Dinero de consolación – Capítulo 91: Miel que sabe a felicidad

Traducido por Herijo

Editado por YukiroSaori


Le pedí a Liren y a Vanette que me enseñaran a hacer sus caramelos a base de miel, pero se negaron. Eran unos caramelos deliciosos, pero las abejas utilizadas para hacerlos en realidad son bestias mágicas.

Son inofensivas si no las enfadas, pero su alteza Rudnik estaba extremadamente preocupado por la idea de criar bestias mágicas “peligrosas”, así que terminé renunciando a convencerlas al respecto.

Aun así, era un poco frustrante no tener acceso a esa miel especial que haría dulces deliciosos… Y en un día en el que estaba pensando en este tipo de cosas, recibí una carta de mi ex prometido, Lamore, diciendo que quería encontrarse conmigo, así que decidí visitarlo junto con mis dos escoltas habituales.

Mientras íbamos de camino, uno de mis escoltas, Bärg, tenía muchas sospechas.

—¿Por qué ese hombre repugnante quiere encontrarse con Julia…?

No lo sé, pero probablemente sea por trabajo o porque quiere presumir de Banach.

—Espero que no sea solo para elogiar la belleza de Julia…—respondió mi otra escolta, Richard.

—Eso es imposible. A Lamore le encanta Banach, después de todo —les dije con confianza.

Mis escoltas no parecían creerme, pero supongo que estaba bien. Después de llegar, Lamore se inclinó de inmediato para saludarme.

—Ha pasado mucho tiempo, Julia. Ven por aquí.

Luego me dio la espalda y comenzó a moverse… Era más educado de lo que solía ser cuando estábamos comprometidos.

Por alguna razón, Bärg tocó el mango de su espada, pero decidí ignorarlo y seguí a Lamore. Lo primero que hizo fue mostrarme la granja donde estaba criando bestias mágicas parecidas a ovejas.

—¡Criadero exitoso! —exclamó—. Además, algunos de los corderos tienen colores diferentes. ¿Quieres verlos?

—¡Me encantaría! —respondí. Estaba bastante sorprendida por esas maravillosas noticias.

Y así, me mostró un poco alrededor. Había una cantidad impresionante de corderos en la propiedad y Lamore parecía tener una excelente relación con ellos, lo cual era muy bueno para su desarrollo a largo plazo.

—Creo que esta oveja dorada es particularmente bonita, pero probablemente te gustarán más esa —señaló hacia otras dos ovejas—, Una de ellas tiene el mismo color que tu cabello y otra tiene el mismo color que los ojos de su alteza, así que podrías intentar usar esas.

Era un poco embarazoso escucharlo hablar sobre cómo me gustarían las cosas hechas con la lana que combinaría bien conmigo y con su alteza Rudnik, pero…

—Si haces una manta con esos colores, envíamela.

—Gracias por tu patrocinio —dijo Lamore.

Sonreí un poco mientras imaginaba la manta.

—Así que podrías sonreír así, ¿eh? —comentó Lamore mientras observaba mi expresión—. Bueno, ¡mi persona especial es cien veces más linda, eso sí!

Así que al final, todavía decidió presumir de Banach.

—Sin embargo, tengo algo más de qué hablar, así que déjame servirte un poco de té.

Mientras Lamore decía eso, nos guió hacia una mesa… Mis escoltas tenían una expresión aún más gruñona que antes, pero lo ignoré. Luego, Lamore no sólo preparó el té él mismo, sino que también me lo sirvió a mí. Nunca pensé que llegaría un día así. Después de todo, siempre odiaba tomar té conmigo.

—Gracias —le dije.

Aunque él es mi antiguo prometido, siento como si fuera una hermana mayor que ha visto crecer a su hermanito. Es una sensación bastante agradable.

—El té está delicioso.

—¡Me alegra que te haya gustado! —afirmó orgullosamente Lamore—. Estoy cultivando las hojas yo mismo, ¡así que debe tener un sabor maravilloso!

Casi no se parece al Lamore con el que rompí el compromiso, ahora es una persona bastante talentosa.

—Consideraré comprar también las hojas de té —le dije.

