Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 06: Prefiero morir (2)

Traducido por Lucy

Editado por Meli


La princesa había llamado la atención, Kim Yushin lo había notado, por eso no se sorprendió por la oferta. Los rodeó a él y al sujeto en un campo de maná, para poder hablar sin ser escuchados. 

—¿Cuánto ofreces? —preguntó Kim Yushin.

—Te daré trescientos millones de wons.

Kim Yushin sonrió.

—Bien, serán cuatrocientos millones. —El hombre se encogió de hombros.

Kim Yushin sonrió y el otro frunció el ceño.

Cuatrocientos millones ¿no son suficientes? El valor promedio está entre los doscientos y trescientos millones de wons.

—Es lo que vale un artículo de lujo.

—Así es. Es un artículo de lujo.

Era joven y bonita, con piel hermosa. Proveniente de una familia noble, eso garantizaba que en menos de un año como esclava sexual, recuperarían su inversión.

—Tienes una última oportunidad. Di el precio de nuevo.

El hombre estaba confundido.

—¡Cuatrocientos millones! No puedo darte más. ¡Si pides más, no hay trato!

El campo de maná se ensombreció, el ambiente se tensó.

—Oye, oye. ¿Qué demonios es esto…? —preguntó, algo iba mal, no se sentía bien.

—El valor ha sido determinado por un decreto real y tú has ido en contra de él.

En ese momento, la cabeza del hombre se desprendió y cayó al suelo, a los pies de Kim Yushin. El cuerpo se desplomó, como una marioneta rota.

Kim Yushin se dio la vuelta y ordenó:

—Deshazte de él.

Cuatro hombres, que no estaban allí, aparecieron de repente.

—Sí, maestro.

El campo fue despejado, los presentes ni se habían dado cuenta de que existía.

Kim Yushin caminó hacia el hotel, como si nada hubiera pasado.

♦️ ♦️ ♦

Hace unos días.

—Es una posibilidad entre un millón. Si eso sucede…

Kim Yushin observaba al rey, coronado hace diez años, comportarse como nunca antes. Lo había visto cambiar mucho desde que era un príncipe, pero ahora era diferente. No se veía como el monarca meticuloso que ordenaba, sin cambiar nunca su decisión.

—Trescientos mil millones.

—Trescientos mil millones, señor.

—No, setecientos mil millones.

¿Quién pagaría setecientos mil millones de wons por una chica?, en silencio, miró al rey.

—No, nueve mil billones… Que sean nueve mil trillones de wons.

—Nueve mil trillones, señor.

Era absurdo, nadie poseía un capital como ese en el Reino de Goryeo. Solo el rey, que era el hombre más rico.

—Solo mata a cualquiera que ofrezca menos de nueve mil trillones de wons. No importa lo trivial que sea, es una chica que heredó mi sangre, así que debería recibir esa cantidad.

—Sí, señor.

—Nueve mil novecientos noventa y nueve trillones.

—Sí, nueve mil novecientos noventa y nueve trillones. Bien.

Alex suspiró, no solo había ordenado que protegieran a Kim Sanghee y no permitieran que nadie se le acercara; incluso pedía por ella un precio irreal, algo que garantizaba que nadie la pudiese comprar. Sonrió, era divertido ver como el que había sido un príncipe problemático, ahora era un rey que se preocupaba por su hija.

—Es la hija del hombre noble de más alto rango, seguro que ese es su valor.

Sí, estoy seguro de que lo crees —pensó Alex y reflexionó sobre lo que ocurría— Por eso asignaste a Kim Yushin, eso es impactante.

Hasta ahora, muchas princesas habían salido del palacio, pero nunca iban escoltadas por la Guardia de la Noche y menos por un caballero de la Noche Especial. Ya ni hablar de un maestro, como lo era Kim Yushin, líder del Primer Batallón de la Noche, quien desafiaba incluso la fuerza del caballero de Preon de Imperio.

—Creo que es excesivo. El maestro tiene la obligación de preservar la seguridad Su Majestad. Si algo le sucede… —dijo Alex.

—Está bien.

—¿Qué?

Kim Hoonsang sonrió.

—Soy más fuerte.

♦️ ♦️ ♦

Golpearon la puerta, el caballero Kim Yushin entró. Era un hombre inexpresivo, además, debido a su maná, era imposible calcular su edad.

—Estoy aquí, así que todo está bien —dijo Kim Hwansung con una gran sonrisa.

—Sí —me dirigí al hombre con una reverencia—. Que duerma bien, caballero Kim Yushin.

—Sí, vete a dormir.

