Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 07: ¿Qué piensas de mi hermana? (1)

Traducido por Lucy

Editado por Meli


El día que Han Jinsoo regresó al Imperio tras reunirse con Kim Sanghee.

Kwak Kihyun, se acercó con una sonrisa, en ese mismo instante y como ya era costumbre, salió volando hacia la cama.

—Entonces, ¿qué pasa? —preguntó Kwak Kihyun, tras incorporarse—. ¿Qué te preocupa tanto?

—Nada.

—Te ves raro. ¿Te has peleado con Kim Sanghee?

—De ninguna manera.

Han Jinsoo se acostó en la cama y cerró los ojos. Lo que le dijo a Kim Sanghee le vino a la mente: «¿Qué demonios me has hecho? ¿Por qué se me rompe el corazón cuando lloras?»

Solo eres una niña insignificante, ¿por qué pienso en ti como algo más que una prometida? ¿Qué es este extraño sentimiento? ¿Por qué no quiero verte sufrir?

—Solo hay alguien en este mundo que hace que Han Jinsoo sea tan serio: Kim Sanghee.

—Cállate.

—¡Oh…! Quizás estás pensando en ¿Freesia? Ella es mejor que otras mujeres, posee maná y es bonita ¿cuándo se van a casar?

No quiero casarme. Solo quiero estar con esa niña rara. 

—Lo que quiero decir es: ¿quién va a ser tu primera esposa?

—Mi compromiso fue definido por la familia real, no es algo que pueda romper.

—Entonces ¿Kim Sanghee será tu primera esposa? —insistió Kwak Kihyun—. El estatus de Freesia es más alto y tú eres un genio, ¿por qué ella no es tu primera opción?

Han Jinsoo utilizó magia para callar a Kwak Kihyun, este protestó, pero ni un sonido salió de su boca.

¿Por qué…? ¿Por qué pienso que me casaré solo con Kim Sanghee?

En ese mundo la poligamia era lo común. Y un hombre con gran poder, tenía varias esposas. Y a él, lo habían comprometido con una de las mejores: Freesia.

Cerró los ojos. No podía dormir. Otras palabras extrañas rondaban en su cabeza: «Voy a mantener el guiso de pasta de soja hirviendo. Vuelve temprano»

Porque tú eres la única para mí —dijo una voz en su cabeza, como si alguien le susurrara, desde lo más profundo de su ser—. Solo te tengo a ti. 

♦️ ♦️ ♦️

Freesia, sexta princesa del Imperio. La Flor del Imperio, era la mujer con el estatus más alto en el mundo debido a que poseía maná; sin embargo, no por eso era tratada de forma diferente.

—Kim Sanghee, la princesa del Reino de Goryeo, conoce a la Flor del Imperio.

—No seas tan formal. Solo soy una mujer y todas estamos en el mismo barco. —Freesia sonrió.

—Soojin, invítale una taza de té.

—Sí, princesa.

Sangah también se acercó a saludar, con tan solo cuatro años, tenía muy buenos modales.

Estoy orgullosa de ti. Mi bebé.

—Sabes por qué he venido ¿verdad?

—Escuché que te confesaste a mi prometido.

No era común que una mujer fuera tras un hombre, eran tan sumisas, que esperaban ser elegidas; no obstante, Freesia tenía un estatus diferente.

—Seré franca. —Tomó el té de menta que le ofrecieron—. Quiero llevarme bien con la princesa. Vamos a vivir bajo el mismo techo.

Aunque me preparé para lo que podría ocurrir desde que la vi en la puerta, sus palabras no me sentaron nada bien. Además, era una mujer muy bonita, con buena personalidad y lo más importante, poseía maná. Era excepcional.

Debía responderle que también deseaba tener una buena relación con ella, pero no podía.

Era consciente que el Han Jinsoo que me amó ya no existía más y que en este mundo, él jamás sería solo para mí, pero no podía decirlo. Me rehusaba a admitir que no sería la única en su vida.