—¡Entonces expandiré el campo de cultivo! —respondió.

Realmente, ahora podemos hablar sobre trabajo de manera adecuada… Todo esto gracias a Banach, seguramente sacó lo mejor de Lamore.

—Por cierto, el té será aún mejor si le agregas miel —dijo Lamore mientras me entregaba un pequeño frasco de miel.

—Esta miel es bastante hermosa y brillante, ¿verdad?—le pregunté.

—Oh, ¿te diste cuenta?

—¿Hay algo inusual en ella? —pregunté.

Y luego, Lamore parecía orgulloso.

—¡Esta es una miel especial que solo se puede obtener de abejas muy especiales!

Ya había escuchado eso antes…

—¿De Bestias Mágicas acaso? —pregunté.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Lamore incrédulo.

—Simplemente lo supe. ¿Crees que podrías producir esta miel en masa? —le pregunté.

—Eso sería difícil… Tal vez pueda suministrar una cantidad limitada —respondió Lamore. No tan bueno como esperaba, pero aún así esto debería ser una buena oportunidad para ganar dinero.

—Entonces compraré tanto como puedas suministrar —le dije.

—Nunca crié abejas antes, pero si puedo aumentar su número, ¡te avisaré! —exclamó Lamore.

—Esperaré con ansias eso —le respondí.

Pero luego, la expresión de Lamore cambió a un ceño fruncido.

—Sabes, realmente no me agradas —Lamore me lo dijo.

Estaba asustada por la reacción de mis escoltas ante esas palabras, pero no podía mirar atrás en ese momento… Aunque era un poco difícil dar una respuesta adecuada cuando hacía una declaración de ese tipo de la nada.

Supongo que eso era lo único que podía decir.

—Ya lo imaginaba.

—Sin embargo, Julia es la mejor amiga de mi amada, así que me aseguraré de llevarme bien contigo —me dijo Lamore.

Aunque fuera de una manera extraña, me alegró escuchar que Banach me consideraba su mejor amiga.

Ese día con mi ex prometido resultó ser sorprendentemente satisfactorio, pero… En el camino de regreso a casa, Bärg estaba lleno de dudas.

— Julia, ¿me permitirías apuñalar a ese tipo?

Qué lío…

—¿A qué tipo te refieres? —le pregunté.

—Lo entiendes, ¿verdad, Julia? Si Bärg no lo hace, iré y lo mataré yo mismo —comentó Richard.

Ambos tuvieron reacciones extremas.

—Entiendo que estuvieran enfadados por mí, pero me alegró poder tener un tranquilo momento tomando té con Lamore —les dije.

Después de todo, a pesar de todo lo que pasamos, aún éramos capaces de hacer tratos adecuados como buenos socios comerciales. Banach realmente hizo algo increíble allí. El poder del verdadero amor es maravilloso.

Sin embargo… Algunos días después, su alteza vino a la casa de mi familia luciendo bastante preocupado. Lo llevé a la sala de recepción y esperé a que hablara al respecto.

Hubo un pequeño momento de silencio.

—Oí que te encontraste con Lamore.

—Sí, así fue —respondí.

Su alteza no parecía estar contento con mi respuesta por alguna razón.

—¿Cómo te fue? —me preguntó.

—Bastante bien, supongo. Hizo más de lo que le pedí y también parecía estar bastante saludable —respondí.

Su alteza parecía extremadamente preocupado por alguna razón.

—Uhm… Si no es mucha molestia, ¿qué tipo de hombre te gusta?.

Esa es una pregunta realmente extraña… Y es demasiado embarazoso decir que su alteza es mi tipo, así que.

—Supongo que alguien que pueda trabajar mucho cuando las cosas se ponen difíciles.

Era una de las muchas cualidades de su alteza, después de todo.

—¿Qué más? —preguntó él.

—Uhm… Una persona muy cariñosa, aunque a veces sea un poco lamentable —Era un poco embarazoso enumerar las cosas que me gustaban de su alteza.

Hubo otro pequeño momento de silencio

—¿Estás describiendo a Lamore, acaso?.

¿Cómo llegó a esta conclusión? Nunca vi a Lamore de manera romántica. Y sin embargo, ¿la persona que amo está extremadamente preocupada de que de alguna manera me haya enamorado de mi ex prometido…?

—¿Eres estúpido? —No pude evitar preguntarle.

En serio, ¿qué es esta estupidez infantil? ¿Cómo puede tener este tipo de malentendidos? Estoy feliz de que me ame lo suficiente como para pensar tanto, pero aún así…

—Sé que estoy siendo estúpido, pero… Escuché de tus escoltas que parecías estar bastante cautivada por él, tanto en el tiempo que estuvieron en la casa de Lamore como en el carruaje que te llevó de regreso a tu casa —explicó su alteza.

¿Esa era la impresión que tenían?

—¿Te importaría mostrarme ese informe? —le pregunté.

Su alteza accedió y me mostró el informe… Era bastante detallado, lo que me hizo preguntarme si Bärg y Richard no serían más adecuados para tareas de secretaría en lugar de como caballeros.

—Simplemente malinterpretaron las cosas —le dije claramente a su alteza.

—Pero…  —Su alteza trató de objetar, pero lo interrumpí.

—Lamore simplemente fue mucho más amable de lo que solía ser. Eso es todo —dije.

Su alteza se quedó en silencio…

En serio, Lamore era tan abusivo en ese entonces, que solo tuve que aprender a sonreír sin importar lo mal que fueran las cosas… Ser capaz de sonreír felizmente en su presencia era impensable para mí en el pasado.

—¿Te gusta…? —preguntó finalmente su alteza. Su voz era tan débil que casi no se podía escuchar.

—Sí. —Y tan pronto como dije esto, su alteza palideció. Parece que está malinterpretando de nuevo—. ¡Pero te amo a ti, su alteza! ¡Eres tan lindo y aún así tienes este loco malentendido! No sé si alegrarme por cuánto te preocupas por mí o entristecerme por lo poco que confías en mis sentimientos.

Su alteza tuvo una expresión desconcertada por un momento.

—Lo siento por no alegrarme de que me llamen lindo…

Después de escuchar eso, me levanté, me senté justo al lado de su alteza y tomé su mano.

—Te lo diré claramente. Si bien siento cierto afecto por Lamore, es más como el sentimiento de una hermana mayor que ve crecer a su hermano menor. Es completamente diferente del amor que siento por su alteza.

Su alteza parecía un poco confundido por mi declaración.

—¿Consideras a Lamore como un hermano menor? —preguntó.

—Algo así. Un hermano menor rebelde que finalmente ha madurado gracias a la maravillosa influencia de Banach —expliqué.

—Ya veo…

Su alteza finalmente parecía relajarse ahora… Lo que me hizo empezar a reír.

—¿De qué te ríes? —preguntó mientras hacía un puchero—. Solo me preocupaba, ¿vale?

Se apartó de mí mientras decía esas últimas palabras… Era demasiado lindo.

—Me alegra que su alteza pueda ponerse ansioso y sentir celos por mí… Y estoy feliz de que mi amor sea igual al amor de su alteza —le dije.

En respuesta a eso, su alteza me atrajo más cerca, abrazándome.

—Eres demasiado linda, Julia.

Correspondí su abrazo suavemente.

—Y tú también lo eres — le dije.

Realmente es maravilloso poder hablar con mi ser amado de esta manera… nos miramos a los ojos y nos acercamos para besarnos…

Sin embargo, en ese momento alguien golpeó la puerta de la sala de recepción.

—Por supuesto que tenía que pasar eso —murmuró su alteza.

Lamentablemente, tuve que separarme de su alteza para abrir la puerta. Detrás de ella estaba nuestro mayordomo, quien llevaba consigo té y dulces.

—Le traje té, señorita —me dijo.

—Gracias —respondí.

Luego, me dedicó una sonrisa amable.

—El joven amo regresará pronto, así que recuerde ser razonable.

Ah… Es una advertencia para asegurarnos de no enfadar a Roland de nuevo. Realmente tenemos un excelente mayordomo en casa.

Tal vez sería lo mejor si su alteza y yo evitamos coquetear en esta casa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido