Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 05: El problema de ser revelado (7)

Traducido por Lucy

Editado por Meli


En su estudio privado, Kim Hoonsang se reunió con Alex, un erudito homosexual de setenta y seis años con el que tenía una relación estrecha. Cuando el rey era un niño, el hombre lo cuidó como una niñera hasta que ingresó a la Academia Imperial.

Sin embargo, este veía al rey como si lo estuviera maldiciendo.

—Alex, pareces muy infeliz —dijo Kim Hoonsang—. Alex, dime exactamente con qué estás insatisfecho.

—¿No es obvio? —Resopló por las fosas nasales.

—Cualquiera puede ver que estás enfadado, pero no sé por qué. Te escucharé, así que quéjate.

Suponía que estaba molesto porque regaló Furyus y él se lo había negado hace muchos años, cuando se lo pidió para aliviar su estreñimiento. Se trataba de un tesoro que no haría más que enfatizar su amistad con Alex, por eso no se lo había dado.

—Alex —habló Kim Hoonsang.

—¿Sí?

—¿Quieres Furyus?

Alex abrió los ojos en redondo, pero se tranquilizó de inmediato.

—¿De verdad?

—Como las princesas, solo una gota.

—No, pero ese tesoro… —balbuceó, pensando en la situación.

—¿No?, si no quieres…

—¿Quién ha dicho que no?

Kim Hoonsang sonrió. Alex era especial para él. Un erudito puro que no estaba involucrado en las batallas políticas.

—Como ya sabes, tendrás que mantener el secreto.

—Por supuesto. —Asintió y de inmediato agregó con seriedad—. Su majestad ¿por qué se excedió así?

—Porque me sentí bien.

¡Estás loco! Tiras un tesoro equivalente a un pequeño reino, ¿porque estabas de buen humor?

—Puede ser peligroso si los rumores entran en el Imperio. ¿Por qué desperdiciaste una botella?

—Intenté no hacerlo, pero me aguanté.

—¿No existían solo tres botellas de Furys? Por eso no comprendo tu actitud por mucho que lo piense. ¿Tanto te gustó el beso de la princesa Sanghee? A mí no lo diste cuando te lo pedí.

—Por eso no te lo di —respondió con indiferencia.

No necesito tus reproches, Kim Hoonsang no ocultó su expresión de disgusto.

—Entra —dijo el rey antes de que tocaran a la puerta.

Entró el segundo príncipe Kim Hwanseok y Alex salió para dejarlos a solas.

—¿Qué pasa a estas horas?

—Tengo algo que decirte.

—¿Es importante? Estoy ocupado ahora mismo.

Era medianoche y tenía una cita a la cual acudir, tal vez se debiera a la influencia de Kim Sanghee, pero cada vez le gustaba más Kang Seoyoung, la reina y no solo porque dio a luz a gemelos que manejaban el maná, todo lo que hacía le resultaba lindo y encantador, tanto, que había dejado de visitar a las otras reinas. Incluso era divertida, como en la ceremonia familiar cuando declaró que se entregaría.

Kim Hoonsang se levantó y caminó hacia la puerta.

—Hablemos de esto mañana.

—Ya veo. —Kim Hwanseok asintió—. No es tan importante porque se trata de Kim Sanghee.

—¿Kim Sanghee? —Se detuvo.

—Sí, pero te lo diré mañana, es solo una niña.

Kim Hwanseok reflexionó sobre su actitud, no era la labor de un hombre importante como él ocuparse de una mujer.

—Dime. —Kim Hoonsang se sentó de nuevo.

—Creo que la chica tiene una habilidad especial.

—Es una chica audaz y feroz —agregó Kim Hoonsang con elegancia y una fina sonrisa.

Kim Hwanseok continuó hablando hasta que explicó todo a su padre.

—Ya veo. —Kim Hoonsang sollozó y se alisó la barbilla—. Definitivamente vale la pena averiguarlo. Ahora vete a la cama.

♦️ ♦️ ♦️

Kang Seoyoung esperó hasta las once de la noche con el corazón agitado. Pero luego se entristeció al ver que el rey no aparecía. Seguía sin entender de dónde sacó el coraje para hablar como lo hizo, pero cada vez que recordaba las palabras de Kim Hoonsang, sonreía. “Eres mía”, le dijo y ella sintió que tenía el mundo entero. Estaba tan feliz que agradeció estar viva. Sin embargo, ahora había perdido la confianza, quizás el rey la odiaba por su osadía.

¿Habré sido demasiado atrevida? Soy solo una mujer, me extralimité. Fui grosera al decir: “Te daré todo de mí”.

A media noche, triste, se metió en la cama, pero no concilió el sueño. Siguió esperando a su marido con el corazón palpitante.

Treinta minutos después, la puerta se abrió. En el pasillo, los brillantes faros iluminaron la oscura habitación. La sombra de un hombre se extendía a través de la luz dorada.

—¿Te vas a quedarme dormida después de ordenarme que venga aquí?

Saltó de la cama y se arrodilló frente a él, como una criminal culpable de traición. Kim Hoonsang frunció ligeramente el ceño. El cuerpo de Kang Seoyoung se elevó hacia el cielo.

Esta sensación… Es cómodo…

Era algo que había visto a menudo con Kim Sanghee. Pero experimentarlo era diferente. Algo cálido y confortable parecía abrazar su cuerpo. Kim Hoonsang le sostuvo la barbilla con la mano. Sus ojos se encontraron, pero ella bajó la mirada. Su cuerpo temblaba.

—No te arrodilles sin mi permiso.

—Eso es…

El rey sonrió, le corrió el pelo con su mano derecha y se lo pasó por detrás de su oreja.

—Porque no puedo ver tu cara.

Kang Seoyoung se conmovió hasta las lágrimas por sus palabras.

Kim Hoonsang frunció mucho el ceño. Chasqueó sus dedos y Kang Seoyoung gritó como lo hacía Kim Sanghee. Con un brusco movimiento, acabó tumbada en la cama. Kim Hoonsang volvió a mover el dedo, la ventana se abrió y la reina voló por el cielo nocturno.

Sus gritos despertaron a todos en el edificio, pero él no se detuvo hasta que ella quedó afónica, solo entonces la recostó de nuevo en la cama. Se sentía orgulloso.

—Ahora, sonríe.

Obedeció, pero su sonrisa no mostró ninguna alegría.

♦️ ♦️ ♦️

Unos días después, Kim Hoonsang seguía pensando en la reacción de la reina.

—¿Las mujeres odian volar por el cielo? —le preguntó a Alex.

—¿Lo preguntas en serio?

Kim Hoonsang lo miró. Alex sacudió la cabeza con un golpe. El rey era tan fuerte que, desde pequeño, jamás experimentó el poder del maná de otros sobre él. No estaba familiarizado con los sentimientos de los débiles.

—Estarán asustadas, temerosas y lo odiarán. —Alex notó algo de sorpresa en el rey, así que preguntó—: ¿Creías que la princesa Kim Sanghee era feliz volando por todas partes?

Eso es absurdo…

—Al príncipe Kim Hwansung le gusta hacer volar a la princesa, pero probablemente ella se siente amenazada de muerte.

—¿Por qué sería peligroso? No entiendo de qué tienen miedo. ¿No me digas que creen que voy a matarlas?

—No tienen magia. No conocen tus capacidades. Tendrían que estar nerviosas. Es tan habitual y natural para ti como si estuvieras comiendo, pero para ellas es lo suficientemente peligroso como para amenazar sus vidas.

Su Majestad… Está cambiando, pensó Alex, al ver que el rey, por primera vez se interesaba en las personas sin maná, en específico en las mujeres.

—¿Alguna vez dijo la princesa Kim Sanghee que estaba asustada?

—No —respondió con seriedad—. Dijo que se alegraba de que yo la hiciera volar.

Kim Hoonsang cayó en un dilema. Ahora que lo pensaba, no creía que fuera verdad, porque ella agitaba los pies y los brazos en el aire. Se sentía avergonzado, todo era nuevo para él.

Alex suspiró, había añadido otra arruga a su frente.

—¿Por dónde demonios empiezo? ¿Cómo explico esto?

♦️ ♦️ ♦️

Vaya, anoche no pude dormir nada. Los gritos de Kang Seoyoung no me dejaron descansar. Es tan tímida…, me sorprendió que estallara de esa manera. Vaya, Ganapán es un genio del maná y ¿cómo decirlo? Bueno, sí, te hará pasar un buen rato. No es un ser humano normal, así que es obvio. Pero ¿tenía que hacerla gritar de esa manera?

Fue un poco aterrador, ella chilló como si estuviera aterrorizada, como yo cuando vuelo por el cielo.

Tal vez si le consiguiera a Kang Seoyoung algunas películas eróticas, se daría cuenta que incluso las actrices, que exageran todo, no se expresan de esa manera.

¿Qué demonios habrá pasado? ¿Cuánto tienes que hacer para hacer ese ruido tan increíble?

Cuando fui a la habitación de Kang Seoyoung, la vi despeinada y demacrada como si hubiese sufrido toda la noche.

Volví a mi habitación y me quedé ensimismada durante mucho tiempo.

Han Jinsoo me visitó y en cuanto se fue, Ganapán llegó a mi habitación.

—¿Estuvieron juntos hasta la mañana…? —preguntó sin siquiera saludarme y mi edificio empezó a temblar.


Lucy
No sé porqué pero de alguna manera, le tengo muchas esperanzas a esa relación padre-hija que podría formarse... El rey se está interesando en personas sin maná y eso no me parece poco importante. Pero no le va a durar mucho, porque seguro que para mañana tanto Han Jinsoo como Sanghee van a estar muertos si no le explican eso ♥.

2 respuestas a “Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 05: El problema de ser revelado (7)”

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