Él me dijo que yo era la única para él. Que incluso si muriera y volviera a nacer, estaría conmigo, que solo me tenía a mí.

Los recuerdos a su lado me invadieron, no podía pensar en otra cosa. Mi corazón latía con fuerza, me dolía.

—Quiero llevarme bien con la princesa Kim Sanghee —continuó Freesia—. No quiero estar en una relación en la que compitamos por el aprecio y atención de un hombre.

♦️ ♦️ ♦️

—¿Por qué estás aquí? —inquirió Kwak Kihyun—. No te gusta venir al palacio.

El palacio imperial estaba separado por una enorme muralla y aunque era de acceso libre, era tan grande que parecía una pequeña ciudad, incluso tenía un hotel para los invitados importantes. Como la delegación del Reino de Goryeo.

Han Jinsoo volvió a callar a Kwak Kihyun, pero eso no impidió que siguiera protestando, solo que sus palabras no podían ser escuchadas.

—He dejado claro que he venido a ver al príncipe.

No eres cercano al príncipe. Estás aquí para ver a Kim Sanghee. —Trató de liberarse de la magia, pero no podía competir contra un genio del imperio. Aprovechó la oportunidad para maldecir—: ¡Bastardo! ¡Te mataré! ¿Por qué me callas? ¿Te molesta escuchar la verdad? 

Caminaron juntos hasta el hotel, Han Jinsoo se detuvo y una neblina envolvió su cuerpo, eso solo sucedía cuando aumentaba su maná al máximo.

¡Vaya! Eso requiere mucha energía, pensó Kwak.

—Quiero llevarme bien con la princesa Kim Sanghee —Han Jinsoo escuchó la conversación gracias a su maná—. No quiero estar en una relación en la que compitamos por el aprecio y atención de un hombre.

—¿Freesia?

Agudizó aún más su oído, quería escuchar la respuesta de Kim Sanghee. Ella no habló, en cambio, su corazón latió más rápido y su cuerpo se estremeció.

¿Por qué tiemblas así? ¿Qué demonios estoy haciendo?, se reprochó y dejó de usar su maná.

No tenía ningún sentido que se preocupara por una niña.

Kwak Kihyun argumentó.

—¡Oye, eres tan malo! Solo debías pedirme que me callara, yo… —Fue silenciado de nuevo—. ¡Oh, cabrón! ¡Siempre me molestas a mí!

Han Jinsoo avanzó por el ascensor hasta el piso en el que se encontraba Kim Hwanseok, segundo príncipe del Reino de Goryeo.

—Estoy aquí para ver al príncipe —se anunció, ya tenía una cita programada.

Sí, vine a ver al príncipe, no a esa chica. 

—No lo he visto en mucho tiempo.

—Siéntate —ordenó, con su habitual serenidad. Tras un silencio incómodo, preguntó—: ¿Por qué querías verme?

No hay ninguna razón, pensó Kwak Kihyun.

—El príncipe de mi país está aquí, y es correcto visitarlo y saludarlo —contestó con calma, mientras bebía su té.

Era una respuesta simple, pero por algún motivo desconocido, no le gustó a Kim Hwanseok.

—Ya veo.

—¿Cómo ha estado?

La conversación continuó sobre temas triviales. Kim Hwanseok deseaba profundizar en algo, pero no entendía en qué. Luego de una introspección al fin encontró el tema del que quería hablar.

—Tú.

—Sí, príncipe.

—¿Qué piensas de Kim Sanghee?

Vaya, ¿qué le pasa?, Kwak Kihyun estaba visiblemente sorprendido

Aunque Kim Hwanseok era un príncipe, Han Jinsoo podía rehusarse a responder sobre una persona con tan poca importancia.

¿Está molesto? ¿Se ofendió porque le insinuó que le preocupaba una mujer? —Kwak Kihyun miró a su amigo, en búsqueda de esa ceja derecha que se levantaba cuando se enojaba, pero no encontró tal señal—. ¿Qué está pasando?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido