Traducido por Herijo
Editado por Dea
—Mi Señorita, ¡se ha vuelto más delgada de nuevo! ¡Qué cintura más estrecha!
—¿Es así? Me alegra haber agregado giros a mi rutina de ejercicios.
—Ya no debería tener problemas incluso sin el corsé. ¡Qué maravilloso!
En mi vida anterior, la ropa interior correctiva era esencial, así que me acostumbré a ser apretada a medida que crecía.
No me digan que, así como fue fácil acostumbrarse, ahora ha llegado el día en que finalmente puedo decirle adiós.
Faja, pinza para la cintura… Oh, mis queridos rollitos…
¡Adiós, exceso de grasa!
Si lo pienso un poco, nuestra relación fue larga.
Casi como si los dos fuéramos uno.
Pero tal parece que el tiempo de las despedidas ha llegado.
¡Partiré a un nuevo mundo!
—¡Mi señorita!
—¿Qué? ¡No ves que estoy en medio de una trágica separación!
A regañadientes, bajé la mano que tenía apuntando al cielo y volteé hacia donde Sisie estaba.
—Hoy hagamos el corsé más delgado de lo normal, ya que hemos llegado tan lejos.
—¡Aún hay más! Y yo que creí que al fin había alcanzado el nivel de Madonna.
—¿Madonna? Bueno, de todas maneras, levante las dos manos por favor.
—Madonna… Es una mujer que puede vestir leotardos frente al público a pesar de tener 50 años.
—¿Leotardos?
—Es algo así como el vestuario que utiliza un bailarín extranjero.
—¡Sin duda ella es una persona muy fuerte! Incluso ahora no me atrevería a vestir uno de esos en público.
Sisie se estremeció mientras se cubría la boca con su mano.
Todavía no puedo alcanzar su nivel…
Sisie apretó mi estómago sin piedad.
¿Acaso no usaste tus pies? Eso va en contra de las reglas.
♦♦♦
Eso fue hace mucho, mucho tiempo.
Fue hace tantos años que ni siquiera recordaba a esa señorita rellenita a la que se le dificultaba seguir con la dieta.
—¡Increíble! ¡Qué cintura más delgada! Casi parece que te partirás en dos, Musette.
—Qué embarazoso, pero gracias.
—He estado haciendo entrenamiento, agregando giros a mi máquina de abdominales. Mi cintura es mucho más delgada que la de Musette. ¡Jajaja!
La señorita que dejó escapar esa ruidosa risa se encontraba doblando su espalda con la intención de presumir su logro. La arqueaba tanto que su balance estaba en riesgo.
Sin embargo, como era de esperarse, sus músculos dorsales y abdominales bien entrenados lograron mantener esa estabilidad de forma espléndida.
—Recientemente he puesto un montón de esfuerzo en mi entrenamiento al realizar levantamientos de piernas y giros abdominales.
—Agregar un toque es bastante importante, ¿cierto?
Las señoritas no dejaban pasar su ejercicio ni un solo día.
Debido a la constante preocupación de ellas por perfeccionar su estilo, el reino de Altria había obtenido una gran reputación ante los demás países debido a que sus jovencitas no necesitaban utilizar corsés.
Aún hoy, ellas continuaban su entrenamiento muscular haciendo uso del equipo diseñado por Signora.
En este reino, primero fui liberada del corsé y ahora mi objetivo es obtener los abdominales de Madonna…