convertirme en reina.
Si bien era cierto que su alteza Leonhart y yo éramos buenos amigos, eso no tenía nada que ver.
¿Quién querría obtener un puesto tan molesto como el de la reina?
En mi vida anterior, en una ocasión fui la responsable de la asociación de padres de familia de la escuela de mi hija. Fue la cosa más problemática.
Mi padre vio mi expresión de sorpresa y abrió la boca con algo de exasperación.
—La señorita más cercana a su alteza sin duda eres tú. Y mientras que puedes no haberte dado cuenta, tienes las habilidades para inventar productos y establecer una compañía que genera tendencia tras tendencia. Tomando eso en consideración, no es de sorprender que el primer ministro te considerara como una candidata a reina.
—¿No era madre quien recibía el crédito por Signora ante la sociedad?
—No se puede ocultar por siempre. Ya es de conocimiento público que tú estuviste involucrada en gran parte.
—Ya veo…
Pensándolo un poco, no era de sorprender.
Me hice demasiado notoria, y eso que mis intenciones eran permanecer oculta. No importaba qué tanto intentaras prevenir que las personas hablaran, las bocas, por lo general, eran flojas.
Pero este era el resultado de mi propio descuido.
Si de verdad quería mantenerme oculta, debí esforzarme más.
—Y, de hecho, eres la candidata preferida. Hay algunos entre la nobleza que nunca aceptarían que Remy se convirtiese en reina.
—Algunos nobles…
El padre de Remy era el actual primer ministro. Si su hija se convirtiera en reina, entonces sería poseedor de un gran poder. Siendo considerado ya como alguien influyente, no podía ni imaginarme qué podría pasar si su autoridad incrementara aún más…
—¿Tendría un poder equiparable al rey?
—Sí, el príncipe no sería más que una marioneta.
Supongo que muchos nobles estarían en contra de que el duque Dolanju dominara todo.
Sin embargo, si el duque fuera un gobernante justo, ¿no estaría bien? Como antigua japonesa que era, estaba acostumbrada a que la figura de poder, el emperador, no fuera más que un símbolo.
—¿Qué tipo de persona es el duque?
La expresión de mi padre se transformó en cuanto escuchó mi pregunta, como si hubiese comido algo amargo.
—No hay duda de que es un gobernador veterano, para bien y para mal. Aun así, fue gracias a él que hubo poco caos durante el proceso de sucesión del rey actual. Sin embargo, claramente gasta más dinero del que recibe y, además, ha estado aumentado el arsenal de su territorio…
—Si gasta más de lo debido, ¿por qué no ha sido acusado de nada?
—No existen pruebas… Incluso si sabemos que está haciendo algo ilegal, no hay forma de condenarlo sin evidencia.
—Ciertamente…
Pero hubo otra palabra que me llamó la atención.
—¿Arsenal…? —Tragué saliva al hacer esa pregunta. Su rostro se tornó aún más serio.
—El duque, en muchas ocasiones, ha propuesto declarar la guerra al país vecino para aumentar nuestro territorio. Rumeria es un país lleno de recursos, por lo que su plan suena tentador. Sin embargo, una guerra dañaría demasiado a este país, por lo que todos los demás creen que es mejor desarrollar dichos recursos aquí…
El territorio del duque Dolanju era extenso y se encontraba en la frontera con el país vecino. No era difícil imaginar que ese armamento era para cuando la guerra comenzara.
Sin embargo, una guerra… Era algo demasiado desconocido para mí, una persona proveniente de Japón. Si existiera un método para prevenirla debía ser puesto en práctica de inmediato.
—¿Eso significa que la intención del marqués Granshiel es prevenir la dominación del duque y, por ende, prevenir la guerra?
—Es lo que creo. Pero también existe la posibilidad de que quiera poner en el puesto de reina a alguien de su propia elección
—¿Alguna idea de quién podría ser esa persona?
—No lo sé. Pero creo que debe ser alguna de las estudiantes de la academia. Puesto que apoyó a Angie, es posible que sea ella… Sin embargo, el barón Bowie no mencionó ningún contacto entre ellos.
Considerando que Angie tuvo acceso al palacio real, existía una gran posibilidad de que hubiese podido tener contacto con el maestro Alfred.
Miré a los ojos de mi padre.
—No quiero que haya guerra. ¿Qué debo hacer para ayudar?
—Para impedir que el duque Dolanju gane el poder necesario, deberíamos exponer sus acciones… Pero eso sería muy difícil. Otra opción sería apoyar a una candidata a reina que no sea Remy. Es decir, Angie o tú. Puede que te hayan visto como parte del grupo de Remy, pero yo, por mi parte, no estoy del lado del duque.
Políticamente hablando, mi padre no estaba de lado ni del duque Dolanju ni del marqués Granshiel.
Eso quería decir que, si su hija se convirtiese en reina, podría apoyar al príncipe o permanecer neutral.
—Y-Yo…
Ser la reina.
Nunca lo había pensado antes, y no quería comenzar a hacerlo tampoco.
Aparte, ser la reina no era solo un puesto, significaba convertirse en la esposa de Leonhart.
Obviamente no era posible ignorar los motivos políticos de los matrimonios de la realeza, pero esto tampoco podía ser lo único que se tomará en consideración.
Tal vez fuera común entre la nobleza… pero yo deseaba que el príncipe pudiera casarse con quien realmente amaba.
No quería convertirme en reina, pero ¿quería ser la esposa de Leonhart?
Mis propios sentimientos estaban confusos y no podía hacer nada aparte de ver mis pies en silencio.
Si quería prevenir la guerra sin convertirme en reina, entonces tendría que exponer las actividades ilegales del duque. Pero si ni siquiera mi padre fue capaz de reunir evidencia, ¿qué podría hacer yo?
Pero entonces…
Había algo que necesitaba preguntar.
—Si exponemos las acciones del duque, ¿qué pasará con Remy y Remias?
Entendía que las acciones del duque necesitaban ser expuestas, pero si fuera a ser condenado, ¿qué pasaría con sus hijos?
Miré con seriedad a mi padre y él sonrió en respuesta.
—No te preocupes. Si esos dos no tienen nada que ver con los crímenes de su padre, heredarán su posición pero su rango será degradado. Eso sí, las probabilidades de que Remy se case en el futuro disminuirían…
¿Sería enviada a un convento?
Mi padre vio que me puse pálida y se puso un poco frenético.
—N-No te preocupes, Cosette. Sé que será difícil…
Tal vez no había nada que pudiéramos hacer.
Sin embargo, ellos eran inocentes.
Los duelos eran bajo el riesgo de cada quien, por lo que no había nada que yo pudiera hacer.
Pero ¿por qué Remy tendría que pagar por las acciones de su padre?
Necesitaba prevenir que fuera enviada al convento.
Con mi convicción renovada, dejé el estudio de padre.