Días de villano – Capítulo 8: Los sentimientos del Rey Demonio Pervertido, Houou Hiroto (2)

Traducido por Sharon

Editado por Sakuya

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Cuando regresé a casa de la escuela, mi sirvienta Yukie-san me dice que Yuu ha regresado también.

Sabiendo que Yuu está cerca, quiero verlo pronto. Tiré todo para correr a la casa de Yuu y apretar impacientemente el intercomunicador. Me encontré de frente con la ama de casa, Sayo-san. Me dice que está terminando el trabajo del día.

Mi respiración repentinamente se vuelve errática… Así que seremos sólo los dos.

A hurtadillas, me acerco a la habitación de Yuu con pasos lentos. No parece notarme cuando miro dentro. ¿Qué causa que Yuu luzca tan preocupado?

Lo observo en silencio, disfrutando sus diferentes expresiones. Yuu está susurrando algo para sí. Y entonces, reúno mi valor y entro.

Al darme cuenta de que Yuu no se asusta, estoy aliviado y me pego a él, llevándolo al sofá. Yuu es tan lindo, como un pequeño animal. Debido a que intenta alejarse cuando lo abrazo, lo empujo por instinto.

Al principio, intenté que fuera una broma. Molestándolo, besándolo en las mejillas, y jugando al tonto. Pasando nuestros días con risas, así fue nuestro día a día en el pasado. Cuando Yuu no soporta que siga molestándolo, suele correr hacia Ken, realmente no me importa cuando hace eso. Así eran esos días.

—¡Estoy… asustado! ¿Por qué haces esto?

Mi razonamiento se deteriora cuando veo a Yuu aferrarse a mí, mirándome con ojos lagrimosos.

… Esto es mío. ¿Ese cuerpo recuerda los actos que realizamos repetidamente en el pasado? ¿Cómo se rendía obedientemente, respondiendo a las sensaciones placenteras? Pero esos ojos son diferentes.

Incluso en lo profundo de la desesperación, la una vez turbia mirada de esos ojos que me buscaban constantemente, ya no está, dejando una mirada azul clara como el cristal. El mismo brillo de ese entonces, de cuando éramos niños.

Ahora mismo estoy abrazando a Yuu mientras duerme. Los felices sentimientos de nuestra infancia nos hacen compañía.

Dios me dio otra oportunidad. Cometí un error, pero esta vez, a partir de ahora, arreglaré todo.

Voy a atesorar el amor de Yuu.