Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 06: Prefiero morir (1)

Traducido por Lucy

Editado por Meli


Estaba muy avergonzada.

El hombre promedio tiende a ser fanfarrón y lo prefiero así, a que sea un cobarde; sin embargo, hay límites para todo.

Claro, eso no aplica para el tercer príncipe, quien deseaba lucirse ante los cien mil espectadores del estadio, eso sin contar que ahora mismo había asientos vacíos, lugares que sin duda, estarían ocupados para presenciar el combate final.

—Hermano…

Para ser honesta, me preocupaba Kim Hwansung, sí, quizás quisiera golpearlo, pero no deseaba que le pasara algo malo. Después de todo, me he encariñado un poco con él, solo un poco.

Él es fuerte y más alto y fornido que alguien de su edad, pero Kim Soohyuk, el hombre al que se enfrentaría, debía medir más de dos metros. Hace un momento, cuando lo vi luchar; lo atacaron con una espada y él la bloqueó, sin la menor vacilación, con la mano desnuda.

Todo mundo había estallado ante la acción.

No entendía por qué el pequeño príncipe quería mostrar su fuerza al luchar contra alguien como él.

♦️ ♦️ ♦️

Kim Hwansung estaba sentado en su cama, a su lado, la muñeca de trapo. Compartíamos habitación, así que era mi oportunidad de hablar con él.

—Hermano.

—¿Sí?

—Yo… Yo no quiero que te lastimes.

—¿Te parezco débil?

—Vi a ese hombre, a Kim Soohyuk. Parecía el doble de grande que mi hermano. Daba miedo. Así que estoy muy asustada.

Si alguien te golpea, quiero ser yo.

—Porque el perro de mierda es estúpido.

Y yo, preocupándome por él.

—Soy muy fuerte. —Enderezó la espalda.

♦️ ♦️ ♦️

Antes, en el estadio.

Kim Sanghee no sabía que los duelos en el estadio tenían reglas estrictas. Los jugadores debían mostrar su fuerza antes de apuntarse para luchar un campeonato. Era un duelo en el que incluso podrían perder la vida. Por eso la gente no paraba de murmurar:

—Ese chico de quince años. Participará de forma directa en el campeonato.

—¿Quién demonios es? No importa cuánto lo mire, no creo que pueda igualar a Kim Soohyuk.

—No sé por qué lo aceptaron, a esa edad está apenas en su primer despertar. Hay algo raro.

La gente estaba entusiasmada por el inusual duelo. Era la segunda vez, en la historia del estadio, que un chico de quince años participaba en el campeonato.

—Kim Soohyuk tiene siete victorias de siete. Si mantiene sus habilidades, no podrá vencerlo.

—¿No es el campeón más fuerte de los últimos tiempos?

—Sí, pero es un niño, así que tal vez ¿le de un poco de margen? Kim Soohyuk no ha matado a nadie, significa que el chico puede sobrevivir.

Kim Sanghee se levantó para hablar con el príncipe. Sin embargo, era pequeña y no podía llegar a los oídos de Kim Hwansung.

—¿Qué pasa?

—Tengo algo que decirle a mi hermano.

—¿Qué es?

Kim Hwansung dobló ligeramente las rodillas.

Kim Yushin se estremeció. No podía creer que el príncipe se acercara para que la princesa le hablara.

—Creo en mi hermano —le susurró Kim Sanghee al oído.

Kim Hwansung se rió a carcajadas. Kim Yushin lo observó, no escuchó lo que dijo la princesa, así que no entendió qué era lo que hacía tan feliz al príncipe.

♦️ ♦️ ♦️

En el palacio real, Alex informaba al rey sobre lo sucedido.

—El príncipe está haciendo lo mismo que Su Majestad. —Frunció el ceño.

—¿Qué quieres decir? —Fingió ignorar la situación.

Hace veinte años, su difunto padre, el rey en aquella época, le había llamado la atención por participar en el campeonato.

—Hace más de veinte años, cuando tenías quince años, estableciste un récord de trece victorias en trece partidos. Se volvió una leyenda entre la gente común.

—Tenía catorce años en ese momento —corrigió Kim Hoonsang.

No importa si tenías quince o catorce. Ahora que lo pienso, ha madurado bastante, en su juventud estaba más loco que Kim Hwansung. 

—El príncipe está en el mismo camino que Su Majestad.

Kim Hoonsang sonrió. El rey Seonwang solía regañarlo mucho, así que él no haría lo mismo.

—Sin duda, es mi hijo. ¿No lo crees? Un hombre debe tener ese espíritu.

Alex dio un suspiro.

Esto solo es una masacre de civiles. 

El linaje de la dinastía de Goryeo era conocido en todo el mundo por su gran poder y control del maná.

El príncipe, capitán del Séptimo Batallón de la Noche, era de los mejores cien talentos del reino. Su habilidad era única, estaba muy por encima de los cincuenta millones de personas que habitaban Goryeo. Y solo tenía quince años.

—Si pierde, tendrás problemas.

No sé qué sucede con este padre e hijo.

♦️ ♦️ ♦️

El ambiente del estadio se animó.

—¡Hoy es un día extraordinario! —anunció el anfitrión y la multitud ovacionó—. Tenemos a un chico de quince años. Hermano. Un espadachín de nombre singular.

La gente se rio. Era común usar un alias, pero el del príncipe era bastante raro.

Meli
El apodo resulta raro porque es muy extraño que un hombre tenga un hermano, solo hermanas y a estas, no se les permite hablarles; por lo tanto, el término es poco común. Al menos eso creo

—Y está también, ¡el hombre con siete victorias de siete! ¡El practicante de artes marciales que se ha convertido en una leyenda! ¡Kim! ¡Soohyuk!

Los espectadores gritaron de emoción, nada comparado con la burla hacia el príncipe. Kim Soohyuk emitió un rugido bestial, mostrando los fuertes músculos de todo su cuerpo.

—¡Qué diferencia de tamaño! ¡Kim Soohyuk, es genial!

Kim Sanghee se preocupó por los sentimientos de Kim Hwansung, quien estaba siendo ignorado y abucheado.

—¿Cuánto durará con ese cuerpo débil y delgado contra el poderoso Kim Soohyuk?

¿Por qué lleva esa máscara tan ridícula? Vamos, sé que debes ocultar tu identidad como príncipe, pero debiste preguntarme antes de ponerse esa rígida cubierta de oro sobre el rostro, pensó Kim Sanghee al ver al príncipe en la arena.

—¡¿Listos?! —anunció el anfitrión—. ¡Que empiece el duelo! ¡Aquí vamos!

—Pequeño, ¿y tu espada? —se burló Kim Soohyuk.

—¿Quieres que pelee con una…? No la necesito. —Sonrió Kim Hwansung.

El cuerpo de Kim Hwansung desapareció, incluso usando maná era casi imposible verlo, Kim Sanghee no pudo hacerlo.

—Estás muerto —le susurró el príncipe a su oponente.

A Kim Soohyuk se le puso la piel de gallina. Ni siquiera podía captar los movimientos del niño.

—Eh, ¿qué está pasando? ¡¿Es un chico de quince años?!

—¡Hermano desapareció! ¡Solo usando maná puedes verlo!

—¡Oh! ¡No! ¡Por ahí! ¿Cuándo llegó allí?

—¡Es muy rápido! ¡Es un pequeño espadachín que se centra en la velocidad!

El corazón de Kim Soohyuk se aceleró, no combatían, estaba siendo cazado.

—¡No usa una espada! —narró el anfitrión—. Lo presenté como un espadachín, ¡pero en realidad es un experto de las artes marciales!

Kim Hwansung se inclinó hacia atrás y como un resorte, se impulsó hacia adelante. Su brazo derecho extendido, con el puño hacia enfrente.

—¡Hermano! ¡Golpeará su vientre!

—¡Increíble velocidad!

—¡¿Será Kim Soohyuk, capaz de detenerlo?!

El impacto resonó como un trueno en el cielo. El público estaba alborotado.

—No puede ser, ¿el golpe de su puño hizo ese ruido?

Todos miraron sorprendidos a Kim Soohyuk, ni su gran cuerpo ni su maná fueron suficientes para detener el puño del pequeño. Estaba inclinado, sobre una de sus rodillas y escupía sangre.

—¡No puede ser! ¡Kim Soohyuk!

—¿Qué demonios está pasando aquí?

El árbitro detuvo el juego por un instante, ignorando las protestas de Kim Soohyuk.

Kim Hwansung se alejó un poco y observó a Kim Sanghee, ella no pudo distinguir su expresión desde donde estaba sentada. El príncipe parecía decir con la mirada: «¿Qué piensas? Soy genial, ¿verdad?».

No había sido un farol inscribirse en el campeonato. Él había mostrado, en el estadio más grande del reino, que era un hombre fuerte y casi invencible.

El duelo se reanudó. Los fans de Kim Soohyuk se entusiasmaron y lo animaron sin cesar; sin embargo, el hombre no logró tocar un solo cabello de su oponente y perdió el combate.

Kim Hwansung no solo había ganado el reconocimiento, se había hecho acreedor a un fabuloso premio y a la astronómica recompensa de todas las apuestas que se habían hecho en su contra. Sin embargo, él renunció a los beneficios y desapareció.

—¡Hermano, de la máscara dorada!

—¡Dejó todos sus intereses y desapareció!

—¡Otra situación similar ocurrió hace veinte años!

Todo tipo de especulaciones se dispararon, algunos comentaron que el chico de hace veinte años había vuelto, que era un ser inmortal y otros, simplemente asumieron que había mentido sobre su edad.

A Kim Hwansung todo eso no le importaba, a él solo le interesaba una cosa, así que se apresuró a volver a su habitación de hotel.

—Soy fuerte, ¿verdad?

Kim Sanghee se negó a felicitarlo, eso era lo que él quería, pero no estaba dispuesta a ceder.

—Estaba tan preocupada por mi hermano, temía que fueran a lastimarte. Sufrí mucho, iba y venía entre el cielo y el infierno.

—¿Qué? ¿No estás satisfecha? —preguntó, frustrado.

He demostrado ser tan fuerte, ¿por qué reacciona así?

—¿Es tu manera de intimidarme? No tienes ni idea de lo nerviosa que estaba.

Por supuesto, el combate fue tan breve que no pudo experimentar nada de lo que expresaba, pero debía seguir demostrando lo mucho que le importaba su hermano. Kim Hwansung, inmerso en complejas emociones, no se percató de cuando Kim Sanghee comenzó a llorar.

—Oh, no es eso —la consoló—. Solo quería que vieras lo fuerte que soy.

♦️ ♦️ ♦️

El caballero Kim Yushin, no se atrevió a comer en el mismo lugar que el príncipe. Así que se alejó. Alguien se sentó a su lado.

—Quizá sea mejor ser un mercenario que proteger a la aristocracia, ¿no lo crees? Las mujeres son molestas.

Kim Yushin no respondió y se comió su sopa.

—A ella, entrégamela. Obtendrás una gran compensación.

La sugerencia del hombre no era sorprendente. Muchos aristócratas vendían a las mujeres hermosas como esclavas sexuales; no importaba el lazo de sangre que los uniera, ni la edad que tuvieran.

Kim Yushin dejó la cuchara con la que comía su sopa y habló:

—¿Cuánto ofreces?

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