Kim Yushin salió de la habitación.

—El caballero Kim Yushin es genial.

—Por supuesto, él es un maestro.

Aunque era la primera vez que conocía a un maestro, sabía lo que significaba. Estaba asombrada.

—¿De verdad? ¿Es el comandante del Primer Batallón de la Noche?

Increíble, Ganapán envió al hombre más fuerte de la Guardia para cuidar al príncipe. Incluso yo me sentía como especial al estar en su compañía.

Me entristeció un poco que no se preocupara así por mí, pero era una realidad que debía aceptar. Era natural en este mundo.

Kim Yushin debía proteger al príncipe, así que estaba segura de que escuchaba nuestra conversación. Decidí adular al hombre para ganarme su simpatía.

—No es de extrañar que mi corazón latiera con fuerza cuando lo vi.

—¿Qué? ¿Estás enferma? ¿Qué le pasa a tu corazón?

—No es eso, es que es tan apuesto, que me hace sentir nerviosa, pero lo más increíble es su fuerza. Es un hombre de confianza. Me siento segura con él.

Bienvenido a mi mundo caballero Kim Yushin, de ahora en adelante solo te alabaré. Nunca habías escuchado palabras lindas de una mujer, ¿verdad?

♦️ ♦️ ♦

Por la mañana, Kim Yushin observó a Kim Sanghee. Ella también lo sintió, su mirada hacia ella era favorable.

En el pasado, a Kim Sanghee se le etiquetó como una mujer que seducía a los hombres, pero nunca fue así; no obstante, gracias a su personalidad y apariencia, atraía la atención de estos. Con el tiempo, aprendió a interpretar sus gestos y a leer sus corazones.

En su vida anterior, había odiado esa característica suya, pero ahora, era una habilidad que la había acercado a los príncipes y al rey, garantizando su sobrevivencia.

—Hay una parada más —dijo Hwansung.

—Tengo que volver —su itinerario había sido cumplido—. Ya ha pasado mucho tiempo.

—Está bien. Se lo diré a mi padre.

—Se lo comunicaré a Su Majestad —intervino  Kim Yushin.

—Está bien.

♦️ ♦️ ♦

—Su Majestad, parece estar de mal humor desde la mañana —observó Alex. Conocedor del problema, indagó—: ¿Tuvo noticias del tercer príncipe?

—Dijo que volvería un día después.

—El tercer príncipe quiere tener más tiempo de calidad con la princesa.

—Eso no es cierto. Extraña estar fuera del palacio.

No, no es así. El príncipe Kim Hwansung puede salir cuando lo desee.

Ahora que lo pienso, cuando las princesas salen, nunca recibe informes sobre ellas, ¿por eso la envío con el príncipe?

—El príncipe debía querer una cita con la princesa.

—¿Una cita? ¿Qué es eso?

Alex enderezó los hombros.

—Es una nueva palabra hecha por mí, Su Majestad. Estoy pensando en registrarla si me lo permite. Significa que un hombre le pide a una mujer compartir tiempo juntos.

—Qué palabra tan rara. —Kim Hoonsang frunció el ceño—. Alex, parece que estás metido en algo extraño estos días.

La última vez, inventó hija de papi y ahora cita. Una palabra innecesaria, las mujeres deben hacer lo que se les diga ¿para qué una cita?

—Espero una reacción de los académicos, pero si pudieras darme poder…

—Lo siento. No pongas demasiado énfasis en cosas inútiles. Pon tus talentos en algo más emprendedor.

Un timbre sonó, era una línea directa con el secretario del rey: Kang Wookhyun. Solo se usaba en caso de urgencia.

—Su Majestad.

—¿Qué sucede?

—Recibí una llamada del Imperio.

—¿Del Imperio?

—La princesa Kim Sanghee y la princesa Kim Sangah… El Emperador desea verlas en persona.

—¿Kim Sanghee y Kim Sangah? ¿Cuál es la razón?

No entendía por qué el emperador quería ver a sus hijas. Kim Sangah, junto con Freesia, eran las únicas en el mundo que poseían maná, pero no había motivo para convocar a Kim Sanghee.

—Los detalles están escritos en esta carta.


Lucy
¿Soy yo o las cosas de repente empiezan a pasar demasiado rápido? Las tuercas ya empezaron a girar. Volví a traducir este capítulo porque había sido literal el primero que había hecho para empezar la novela y me estuve riendo con algunas cosas que puse. En fin, ¡a quien no se imaginan que aparece en los próximos capítulos! Es alguien a quien estuve esperando ver, ando emocionada ♥

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